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Formas de presentación y dosificación: comp. 0,25; 0,50; 1 mg.; 2 mg. dosis diaria de 0,75-4 mg/día VO para el tratamiento de la ansiedad, en crisis de angustia se puede llegar hasta 10 mg. según respuesta del paciente y con instauración progresiva. Inicio del efecto de acción intermedio.
Propiedades farmacológicas: Vm de 6-20 horas.
Indicaciones: Tiene propiedades antidepresivas y antiangustiosas. Se utiliza de forma coyuntural en todos los trastornos de ansiedad a dosis de 0,25 a 2 mg. La suspensión del fármaco se debe hacer de forma paulatina. La remisión completa tras la supresión no siempre se consigue, por lo que en el período libre de crisis conviene reforzar la autoconfianza del paciente y enseñarle a afrontar los síntomas si estos aparecen en el futuro. En el trastorno de ansiedad generalizada y el trastorno adaptativo con ánimo ansioso se recomiendan dosis de 0,5-1.5 mg/día
Efectos adversos: somnolencia, dependencia.
La definición clásica de la alucinación es la de Benjamín Ball (1833-1893) para él la alucinación es una percepción sin objeto a percibir, aunque no siempre las alucinaciones tienen las características de las percepciones. Para German Berrios la alucinación es una declaración perceptual, de grado variable de convicción, en la ausencia de un estímulo externo relevante.
En la alucinación negativa el sujeto excluye de su mundo a determinadas personas u objetos y dice no verlos a pesar de ver al resto de las personas u objetos que le rodean. Sin embargo, aunque dice que no percibe el objeto o persona, no se comporta como si su ausencia fuese real, no percibe a una persona pero la esquiva cuando pasa al lado de ella. Este tipo de alucinación visual puede verse, aunque raramente, en las histerias de disociación, y con más frecuencia pueden ser provocadas durante la hipnosis (contrasugestión).
Este término se utiliza cuando el sujeto no ve su propia imagen reflejada en el espejo. Normalmente se trata de un fenómeno disociativo.
Hablamos de alucinación funcional cuando la alucinación aparece acompañada se una percepción real. Se llama funcional porque está en función de los estímulos externos, apareciendo y desapareciendo con ellos. Por ejemplo, el paciente oye un ruido de un autobús pasando por su calle y al mismo tiempo escucha las voces que se dirigen a él. Para O. Bumke, sin embargo, las alucinaciones visuales auditivas funcionales son aquellas alucinaciones visuales que desaparecen cuando se cierran los ojos o aquellas alucinaciones auditivas que desaparecen cuando se tapan los oídos.
Es una alucinación visual en la que el enfermo se ve así mismo como si se mirase a un espejo.
Las alucinaciones se definen como experiencias perceptivas que no tienen correlato con estímulos externos reales; es decir, son percepciones sin base en el entorno físico observable. Estas experiencias pueden abarcar cualquier modalidad sensorial.
Entre ellas se encuentran:
Visuales: la percepción de imágenes inexistentes, tales como personas, animales, o objetos que no se hallan presentes.
Auditivas: el escuchar voces, sonidos o música sin una fuente sonora real.
Olfativas: detectar olores que no tienen una fuente identificable.
Gustativas: experimentar sabores en ausencia de estímulos gustativos.
Táctiles: sentir contactos o caricias físicas sin que exista un estímulo táctil real.
Las causas de las alucinaciones son múltiples y variadas, pudiendo incluir:
Trastornos mentales: como la esquizofrenia, el trastorno bipolar y diversas formas de psicosis, donde las alucinaciones pueden jugar un papel central en la experiencia del individuo.
Consumo de sustancias psicoactivas: drogas como la marihuana, la cocaína, o el LSD pueden inducir alucinaciones como parte de sus efectos.
Privación del sueño: la falta extrema de sueño puede conducir a experiencias alucinatorias.
Delirios: en algunos casos, las alucinaciones pueden reforzar creencias delirantes, actuando en concordancia con estas.
Enfermedades neurológicas: condiciones como la enfermedad de Alzheimer o la enfermedad de Parkinson pueden presentar alucinaciones entre sus síntomas.
Traumatismos craneoencefálicos: las lesiones en la cabeza a veces resultan en alucinaciones.
