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Enfoque dimensional en el estudio de la representación social de la vejez.

Autor/autores: Mirta Sánchez
Fecha Publicación: 01/01/2004
Área temática: Neurocognitivos, Trastornos neurocognitivos .
Tipo de trabajo:  Comunicación

RESUMEN

Es posible encarar el estudio de las representaciones sociales desde distintas perspectivas y enfoques teóricos y metodológicos. La naturaleza del constructo conduce a los investigadores a formularse distintas preguntas en torno a las RS y a abordar las indagaciones a través de distintos métodos. Ubicamos este estudio dentro del enfoque dimensional centrado en la indagación de las diferencias en los parámetros y dimensiones que los sujetos utilizan en la conceptualización del objeto social. La presente investigación ofrece datos que vinculan actitud hacia la vejez con opinión y conocimiento de la misma.

Los datos fueron recabados en dos etapas: en la primera se realizaron entrevistas en profundidad a una muestra de sujetos de diferentes grupos etáreos y estratos sociales.

Las encuestas piloto y definitiva, construidas a partir de los datos iniciales en la segunda etapa, incluyen

1. -una tarea de asociación de palabras, que se elaboró a partir de los significantes obtenidos en las entrevistas en profundidad,
2. -una escala Thurstone
y 3. -una escala Lickert.

En su forma definitiva esta encuesta fue administrada a 203 sujetos. En líneas generales los resultados parciales obtenidos a partir de las escalas han permitido comprobar que los sujetos con mayor grado de instrucción, y los que tienen mayores conocimientos acerca de la vejez tienen simultáneamente opiniones y actitudes más favorables sobre esta etapa de la vida.

Palabras clave: Actitud, Conocimiento, Enfoque dimensional, Opinión, Representación social, Vejez


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Enfoque dimensional en el estudio de la representación social de la vejez.

Alicia Monchietti; Deisy Krzemien; Mirta Sánchez.

Grupo de investigación Temas de psicología del Desarrollo. Facultad de psicología. Universidad Nacional de Mar del Plata. Argentina

PALABRAS CLAVE: Vejez, Representación social, actitud, Opinión, Conocimiento, Enfoque dimensional.




Resumen

Es posible encarar el estudio de las representaciones sociales desde distintas perspectivas y enfoques teóricos y metodológicos. La naturaleza del constructo conduce a los investigadores a formularse distintas preguntas en torno a las RS y a abordar las indagaciones a través de distintos métodos. Ubicamos este estudio dentro del enfoque dimensional centrado en la indagación de las diferencias en los parámetros y dimensiones que los sujetos utilizan en la conceptualización del objeto social.

La presente investigación ofrece datos que vinculan actitud hacia la vejez con opinión y conocimiento de la misma. Los datos fueron recabados en dos etapas: en la primera se realizaron entrevistas en profundidad a una muestra de sujetos de diferentes grupos etáreos y estratos sociales. Las encuestas piloto y definitiva, construidas a partir de los datos iniciales en la segunda etapa, incluyen 1. -una tarea de asociación de palabras, que se elaboró a partir de los significantes obtenidos en las entrevistas en profundidad, 2. -una escala Thurstone y 3. -una escala Lickert. En su forma definitiva esta encuesta fue administrada a 203 sujetos.

En líneas generales los resultados parciales obtenidos a partir de las escalas han permitido comprobar que los sujetos con mayor grado de instrucción, y los que tienen mayores conocimientos acerca de la vejez tienen simultáneamente opiniones y actitudes más favorables sobre esta etapa de la vida.



Introducción

El paradigma de las representaciones sociales se ha mostrado exitoso en gran número de áreas de investigación, tanto teóricas como empíricas, y ha intentado establecer lazos con otras tradiciones investigativas. Entre ellas, la que se ocupa del estudio de las actitudes. Tarea poco sencilla ya que Fichbein y Ajzen, en un estudio efectuado en 1972 citado por Moscovici y Pérez, recopilaron, ya entonces, 500 definiciones diferentes de actitud.

