Definición:
El DSM-IV-TR incluye esta categoría como un problema que puede ser objeto de atención clínica. Define como tal al comportamiento antisocial de un adulto que no se debe a enfermedad mental (por ejemplo: trastorno disocial, trastorno antisocial, trastorno del control de impulsos).
Una persona antisocial es aquella que va en contra del orden social, las leyes, normas o lineamientos que le permiten vivir en sociedad.
El Trastorno Antisocial de la Personalidad (TAP) se caracteriza por un patrón de desprecio y violación de los derechos de los demás. Este trastorno, definido en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5) de la Asociación Americana de Psiquiatría, incluye una gama de comportamientos destructivos y explotadores, desde la mentira y el engaño hasta la agresión física y el incumplimiento de las normas sociales y legales.
Criterios Diagnósticos
Según el DSM-5, para ser diagnosticado con Trastorno Antisocial de la Personalidad, un individuo debe ser mayor de 18 años y haber mostrado síntomas de Trastorno de Conducta antes de los 15 años. Además, deben cumplirse al menos tres de los siguientes criterios:
Desprecio por las normas sociales y legales: Como evidencia por actos que son motivo de arresto.
Engaño y manipulación para beneficio personal o placer: Esto puede incluir mentir repetidamente, usar alias o estafar a otros.
Impulsividad y falta de planificación: Tomar decisiones precipitadas sin considerar las consecuencias.
Irritabilidad y agresividad: Mostrarse a menudo irritado o agresivo, y entrar en peleas físicas o cometer actos de violencia.
Desprecio imprudente por la seguridad propia o ajena: Involucrarse en comportamientos peligrosos sin considerar el riesgo.
Irresponsabilidad persistente: Incapacidad para mantener un trabajo estable o honrar compromisos financieros.
Falta de remordimiento: Indiferencia o racionalización de haber lastimado, maltratado o robado a otros.
Causas
El desarrollo del Trastorno Antisocial de la Personalidad se cree que es el resultado de una interacción compleja entre factores genéticos, biológicos y ambientales. La historia de abuso o negligencia durante la infancia, la exposición a la violencia, y los patrones familiares de comportamiento antisocial pueden aumentar el riesgo.
Tratamiento
El tratamiento del TAP es desafiante, ya que los individuos con este trastorno a menudo no buscan tratamiento voluntariamente y pueden ser resistentes a las intervenciones. Cuando se busca tratamiento, este puede incluir:
Terapia: La terapia cognitivo-conductual ha demostrado ser útil para algunos individuos, enfocándose en cambiar patrones de pensamiento y comportamiento, y en desarrollar habilidades sociales y de afrontamiento.
Medicación: No hay medicamentos específicos para el TAP, pero pueden usarse para tratar trastornos concurrentes como la depresión o la ansiedad.
Programas de manejo de la ira: Ayudan a controlar la ira y la agresividad.Perspectivas y DesafíosLos individuos con Trastorno Antisocial de la Personalidad a menudo presentan un curso crónico, con períodos de exacerbación y remisión de síntomas. El compromiso con un tratamiento a largo plazo y el apoyo continuo son esenciales para manejar el trastorno. Sin embargo, los desafíos significativos, incluida la falta de motivación para el cambio y el alto riesgo de comportamientos delictivos y de abuso de sustancias, complican el manejo del TAP.