Los fármacos antipsicóticos son el tratamiento central para la esquizofrenia, porque son eficaces en los episodios agudos y en la prevención de recaídas. Por este motivo, muchas personas con esquizofrenia toman antipsicóticos durante años o incluso de por vida. Sin embargo, los antipsicóticos también tienen efectos secundarios metabólicos considerables, que pueden manifestarse como un aumento de peso, que se asocia con una disminución de la calidad de vida y la falta de adherencia al tratamiento. Y también, con cambios en el metabolismo del colesterol y los triglicéridos y desregulación de la homeostasis de la glucosa, que se asocian con enfermedades cardiovasculares, incluyendo el infarto de miocardio y el accidente cerebrovascular.
En la revista World Psychiatry se ha publicado un estudio que analiza los efectos metabólicos a medio y largo plazo de estos medicamentos (siguiendo la clasificación del grupo Cochrane de Esquizofrenia) en ensayos controlados aleatorios. En este se incluyeron todos los antipsicóticos de segunda generación disponibles en Europa o EE. UU. , y una selección de antipsicóticos de primera generación informados por una encuesta de expertos internacionales en esquizofrenia, administrados como monoterapia; amisulprida, aripiprazol, asenapina, benperidol, brexpiprazol, cariprazina, clorpromazina, clopentixol, clozapina, flupentixol, flufenazina, fluspirileno, haloperidol…El análisis de datos, se obtuvo a partir del peso y mediciones continuas de glucosa en ayunas, colesterol total, colesterol de lipoproteínas de baja densidad (LDL), colesterol de lipoproteínas de alta densidad (HDL), y triglicéridos.
La mayoría de los fármacos se asociaron con un mayor aumento de peso que los fármacos placebo. Pero, los antipsicóticos difieren en su propensión a causar aumento de peso, ya que hay algunos que pueden llegar a producir un aumento considerable, en cambio otros producen subidas de peso mucho más leves. En concreto, destacaron con un promedio de un aumento de peso de más de 2 kg por encima del placebo: clorpromazina, clozapina, olanzapina, zotepina, pimozida y sertindol. Además, los fármacos asociados con el aumento de peso, a menudo también se asociaron con peores resultados en los parámetros de glucosa y lípidos, siendo la olanzapina la que mostró las alteraciones más pronunciadas.
Posteriormente, se observó, que con cada kilogramo de aumento de peso aumenta el riesgo de enfermedad cardiovascular en un 3, 1 %, lo cual fue bastante significativo ya que determina una asociación positiva entre el aumento de peso y un mayor riesgo cardiovascular. A pesar, del seguimiento de los distintos fármacos, no se encontraron diferencias sustanciales entre las formulaciones orales y LAI (inyección acción prolongada), a excepción del haloperidol, ya que se observó pérdida de peso con su formulación LAI, mientras que la formulación oral fue neutra en peso. Tampoco, se encontró ningún efecto moderador para el peso inicial, el sexo, la edad y el origen étnico.
Finalmente, concluimos que los antipsicóticos difieren claramente en el aumento de peso y los parámetros metabólicos en el tratamiento a medio y largo plazo. Sin embargo, la evidencia general parece sugerir que el aumento de peso es más pronunciado al comienzo del tratamiento y luego permanece algo estable. Estos hallazgos han sido muy importantes, ya que se ha llevado a cabo un análisis de los efectos a medio y largo plazo, lo cual a nivel clínico es muy relevante porque permite analizar valores reales y se ajusta a como realmente suelen ser los tratamientos de los pacientes. Debido a que estos medicamentos generalmente suelen utilizarse en periodos de tratamiento a medio y largo plazo.