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Sistemas implantables en el tratamiento del dolor crónico: impacto en la calidad de vida de los pacientes a corto plazo.

Fecha Publicación: 01/03/2007
Autor/autores: J. F. Soriano Pastor

RESUMEN

OBJETIVO: valoración de los cambios en la calidad de vida percibida por pacientes a quienes se les ha colocado un sistema implantable para el tratamiento del dolor.

MATERIAL Y MÉTODO: Se evaluó a 54 sujetos que acuden por primera vez al servicio de psicología en la Unidad Multidisciplinar del Dolor del Consorcio hospital General Universitario de Valencia (CHGUV), previa exploración médica, empleándose el cuestionario de salud SF-36(1) en los siguientes momentos: línea base (primera visita en el servicio de Psicología), y 3 meses después de la colocación de un sistema implantable para el tratamiento del dolor. También se obtuvieron los datos sociodemográficos (edad, sexo, estado civil, nivel cultural), el tipo de dolor, y el nivel de dolor informado por los pacientes (EVA).

RESULTADOS: La edad de los participantes se situó en torno a los 59 años (SD=13. 31; rango: 30-80 años), siendo el 40. 7% varones y el 59. 3% mujeres. La mayoría de ellos estaban casados (81. 5%) y vivían acompañados (90. 2%), y el 60. 4% había cursado estudios primarios o EGB. En cuanto a su tipo de dolor, el del 13% era vascular, el del 57. 4%, neuropático, y el del 29. 6%, somático. El 37% de los encuestados fue implantado con una bomba de infusión, el 22, 2% con un estimulador de cordones posteriores (ECP), el 35. 2% con un neuroestimulador Synergy, y el 5. 6% con un neuroestimulador Restore. El nivel de dolor informado (EVA) en la visita basal fue moderadamente elevado (M=7. 81; SD=1, 52), mientras que tres meses después de la colocación del sistema implantable fue moderado (M=5. 57; SD=2. 56), siendo esta diferencia estadísticamente significativa. Por lo referente a las escalas evaluadas por el SF-36(1), se observó un aumento estadísticamente significativo de las puntuaciones en Función Física (M=15. 91; SD=4. 46 basal y M=18. 04; SD=5. 43 a los 3 meses), rol Físico (M=4. 53; SD=1. 03 basal y M=5. 21; SD=1. 50 a los 3 meses), Dolor Corporal (M=4. 19; SD=1. 92 basal y M=6. 17; SD=2. 17 a los 3 meses), Salud General (M=13. 34; SD=4. 33 basal y M=14. 93; SD=4. 14 a los 3 meses), Vitalidad (M=9. 91; SD=4. 02 basal y M=12. 77; SD=4. 79 a los 3 meses), rol Emocional (M=4. 30; SD=1. 31 basal y M=4. 79; SD=1. 36 a los 3 meses), y Salud Mental (M=16. 87; SD=6. 02 basal y M=19. 93; SD=5. 27 a los 3 meses).

CONCLUSIONES: Tres meses después de la colocación de un sistema implantable para el tratamiento del dolor crónico, los pacientes informaron de un nivel significativamente menor de dolor (EVA). Además, en comparación con la evaluación basal, percibieron en menor medida que su salud limitaba las actividades físicas de la vida diaria (Función Física), o interfería en el trabajo y otras actividades diarias (Rol Físico). La intensidad del dolor padecido y su efecto en el trabajo habitual y en las actividades cotidianas (Dolor Corporal) fue menor, mientras que la valoración personal del estado de salud (Salud General), y el sentimiento de energía y vitalidad, frente al de cansancio y desánimo (Vitalidad), fueron más elevados. Por otro lado, percibieron en menor medida que padecían problemas emocionales que afectaban al trabajo y otras actividades diarias (Rol Emocional), y valoraron su salud mental general (depresión, ansiedad, autocontrol y bienestar general) (Salud Mental) como más positiva. Estos resultados pueden interpretarse como una mejora en cuanto a la calidad de vida de los pacientes, lo cual es uno de los objetivos de este tipo de técnicas empleada para el tratamiento del dolor.


Palabras clave: dolor crónico
Tipo de trabajo: Conferencia
Área temática: Psicología general .