Mas allá de esto, la relación entre representación social y actitud es pensable desde la misma definición de representación social, ya que el sentido que éstas otorgan a los objetos sociales emergen de la interacción de “valores, ideas y prácticas”. Pero también, las representaciones sociales suelen ser entendidas como sistemas de significación que producen tales valores y prácticas. “Es imposible determinar si la representación social está en la base de los “valores, ideas y prácticas”, (Moscovici, 1973) o si éstas tres hacen que ellas surjan”, (Bergman, 1998).

Flament (1985), considera que en las representaciones sociales existen elementos descriptivos y prescriptivos. Estos últimos son los que indican qué es lo que debe hacerse en relación al objeto de la representación. Moliner (1995), por su parte, entiende de elementos ligados a la evaluación o juicio como elementos normativos vinculados al comportamiento. Rodriguez (1994), considera que ”. . . las representaciones sociales son el consenso normativo que regula las expectativas, las actitudes y las conductas de los demás grupos hacia el grupo “viejos” como categoría social y de los viejos hacia sí mismos como grupo y como individuos “.

Como ocurre en el caso de distintos autores que van, a lo largo del tiempo, definiendo un nuevo concepto, Serge Moscovici va modulando su definición acerca de las representaciones sociales. Sus definiciones más clásicas son decididamente tripartitas. Lo es también cuando aparece como “un sistema de creencias, valores y actitudes”. Estas creencias serían componentes ideatorios de distinta naturaleza; conocimientos de distintos orígenes, opiniones, prejuicios, etc. Pero siempre son productos elaborados a través del diálogo colectivo. Por ello constituyen teorías de la “ciencia colectiva” destinadas a interpretar y construir lo real en el transcurso de la comunicación cotidiana.

Esta construcción de lo real abarca tanto el modelado de las subjetividades de cada época como las prácticas cotidianas de los sujetos. En la formación de los discursos según Foucault (1980) intervienen reglas históricas, culturales y sociales y también relaciones de poder que los hacen posibles. Por su parte, considera a estos discursos “prácticas que configuran aquellos objetos de los que hablan”. Las significaciones que circulan respecto de la vejez no surgen pues del idioma, sino que son producto de prácticas y de relaciones de poder. Los discursos entonces orientan pero también limitan las posibilidades del pensamiento. Así, a partir de un criterio utilitario se impone la visión de la vejez como “clase pasiva” o como “carga para la sociedad”, desde un criterio puramente biologista, la de la vejez sinónimo de enfermedad y decadencia. Las significaciones acerca de la vejez que son hegemónicas pasan a formar parte de los preconceptos con que los individuos abordan la vejez.

Por nuestra parte consideramos que las significaciones de la vejez son producto de la experiencia social así como de la experiencia individual. En este sentido, acordamos con el enfoque de Abric (1994), Flament, (1994), Guimelli, (1994) y Moliner (1995), que la representación social está organizada por un doble sistema. El central, socialmente determinado y ligado a condiciones históricas, sociológicas e ideológicas, que constituye la base colectiva de la representación; y el sistema periférico mucho más dependiente de las características individuales y del contexto inmediato.

 

Mucho más flexible que el anterior, ofrece la posibilidad de integrar diferentes informaciones y prácticas. De ello resulta no sólo una articulación sino también una tensión entre el bagaje compartido a lo largo de una historia común en el seno de una cultura y lo que los individuos construyen a lo largo de cada nuevo día.

La mayoría de los autores señala la confluencia de aportes individuales y colectivos en la RS. O dicho de otro modo, cada sujeto contribuye a la elaboración y reelaboración de las mismas con su aporte personal.

Consideramos que este aporte personal se nutre de sus particulares experiencias y prácticas.
Es en el marco de estas ideas es que nos proponemos la lectura de algunos de los resultados obtenidos mediante el procesamiento de los datos recogidos.

