Es bien conocido, en estos momentos, que la Medicina y la psiquiatría, muy en particular, acogen, esperanzadas, la contribución de los aspectos de medición, evaluación y psicodiagnóstico procedentes de las ciencias psicológicas. Esta situación no fue siempre asi. Toda reflexión diacrónica del problema concluiría que determinados hitos resultaron ser verdaderamente significativos para poder lograr tal objetivo.
Si bien, es en el examen de aquéllos que las diferencias se hacen presentes, es necesario determinar aquellas disciplinas, investigadores y estudiosos que facilitaron que la evaluación psicodiagnóstica, o su semejante, evaluación psicológica, se consolidara en la psiquiatría a partir de sus primeros pasos en la Psicometría y examinando así sus verdaderos prolegómenos. Los aspectos críticos serán debidamente abordados, insistiendo en la actual proliferación de determinados instrumentos de evaluación psicodiagnóstica, habida cuenta de su propia administración y del "setting" en el que su uso se desarrollará.
Desde la psicometría a la psiquiatría: El transcurrir de la evaluación psicodiagnóstica.
Brotat-Ester, Martín.
Resumen
Es bien conocido, en estos momentos, que la Medicina y la psiquiatría, muy en particular, acogen, esperanzadas, la contribución de los aspectos de medición, evaluación y psicodiagnóstico procedentes de las ciencias psicológicas. Esta situación no fue siempre asi. Toda reflexión diacrónica del problema concluiría que determinados hitos resultaron ser verdaderamente significativos para poder lograr tal objetivo. Si bien, es en el examen de aquéllos que las diferencias se hacen presentes, es necesario determinar aquellas disciplinas, investigadores y estudiosos que facilitaron que la evaluación psicodiagnóstica, o su semejante, evaluación psicológica, se consolidara en la psiquiatría a partir de sus primeros pasos en la psicometría y examinando así sus verdaderos prolegómenos. Los aspectos críticos serán debidamente abordados, insistiendo en la actual proliferación de determinados instrumentos de evaluación psicodiagnóstica, habida cuenta de su propia administración y del "setting" en el que su uso se desarrollará.
Determinadas personalidades y científicos han de destacarse necesariamente al tratar de enumerar los hitos o eventos más significativos. El transcurrir de la evaluación psicodiagnóstica -desde los primeros momentos de la psicometría y de la psicofísica- se asienta en estudiosos como Fechner y Weber, con su conocida ley, capaces de relacionar la sensación y la intensidad del estímulo. Pero, fue con Wundt, donde la psicología científica surge desde una vertiente experimental.
La proliferación de tests psicológicos para la medida de la inteligencia y de las aptitudes irán configurando paulatinamente una conceptualización psicométrica de índole cuantitativa y objetiva, que penetrará lentamente en el campo de la psiquiatría, mostrando sus magníficas posibilidades.
Unos años más tarde, serán las técnicas proyectivas las que tomarán el relevo. Así, lo cuantitativo dará paso a lo cualitativo y experiencial, subrayándose la relación con el paciente y la singular importancia de los contenidos psicodinámicos.
Si bien no es éste el momento de enumerar las diferentes conceptualizaciones en la evaluación psicodiagnóstica -véanse, entre otros, Ávila Espada (1), Brotat Ester (2, 3) o Ruiz Ruiz y Brotat Ester (4)- señalar cómo es, en un sentido diacrónico, cómo cabe determinar y elegir ciertas técnicas e instrumentos de evaluación psicodiagnóstica como muestra del nexo entre la clínica psiquiátrica, la psicopatología y dicha evaluación.
Cuando se plantea diacrónicamente el modo de abordaje de la evaluación psicodiagnóstica a la psiquiatría se concluye que lo hace, fundamentalmente, a través del estudio de los trastornos psicopatológicos. Los grandes clínicos de la psiquiatría, -Kraepelin, más concretamente- utilizaban determinadas pruebas conjuntamente a la historia clínica cuando entrevistaban a sus pacientes. Comprobaban, entonces, la oportuna utilización de dichas estrategias.
Manuales de psiquiatría y monografías muy heterogéneas en sus autores y modelos teóricos coinciden plenamente. A modo de ejemplo, confróntense algunas publicaciones sobre el tema (5, 6, 7).
El transcurrir de la evaluación psicodiagnóstica en psiquiatría se asienta en contribuciones muy específicas. A continuación, se expondrán tres de ellas, de una manera más detallada.
Las técnicas proyectivas han resultado ser una de las principales y, muy en particular, las investigaciones del médico psiquiatra suizo Hermann Rorschach.
Rorschach (1884-1922), partiendo de su experiencia en la clínica psiquiátrica, elaboró un método diagnóstico basado en la percepción, cuyo título fue “Psicodiagnóstico” (8), que le permitió diagnosticar las entidades psicopatológicas más habituales. A él se le debe una de las técnicas con mayor reconocimiento en la clínica a lo largo de la historia. La anterior aseveración puede establecerse a partir de algunos parámetros de carácter bibliográfico y clínico, tales como la naturaleza de las revistas científicas en las cuales sus trabajos se publican o la existencia de repertorios bibliográficos sobre la misma técnica, caso de la publicación de Lang (9), amén de su significación en el ámbito clínico. De otro lado, recordar que Pichot (10), junto a otros rorschachistas, homenajeó al creador del Rorschach con motivo del centenario de su nacimiento.