Alucinaciones auditivas que fueron descritas por Jules Seglás (1856-1939). En este caso el paciente oye voces de contenido diferente (agradables y amenazantes) en cada uno de los oídos.
Son alucinaciones auditivas acompañas de fenómenos visuales que pueden ser las mismas frases que oye el paciente o determinados signos. Es como sí el paciente asistiera a una película con subtítulos.
Al padecer alucinaciones auditivas la mayoría de las veces el paciente escuchas voces. Alucinaciones verbales
También pueden tener un carácter elemental oyendo entonces el enfermo ruidos, pisadas, tiros, campanas, murmullos, etc., rara vez los pacientes escuchan música, son las alucinaciones musicales.
A las auditivas elementales también se les llama acoasmas.
Con Eugen Bleuler distinguimos dos características de las alucinaciones auditivas:
1) Intensidad. Las alucinaciones pueden tener una intensidad pequeña y llegar a ser casi inaudibles, o bien una gran intensidad hasta el punto de que el paciente no puede dormir o escuchar a otras personas cuando estas se presentan.
2) Claridad. Los pacientes pueden escuchar las voces y no estar seguros de lo que estas dicen, o bien las oye claramente.
En general, al mejorar el paciente con el tratamiento las voces disminuyen progresivamente de intensidad y pierden claridad. El paciente puede oír una sola persona o varias, siempre las mismas o cambiantes.
Raramente son unilaterales, afectando a un solo oído. En el caso de las seudoalucinaciones o alucinaciones verdaderas son voces interiores, que se oyen dentro de la cabeza.
En el caso de las alucinaciones propiamente dichas la localización de las voces puede ser imprecisa o bien proceden de los objetos (muebles, enchufes, televisores), de las personas que pasan por la calle, de las que viajan en coche, etc. Las voces frecuentemente insultan, critican o amenazan al paciente: Unas veces me llaman puta, otras me llaman solitaria, pero siempre me están insultando. Pueden también comentar las acciones del paciente: Me dicen lo que hago, si bebo me dicen que estoy bebiendo, si me peino, que me estoy peinando, si como me dicen que estoy comiendo, así siempre. Pueden dar ordenes al paciente o prohibirle lo que estaba pensando hacer, son las alucinaciones imperativas: Oí a las voces que me decían que me levantara de la cama y que me fuera a la calle. Ya era de noche, mi madre no me dejó salir, pero yo la empuje y salí a la calle.
A veces dan información sobre quienes son los dueños de esas voces y cuáles sus intenciones: Me dice que me tienen que matar a mí y a cuatro más de mi barrio [...] En ocasiones nos encontramos con lo que se llama pensamiento sonoro (K. Schneider) o doble pensamiento ( E. Bleuler), es decir que el paciente escucha sus propios pensamientos, con el eco de los pensamientos (E. Bleuler), o eco de las palabras(J.G.F Baillarger), es decir que cuando dejan de hablar escuchan en sus alucinaciones lo que acaba de decir, o el eco de la lectura( J.G. F. Baillarger), es decir que cuando dejan de leer oyen lo leído. Con Cabaleiro Goas, pensamos que, sin llegar al extremo de considerar a las voces como generadoras del delirio, si se pueden considerar como consolidadoras o cristalizadoras del sistema delirante, en el sentido de que por ellas el delirio adquiere más certeza para el paciente.
Sinónimo: alucinaciones kinestésicas, alucinaciones motoras, alucinaciones vestibulares (Lhermithe) o de acción. Son alucinaciones de movimientos activos o pasivos. En ellas el sujeto tiene la sensación de que sus miembros ejecutan movimientos cuando en realidad están parados o que sus miembros pesan mucho o son muy ligeros, o que el suelo se mueven, que vuelan o bien que una fuerza inhibitoria no le deja moverse. Pueden aparecer en enfermos neurológicos (parkinson, miastenia gravis, epilepsia parcial) y muy raramente como consecuencia de la retirada de fármacos como las benzodiazepinas.
