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Manuales de autoayuda en el pánico y la agorafobia.

Autor/autores: M. Y. Vellisca
Fecha Publicación: 01/03/2008
Área temática: Ansiedad, Trastornos de ansiedad y relacionados con traumas y factores de estrés .
Tipo de trabajo:  Conferencia

RESUMEN

La terapia cognitivo-conductual ha demostrado ser un tratamiento eficaz para las personas afectadas por trastornos de pánico y/o agorafobia. En este ámbito se han desarrollado algunos manuales de autoayuda que pueden facilitar la labor del especialista.

No obstante, la utilidad de añadir este elemento no está del todo clara. Será necesario ahondar más en el tipo de circunstancias que hacen recomendable utilizar estas herramientas.

Palabras clave: agorafobia


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Manuales de autoayuda en el pánico y la agorafobia.

Latorre, J. I. ; Vellisca, M. Y. ; Quintanilla, M. A. ; García, M. A. ; Moles, B. ; Vázquez, M. D.

La terapia cognitivo-conductual ha demostrado ser un tratamiento eficaz para las personas afectadas por trastornos de pánico y/o agorafobia. En este ámbito se han desarrollado algunos manuales de autoayuda que pueden facilitar la labor del especialista. No obstante, la utilidad de añadir este elemento no está del todo clara. Será necesario ahondar más en el tipo de circunstancias que hacen recomendable utilizar estas herramientas.

Introducción

La agorafobia y el pánico, juntos o por separado, suponen por su prevalencia un problema serio de salud mental. Incapacitante, en mayor o menor medida, afecta a miles de personas en España.

Weissman et al. (1997) encontraron que la tasa de prevalencia vital del trastorno de pánico se encuentra en torno al 1. 6 – 2. 2 %, habiendo obtenido resultados similares en distintos países. La prevalencia vital de la agorafobia se sitúa en torno al 5 % (Bados, 1995). En cuanto a lo incapacitante que puede llegar a ser, Telch, Schmidt, Jaimez, Jacquin y Harrington (1995) señalan que, siendo el trastorno fóbico más frecuentemente visto en la clínica y el más incapacitante de ellos, puede llegar a serlo tanto o más que muchos otros trastornos psiquiátricos.


Tratamiento para el pánico y la agorafobia

La terapia cognitivo-conductual, con la exposición en vivo a los estímulos temidos como uno de sus principales componentes, se ha mostrado eficaz para el tratamiento de estos trastornos (Bados, 2003; Botella, 2003).

Habiéndose demostrado dicha eficacia, se impone la necesidad de llevar estas herramientas al mayor número de personas posible. No obstante, los recursos suelen ser limitados y las listas de espera en los centros de salud mental públicos también son mayores de lo que sería deseable.

La sanidad pública se ve muchas veces desbordada ante una demanda creciente que no es compensada con una proporcionalmente creciente dotación de medios humanos y técnicos. El resultado es que las listas de espera crecen y la frecuencia con la que puede recibirse a cada paciente se amplía.

Por otro lado, no todo el mundo puede hacer frente al coste económico que supondría acudir a una consulta privada, especialmente si el tratamiento es prolongado o requiere de consultas frecuentes.

Tanto en un caso como en otro, el importante componente de evitación asociado a estos trastornos podría propiciar que finalmente el paciente abandonara un tratamiento que les resulta demasiado costoso en términos de tiempo y/o de dinero (Holden, O’Brien, Barlow, Stetson e Infantino, 1983; Liddell et al. , 1986).


Utilizanción de manuales de autoayuda

Una solución posible a este problema sería la utilización de manuales que el paciente pudiera seguir con un menor contacto por parte del terapeuta. Sin embargo la utilidad de los mismos resulta controvertida (Sharp, Power y Swanson, 2000).

La terapia cognitivo-conductual es una intervención multicomponente dentro de la cual podría encajar la entrega al paciente de un manual de autoayuda con información e indicaciones sobre cómo llevar a cabo el tratamiento. Un ejemplo de este tipo de guías puede consultarse en la obra de Bados (2000), que incluye también un manual para el acompañante.

Una menor intervención por parte del terapeuta no supone necesariamente una peor atención. Si nos atenemos a los resultados de diversos estudios sobre la eficacia de intervenciones más breves en comparación con otras en las que la intervención del terapeuta es mayor, encontraremos que el resultado final es en muchas ocasiones equivalente.

Esto ha podido comprobarse en varios estudios sobre la agorafobia y el pánico (Clark et al. , 1999; Elsesser y Mosch, 2002; Hecker, Losee, Roberson-Nay y Maki, 2004; Marchand, Todorov, Borgeat y Pelland, 2007; Westling y Öst, 1999).

No obstante, como evidencian otros estudios, el manual de autoayuda por sí solo no resulta útil o hace que la efectividad del tratamiento se vea notablemente disminuida por diversos problemas como la falta de motivación o de adherencia al tratamiento (Febbraro, Clum, Roodman y Wright, 1999; Holden et al. , 1983; Sharp et al. , 2000).


Conclusiones

La utilización de materiales de autoayuda en el pánico y la agorafobia puede ser una opción útil y efectiva para reducir la duración del tratamiento cognitivo-conductual y así poder llevar este tipo de intervenciones a un mayor número de personas en una cantidad menor de tiempo.

No obstante, el manual de autoayuda puede resultar una herramienta útil para el facultativo, pero no sustituye al mismo, por lo que la utilización de dichos materiales debe supeditarse al seguimiento del tratamiento por parte de un profesional especializado, que en cada caso ha de encargarse de personalizar el tratamiento para cada paciente concreto.