 

Método

Se trata de un diseño exploratorio trasversal con una muestra de 203 sujetos de ambos sexos de diferentes grupos etáreos y estratos sociales. A partir del marco teórico que tiene en cuenta perspectivas de diferentes autores acerca de lo que se define como representación social, se construyó un instrumento de recolección de datos que incluye items provenientes del grupo a estudiar, ya que una de las especificidades de la RS esta dada por las características del contexto histórico en que surgen. El instrumento incluye una escala Thurstone y una escala Lickert. Se realizó un procesamiento cuantitativo, mediante el análisis estadístico descriptivo e inferencial, por medio del paquete estadístico SPSS -versión 11. 5-.

 

Resultados y discusión

Los que siguen son resultados parciales recogidos a partir del análisis cuantitativo del material obtenido.

 

Opinión y conocimiento acerca de la vejez

Aplicando la prueba gamma hallamos una relación significativa entre opinión favorable hacia la vejez y conocimiento acerca de la misma (gamma = 0. 854; p < 0. 01).

El 69. 6% de la muestra que tiene mayores conocimientos sobre la vejez está de acuerdo en considerar que la misma es una etapa positiva de la vida (Tabla 1). Mientras que el 67. 9 % de los sujetos que tienen menores conocimientos, están en desacuerdo en considerar a la vejez una etapa positiva de la vida.

 
Tabla 1. tabla de contingencia entre las variables opinión y conocimiento acerca de la vejez

Se puede afirmar en líneas generales que un mayor conocimiento acerca de la vejez aumenta la opinión favorable sobre ella. Por lo tanto, es posible pensar que la influencia de conocimientos provenientes de distintas fuentes acerca de las personas de edad, puede ser un factor desprejuiciante, teniendo en cuenta que las creencias compartidas socialmente y referidas al tema cuentan, en general y en nuestro medio, con un fuerte componente de prejuicios.

En cuanto a las fuentes de conocimiento se puede pensar en la incidencia del grado individual de instrucción alcanzado, por un lado, y diversos conocimientos provenientes del contacto y quehacer cotidiano con adultos mayores que, de darse con personas que cursan un envejecimiento normal, llevaría a moderar la creencia compartida de connotación negativa en torno a la vejez. En una investigación anterior hemos abordado la analogación, en nuestro medio, de vejez y enfermedad, bajo la influencia del paradigma biomédico sobre la representación social de la vejez (Monchietti, 2002)

Según Bourdieu (1980) el modo de conocimiento que llamamos fenomenológico refleja una experiencia que en general no es objeto de una actitud reflexiva, pero no por ello deja de ser cierta en tanto experiencia. La subjetividad humana, según el autor, está constituida por esquemas que le permiten al sujeto categorizar la realidad y actuar en consecuencia constituyendo el punto de vista de cada uno que tiene una génesis social. Elabora el concepto de habitus, y por tal entiende el modo de percibir y evaluar una experiencia propia de un grupo o de una clase social, esos esquemas de percepción incorporados son los que constituyen su punto de vista. En lo que las personas dicen u opinan se expresan actitudes, intenciones, conocimientos y la manera en que interpretan la realidad.

La opinión que considera la vejez como una etapa positiva de la vida, no está generalizada debido a que prevalecen representaciones sociales acerca de la vejez y del envejecimiento con connotaciones negativas. Sin embargo hemos podido constatar que el conocimiento acerca de la vejez aumenta la opinión favorable.

 

Opinión acerca de la vejez y grado de estudios

Aplicando igualmente la prueba gamma hallamos una relación significativa entre la opinión hacia la vejez y el grado de estudios alcanzado (gamma = 0. 229; p < 0. 01).

