La terapia electroconvulsiva (TEC) sigue siendo uno de los principales tratamientos disponibles y utilizados en psiquiatría para las enfermedades mentales graves.
Ochenta años después de su introducción, la técnica de la TEC ha evolucionado notablemente. Hoy el tratamiento se realiza con aparatos computarizados modulares que monitorizan electroencefalográficamente la convulsión inducida por estimulación eléctrica mediante una onda de pulsos breves o ultrabreves, bajo control anestésico, con bloqueo neuromuscular o miorrelajación y con ventilación artificial. De esta manera, se ha logrado precisar una mínima carga en la estimulación eléctrica, con la consiguiente disminución de los efectos secundarios cognitivos y una reducción drástica de las complicaciones asociadas al tratamiento. Constituye la técnica de neuromodulación más eficaz y mejor estudiada de las que tenemos hoy en día a nuestra disposición.
Muchos pacientes han mejorado o aliviado su enfermedad o incluso su trastorno ha remitido con este tratamiento. Muchos otros, sin embargo, con enfermedades mentales graves refractarias a otros tratamientos no han sido tratados con TEC a pesar de su alto grado de seguridad y efectividad terapéutica. Esta “inhibición terapéutica”, en gran parte, puede deberse a un estigma que se basa en creencias carentes de evidencia científica.
La terapia electroconvulsiva (TEC) es una técnica mundialmente utilizada para trastornos psiquiátricos graves y resistentes al tratamiento, con una serie de indicaciones precisas, que no debería posponerse como último recurso.
Debido a su rapidez de acción y eficacia, puede ser el tratamiento de elección en cuadros psiquiátricos graves como la catatonía, la depresión,
el trastorno bipolar y las psicosis. Su indicación se basa en criterios clínicos sobre el tipo y la gravedad de la enfermedad, la necesidad de respuesta urgente, la imposibilidad de utilizar fármacos, la resistencia o la intolerancia a otros tipos de tratamiento, las comorbilidades médicas y la valoración de situaciones especiales, como el embarazo o riesgo grave de suicidio.