Una línea de investigación interesante sería comparar la efectividad de este tipo de acercamiento en función de características del paciente, como su nivel de inteligencia, la comorbilidad con otros trastornos del eje I o la presencia de trastornos de personalidad, dado que existe constancia de la frecuente comorbilidad con otros trastornos, especialmente de ansiedad (Barlow, DiNardo, Vernilyea, Vermilyea y Blanchard, 1986; Sanderson, DiNardo, Rappe y Barlow, 1990) y del estado de ánimo (Brown y Barlow, 1992). También sería interesante considerar otras circunstancias, como el hecho de tener o no que pagar por el manual, que según Hecker, Losee, Fritzler y Fink (1996) puede tener un pequeño efecto terapéutico.


Referencias

Bados, A. (1995). agorafobia – I: Naturaleza, etiología y evaluación. Barcelona: Paidós.

Bados, A. (2000). agorafobia y ataques de pánico. Madrid: Pirámide

Bados, A. (2003). Guía de tratamientos psicológicos eficaces para la agorafobia. En M. Pérez, J. R. Fernández y C. Fernández (Coords. ), Guía de tratamientos psicológicos eficaces I. Adultos (pp. 247-70). Madrid: Pirámide.

Barlow, D. H. , DiNardo, P. A. , Vernilyea, B. B. , Vernilyea, J. A. y Blanchard, E. B. (1986). Co-morbidity and depression among the anxiety disorders. Issues in classification and diagnosis. Journal of Nervous and Mental Disease, 174, 63-72.

Botella, C. (2003). Guía de tratamientos psicológicos eficaces para el trastorno de pánico. En M. Pérez, J. R. Fernández y C. Fernández (Coords. ), Guía de tratamientos psicológicos eficaces I. Adultos (pp. 287-310). Madrid: Pirámide.

Brown, T. A. y Barlow, K. H. (1992). Panic disorder and panic disorder with agoraphobia. En P. H. Wilson (Ed. ), Principles and practice of relapse prevention (pp. 191-212). Nueva York: Guilford Press.

Clark, D. M. , Salkowskis, P. M. , Hackman, A. , Wells, A. , Ludgate, J. y Gelder, M. (1999). Brief cognitive therapy for panic disorder: A randomised clinical trial. Journal of Consulting and Clinical Psychology, 67, 583-9.

Elsesser, K. y Mosch, A. (2002). Brief psychological treatment for the relief of panic disorder. Behavioural and Cognitive Psychotherapy, 30, 423-30.

Febbraro, G. A. R. , Clum, G. A. , Roodman, A. A. y Wright, J. H. (1999). The limits of bibliotherapy: A study of the differential effectiveness of self-administered interventions in individuals with panic attacks, Behavior Therapy, 30, 209-22.

Hecker, J. E. , Losee, M. C. , Fritzler, B. K. y Fink, C. M. (1996). Self-directed versus therapist-directed cognitive behavioural treatment for panic disorder. Journal of Anxiety Disorders, 10, 253-65.

Hecker, J. E. , Losee, M. C. , Roberson-Nay, R. y Maki, K. (2004). Mastery of your anxiety and panic and brief therapist contact in the treatment of panic disorder. Journal of Anxiety Disorders, 18, 111-26.

Holden, A. E. , O'Brien, G. T. , Barlow, D. H. , Stetson, D. e Infantino, A. M. (1983). Self-help manual for agoraphobia: A preliminary report of effectiveness. Behavior Therapy, 14, 545-556.

Liddell, A. , Mackay, W. , Dawe, G. , Galutira, B. , Hearn, S. y Walsh-Doran, M. (1986). Compliance as a factor in outcome with agoraphobic clients. Behaviour Research and Therapy, 24, 217-20.

Marchand, A. , Todorov, C. Borgeat, F. y Pelland, M. E. (2007). Effectiveness of a brief cognitive behavioural therapy for panic disorder with agoraphobia and the impact of partner involvement. Behavioural and Cognitive Psychotherapy, 35, 613-29.

Sanderson, W. S. , DiNardo, P. A. , Rappe, R. M. y Barlow, D. H. (1990). Syndrome comorbidity in patients diagnosed with a DSM-IIIR anxiety disorder, Journal of Abnormal Psychology, 99, 308-12.

Sharp, D. M. ; Power, K. G. y Swanson, V. (2000). Reducing therapist contact in cognitive behaviour therapy for panic disorder and agoraphobia in primary care: Global measures of outcome in a randomised controlled trial. The British Journal of General Practice: The Journal of The Royal College of General Practitioners, 50, 963-8.

Telch, M. J. , Schmidt, N. B. , Jaimez, T. L, Lacquin, K. M. y Harrington. P. J. (1995). Impact of cognitive-behavioral treatment on quality of life in panic disorder patients. Journal of Consulting and Clinical Psychology, 63, 823-30.

Weissman, M. M. , Bland, R. C. , Canino, G. J. , Faravelli, C. , Greenwald, S. , Hwu, H. G. , Joyce, P. R. , Karam, E. G. , Lee, C. K. , Lellouch, J. , Lepine, J. P. , Newman, S. C. , Oakley-Browne, M. A. , Rubio-Stipec, M. , Wells, J. E. , Wickramaratne, P. J. , Wittchen, H. A. y Yeh. E. K. (1997). The cross-national epidemiology of panic disorder. archives of general psychiatry, 54, 305-9.

Westling, B. E. y Öst, L. G. (1999). Brief cognitive behaviour therapy of panic disorder. Scandinavian Journal of Behaviour Therapy, 28, 49-57.

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