La esquizofrenia es un trastorno psiquiátrico que presenta varios indicadores de riesgo individual, entre los que se encuentran, los antecedentes familiares, que se asocian a una mayor resistencia al tratamiento y un mayor riesgo de varios trastornos psiquiátricos, incluidos los trastornos alimentarios (DE), que son afecciones que influyen en el comportamientos de los sujetos frente a la ingesta de comida.
En los últimos años, varios estudios a gran escala revelaron una coagregación familiar sustancial de la esquizofrenia y los TCA (trastornos de la conducta alimentaria) , lo que indica factores genéticos y ambientales compartidos entre estas afecciones. Objetivamente, el índice de masa corporal (IMC) bajo es uno de los criterios diagnósticos de la anorexia nerviosa (AN), y tanto la AN como la esquizofrenia tienen una correlación genética negativa con el IMC. Sin embargo, las personas con esquizofrenia comúnmente tienen obesidad, lo que es posiblemente debido a los efectos secundarios de los medicamentos antipsicóticos.
En la revista Psychological Medicine se ha publicado un estudio poblacional de tipo cochorte que ha investigado las asociaciones entre los antecedentes familiares de esquizofrenia y la edad de inicio de los TCA, los síntomas de TCA y otras características clínicas, además de estimar el riesgo de comorbilidades psiquiátricas en personas con TCA con y sin antecedentes familiares de esquizofrenia. El estudio de población se llevó a cabo en sujetos que alguna vez habían recibido diagnósticos de anorexia y/o bulimia nerviosa dentro del período de seguimiento. Y los antecedentes familiares de esquizofrenia se clasificaron en dos niveles: familiares de primer grado con esquizofrenia y cualquier pariente con esquizofrenia.
Tras evaluar las conductas alimentarias desordenadas en personas con esquizofrenia se revelaron puntuaciones altas en alimentación restringida, descontrolada y emocional. Por lo que aunque la esquizofrenia comórbida se observa clínicamente con menos frecuencia en comparación con otras comorbilidades psiquiátricas en los TCA, en realidad es 6 a 7 veces más probable en individuos con TCA que en la población general. En consecuencia, los resultados del estudio mostraron que las características clínicas de la anorexia nerviosa diferían en aquellos pacientes con antecedentes familiares de esquizofrenia, demostrando una mayor carga de comorbilidad psiquiátrica, una mayor carga de salud somática y mental acumulada y un mayor riesgo de suicidio. Es decir, se sugieren un cuadro clínico más multimórbido en aquellos individuos con trastornos alimentarios que tienen antecedentes familiares de esquizofrenia frente a aquellos sin antecedentes familiares de esquizofrenia.
A partir de estos hallazgos se determinó que la predisposición genética variable contribuye a las diferentes presentaciones clínicas en trastornos alimentarios con esquizofrenia concurrente o antecedentes familiares de esquizofrenia, ya que se observa una asociación del genoma completo, lo que indica una alta correlación genética entre ambos factores.
En conclusión, a partir de este estudio, se ha determinado que los antecedentes familiares de esquizofrenia se asocian con diferencias notables en la presentación clínica de los TCA. Es decir, se observa un riesgo significativamente elevado de comorbilidades psiquiátricas, lo que da lugar a un factor poligénico de riesgo entre estas dos afecciones. Estos hallazgos son muy interesantes, debido a que a nivel de prevención y diagnóstico, nos abre una puerta, es decir, en aquellos pacientes con una historia familiar de esquizofrenia, teniendo en cuenta la asociación de comorbilidades, podremos detectar de manera precoz si presentan también un TCA, por la asociación poligénica que existe entre ambos.
