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Crisis de presentación brusca que alcanza su máxima expresión con rapidez.
La crisis cursa con sensación de muerte o temor a volverse loco y una serie de síntomas somáticos: palpitaciones, sudoración, temblores, opresión en el pecho, sensación de ahogo, parestesias, mareos, despersonalización, etc.
El DSM-IV-TR distingue entre:
crisis inesperadas, no relacionadas con estímulos internos o externos;
crisis situacionales, desencadenadas por estímulos desencadenantes internos (p. Ej., cogniciones catastróficas sobre una molestia precordial) o externos (p. Ej., cuando el individuo con agorafobia sufre una crisis al cruzar un puente) y
crisis predispuestas por una situación determinada en las que no siempre existe la asociación entre el estímulo ambiental y la crisis.
Los ataques paroxísticos de angustia fueron descritos por primera vez en 1873 por Maurice Krishaber (1836-1883) un psiquiatra húngaro que llamó a esta enfermedad neuropatía cerebro cardíaca (la néuropathie cérebro-cardiaque).
Nos interesan dos acepciones de esta palabra.1) Ataque convulsivo, de angustia, de conversión, de agitación psicomotriz, que suele durar segundos, minutos u horas, que aparece de forma repentina y que se puede resolver espontáneamente.2) Cambio favorable en la evolución
de una enfermedad.
Se trata de crisis de aparición bruscas que pueden cursar con síntomas como convulsiones, pérdida de conciencia y alteraciones psíquicas o sensoriales.
Crisis epiléptica parcial, elemental, con síntomas motores. Se diferencia de las crisis focales en su propagación. Comienza con frecuencia en el dedo gordo y se propaga primero a la mano, y luego al antebrazo. La crisis se propaga siguiendo el orden de la representación somatotópica de esta zona en la corteza cerebral.
Una crisis de pánico, también conocida como ataque de pánico, es un episodio intenso de miedo o ansiedad extrema que surge repentinamente, sin un peligro aparente. Estos ataques pueden ocurrir inesperadamente o como respuesta a la exposición a ciertos desencadenantes, y son una de las características principales de los trastornos de pánico, aunque también pueden presentarse en personas sin este trastorno.
### Síntomas
Los síntomas de una crisis de pánico son tanto físicos como emocionales y pueden incluir:- Palpitaciones o ritmo cardíaco acelerado. - Sudoración. - Temblores o sacudidas. - Sensaciones de asfixia o falta de aire. - Dolor o molestias en el pecho. - Náuseas o malestar estomacal. - Mareo, aturdimiento o desmayo. - Sensación de irrealidad (desrealización) o estar separado de sí mismo (despersonalización). - Miedo a perder el control o volverse loco. - Miedo a morir.
Los ataques de pánico suelen alcanzar su máxima intensidad en unos pocos minutos y generalmente duran menos de media hora, aunque algunos síntomas pueden persistir por más tiempo. La experiencia puede ser tan abrumadora que las personas a menudo temen sufrir otro ataque, lo que puede llevar a evitar situaciones o lugares donde creen que podría ocurrir otro ataque.
### Causas
Las causas específicas de las crisis de pánico no están completamente comprendidas, pero se cree que una combinación de factores biológicos, genéticos, y ambientales juegan un papel importante. Los factores de estrés significativos, la predisposición genética, cambios en la función cerebral, y ciertos temperamentos que son más sensibles al estrés o propensos a emociones negativas pueden aumentar el riesgo de desarrollar ataques de pánico.
### Tratamiento
El tratamiento para las crisis de pánico y el trastorno de pánico generalmente incluye terapia psicológica, medicación, o una combinación de ambos. La terapia cognitivo-conductual (TCC) es especialmente efectiva, ya que ayuda a las personas a entender los patrones de pensamiento que contribuyen a los ataques de pánico y desarrollar estrategias para enfrentar y reducir los síntomas. Las técnicas de relajación y mindfulness también pueden ser útiles.En cuanto a la medicación, los antidepresivos y los ansiolíticos pueden ser recetados para ayudar a controlar los síntomas, aunque su uso debe ser cuidadosamente monitoreado por un profesional de la salud.
### Estrategias de Autocuidado
Además del tratamiento profesional, hay varias estrategias de autocuidado que pueden ayudar a manejar los síntomas de una crisis de pánico:
- Aprender y practicar técnicas de relajación, como la respiración profunda y la meditación. - Mantener un estilo de vida saludable, incluyendo ejercicio regular, una dieta equilibrada, y evitar sustancias como la cafeína y el alcohol, que pueden desencadenar o empeorar los ataques. - Establecer una rutina de sueño regular para mejorar la calidad del descanso. - Buscar apoyo de amigos, familiares, o grupos de apoyo para personas con trastornos de ansiedad.
Es importante recordar que aunque las crisis de pánico pueden ser aterradoras, son tratables, y con el apoyo y tratamiento adecuados, las personas pueden aprender a manejar sus síntomas y reducir la frecuencia y severidad de los ataques.
Consiste en una pérdida de conciencia global, paroxística, brusca y de corta duración. Estas crisis pueden ser epilépticas, sincópales, consecutivas a un traumatismo, etc.