La lectura de algunos de los resultados de esta tabla indican que el 64, 3% de los sujetos encuestados que no concurrieron a la escuela o tienen el nivel primario incompleto, manifiestan estar en desacuerdo en que la vejez puede ser una etapa positiva de la vida, solo el 17, 9% de los que están en esta condición tienen una opinión favorable hacia la vejez. Por otra parte, sólo el 28 % de aquellos que tienen un nivel terciario o universitario de estudios está en desacuerdo con considerarla una etapa favorable (Tabla 2). Se puede observar que la opinión negativa sobre la vejez disminuye a medida que aumenta el grado de instrucción 


Tabla 2. tabla de contingencia entre variables opinión acerca de la vejez y grado de estudios

En líneas generales nuestros resultados nos han permitido comprobar empíricamente que los sujetos con mayor grado de instrucción, y los que tienen mayores conocimientos acerca de la vejez tienen simultáneamente opiniones y actitudes más favorables. Dicho de otra forma, el escaso grado de instrucción adquirido, influye negativamente en la opinión que se tenga sobre la vejez.

Los estudios que revelan el contenido de las respuestas a las preguntas que indagan acerca de la estructura de las representaciones sociales de la vejez, indican que los mismos giran en torno a unas pocas significaciones de carácter negativo y prejuicioso (Hummel, 2000). Debido a la recurrencia de estas pocas significaciones, el repertorio simbólico se ve acotado y las experiencias negativas personales podrán afirmar dichos componentes prejuiciosos. Moscovici y Pérez, (1997) entienden a estos componentes prejuiciosos bajo la forma de representaciones que preceden a la experiencia y a la reflexión.

En cuanto a conocimiento, hemos distinguido anteriormente un conocimiento práctico que tiene como origen la experiencia concreta y un conocimiento que se adquiere en forma sistemática en los diferentes niveles educativos. Si bien la vejez no es motivo de estudio, salvo en carreras específicas, la cultura y conocimientos en general parecen incidir en la opinión y actitud que la mayoría de los sujetos tiene (por lo menos en nuestra muestra y el grupo estudiado), tornándolas mas favorables.

 

Actitud hacia la vejez y conocimiento acerca de la vejez

Aplicando la prueba gamma hallamos una relación significativa entre actitud hacia la vejez y conocimiento acerca de la misma (gamma = 0. 603; p < 0. 01).

El 69% de los encuestados que tiene una actitud negativa hacia la vejez, no tienen conocimiento acerca de la misma. Es interesante constatar que el 60, 7% que sí tiene conocimientos sobre la vejez, tienen también una actitud favorable y que sólo el 14, 3 % que tiene una actitud desfavorable, tiene conocimiento acerca de la vejez (Tabla 3).


Tabla 3. tabla de contingencia entre las variables actitud hacia la vejez y conocimiento acerca de la vejez

En un trabajo de Bergman, (1998) se sostiene que los paradigmas de investigación de actitudes, valores y RS no son inconmensurables. Es más pensamos que sus campos a menudo se solapan. Lo cierto es que son varios los modelos que establecen relaciones posibles entre actitudes y prácticas. Como hemos consignado hay quienes sostienen que las primeras orientan a las segundas y también es dable pensar que las RS emergen como el producto de ideas, valores y prácticas en el intento socialmente compartido de dotar de sentido a la realidad.

Sea como fuere, según se comprueba en nuestro trabajo, a menor nivel de estudios logrados, más claramente se impone una concepción negativa acerca de la vejez que se acompaña de actitudes y prácticas orientadas en igual sentido.

 

Conclusiones

Conocemos la existencia de experiencias que sugieren precaución al respecto de la medida en la que campañas educativas y preventivas en el campo de la salud basadas en impartir mayores conocimientos pueden, por diversos factores, tener resultados limitados en cuanto a modificar representaciones sociales preexistentes. A pesar de ello, y retomando los resultados obtenidos, consideramos que un mayor nivel de conocimientos teóricos acerca de las problemáticas específicas del envejecimiento y de la naturaleza de los cambios que en él se suscitan, contribuyen, en general, a la reflexión y reconsideración de las creencias, en particular las prejuiciosas, que forman parte de la representación social. La incidencia de este cambio sobre la actitud sería directa.

 




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