El psiquiatra del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Majadahonda, Hilario Blasco, ha intentado condensar diez años de su vida, en los que se ha enfrentado a numerosos dramas personales de afectados por el Trastorno de Déficit de atención e hiperactividad, en su último libro: «Jaque Mate al TDAH». Con él quiere lanzar un mensaje muy claro y «totalmente contrario al de los negacionistas del TDAH: este tipo de discurso mata personas. Tengo que ser franco. Hay gente que no se da cuenta de que afirmaciones como esta se traducen en muertes. Y el TDAH multiplica la tasa de mortalidad de las personas que lo sufren. Son datos objetivos de muchísimas investigaciones, no es una opinión personal, aunque yo también lo vea en mis pacientes. Hay gente adulta con TDAH que llora en mi consulta. . . Los médicos y los psiquiatras tenemos que empezar a ser como los antivacunas. A aquellos que dicen : “No creo en la diabetes mellitus”; “No creo en la esquizofrenia…”. Pues si usted no cree esto voy a ir al juzgado y le voy a poner una denuncia como médico. A este nivel estamos llegando», comenta indignado.
El título de su libro, «Jaque Mate al TDAH», puede dar lugar a que los padres crean que se puede vencer al TDAH, ganarle la partida. . ¿Incluso curarlo?
Es verdad que en el título he usado deliberadamente el juego de palabras ajedrecístico «Jaque Mate al TDAH» porque he usado este deporte en mi práctica diaria, aunque el peso del ajedrez terapéutico en el libro sea menor. Pero sí, ese es exactamente el mensaje que quiero dar: si hacemos bien las cosas, se puede vencer al TDAH. La gente no se da cuenta de la cantidad de muertes que rodean al TDAH cuando no se trata pronto y correctamente. Por eso quiero dar ese mensaje de esperanza con el libro: pero para eso hay que hacer las cosas bien, diagnosticar, medicar, hacer psicoterapia. . . Además, un 40 o un 60 por ciento de los niños dejarán de tener síntomas de adultos.
El tema medicación también muy controvertido y muchos padres se resisten todo lo que pueden al tratamiento farmacológico.
La realidad es que el tratamiento con estimulantes no sólo no aumenta el riesgo de presentar dependencia, sino que lo disminuye. La medicación fuerza la maduración cerebral. No es necesaria en todos los casos, pero sí en muchos.
¿Qué opina de las vacaciones terapéuticas? Muchos padres dejan de medicar sus hijos con TDAH en verano, en las vacaciones de Navidad, o durante los fines de semana.
Las vacaciones terapéuticas se traducen en: «Voy a hacer un mortal». Para mi es una práctica negligente. No lo puedo recomendar. Si un padre no quiere dar medicación en verano, tiene que ser consciente de que las conexiones neuronales retroceden. Por eso es bueno bajar la dosis, pero no quitar. Tampoco descansar durante el fin de semana. Es importante hacer bien las cosas. En verano no necesitan estar tan medicados: hay más sol, menos estrés, hacen más deporte… Son situaciones que mejoran la clínica de los pacientes con TDAH. Por eso digo bajársela, no quitársela radicalmente. No conozco ningún miope que mejore en verano. Una persona ciega no puede leer ni en enero ni en agosto. Lo mismo ocurre con este trastorno, no se trata de una cuestión de querer, o no querer, es de poder.
Muchas veces no se diagnostica a las niñas con TDAH, o se las detecta menos. ¿Es más un trastorno de niños?
Sí, esto pasa, y es un error importante, porque según los estudios publicados, se mueren más chavalas de diagnóstico inatento que de otro tipo. Pero esa diferencia del diagnóstico la comprobamos en una investigación nuestra, donde vimos que hay un sesgo de género clarísimo, que penaliza a las chicas. Se detecta más tarde, y esto lleva a que entren en el circuito sanitario más tarde. Además hay una cierta correlación entre el TDAH y el trastorno límite de personalidad, que es uno de los trastornos más infaustos que se puedan tener. Es un término que muchos compañeros usan más tarde. Son chicas de 18 años con muchas autolesiones, intentos de suicidio, que podrían sufrir abusos sexuales… y que tienen unas 20 veces más de posibilidades de tener TDAH.