Son raras en la esquizofrenia. Los olores suelen ser desagradables, fétidos, pútridos, de excrementos. Estos olores pueden proceder del propio cuerpo (egocéntricas) o del mundo exterior (exocéntricas). Las egocéntricas se pueden observar en el delirio de bromosis o síndrome paranoide olfatorio. En enfermos orgánicos (epilepsia temporal, tumores del lóbulo temporal) pueden aparecer alucinaciones olfativas el carácter de alucinosis. En el ejemplo que sigue vemos las alucinaciones olfativas que presenta un enfermo. Las alucinaciones son exocéntricas y presentan la condición de desagradables. En mi casa había un pestazo muy grande de orines. Me puse a quemar una goma para que se fuera el pestazo. Creo que el vecino de arriba es analista de orines y de eso venía el olor. Con la fuerza del orín y del humo comenzaron a salir unas telas de araña. Los orines comenzaron luego a filtrarse por la pared
Son alucinaciones auditivas acompañadas de sensaciones táctiles en la yema de los dedos, como sí el paciente estuviese leyendo un texto en Braile. Pueden aparecer en pacientes ciegos.
Sinónimos: seudoalucinaciones (K. Jaspers) (V.K. Kandinsky) (F.W. Hagen), psiquicas (J.G.F. Baillarger), delirantes (Henry Ey), aperceptivas (K.L. Kahlbaum). Son las voces interiores, que se oyen dentro de la cabeza. Las seudoalucinaciones se diferencian de las alucinaciones auditivas propiamente dichas y de las alucinosis a través de una serie de conceptos. Uno de ellos es si son vividas con carácter de real. De este modo se ha distinguido entre el juicio de presencia (Karl Jaspers) o impresión de existencia corpórea (F. Alonso Fernández), es decir si el sujeto vive la sensopercepción con certeza inmediata de realidad, y el juicio de realidad (F. Alonso Fernández), que se produce tras reflexionar sobre lo percibido. De esta manera en la alucinosis existe un juicio de presencia positivo, el sujeto escucha voces que se localizan en el espacio objetivo y son indistinguibles de las reales, pero luego reflexiona y se da cuenta de que esas voces no tienen existencia real, su juicio de realidad es negativo. En base a la localización en el espacio exterior, la corporeidad y el juicio de realidad, en la tabla siguiente, tomada de F. Alonso Fernández, se establece la distinción entre los tres tipos de alucinaciones: Las seudoalucinaciones estarían más próximas a las representaciones que a la percepción (F. Alonso Fernández), lo contrario ocurre con las alucinaciones. Kurt Schneider distingue tres tipos de seudoalucinaciones con la condición de síntomas de primer orden: el pensamiento sonoro, la audición de voces en forma de dialogo y la audición de voces comentadoras de la actividad. Estas tres seudoalucinaciones son todas vivencias impuestas.
En ellas se incluyen las alucinaciones, generalmente visuales del delirium tremens, y las auditivas de la alucinosis alcohólica.
Sinónimo: alucinaciones viscerales, alucinaciones somáticas, alucinaciones de acción, alucinaciones motoras
Son alucinaciones de la sensibilidad general o interna. En este tipo de alucinaciones los enfermos pueden sentir que le destrozan sus órganos internos, pueden sufrir dolores terribles, pueden sentir que tiran de sus órganos, etc. Muy raramente son placenteras.
Como en el caso de las alucinaciones táctiles, son interpretadas como producto de la influencia externa.
En el hombre melancólico puede darse este tipo de alucinaciones formando parte del síndrome de Cotard o delirio de negación de órganos. Una forma especial es la que aparece en los delirios zoopáticos en los que el paciente está convencido de la existencia de un animal dentro de su cuerpo, animal que se mueve, se arrastra, come sus órganos, etc.
