Nunca antes se había hablado del TDAH y, nunca antes había habido más bulos sobre este tema. Así lo señala Manuel Antonio Fernández, el Neuropediatra y Director del Instituto Andaluz de Neurólogía Pediátrica, para quien el primero y más grave de todos ellos es decir que «el TDAH no existe». «Una mentira que hace que muchos padres se sientan totalmente perdidos».
«Los bulos de salud sobre el trastorno se intentan convertir en realidad. Lo intentan a base de ser repetidos por intereses personales y profesionales desalmados. Desalmados que piensan exclusivamente en su propio beneficio y por supuesto, se olvidan de miles de personas que sufren cada día debido a los síntomas del TDAH», apunta este médico.
La evidencia científica versus la pseudociencia
«Las pseudociencias se basan en creencias y opiniones, la ciencia, en hechos y datos. Y los profesionales de la salud deben velar por sus pacientes. Las pseudociencias no tienen cabida en la sanidad. Las mentiras no caben en la medicina ni en la psicología y, a pesar de las abrumadoras evidencias científicas de todo tipo que muestra y demuestran la existencia del TDAH, aún hay quien se empeña en decir lo contrario», advierte este doctor
«A pesar de las abrumadoras e incontables evidencias científicas de todo tipo que muestran la existencia del TDAH, aún hay quién quiere negar la mayor y enmendarle la plana a toda la comunidad científica seria», sostiene el director del instituto. «Hay quien -sugiere el experto- con el interés de vender un libro plagado de mentiras, medias verdades y planteamientos demagógicos y anticientíficos, quiere poner en duda no solo el TDAH sino todo el método científico. Lo quiere hacer con un afán destructor, descabellado e insolente».
Algunos, prosigue, «se aprovechan de la dignidad de la universidad para denigrar a personas con problemas como el TDAH entre otros. De paso, aprovechan el interés corporativista profesional para enarbolar supuestas banderas de libertad de expresión defendidos por colegios profesionales y algún que otro periodista sectario para negar las realidades más evidentes. Urden teorías conspiranoicas y ponen la diana sobre la tan denostada industria farmacéutica. Nos cuentan que las farmacéuticas son el demonio que corrompe a los médicos, a los pacientes, a las asociaciones».
El profesional de la neurología pediátrica lo tiene claro: «un grupo de teóricos de la psicología que a lo mejor alguna vez han visto algún paciente se quieren convertir en sus defensores. Unos cuantos que nunca han estudiado farmacología ni usado un fármaco se atreven a decir y a escribir que los medicamentos para el TDAH son drogas que usamos los médicos para los niños».
De hecho, «aún hay quien piensa que el tratamiento farmacológico para el TDAH va a terminar con su chiringuito de terapias y sesiones interminables. Nunca lo dirán en público, no se atreven. La cuestión es que, en muchas ocasiones, estas sesiones acaban con el niño como empezó y con la familia con miles de euros tirados a la basura», se lamenta.
Graves acusaciones a Farmaindustria
El director del Instituto Andaluz de neurología Pediátrica explica que: «son los mismos que mienten asegurando que el ayuntamiento de Velez Málaga, el Sistema Sanitario Público de Andalucía y las asociaciones de pacientes y afectados por el TDAH se han dejado comprar por Farmaindustria. Hemos visto muchas veces en la televisión estas películas de medio día donde las empresas compran a las instituciones».
«Es curioso leer -agrega- como a quién niega la existencia del Trastorno por Déficit de atención e hiperactividad (TDAH), lo definen como experto en TDAH. Aún más, ante el lema "no queremos que los niños con TDAH se traten con anfetas", ¿en qué quedamos? Entonces el TDAH ¿Existe o no existe?», se pregunta el experto.
Según el experto, estas serían las incongruencias sugeridas:
—Dicen que el TDAH carece de entidad clínica. «Dicen que no existen pruebas clínicas ni de neuroimagen o neurofisiológicas, ni siquiera test psicológicos que sirvan para establecer tal diagnóstico. Y lo "mejor" es que esto lo dice un psicólogo. Entiendo que en una cátedra se tiene acceso a los artículos de expertos como el del Doctor Javier Castellanos y la Doctora Katya Rubia. Han mostrado lasalteraciones del cerebro de niños con TDAH desde hace años».
—Este supuesto experto dice que atiborrarlos de anfetas no es la solución. Que la solución está en reforzar aspectos educativos pero que las familias no están dispuestas a hacerlos. De nuevo llamando malos padres a las familias de un niño con TDAH.
—Acusan a las autoridades sanitarias de delitos muy graves. «"Se droga a menores con el consentimiento de las autoridades sanitarias”. Si creen que se está comiendo un delito tan grave, es su deber denunciarlo».
—Dicen que «los riesgos cardiovasculares de estos menores se disparan». «Se ve que no han visto tampoco las recomendaciones de las sociedades cardiológicas infantiles al respecto. No hay más riesgo. Pensaran que también están comprados. Claro que también dicen que las farmacéuticas se infiltran en las asociaciones para controlar a los padres».
A su juicio, esto es lo que habría que hacer para acabar con los bulos de salud:
—Alzar la voz para desenmascarar a los verdaderos embusteros y combatir el TDAH y los bulos de salud.
—Seguir trabajando para mejorar la calidad de vida de los niños con TDAH.
—Trabajar por ayudar a las familias de niños con déficit de atención e hiperactividad.
—Contar la experiencia de cada caso.
—Estar unidos en las asociaciones de pacientes y en las sociedades científicas que velan por la verdad sobre el TDAH.
—Pedir a las instituciones públicas como la administración y los colegios profesionales que velen por la salud real de las personas.
—Que la justicia haga su trabajo y evite que las pseudociencias y las mentiras hagan daño a los padres de niños con TDAH que, por ellas, dejan de creerse el diagnóstico o dejar de darle el tratamiento a sus hijos.