Sistemas implantables en el tratamiento del dolor crónico: impacto en la calidad de vida de los pacientes a corto plazo.

Gómez-Carretero, P (1); Soriano Pastor, JF (2); Monsalve Dolz, V (3); De Andrés Ibáñez, J (4).

Consorcio hospital General Universitario de Valencia (CHGUV).

1. Psicóloga. Becaria de Investigación de la Universidad de Valencia. Colaboradora científica de investigación de la Fundación Valenciana para el Estudio y tratamiento del Dolor (FUNDOLOR).

2. Dr. en psicología. psicólogo Adjunto. Unidad Multidisciplinar para el tratamiento del Dolor. Consorcio hospital General Universitario de Valencia.

3. Profesor Titular. Departamento de personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos. Facultad de psicología de Valencia. Universidad de Valencia.

4. Jefe del Servicio de Anestesia, Reanimación y terapéutica del Dolor. Jefe de la Unidad Multidisciplinar del Dolor en el Consorcio hospital General Universitario de Valencia.

Resumen

OBJETIVO: valoración de los cambios en la calidad de vida percibida por pacientes a quienes se les ha colocado un sistema implantable para el tratamiento del dolor.  

MATERIAL Y MÉTODO: Se evaluó a 54 sujetos que acuden por primera vez al servicio de psicología en la Unidad Multidisciplinar del Dolor del Consorcio hospital General Universitario de Valencia (CHGUV), previa exploración médica, empleándose el cuestionario de salud SF-36(1) en los siguientes momentos: línea base (primera visita en el servicio de Psicología), y 3 meses después de la colocación de un sistema implantable para el tratamiento del dolor. También se obtuvieron los datos sociodemográficos (edad, sexo, estado civil, nivel cultural), el tipo de dolor, y el nivel de dolor informado por los pacientes (EVA).  

RESULTADOS: La edad de los participantes se situó en torno a los 59 años (SD=13. 31; rango: 30-80 años), siendo el 40. 7% varones y el 59. 3% mujeres. La mayoría de ellos estaban casados (81. 5%) y vivían acompañados (90. 2%), y el 60. 4% había cursado estudios primarios o EGB. En cuanto a su tipo de dolor, el del 13% era vascular, el del 57. 4%, neuropático, y el del 29. 6%, somático. El 37% de los encuestados fue implantado con una bomba de infusión, el 22, 2% con un estimulador de cordones posteriores (ECP), el 35. 2% con un neuroestimulador Synergy, y el 5. 6% con un neuroestimulador Restore. El nivel de dolor informado (EVA) en la visita basal fue moderadamente elevado (M=7. 81; SD=1, 52), mientras que tres meses después de la colocación del sistema implantable fue moderado (M=5. 57; SD=2. 56), siendo esta diferencia estadísticamente significativa. Por lo referente a las escalas evaluadas por el SF-36(1), se observó un aumento estadísticamente significativo de las puntuaciones en Función Física (M=15. 91; SD=4. 46 basal y M=18. 04; SD=5. 43 a los 3 meses), rol Físico (M=4. 53; SD=1. 03 basal y M=5. 21; SD=1. 50 a los 3 meses), Dolor Corporal (M=4. 19; SD=1. 92 basal y M=6. 17; SD=2. 17 a los 3 meses), Salud General (M=13. 34; SD=4. 33 basal y M=14. 93; SD=4. 14 a los 3 meses), Vitalidad (M=9. 91; SD=4. 02 basal y M=12. 77; SD=4. 79 a los 3 meses), rol Emocional (M=4. 30; SD=1. 31 basal y M=4. 79; SD=1. 36 a los 3 meses), y Salud Mental (M=16. 87; SD=6. 02 basal y M=19. 93; SD=5. 27 a los 3 meses).  

