Las adicciones disparan más la ansiedad y la depresión en las mujeres que en los hombres. Así lo destaca el último informe de Proyecto Hombre, que refiere, que, en general, hay una mayor incidencia de problemas psicológicos y/o emocionales en ellas, en torno a 15 puntos de diferencia respecto a los hombres. Estos, a su vez , dan 4 y 5 puntos por encima en las conductas violentas y en las alucinaciones.
De acuerdo con el citado documento sobre adicciones, un 77, 3% de mujeres ha sufrido ansiedad severa, casi un 70% depresión severa y un 71% toma medicación psiquiátrica.
Un 54% de ellas ha tenido ideación suicida y casi un 37% lo ha intentado alguna vez
Así lo afirma esta organización en un informe que abarca una muestra de 2. 606 personas mayores de 18 años que iniciaron su tratamiento en Proyecto Hombre a lo largo de 2018 en alguno de sus 27 centros.
En términos generales, se observa una elevada prevalencia en la comorbilidad de las adicciones con los trastornos psiquiátricos.
Así cabe señalar la alta incidencia a lo largo de la vida de trastornos de ansiedad severa (67, 2%), seguido de depresión severa (54, 7%).
Además, resulta que más de la mitad de la población encuestada para el citado estudio (51, 2%) toma medicación prescrita por problemas emocionales o psicológicos.
Problemas crónicos
De acuerdo con la misma fuente, el 32, 4 % de las personas en tratamiento afirma padecer algún problema médico crónico que interfiere en su vida cotidiana.
Tomando como referencia los datos sobre adicciones del informe de Proyecto Hombre de 2014, se observa una tendencia al alza de las personas que padecen problemas médicos crónicos.
Las mujeres (casi el 38%) presentan más problemas médicos crónicos que los hombres (no llega al 30%).
Alcohol y cocaína
En relación al consumo de sustancias psicoactivas, habitualmente se encuentran consumos problemáticos de varias sustancias, aunque en la mayoría de las atenciones se puede indicar una sustancia principal de referencia.
En este sentido, es preciso destacar que, a lo largo de la vida, casi el 90% de la población atendida manifiesta consumos regulares y/o problemáticos de alcohol.
Otro problema predominante es el consumo de cocaína, con un 71%, y el de cannabis, con un 68%.
Adicciones a lo largo de la vida
A lo largo de la vida, se registran períodos extensos de consumo, definidos como “tres o más días por semana” o “dos días consecutivos de consumo de dosis importantes”.
Así, la mayoría de la población atendida presenta consumos problemáticos de varias sustancias: con el alcohol (81%), la cocaína (71%) y el cannabis (60%) como las sustancias que reportan unos mayores porcentajes de consumo regular.
En un nivel intermedio se encontraría el policonsumo (40% ), un 26% anfetaminas y derivados, un 19% psicofármacos, un 19% heroína y otro 19% alucinógenos.
A un nivel inferior se dan los consumos de metadona (9%) y otros opiáceos (5%), de inhalantes (4%) y otros.
Hombres y mujeres
Las diferencias más significativas entre hombres y mujeres en cuanto a la sustancia principal por la que demandan tratamiento son:
La cocaína, que en el caso de los hombres cuenta con una mayor demanda con una diferencia del 15, 1%.
El alcohol, que presenta una mayor demanda en el caso de las mujeres con una diferencia del 12, 4%.
En el resto de sustancias, las diferencias son mucho menos acusadas o imperceptibles
Adicciones: inicio del consumo
Las personas atendidas con consumo problemático de alcohol iniciaron este consumo con una media situada entre los 15 y los 16 años.
El consumo de cannabis también se inicia de media entre los 16 y los 17 años.
A partir de los 19 años aparece el inicio medio de consumos problemáticos de alucinógenos y anfetaminas.
En la juventud plena (según la ONU, periodo comprendido entre los 20-24 años) se observa el comienzo medio de consumo problemático de diferentes combinaciones de sustancias, y el consumo de cocaína y de heroína.
Ya en la edad adulta se registra el inicio de consumo problemático de psicofármacos.
Los hombres empiezan antes
En general, los hombres presentan una tendencia a iniciar el consumo regular o intensivo de cualquier sustancia a edades más tempranas que las mujeres.
Las diferencias no son significativas, si bien cabe destacar los cuatro años de media de diferencia que se dan en el caso del alcohol en grandes cantidades y otros opiaceos.
Las mujeres con adicciones tienden a iniciar el consumo regular o problemático más tarde que los hombres, de manera especial en estas sustancias.
Jóvenes y cannabis
Las personas más jóvenes que demandan tratamiento por cannabis como sustancia principal, tiene una media de edad de 29 años.
La población cuyo principal problema de consumo es la cocaína presenta una media de edad de 36, 3 años.
En cambio, en el caso del alcohol, la demanda de tratamiento se produce generalmente a edades más avanzadas, a partir de los 40 años de edad media, a pesar de ser la sustancia cuyo consumo se inicia a edades más tempranas.
Edades
El intervalo de edad de las personas con adicciones que recibieron tratamiento en 2018 en proyecto Hombre se situó entre los 18 y los 71 años.
La edad media fue de 38 años. Aunque la distribución de edades presenta un ligero sesgo hacia el grupo de mayor edad, con una mediana de 37.
Agrupando la edad por tramos, se observa que el 14, 3% es menor de 30 años, mientras que el 12, 4% es mayor de 50 años.
En cuanto al género, los usuarios hombres representan más de 80%.
Estado civil
La mayor parte de las personas usuarias de Proyecto Hombre se encuentran solteras (59, 3%).
El resto presenta una gran heterogeneidad: casados/as, divorciados/as, separados/as o viudos/as o casados/as en segundas nupcias.
De la suma de personas separadas y divorciadas, se observa una importante diferencia entre las mujeres (32%) y los hombres (19%).
Pero la mayor parte de los hombres están solteros (60, 8%) y el resto se distribuyen entre casados, divorciados o separados.
La mitad de las mujeres son solteras. El resto, divorciadas, casadas, separadas y viudas, por este orden.
Familia
Prevalece la convivencia con pareja e hijos (23%), con los padres (22, 7%), solo con su pareja (18%) o solos (15%).
La menor proporción es la de quienes viven con amigos (1, 3%).
Se observan diferencias significativas entre hombres y mujeres:
Cuando se trata de la convivencia sólo con hijos, es de un 13% entre las mujeres y sólo de un 1% en los hombres.
Cuando la convivencia es con los padres, los hombres presentan un mayor porcentaje (23, 6%) frente a las mujeres (17, 0%).
En cuanto a las relaciones conflictivas, el entorno de pareja es donde se produce un mayor porcentaje de problemas serios.