Francisco Ferre es codirector del Instituto de psiquiatría y Salud Mental del Hospital Gregorio Marañón y Jefe del Servicio de psiquiatría del Adulto. En esta entrevista analiza los pasos tan decisivos que el Departamento ha tenido que dar (y seguirá dando) ante la epidemia de coronavirus. Desde la atención a mujeres maltratadas a la irrupción de la Telepsiquiatría para mantener el tratamiento y seguimiento de los pacientes, pasando por el trabajo de información y pedagogía con las personas sordas y los nuevos canales de comunicación.
¿ Ha estado la psiquiatría del Marañón a la altura de la exigencia que ha tenido ese hospital en la crisis del Covid?
Absolutamente. Creo que la organización de la intervención en materia de Salud Mental y psiquiatría que lidera nuestro director, Celso Arango, está abarcando en la fase de impacto de esta catástrofe la atención a pacientes Covid, a sus familiares que angustiadamente viven el proceso separados de su ser querido, y muy especialmente a nuestros compañeros que heroicamente están en primera línea de esta crisis.
Además, el Instituto de psiquiatría del Marañón fue el pionero en generar un plan de atención a los pacientes en sus últimos días de vida y el apoyo a sus familiares. Sinceramente creo que ha sido una respuesta integral e integrada por parte de la psiquiatría del hospital y muy valorada por nuestros compañeros y pacientes.
Hace 16 años usted vivió como responsable de la Salud Mental madrileña las consecuencias de los atentados del 11M ¿ha revivido alguna sensación de entonces como profesional de la gestión clínica?
"El Gregorio Marañón ha sido pionero en un plan de atención a pacientes Covid-19 en sus últimos días"
Conceptualmente ambas tragedias son un Desastre con mayúscula. Es decir comportan un gran número de víctimas que causa una gran desorganización social, y existen damnificados no solo entre las víctimas sino también entre los familiares de las víctimas y entre los intervinientes que ayudan en la catástrofe. Pero lógicamente ni el agresor es el mismo ni la cantidad de víctimas es comparable y tampoco la duración en el tiempo es equiparable.
Está resultando una pesadilla de la que no despertamos nunca: la cadencia de las noticias de infectados, de fallecidos, las rutinas de protección frente al contagio. Es una amenaza constante, no es un atentado como fue el 11M que se delimita en el tiempo, parece interminable
Aunque existan evidentes diferencias entre ambos desastres ¿cree que hay alguna lección aprendida entonces aplicable a la tragedia del COVID?
En todos los desastres se definen desde el punto de vista psicosocial tres fases: preimpacto, impacto y postimpacto. Es en esta última , en la que esta por venir, o mejor dicho ya está llegando y solapándose a la fase de impacto, en la que debemos mirar hacia atrás y recordar enseñanzas del 11M, que a su vez arrastran enseñanzas más antiguas. Por ejemplo, la catástrofe del Sindrome de la Colza de los años 80; o más recientes como el accidente aéreo de Spanair en 2008 o el ferroviario de Angrois en 2013.
De todas ellas la psiquiatría y la Salud Mental de Catástrofes ha sacado enseñanzas aplicables salvando las diferencias entre todas ellas.
¿Se refiere a las secuelas sanitarias y sociales que dejará el Covid?
Si. Tras la catástrofe sanitaria y psicosocial que nuestro país está sufriendo, nos va a demandar a la psiquiatría y la Salud Mental que aliviemos dolor y secuelas. Y ese en ese momento , en el que debemos tener claras varias premisas.
Primera : no crear dispositivos específicos para atender secuelas de COVID por el riesgo de cronificar la victimización. Segunda: atender a los damnificados en la red de salud mental publica de manera integrada con el resto de la atención sanitaria que van a necesitar. Disuadir la creación de dispositivos supuestamente especializados fuera del habitual circuito asistencial público. Tercera: separar la función de tratar de la de evaluar capacidad laboral.
"La crisis del coronavirus va a demandar que aliviemos dolor y secuelas"
Será necesario dirimir en muchos casos de damnificados, si la sintomatología que padecen, consecuencia de su trauma psíquico, es subisidiaria o no de prestaciones sociales por incapacidad laboral, y si estas dos funciones, la de tratar y la de “dar la baja” no se separan, los profesionales nos vamos a ver en situaciones muy comprometidas para el paciente, para el sistema y para nosotros
Además de las meritorias y conocidas acciones que ha desarrollado el Instituto de psiquiatría y Salud Mental del Marañón en la atención psicológica en la crisis Covid, ¿qué otras acciones más concretas han desarrollado desde el Servicio de psiquiatría del adulto que está bajo su directa responsabilidad?
El Servicio de psiquiatría del adulto del Instituto lógicamente ha colaborado en la acción general del mismo, pero es cierto que hay áreas más específicas de intervención. De hecho la hospitalización psiquiátrica de adultos en los hospitales generales de Madrid fue ocupada por los pacientes Covid, salvo unos pocos entre los que estaba el nuestro, de modo que asumimos la carga asistencial de los hospitales Infanta Leonor de Vallecas y el Clínico San Carlos.
