El Observatorio Español de las drogas y las Adicciones (OEDA) ha publicado el informe COVID-19, consumo de sustancias psicoactivas y adicciones en España, elaborado durante los meses de marzo a junio 2020, para valorar el posible impacto de la pandemia sobre los patrones de consumo de sustancias psicoactivas.
El análisis se ha basado en la información proporcionada por diferentes fuentes nacionales y europeas, principalmente a través de encuestas web. Los datos preliminares permiten conocer los posibles cambios en las tendencias de consumo derivados de la pandemia por COVID-19.
“Las tendencias de consumo de sustancias psicoactivas durante la pandemia han cambiado indudablemente, sobre todo debido a la dificultad para acceder a estas sustancias”, considera el Dr. Jaime del Corral, psiquiatra de la Unidad de patología Dual de la Clínica Nuestra Señora de la Paz. Por otra parte, la situación de confinamiento y aislamiento social ha permitido a mucha gente “tomar conciencia de los problemas de adicción”.
Consumo de drogas ilegales
El OEDA ha analizado los datos obtenidos de una breve encuesta europea sobre consumo de drogas en el contexto de la pandemia por COVID-19 (Mini-EWSD-COVID19) realizada por el Observatorio Europeo de las drogas y Adicciones (EMCDDA) entre el 8 de abril y el 31 de mayo 2020.
De este estudio se extrae que la mayoría de encuestados habían cesado o reducido la frecuencia/cantidad de consumo de sustancias psicoactivas (71. 9%), con tan solo un 11. 9% de personas que reconocían haber aumentado dicho consumo, sin diferencias por sexo. El informe advierte que es difícil generalizar los resultados obtenidos ya que se han tomado muestras autoseleccionadas.
Al comparar tendencias por sustancias los resultados varían. En el caso del cannabis hay un mayor número de personas que aumentaron el consumo o lo mantuvieron. No sucede lo mismo con la heroína o cocaína, sustancias en las que se observa un descenso del consumo, probablemente relacionado con una mayor dificultad para conseguirlas. Lo mismo ha ocurrido con el éxtasis y las anfetaminas, cuyo consumo ha disminuido al estar muy relacionado con situaciones de ocio.
Los motivos de los encuestados acerca de la disminución del consumo son principalmente la menor disponibilidad de las sustancias y la ausencia de oportunidades de uso. Aquellos que consumieron más esgrimen razones como el aburrimiento, la ansiedad o el “poder soportar” la situación causada por la COVID-19.
El Sistema Español de Alerta Temprana sobre Nuevas Sustancias Psicoactivas (SEAT) no ha emitido ninguna notificación de nuevas sustancias durante el periodo correspondiente al estado de alarma.
Consumo de tabaco
El Ministerio de Sanidad, en colaboración con el Comité Nacional de prevención del tabaquismo y las comunidades autónomas de La Rioja y Murcia, realizó la encuesta virtual Tabaco, otras formas de consumo y confinamiento entre el 4 y el 22 de mayo de 2020.
Los resultados preliminares muestran, al igual que con el consumo de drogas ilegales, una reducción del uso del tabaco. Un 6, 73% de los encuestados ha abandonado el hábito tabáquico y un 5, 98% lo ha reducido. Por otro lado, el 61, 83% de las personas habitualmente expuestas al humo han dejado de estarlo durante el confinamiento.
Destaca la alta concienciación acerca del tabaco como factor de riesgo añadido para complicaciones por COVID-19 entre los encuestados.
Consumo de alcohol
Los datos se obtuvieron de la Encuesta web Europea alcohol y COVID-19, con la colaboración de la Universidad Politécnica de Dresden (Alemania) y el hospital Clinic de Barcelona, durante los meses de mayo y junio de 2020.
Las primeras aproximaciones resaltan que el consumo de alcohol se ha mantenido o reducido. La encuesta incluye un total de 39. 298 personas de 22 países europeos, siendo la muestra española de 3. 133 participantes.
