Psicólogos de la Clínica López Ibor han alertado del problema de la adicción a las redes sociales y han insistido en la importancia de un uso responsable, ya que en 2021 casi un 60 por ciento de la población mundial son usuarios de Internet, lo que supone un 7, 3 por ciento más respecto a 2020.
Las redes sociales tienen 4. 200 millones de usuarios a nivel mundial, lo que representa un crecimiento interanual de más del 13 por ciento. En España son casi 43 millones los usuarios de Internet y los datos indican que emplean una media diaria de 6 horas y 11 minutos navegando por la web.
Aunque el número de internautas no ha crecido tanto (0, 3 por ciento más que en 2019), sí que ha habido un mayor aumento del uso de las redes sociales, con más de 37 millones de personas haciendo uso de ellas, lo que supone un 80 por ciento de la población. El 98 por ciento de las personas acceden a ellas a través de dispositivos móviles pasando una media diaria casi dos horas utilizándolas.
El problema está en el uso/abuso que se hace de las redes sociales y la función que cumplen, intentando identificar qué aspectos pueden interferir en la persona o pueden derivar a un problema mayor como la dependencia al juego, a las compras, a las relaciones personales (dependencia emocional) o el control hacia otras personas.
De hecho, actualmente millones de adolescentes buscan el refuerzo social a través de estas redes, publicando fotos y contenido personal.
Estudios llevados a cabo, muestran su poder adictivo y la constante necesidad de refuerzo en ellas.
La respuesta cerebral del adolescente, al acumular muchos "me gusta", se asemeja a la respuesta obtenida de comer chocolate, o ganar mucho dinero. La percepción de disponibilidad continua y el sentimiento de tener que estar siempre conectado y al día de las últimas novedades, está relacionado con sintomatología ansiosa, depresiva y alteraciones del sueño.
Además, tal y como han señalado los psicólogos, cada cierto tiempo aparece un desafío, 'challenge' que se viraliza a través de las redes sociales, impactando directamente en los jóvenes, que quieren llevarlo a cabo para así recibir el reforzamiento inmediato de los demás.
"La parte racional del cerebro del adolescente todavía está en desarrollo, por esta razón son más impulsivos y tienen una menor capacidad para pensar en las consecuencias que puede tener su conducta. Unido a esto, se encuentra el hecho de que las redes sociales impulsan a conseguir muchos 'me gusta', algo que para el adolescente tiene mucho valor, por lo que cada vez los retos o las fotos que suben son más escandalosas y trepidantes, ya que el único objetivo que hay es ser el que más 'me gusta' tiene, y conseguir ser popular", han indicado los expertos.
Factores como la necesidad de gratificación inmediata, la escasa comunicación, la dificultad para tolerar el malestar y la frustración, escaso apoyo familiar y social, baja autoestima, consumo de sustancias, unido la búsqueda del reconocimiento social a través de las redes sociales, están influyendo directamente en el inicio de conductas de riesgo.
"La necesidad de reforzar la comunicación que se mantiene con el adolescente, tanto desde la familia como en el colegio, un mayor control sobre las redes sociales y de los retos virales que se van iniciando y van alcanzando mayor popularidad, , el pasar tiempo con la familia, los amigos y desarrollar actividades saludables que no incluyan estas plataformas, son factores de protección ante los riesgos que entraña las redes sociales", han zanjado.