Y en el ámbito ambulatorio hemos desarrollado una gran experticia en Telemedicina. Nos hemos visto obligados a atender a nuestros pacientes por teléfono o videoconferencia, lo cual ha sido un modo de tener un seguimiento estrecho de los pacientes de hospital de día, de la clínica de trastornos de la conducta alimentaria, de la unidad para personas sordas y muy especialmente de las víctimas de violencia de genero del programa ATIENDE.
En materia de Violencia de Género y la afectación que el confinamiento podría afectar a estas pacientes ¿qué medidas han tomado?
Teniendo en cuenta que la mayoría de nuestras pacientes ya tienen Orden de Alejamiento del maltratador y por tanto no han sufrido el confinamiento con él, nuestra actitud ha sido muy proactiva poniéndonos en contacto con más de 100 mujeres no sólo con las que tenían cita ya programada sino que hemos hecho un barrido en las pacientes más graves, atendiéndolas a todas de modo telemático.
"Una de nuestras misiones ha sido dar información fiable en lengua de signos"
Y los pocos casos, que vivían con el maltratador o sospechábamos que pudiera estar cerca en su entorno, tomamos medidas de seguridad apoyándonos en familiares y haciéndoles llegar los teléfonos de emergencia , intentando no despertar sospechas en el presunto agresor
Y para esa población con discapacidad como son los pacientes sordos ¿cómo han solucionado su seguimiento?
Pues afortunadamente en la comunidad sorda está muy extendida la comunicación a través de videollamada con sus teléfonos móviles. Esto nos permitió establecer un seguimiento visual de estos pacientes de forma muy estrecha.
Comprobamos que la teleconsulta en este caso se hace mucho más lenta si cabe que la presencial, dando la sensación que la tecnología afecta a la expresividad y vistosidad de la lengua de signos. En algunos casos recurrimos al correo electrónico con los que era posible, es decir que tuvieran competencia en lectoescritura suficiente y supieran usar correctamente la cuenta de correo.
¿Cómo han vivido estos pacientes hipoacúsicos esta pandemia con tantas incertidumbres con tanta información audiovisual en los medios a los que no siempre tienen acceso?
Pues precisamente una de nuestras funciones no directamente relacionadas con la Salud Mental ha sido la labor de información y difusión de información fiable y accesible en lengua de signos, sobre la pandemia, medidas de protección y hábitos saludables, por las dificultades de acceso a la información por los canales habituales como los medios de comunicación y las redes sociales de ésta población.
Desde que se creó esta unidad las profesionales competentes en lengua de signos, la psicóloga Ana García y la trabajadora social Laura Zaragoza, han desarrollado una importante labor en materia de información y educación sanitaria , más allá de la salud mental, en estos pacientes.
Por lo que nos cuenta y por lo que estamos constatando en el sistema sanitario se está imponiendo por necesidad la Telemedicina ¿realmente es factible con las personas con afectación de su salud mental?
Sí creo que es factible, necesaria e inevitable su implantación a corto plazo. La Telepsiquiatría que no es otra cosa que la aplicación de las tecnologías de la comunicación para facilitar el encuentro paciente-psiquiatra , está siendo de gran ayuda en esta crisis.
"La psiquiatría tiene que afrontar una situación muy anormal, única en la historia reciente y con gran daño emocional"
En el estado de alarma que estamos y estaremos obligados a reducir los desplazamientos de nuestros pacientes por la comunidad hasta el mínimo. Eso abre a la telepesiquiatría un campo enorme y curiosamente en los estudios realizados hasta ahora la satisfacción de los pacientes psiquiátricos, con la teleconsulta, es notable y mayor que la de sus psiquiatras que consideran cierta desnaturalización de la relación terapéutica
Para terminar, ¿siguientes pasos para la Salud Mental en la pandemia del coronavirus?
Justo en estos momentos, en los que se solapa la interminable fase de impacto con la del postimpacto, debemos empezar ya a evaluar y medir la carga asistencial directamente ligada a esta tragedia, para cuanto antes hacer una previsión de necesidades a medio plazo. Debemos transmitir a la sociedad y a los damnificados, que no va a haber un incremento de las enfermedades mentales como tal, se trata de una situación en la que personas normales tienen que afrontar una situación muy anormal, única en la historia reciente.
Esto comportará un daño emocional y unas dificultades de adaptación que serán atendidas por la red pública de salud mental y entre todos conseguiremos que no dejen secuela alguna. Y finalmente, formar a profesionales e informar a los pacientes que esta pandemia va a transformar muchas cosas entre otras la clásica relación médico paciente y que a partir de ahora todos nos vamos a tener que acostumbrar a la telemedicina y vernos a través de una pantalla en muchas consultas.