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Depresión vascular.

Fecha Publicación: 01/03/2007
Autor/autores: Mariella Guerra

RESUMEN

La depresión, reconocida junto con la demencia como una de las epidemias de este siglo es de particular interés en la vejez por su frecuencia, etiología, expresión clínica, relación con otras enfermedades, tratamientos no siempre exitosos, pronóstico usualmente sombrío, impacto negativo en la economía y deterioro de la calidad de vida. Vista como un síndrome , la depresión tiene múltiples etiologías incluyendo los factores socio ? ambientales, las enfermedades médicas y la predisposición genética Con el desarrollo de la psiquiatría geriátrica como una especialidad diferenciada, los clínicos reconocieron la existencia de una depresión que se presentaba por primera vez en la vejez y que difería de la depresión de los más jóvenes. La relación entre esta depresión, edad tardía de presentación y alteraciones vasculares han dado lugar a una nueva entidad denominada ?depresión vascular? (DV) (Krishman , Mc Donald, 1995; Alexopoulos et al, 1997). Revisando la literatura encontramos que Post (1962) describió la posibilidad de encontrar ?alteraciones orgánicas cerebrales sutiles en ancianos deprimidos?. Investigaciones posteriores como las de Fujikawa et al (1993) entre otros documentaron la asociación entre problemas cardiovasculares y mayor prevalencia de depresión.

Se destacó así mismo la presencia de eventos vasculares cerebrales silentes en adultos mayores deprimidos. De otro lado la imagenología encuentra alteraciones neurofisiológicas en deprimidos de inicio tardío. La resonanacia magnética funcional (RMF) resalta la asociación entre depresión de inicio tardío y su asociación con mayor número y tamaño de señales focales hiperintensas en sustancia blanca perivascular, en regiones profundas de corteza y en núcleo estriado. Por otra parte , en la tomografía por emisión de positrones (TEP) se visualiza disminución de flujo en las áreas antes señaladas , y los estudios anatomopatológicos post mortem han encontrado alteraciones propias de una isquemia. En función a estas depresiones tardías relacionadas con patoalogía vascular, Alexopoulos (1997) propuso la hipótesis que esta entidad se trataba de una ?depresión vascular?, con características clínicas particulares. Clínicamente se proponen como características de la DV aquellas consideradas principales y las secundarias. Entre las primeras están: inicio de la depresión en edades tardías; evidencia clínica de enfermedad vascular o de factores vasculares asociados; lesiones isquémicas cerebrales detectadas por neuroimágenes.

De las secundarias se citan: ausencia de historia familiar de trastornos afectivos; disfunción cognitiva; ideación depresiva limitada; retardo psicomotriz; escasa conciencia de enfermedad; impedimento o minusvalía física. El sustento para este constructo denominado DV se basa en la presencia frecuente de depresión en personas portadoras de hipertensión, diabetes, coronariopatía y enfermedad cerebrovascular. Parece ser que la DV se relaciona con daño en las conexiones entre los ganglios basales y la región prefrontal, con lo que se produce un cuadro clínico que incluye un síndrome frontal y en el que se observa además retardo, poca o nula conciencia de enfermedad y alteración en las funciones ejecutivas. Según Alexopoulos (1997), la disfunción de las vías estriato-pálido-talámo-coricales produciría depresión. Los factores vasculares con el proceso neurodegenerativo, daría como resultado una desregulación de los sistemas monoaminérgicos, como el de la serotonina, dando paso a la expresión clínica de síntomas depresivos. De otro lado se ha logrado precisar que la DV se relaciona con alta morbilidad y mortalidad así como con mayor riesgo de demencia.


Palabras clave: Depresión vascular
Tipo de trabajo: Conferencia
Área temática: Neurocognitivos, Trastornos neurocognitivos .

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