CONCLUSIONES: Tres meses después de la colocación de un sistema implantable para el tratamiento del dolor crónico, los pacientes informaron de un nivel significativamente menor de dolor (EVA). Además, en comparación con la evaluación basal, percibieron en menor medida que su salud limitaba las actividades físicas de la vida diaria (Función Física), o interfería en el trabajo y otras actividades diarias (Rol Físico). La intensidad del dolor padecido y su efecto en el trabajo habitual y en las actividades cotidianas (Dolor Corporal) fue menor, mientras que la valoración personal del estado de salud (Salud General), y el sentimiento de energía y vitalidad, frente al de cansancio y desánimo (Vitalidad), fueron más elevados. Por otro lado, percibieron en menor medida que padecían problemas emocionales que afectaban al trabajo y otras actividades diarias (Rol Emocional), y valoraron su salud mental general (depresión, ansiedad, autocontrol y bienestar general) (Salud Mental) como más positiva. Estos resultados pueden interpretarse como una mejora en cuanto a la calidad de vida de los pacientes, lo cual es uno de los objetivos de este tipo de técnicas empleada para el tratamiento del dolor.



Introducción

Las indicaciones para el implante de sistemas en el tratamiento del dolor crónico (como por ejemplo, las técnicas de neuroestimulación o las bombas de infusión espinal), implican una lesión orgánica como causa del dolor. Sin embargo, esta lesión debe ser valorada en el contexto de la experiencia psicológica del paciente1, 2.  

Este tipo de sistemas implantables tienen la característica de ser permanentes, y los altos costos tanto materiales como profesionales obligan a considerar no sólo la evolución clínica del paciente sino también las dimensiones que configuraran la posible evolución adaptativa al dolor, y al implante. Además de la efectividad clínica de estos sistemas, cada vez se considera más importante la valoración de las variables relacionadas con la adaptación de los pacientes a los mismos3, siendo crítico a este respecto el periodo durante el que se lleva a cabo el implante, aunque las referencias existentes en la actualidad sobre este tema son limitadas.


Objetivo

Valoración de los cambios en la calidad de vida percibida por pacientes a quienes se les ha colocado un sistema implantable para el tratamiento del dolor.


Material y método

· cuestionario de Salud (SF-36)4. · escala Analógica Visual (EVA)5.

Estos datos fueron recogidos durante la primera visita en el Servicio de psicología de la Unidad Multidisciplinar del Dolor (línea base), y 3 meses después de la colocación de un sistema implantable para el tratamiento del dolor:

 




Muestra




Resultados




Conclusiones

Tres meses después de la colocación de un sistema implantable para el tratamiento del dolor crónico, los pacientes informaron de un nivel significativamente menor de dolor (EVA). Además, en comparación con la evaluación basal, percibieron en menor medida que su salud limitaba las actividades físicas de la vida diaria (Función Física), o interfería en el trabajo y otras actividades diarias (Rol Físico). La intensidad del dolor padecido y su efecto en el trabajo habitual y en las actividades cotidianas (Dolor Corporal) fue menor, mientras que la valoración personal del estado de salud (Salud General), y el sentimiento de energía y vitalidad, frente al de cansancio y desánimo (Vitalidad), fueron más elevados. Por otro lado, percibieron en menor medida que padecían problemas emocionales que afectaban al trabajo y otras actividades diarias (Rol Emocional), y valoraron su salud mental general (depresión, ansiedad, autocontrol y bienestar general) (Salud Mental) como más positiva. Estos resultados pueden interpretarse como una mejora en cuanto a la calidad de vida de los pacientes, lo cual es uno de los objetivos de este tipo de técnicas empleada para el tratamiento del dolor.


Referencias

1. Dumoulin K. et al (1996): A psychoanalytic investigation to improve the success rate of spinal cord stimulation an treatment for chronic failed back surgery syndrome. The clinical journal of pain, 12, 43-49.

2. Soriano JF y Monsalve V. Validación del cuestionario de afrontamiento al dolor crónico reducido (CAD-R). Rev Soc Esp Dolor 2004; 11(7): 407-414

3. North RB. Psychological criteria are outcome measures as well as prognostic factors. Pain Forum 1996; 5: 111-114

4. Ware JE Jr, Sherbourne CD. The MOS 36-item short-form health survey (SF-36). I. Conceptual framework and item selection. Med Care 1992; 30(6): 473-483

5. Myles PS, Troedel S, Boquest M, Reeves M. The pain visual analog scale: is it linear or not linear?. Anesth Analg 1999; 89 (6): 1517-1520.

 


IMPORTANTE: Algunos textos de esta ficha pueden haber sido generados partir de PDf original, puede sufrir variaciones de maquetación/interlineado, y omitir imágenes/tablas.




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