Veamos un ejemplo donde aparecen alucinaciones cenestésicas, táctiles, auditivas elementales, seudoalucinaciones auditivas, robo del pensamiento y otras vivencias de influencia o enajenadas: Hace seis años, cuando salí de un bar, pasó por mi lado un hombre y me dijo: ¿Qué hay? A los cuatro días de esto comencé a oír ruidos, eran ruidos que el hombre hacía para que yo no durmiera, ruidos como los que se escucha cuando un árbol está cargado de pájaros. Luego los ruidos se transformaron en las voces de ese hombre, voces que yo oigo dentro de mi cabeza. Me dice que me tiene que matar a mí y a cuatro más de mi barrio, me insulta y me dice de tó. Quiere asfixiarme, me coge la respiración y no me deja respirar. Me ha quitado el andar. Me toca por dentro, en la cabeza, en los hombros, me hace que no ande, me toca el pene y me lo pone potente y no lo puedo soportar. Me nombra cosas de mujeres para que el pene se me ponga potente. Me dice que soy mariquita. Me toca por dentro y por fuera. Me dice todas las barbaridades del mundo. Me toca el estómago para que no haga la digestión, me lo mueve hacía arriba. En el oído me produce zumbidos que pasan de un oído a otro. Me hincha la cara. Yo nosé dónde está. No pienso en nada, no sueño nada, hace que no piense y que no sueñe.
De acuerdo con la clasificación de la Asociación Psiquiátrica Americana (DSM-IV-TR), las alucinaciones auditivas que pueden aparecer en las depresiones psicóticas y en las fases maníacas pueden ser congruentes o no con el estado de ánimo. Existe congruencia cuando hay una pertinencia entre el estado de ánimo y el contenido de la alucinación, así en las depresiones psicóticas los contenidos congruentes deben de estar relacionados con la culpa, la enfermedad, el castigo, la ruina, la muerte, la vergüenza y en la manía con el poder propio, los conocimientos, la riqueza. Los restantes contenidos alucinatorios (persecución, celos, transformación, nihilistas, etc.) no serían congruentes con los estados de ánimo depresivo o maníaco.
En personas sanas y en situaciones de duelo pueden aparecer este tipo de alucinación, visual o auditiva. Por ejemplo una viuda puede oír a su marido fallecido recientemente.
Las alucinaciones gustativas suelen asociarse a las olfativas. Muchas veces es difícil de diferenciar si nos encontramos ante una alucinación gustativa o ante una ilusión. A causa de estas alucinaciones los enfermos pueden pensar que están siendo envenenados a través de los alimentos.
Sinónimos: alucinaciones fisiológicas, visiones de ensueño. Las alucinaciones hipnagógicas aparecen cuando el sujeto pasa de la vigilia al sueño, mientras que las hipnopómpicas aparecen en el momento del despertar. Se presentan sobre un fondo negro, en forma de imágenes geométricas, objetos, animales o personas. Se les llaman fisiológicas porque se pueden presentar en sujetos sanos aunque las alucinaciones hipnagógicas son características del síndrome narcoléptico. Alucinaciones imperativas
Son alucinaciones visuales de objetos o personas de un tamaño inferior al normal. Pueden aparecer en trastornos funcionales u orgánicos.
Son alucinaciones visuales de animales pequeños. Son típicas del delirium tremens.
Sinónimo: sensaciones anormales simultaneas (H. Delgado).Término acuñado por Eugen Bleuler. En ellas se produce el fenómeno en el que una percepción normal anormal se une a una accesoria en el mismo campo sensorial o en otro. Así el sujeto puede sentir que cuando se le toca una mano comienza a sentir dolor en la otra o a experimentar alucinaciones auditivas.
Sinónimos: alucinaciones hápticas (Desoir). En la esquizofrenia siguen en frecuencia a las alucinaciones auditivas. Se ha distinguido entre alucinaciones táctiles activas, en la que el sujeto cree haber tocado objetos inexistentes y la pasiva, más frecuente, en la que el paciente cree haber sido tocado. Puede tener un carácter terrorífico, los pacientes pueden sentir que les pinchan, les queman, les golpean; en otras ocasiones pueden tener un carácter sexual, entonces los pacientes sienten que le producen erecciones o que se introducen animales en su vagina. Son interpretadas como productos de la influencia externa. Además de presentarse en las esquizofrenias pueden también aparecer en las intoxicaciones por cocaína, belladona, anfetamina, en el delirium tremens y en la insuficiencia renal crónica. En el delirio dermatozoico de Ekbon aparecen alucinaciones táctiles, a veces acompañadas de alucinaciones visuales o ilusiones y que son interpretadas como producto de una infestación por parásitos. Este delirio parasitario puede ser secundario a enfermedades somáticas como el cáncer o la diabetes. Cuando el paciente tiene la sensación como si su piel fuera recorrida por hormigas esta alucinación táctil recibe el nombre de formicacion.
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