Introducción y propósito
El tratamiento con litio es la primera opción en el tratamiento del trastorno bipolar (TB). Sin embargo, existen problemas de gestión y colaterales que limitan su uso.
El objetivo de este trabajo es revisar la literatura sobre los posibles efectos secundarios asociados con el tratamiento con litio a largo plazo.
Materiales y métodos
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Introducción y propósito
El tratamiento con litio es la primera opción en el tratamiento del trastorno bipolar (TB). Sin embargo, existen problemas de gestión y colaterales que limitan su uso.
El objetivo de este trabajo es revisar la literatura sobre los posibles efectos secundarios asociados con el tratamiento con litio a largo plazo.
Materiales y métodos
Realizamos una búsqueda computarizada a través de PubMed/Medline desde enero de 1980 hasta febrero de 2013 para identificar todos los estudios que habían investigado la relación entre el tratamiento a largo plazo con litio y los posibles efectos secundarios.
Resultados
El tratamiento a largo plazo con litio se relaciona con disminución de la capacidad de concentración urinaria, con poliuria, polidipsia y diabetes insípida nefrogénica (que se desarrolla temprano en 10 a 40% de los pacientes); también conduce a una reducción de la capacidad de filtración renal, lo que puede provocar insuficiencia renal en el 0, 5% de los pacientes.
A nivel tiroideo, provoca un aumento de la TSH, pareciendo que el riesgo de hipotiroidismo aumenta unas seis veces en comparación con los controles.
Menos conocida es la elevación de PTH y calcio, que ocurre en una proporción importante de pacientes. Finalmente, puede conducir a una exacerbación de la psoriasis, probablemente en sujetos genéticamente predispuestos.
Conclusiones
El litio es una ayuda fundamental para el tratamiento de la TB. Para el correcto manejo del paciente bipolar es necesario conocer los posibles efectos a largo plazo para poder manejarlos de la mejor manera posible, muchas veces en colaboración con otros especialistas.
La consulta con un especialista debe, en la mayoría de los casos, tener como objetivo controlar los efectos a largo plazo, mientras que la decisión de continuar o suspender el tratamiento debe seguir siendo responsabilidad del psiquiatra.
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