La información contenida en esta página web está dirigida exclusivamente al profesional sanitario.
Esta página web utiliza cookies para facilitar su navegación y realizar estudios y estadísticas de navegación. Puede deshabilitarlas en su navegador, pudiendo en tal caso limitarse la navegación y servicios del sitio web. Si no las deshabilita y continúa navegando, está consintiendo la utilización de las cookies de este sitio. Para más información consulte nuestra sección de Avisos Legales e información de cookies. Al pulsar "acepto" reconoce haber leído y estar de acuerdo con nuestra última modificación en las condiciones legales.
Toda la información incluida en la Página Web está referida a productos del mercado español y, por tanto, dirigida a profesionales sanitarios legalmente facultados para prescribir o dispensar medicamentos con ejercicio profesional. La información técnica de los fármacos se facilita a título meramente informativo, siendo responsabilidad de los profesionales facultados prescribir medicamentos y decidir, en cada caso concreto, el tratamiento más adecuado a las necesidades del paciente.
Configura las cookies que desees en tu navegación:
Definición: El superyo, según el psicoanálisis, está compuesto de dos instancias distintas: la principal, el superyo en sentido estricto, formada por las prohibiciones paternas a la satisfacción de los instintos y la secundaria formada por la interiorización de la imagen buena del padre, la que el niño contempla con admiración, este sería el yo ideal.
La "actividad del yo" es un concepto que puede explorarse desde varias perspectivas en la psicología y la filosofía, especialmente dentro del marco del psicoanálisis, donde se refiere a las funciones y operaciones del "yo" como instancia psíquica. Según Sigmund Freud, el fundador del psicoanálisis, el yo es una de las tres estructuras de la personalidad en su modelo teórico del aparato psíquico, junto al ello y al superyó.
Funciones del Yo en el Psicoanálisis:
Realidad: El yo se encarga de la mediación entre los impulsos internos del ello, que busca satisfacer deseos de manera inmediata, y las demandas del superyó, que representa los ideales y restricciones morales. Además, el yo debe considerar las condiciones y restricciones del mundo externo.
Defensa: El yo utiliza mecanismos de defensa para manejar los conflictos internos y las amenazas externas que pueden generar ansiedad. Estos mecanismos incluyen la represión, negación, racionalización, y muchos otros.
Regulación: Regula las funciones autónomas y procesos cognitivos, incluyendo la percepción, el pensamiento y el juicio, permitiendo al individuo tomar decisiones adaptativas.
Teorías Modernas:
En las teorías modernas del yo, especialmente en la psicología del ego que evolucionó a partir del trabajo inicial de Freud, se amplía la idea del yo como un regulador más activo y poderoso de la conducta. Heinz Hartmann, por ejemplo, introdujo el concepto de "conflicto libre del ego", donde el yo tiene funciones autónomas que pueden desarrollarse independientemente de los conflictos internos. Estas funciones incluyen habilidades de adaptación, inteligencia, y capacidad de relacionarse con otros.
Aplicaciones Prácticas:
Terapia Psicoanalítica: El fortalecimiento de la actividad del yo es un objetivo en muchas formas de terapia, ayudando a los individuos a manejar mejor sus conflictos internos y a adaptarse a la realidad de manera más efectiva.
Desarrollo Personal: Comprender cómo el yo maneja y defiende contra las presiones internas y externas puede ser crucial para el desarrollo personal y profesional, ayudando a las personas a ser más conscientes de sus patrones de pensamiento y comportamiento.
En resumen, la actividad del yo se centra en cómo el individuo se maneja a sí mismo y regula sus interacciones con el mundo interno y externo, jugando un papel crucial en el mantenimiento de la estabilidad psicológica y el bienestar.ChatGPT can make mistakes. Consider checking important information.
Tipo de aprendizaje. Edward Lee Thorndike formuló su principio en 1931, con el nombre de Ley del efecto. La ley del efecto nos dice que las respuestas correctas, es decir aquellas que llevan a la consecución de una recompensa, se repetirán con más frecuencia, mientras que las incorrectas desaparecerán.
Concepto fenomenológico. Karl Jaspers distinguía los siguientes aspectos de la conciencia del yo:
1) Conciencia de la actividad del yo. Cuando pensamos hablamos o andamos, etc., somos nosotros los que hablamos o andamos, esto no ocurre cuando hay una alteración
de la actividad del yo y surgen las vivencias impuestas o enajenadas.
2) Conciencia de la unidad del yo. Mediante la conciencia de la unidad del yo experimentamos que somos siempre uno en cualquier momento. La verdadera pérdida
de la conciencia de unidad del yo se produce en la esquizofrenia.
3) Conciencia de la identidad del yo. La conciencia de la identidad del yo es lo que hace que nos sintamos idénticos a pesar del paso del tiempo. La verdadera pérdida de la identidad del yo se produce también en la esquizofrenia.
4) Conciencia de estar separado del entorno, de la demarcación del yo. Esta pérdida de
la frontera entre el yo y los otros, entre el yo y el mundo exterior, también se da en la esquizofrenia. F. Alonso Fernández añade a estas conciencias la conciencia de la familiaridad del yo, conciencia que se vería alterada en la desperzonalización, desrealización y en los falsos reconocimientos.
Sinónimo: depresivo mayor (trastorno). Término introducido en 1978 en los Criterios Diagnósticos de Investigación de la Escuela de San Luis. Hoy podemos considerar como depresión mayor a aquella que cumple los criterios dados para ella por el DSM-IV-TR.
Estudio clínico experimental para valorar el efecto de un tratamiento. Se utilizan dos grupos de sujetos, uno de ellos recibe el tratamiento y el otro, el grupo control, no.
El investigador forma los grupos experimental y control mediante la asignación de los sujetos al azar.
Modo de resolver un problema que se efectúa probando distintas posibilidades y desechando aquellas que no dan resultados. Fue descrito por primera vez por el psicólogo americano Edward L. Thorndike.