Tal como escribíamos en otro lugar, la imagen de la actividad profesional del médico psiquiatra ha estado muy unida a la misma administración de la Técnica del Rorschach, de sus láminas, con cierta similitud a lo que representó, en su día, el diván psicoanalítico. El conjunto paradigmático psicoanalítico ha auspiciado, desde el propio mecanismo defensivo de la proyección, el surgimiento y consolidación de las técnicas proyectivas. De esta manera, por consiguiente, psiquiatría y evaluación psicodiagnóstica han aparecido hermanadas.
Un segundo punto de encuentro entre la psiquiatría y la evaluación psicodiagnóstica cabe situarlo cronológicamente alrededor de la década de los años cuarenta. Fue, entonces, cuando en la Universidad de Minnesota en los Estados Unidos, Hathaway y Mckinley iniciaban sus investigaciones con un instrumento denominado inventario Multifásico de personalidad de Minnesota, internacionalmente conocido, posteriormente, por sus siglas M. M. P. I.
El citado test de personalidad (11) y sus derivados fueron elaborados a través del procedimiento de la clave empírica de criterio. Esta peculiaridad, consistente en el empleo de un criterio psicopatológico ajeno al mismo test, le otorgó unas características métricas de fiabilidad y validez excelentes, corroborando una magnífica implicación entre los criterios diagnósticos clínicos tradicionales y esta clase de inventarios y cuestionarios de personalidad. Como consecuencia de lo anteriormente expuesto, el inventario Multifásico de personalidad de Minnesota, tanto su primera edición como las sucesivas adaptaciones más recientes, se ha consolidado en un brillante ejemplo.
Las escalas de evaluación comportamental constituyen, por último, el tercero de los puntales de este trabajo. Autores como Hamilton, Beck, Zung o Andreasen son tan sólo algunos de los nombres que corresponden a creadores de escalas de evaluación comportamental o clínicas. A Hamilton se le debe la elaboración de las dos primeras “rating scales” destinadas a evaluar la sintomatología ansiosa y depresiva. Merced a la investigación en psiquiatría y, en particular, en psicofarmacología, ocuparon un lugar prominente en la evaluación de la ansiedad y de la depresión.
En España fueron Conde López y Franch Valverde, quienes en 1984 y de la mano de la industria farmaceútica (12), introdujeron estos instrumentos de evaluación. Pronto les seguirían otros, dedicados a evaluar no sólo el espectro de la sintomatología ansiosa, sino que, también, los trastornos psicóticos -síntomas positivos y negativos-, entre otros componentes. En este sentido, existe una amplia muestra de publicaciones (13, 14).
Como consecuencia de cuanto antecede, manifestar, en síntesis, los siguientes aspectos:
a) Existe constancia de la interacción entre la clínica psiquiátrica y la evaluación psicodiagnóstica, tanto en el ámbito de los instrumentos y técnicas como a nivel teórico, y,
b) La técnica proyectiva del Rorschach, el inventario de personalidad M. M. P. I. y las escalas de evaluación comportamental de Hamilton, por ejemplo, son claros exponentes de tres hitos de singular importancia en la implicación entre evaluación psicodiagnóstica y psicopatología, los cuales han sido presentados en este estudio.
Bibliografía
1. Ávila Espada A. (Ed). Evaluación en psicología Clínica I. proceso, método y estrategias psicométricas. Salamanca: Amarú; 1992.
2. Brotat Ester M. El proceso de evaluación psicológica en psicología clínica y en psiquiatría: su conceptualización y ejes en los que se asienta. Benalmádena: Proceedings VI Congreso Nacional de Evaluación Psicológica, 26 y 239; 2004.
3. Brotat Ester M. Evaluación psicodiagnóstica: más allá de lo cuantitativo. Ponencia X Congreso Nacional de psiquiatría, 2006.
4. Ruiz Ruiz M, Brotat Ester M. Evaluación psicodiagnóstica, una propuesta conceptual. Barcelona: Proceedings VIII Congreso Nacional de psicología; 297-365 (308), 1990.
5. Bulbena Vilarrasa A. (Ed. ). Medición clínica en psiquiatría y psicología. Barcelona: Masson; 2000.
6 . Eid M, Diener E (Eds). Handbook of multimethod measuremen in psychology. Washington: American Psychological Association; 2006.
7. Wetzler S (Ed). Medición de las enfermedades mentales: evaluación psicométrica para los clínicos. Barcelona: Ancora; 1991
8. Rorschach H. Psychodiagnostik. Bern: Hans Huber; 1921.
9. Lang A. Rorschach-Bibliographie 1921-1964. Bern: Verlag Hans Huber; 1966.
10. Pichot P. Centenary of the birth of Hermann Rorschach. J Pers Assess 1984; 6: 591-6.
11. Hathaway S, McKinley J. Minnesota Multiphasic Personality Inventory. Minneapolis: National Computer Systems; 1943.
12. Conde López V, Franch Valverde JI. Escalas de evaluación comportamental para la cuantificación de la sintomatología psicopatológica en los trastornos angustiosos y depresivos. Madrid: Upjohn; 1984.
13. Kay SR, Fiszbein A, Opler LA. The positive and negative syndrome scale (PANSS) for schizophrenia. Schizoph Bull 1987; 13: 261-76.
14. López SJ, Snyder CR. Positive psychological assessment : a handbook of models and measures. Washington: American Psychological Association; 2003.
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