Adicciones comportamentales
Para explorar el impacto, y los posibles trastornos por uso inadecuado derivados de la pandemia en los patrones de consumo de internet, videojuegos y juego, el OEDA lanzó una encuesta online entre el 18 de mayo y el 30 de junio.
La frecuencia habitual prepandemia del uso de videojuegos era de 1 a 3 días al mes, una tendencia que ha crecido durante el confinamiento hasta los 5-7 días a la semana. Un 39, 5% de los encuestados declara haber dedicado más tiempo a estos juegos en la pandemia, sobre todo dentro del segmento estudiantil.
Según varias preguntas basadas en los criterios DSM-V, un 7, 2% de los encuestados padece trastornos relacionados con el uso de videojuegos. Para valorar la existencia de juego problemático entre los encuestados se introdujo la escala Lie-Bet: según los resultados obtenidos, un 26, 3% podrían presentar patrones de juego problemático.
El patrón de juegos también ha cambiado. Las cartas, el bingo, las tragaperras o los videojuegos han sido los más usados; mientras que las quinielas, las loterías y las apuestas deportivas han caído entre sus adeptos. El juego online con dinero ha decrecido respecto al periodo previo al confinamiento.
Un 68, 9% de los encuestados afirma navegar más por internet con fines recreativos. Para poder detectar posibles usos problemáticos, se incluyó la escala Compulsive internet use scale (CIUS).
Problemas relacionados con las drogas
El Sistema Español de Información en drogas y Adicciones (SEIDA) recoge información anual de los nuevos casos admitidos a tratamiento en la red ambulatoria de atención a las adicciones, las urgencias relacionadas con el consumo de sustancias psicoactivas y la mortalidad asociada al consumo de drogas.
Esta información permite determinar, de manera preliminar, el impacto que ha tenido la pandemia en los problemas relacionados con las drogas. Sin embargo, es necesario esperar a la consolidación anual de los resultados para hacer una valoración en conjunto.
Según las consultas mediante cuestionario hechas a los centros notificadores de las Comunidades Autónomas en la segunda quincena del mes de junio, las admisiones a tratamiento para iniciar programas de deshabituación y desintoxicación han sufrido un notable descenso de hasta el 70%, con variaciones según el territorio nacional.
La Unidad de patología Dual de la Clínica Nuestra Señora de la Paz ha mantenido los mismos niveles de actividad. “El perfil de los pacientes que ahora nos llegan consume más. En personas con adicciones, cuando generas espacios vacíos, la adicción crece”, explica el Dr. Del Corral. “Algunos han experimentado síntomas de abstinencia graves por no tener acceso a las sustancias”.
El patrón de sustancia principal que motiva el ingreso ha variado. Los opioides han pasado a ser la primera droga en casos admitidos cuando tradicionalmente ocupaban el cuarto lugar tras el alcohol, la cocaína y el cannabis. Según el facultativo, esto podría deberse a “la ausencia de los entornos habituales de consumo y residencia, que ha propiciado el acceso de este perfil de pacientes a los centros residenciales públicos”.
No se ha podido acceder a los datos sobre las valoraciones en el servicio de urgencias, pero la información preliminar señala que los casos relacionados con sustancias psicoactivas han disminuido.
Conclusiones
Los primeros resultados sugieren que el confinamiento ha impactado en el consumo de sustancias psicoactivas, con una reducción generalizada en su uso. El informe subraya la importancia de seguir estudiando estas tendencias una vez se hayan levantado las medidas de distanciamiento.
El documento “contribuye al análisis general de la situación y de los cambios asociados con la pandemia COVID-19 y sus consecuencias”. Sin embargo, se advierte de que hay que tener precaución a la hora de interpretar estos datos dadas las limitaciones de las fuentes disponibles y de la necesidad de contextualizar los resultados obtenidos.
Expertos como el Dr. Jaime del Corral apuntan a que es difícil obtener este tipo de información a través de encuestas ya que los consumos suelen ser “secretos”, lo que implica que existiría cierta dificultad para responder con sinceridad. A pesar de esto, el facultativo considera que estos informes son de gran utilidad para intentar comprender el comportamiento de la población respecto a las sustancias psicoactivas.
