Definición: Véase duelo.
Lo podemos considerar como un trastorno de la frontera del yo con los otros, una alteración de la conciencia de la separación entre el yo y el mundo exterior.
Eugen Bleuler, que creó este término en 1910, definió el autismo como la desvinculación de la realidad acompañada de un predominio absoluto o relativo de la vida interior.
Para Eugen Minkowski el autismo tendría dos vertientes, una negativa (autismo pobre) y otra positiva (autismo rico), que es la creación de un mundo autista. Este mismo autor considera a la pérdida del contacto vital con la realidad como el punto central de la esquizofrenia. El autismo más intenso se da en el estupor catatónico. Pero el autismo también se puede dar en otras enfermedades, así el deprimido, sobre todo en las formas estuporosas, puede presentarse autista, lo mismo que determinadas personalidades como las esquizotípicas.
Kurt Schneider considera a los depresivos endógenos menos influenciables por el exterior que los esquizofrénicos. A veces el paciente autista esquizofrénico se da cuenta de la diferencia entre su estado actual y el anterior o el de los otros y así nos puede decir como esta enferma: Ustedes viven una vida y nosotros vivimos otra distinta.(IGF)
Las últimas actualizaciones del DSM y CIE van ambas en la misma línea con respecto al autismo.
Han englobando todos los diagnósticos relacionados con el autismo en un único término denominado “Trastorno del espectro del autismo” (TEA).
Ambas clasificaciones destacan las dos mismas categorías determinantes en el TEA:
las dificultades de la interacción social y la comunicación social,
y los intereses restringidos y comportamientos repetitivos.
Eliminando los problemas de lenguaje que incluían las anteriores ediciones de estos manuales.
También ambas clasificaciones señalan la importancia de examinar sensibilidades sensoriales inusuales.
Por su parte también se aprecian algunas diferencias entre CIE y DSM.
La CIE hace más hincapié en realizar distinción entre autismo con y sin capacidad intelectual.
La CIE 11 también incluye la pérdida de competencias previas adquiridas como una característica a tener en cuenta en el diagnóstico.
Comité Editorial
Ref. Bibliográfica:
Sinónimo: pérdida, luto, pesadumbre. Se llama así a la reacción psicológica de tristeza que se produce tras la pérdida de un familiar. Tradicionalmente este duelo dura de seis a un año pero suele atenuarse después de los primeros meses. J. Bowlby describe cuatro fases en el proceso del duelo: 1) Fase temprana de desesperación durante la cual el afecto permanece embotado. Suele durar varios días. 2) Fase de anhelo y búsqueda de la persona fallecida. La persona fallecida suele estar omnipresente. Esta fase dura unos meses. 3) Fase durante la cual comienza a asentarse la realidad de la pérdida. 4) Fase de reorganización. Fase durante la cual se comienza a recordar a la persona fallecida con alegría además de tristeza.
Las variables se disponen según un orden, de máximo a mínimo, en alguna característica. Por ejemplo el grado de depresión, de insomnio, de deterioro, etc. No hay un cero absoluto. Esta escala puede ser analógica visual, numérica o gráfica.
En ellas existe un punto que es el cero absoluto que está bien definido. Ejemplo de ellas puede ser el peso, el tiempo de reacción, la distancia recorrida, etc.
K. Schneider. Entiende por sentimiento a todo estado pasivo del yo vivenciado directamente como agradable o desagradable. Max Scheler (1874-1928) realizó una clasificación de los sentimientos que más tarde fue utilizada por J.J. López Ibor en su concepción de la angustia vital. Establece los siguientes tipos de sentimientos: 1) Sensoriales. Son los más próximos a la corporalidad. Son localizados. Tienen un carácter actual, es decir podemos tener un recuerdo de ellos pero no se prolongan en el tiempo. El principal sentimiento de este tipo es el dolor. 2) Vitales o cenestésicos. Son difusos. Tienen un cierto carácter intencional y de más duración. Ejemplo de ellos son la tristeza vital, la angustia vital, el aburrimiento vital, la frescura vital y la exaltación vital. 3) Anímicos, psíquicos o del yo. Nacen en el yo. Aparecen como reacción ante el mundo exterior. Dentro de ellos tenemos a la tristeza reactiva, la alegría reactiva, el orgullo, la preocupación, el arrepentimiento y la vanidad. 4) Espirituales o de la personalidad. Son estados del yo. Tienen un carácter absoluto. Ejemplos de ellos son los sentimientos artísticos y los religiosos.
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