¿Es verdad que un diagnóstico de TDAH puede bajar 40 o 50 puntos un cociente intelectual?
Las personas con TDAH tienen una inteligencia que no pueden sacar a flote y suelen tener muchas comorbilidades que hay que tratar (dislexia, discalculia, TEL. . . ). Hay que ser agresivos farmacológicamente, requieren de muchísimo deporte, y de muchísima terapia cognitivo conductual y de funciones ejecutivas. Hay que hacerlo bien porque es importantísimo protegerlos y no que a los 12 tengan una autoestima por los suelos.
¿Cómo se mejoran las funciones ejecutivas?
Practicar un instrumento musical es una de las cosas que más mejora las disfunciones ejecutivas. No me refiero a ir al conservatorio, pero sí a una escuela de música donde estos niños tengan contacto con instrumentos musicales que haga que estos menores sean más eficaces en determinados procesos.
Los padres de niños con TDAH se suelen quejar de que sus familiares creen que son niños vagos, maleducados… y que ellos pueden solucionar el problema en 15 días.
Sugiero en estos casos establecer un diálogo. Si esa persona lleva gafas, pedirle que lea sin ellas. Un ciego no puede leer si no es Braille. No es cuestión de voluntad. Quizás así entenderían que no es que estos chicos no quieran, es que no pueden hacer según qué cosas, que para ellos son más difíciles. Por este motivo las familias deben tratar de encontrar las cosas que sí que les gustan hacer.
¿Cómo pueden los padres reconocer las cosas que sí que les gustan hacer a sus hijos con TDAH?
Les recomiendo ir observando e ir probando con distintas actividades. Las personas con TDAH son muy buenas, muy emocionales y con un montón de cosas positivas.
Las familias de estos niños apuntan a que el sistema educativo es una trituradora para estos niños. ¿Qué sistema educativo les va mejor? ¿Qué aconseja a los padres a la hora de elegir colegio?
Veo en consulta cantidad de injusticias que se cometen en el sistema educativo español. Es tremendo. En este sentido hay un libro muy bueno recientemente publicado, el de Milagros Martín Lunas: «Mi vida con un TDAH», escrito al alimón con mi colega el psiquiatra César Soutullu. Es tremendo lo que ocurre con estos pequeños en la escuela. Pero a la hora de elegir colegio, profesores… Es un conjunto de cosas. Lo que sí hay que saber es que son chavales muy vulnerables, susceptibles de acoso. Hay que estar muy atentos por si los colegios o bien no lo detectan, o miran para otro lado. Pero en principio la escuela generalmente no colabora. . . O al menos eso es lo que yo he vivido en consulta. Depende de la voluntad del profesor que toque ese curso en cuestión. Quizás los grupos burbuja faciliten su trabajo de alguna forma. En principio la «nueva normalidad« puede ser una cosa positiva, porque suelen ser niños con pocas habilidades sociales y con dificultades y problemas de autoestima.
Usted, en efecto, señala que son niños que además tienen muchas dificultades a la hora de relacionarse socialmente. ¿Qué recomienda en este caso?
Esto suele obedecer a que el resto del grupo detecta que estos niños son menos maduros. El truco es poner huevos en diferentes cestas, es decir, en tres o cuatro actividades distintas: el grupo de la urba, la clase de baile, de judo, los primos… Con las niñas hay un momento crítico, que son los periodos premenstruales, en torno a los 11 años, sobre todo cuando tienen acceso a las redes sociales. Los chicos son distintos. Nos podemos pegar, pero a las dos horas solemos ser tan amigos.
El ajedrez, que usted usa como terapia, ¿es una herramienta útil para todos los niños con TDAH?
El rango de personas que puede jugar al ajedrez es inmenso. Creo que es más un tema de cómo te enseñan el ajedrez, de las cualidades del profesor. El ajedrez, como cualquier materia, si tienes un maestro bueno, es una maravilla. Es como las matemáticas, si tienes un buen docente, pueden ser preciosas, pero tienes que tener un profesor que te las sepa explicar y que consiga que te gusten. Las potencialidades del ajedrez, como herramienta, son excelentes. Te permite además integrar otras asignaturas como las propias matemáticas, la historia… Con los niños con TDAH conseguimos muchas mejoras cognitivas. Se trata de adaptarlo al chaval.