Un estudio en el que ha participado la Universidad de Navarra sintetiza toda la evidencia científica internacional sobre la eficacia de tratamientos para la salud mental en jóvenes y adolescentes. Sus autores son expertos de Europa, Norteamérica y América Latina y entre ellos se encuentra Gonzalo Arrondo Ostiz, investigador del Instituto Cultura y Sociedad (ICS) del campus de Pamplona.
El artículo, publicado en la revista de psiquiatría con mayor impacto internacional, ha combinado más de cien metaanálisis, que han tenido en cuenta los estudios "de más amplitud y calidad". En total se abarcan casi mil investigaciones que reportan ensayos clínicos, con miles de pacientes incluidos.
El trabajo analiza el caso de 52 trastornos o grupos de trastornos como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), la anorexia nerviosa, los trastornos de ansiedad, el autismo, los trastornos del espectro autista, el desorden bipolar, los desórdenes depresivos y la esquizofrenia, entre otros, ha detallado en una nota la Universidad de Navarra.
Según explica Arrondo, "muchas enfermedades mentales presentan manifestaciones clínicas en edades tempranas y se vuelven crónicas en la vida adulta". "Interfieren en el adecuado desarrollo de niños y adolescentes y suponen una de las principales causas de carga de enfermedad y discapacidad", señala.
En ese sentido, destaca la necesidad de que los sistemas públicos de salud "proporcionen los tratamientos con más garantías para los pacientes". "Esta selección de los estudios más prestigiosos supone una orientación para tomar mejores decisiones clínicas" pues "recoge las terapias con mayor evidencia sobre su eficacia, aceptación y tolerancia", subraya.
TRATAMIENTOS FARMACOLÓGICOS Y NO FARMACOLÓGICOS
De acuerdo con el investigador del grupo 'Mente-cerebro' del ICS, el análisis sugiere que en numerosos casos hay medicación que funciona bien, "con efectos secundarios aceptables", y en otros, algunos no farmacológicos "podrían ser un pilar clave".
En cuanto a los primeros, el artículo reseña la eficacia de determinados medicamentos en el abordaje del TDAH, trastornos disruptivos del comportamiento, esquizofrenia, depresión, manía y desórdenes de ansiedad, entre otros.
Asimismo, menciona los siguientes ejemplos de tratamientos no farmacológicos con eficacia demostrada: la terapia conductual y en habilidades sociales para el TDAH y los trastornos de conducta; la terapia cognitivo-conductual para la ansiedad, la depresión y el estrés postraumático; la terapia interpersonal para la depresión y la terapia familiar en el caso de la anorexia.
"No obstante, hay otros que se usan con frecuencia a pesar de que no se ha encontrado evidencia convincente sobre su utilidad", advierte. Algunos son el entrenamiento cognitivo y el neurofeedback para el TDAH, el entrenamiento cognitivo computerizado -para la detección de emociones- en el autismo; y el EMDR o la terapia de exposición narrativa en el estrés postraumático.