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El nacimiento del Yo y su devenir

Autor/autores: Lic. Francisco Alvarez Briones
Fecha Publicación: 06/10/2021
Área temática: Psicología general , Salud mental , Enfermería .

Cuid-Arte Body, Mind & Soul

¿Quién soy yo?, es una de las preguntas que se ha cuestionado el hombre a través del tiempo. Aunque pudiera ser una pregunta aparentemente fácil, existen razones que pueden indicar que no es tan sencilla de responder y esto se debe a la complejidad de la mente humana. El desarrollo y constitución psicológica del ser humano son temas complicados que han venido a explicarse por diferentes autores a lo largo de la historia. Entre ellos Sigmund Freud, considerando una de las figuras más relevantes del siglo XX gracias a la creación del psicoanálisis y Jaques Lacan, cuyos aportes teóricos han facilitado la comprensión de la personalidad humana. ¿Pero que es el Yo?



Para entender que es el Yo, debemos empezar por cómo se forma. El concepto de el “estadio del espejo” es una de las aportaciones más sobresalientes de Lacan. Esta fase del desarrollo psicológico del niño ocurre entre los 6 y 18 meses de edad y está estrechamente relacionada con la formación del Yo, ya que antes de ese momento el niño no distingue entre su cuerpo y el de su madre, entre él y el mundo exterior. Cuando el niño logra contemplar su reflejo y existe otro que le retorna la mirada y le afirma “¡sí, ese eres tú!”, se genera una identificación primara que tiene un efecto formador, dándole forma intuitiva a su cuerpo y su realidad circuncidante. Pero también una identificación formadora del Yo, esto quiere decir, que el niño se aliena, y transforma en ese Otro que es su imagen. A partir de este momento, el niño vive una experiencia de unificación del cuerpo y deja de estar fragmentado apareciendo un “Yo cuerpo”. Es así como en la vida del sujeto empieza a formarse el Yo como parte parcialmente consciente de la mente. Ahora bien ¿cómo está formada la mente?



Para Freud la mente, es el aparato psíquico y está estructurado en tres niveles: el consciente que son las percepciones del mundo que nos rodea. Posteriormente, esta información pasa al nivel preconsciente y se puede acceder a él con relativa facilidad. El nivel más profundo de la mente, es el inconsciente, de difícil acceso para la consciencia, aquí se almacena la información reprimida. Esto corresponde a la primera tópica freudiana. La segunda tópica establece tres agentes dinámicos: el ello, que corresponde a la parte primitiva de la personalidad, que busca satisfacción inmediata. El yo, que surge a partir del ello, que, aunque al igual que su antecesor busca el placer, lo hace de una manera más racional. Por consiguiente, se encentra el super yo, que es un tipo de consciencia moral que controla al yo. Ambas tópicas se relacionan por el hecho de que en ellas se integran las dimensiones psíquicas que constituyen a una persona y porque las dos apuntan a explicar que existen instancias no conocidas por el Yo de la persona que determinan sus decisiones y sus actos. En pocas palabras, las tópicas freudianas no son excluyentes, sino que se integran, mientras la primera corresponde a un “modelo espacial”, la segunda a un “modelo estructural” del aparato psíquico. Ambas tópicas explican como la personalidad humana se moldea en base a las instancias psíquicas.



En mi opinión, el Yo es un elemento del aparato psíquico que juega un papel protagónico, ya que se encuentra entre el consciente y el inconsciente. Aunque se forma en el ello, al estar en la parte superior y en contacto con la realidad busca el placer de una manera adaptativa. Refleja rasgos e identificaciones de los objetos amados y perdidos a lo largo de la vida de la persona. Tiene un rol muy activo en la toma de decisiones entre las demandas pulsionales y las demandas de la realidad. En pocas palabras el Yo es parte de la identidad y esencia de una persona, es algo que se construye, con la finalidad de adaptarse a los diferentes escenarios de la vida, una posición subjetiva que incluso puede ser desconocida por el individuo por momentos. En definitiva “El Yo, es como una válvula de escape que hace que la tensión acumulada por un ello no nos ponga en peligro” (Ana Freud).

Palabras clave: Psicoanálisis, Psicología, Monterrey.


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