Definición: Figura o divisa con que se representa un concepto. Para el psicoanálisis los síntomas son expresiones simbólicas de un conflicto inconsciente.
Sinónimo: agnosia óptica. En ella el sujeto se muestra incapaz de conocer un objeto a pesar de verlo claramente. Se producen por lesiones en la zona parieto-occipital izquierda de los ambidextros. Dentro de ella distinguimos la agnosia para los objetos animados y las imágenes, la agnosia para los símbolos gráficos, alexia óptica o dislexia que puede acompañarse de agrafia y la agnosia para los colores. Una forma especial de agnosia visual es la prosopagnosia o agnosia para las fisonomías. En ella el paciente se muestra incapaz de reconocer rostros familiares. Hecaen y Angelerges la consideran, no un trastorno del reconocimiento del rostro como tal, sino de lo que le singulariza y permite distinguirlo de otro. También se ha descrito una prosopagnosia afectiva, comprendería a las dificultades ocasionales para encajar una cara con un nombre, dificultades que aumentarían cuanto más nos esforzamos en recordar y desaparecerían más tarde y sin esfuerzo. En la simultagnosia la persona la totalidad de un dibujo aunque se reconozca las partes de este, es incapaz de ver dos objetos al mismo tiempo. La agnosia asociativa, en la que el enfermo fracasa para nombrar objetos que ven e identificar los que se le nombran. La acalculia o discalculia o incapacidad para el cálculo. La agnosia visuoespacial unilateral, es la agnosia espacial más frecuente, en ella el enfermo presenta una ignorancia de la parte izquierda de un modelo que se le presenta para reproducirlo o de la parte izquierda del campo visual. El Síndrome de Balint comprende: 1) Una ataxia óptica. En ella el sujeto se comporta como si tuviese los ojos vendados, la mano no es dirigida por la visión aunque la información visual está intacta. 2) Un trastorno de la atención con negligencia visuoespacial izquierda.3) Una parálisis de fijación de la mirada o simultagnosia.
Las alucinaciones pueden ser elementales, también llamadas fotopsias o fotomas, el paciente ve entonces luces, llamaradas, círculos, etc., o complejas o escénicas, en las que ve escenas completas. Estas imágenes pueden verse inmóviles, como en una fotografía, en movimiento, siendo esto último lo más frecuente. Pueden ser en blanco y negro o coloreadas. Según el tamaño las imágenes pueden verse en un tamaño más pequeño que el normal, son las alucinaciones liliputienses, o más grande que el normal, son las alucinaciones gulliverianas. Las alucinaciones visuales son sobre todo frecuentes en los delirios oníricos, en los que acompañan a las ilusiones y las alucinaciones táctiles. En el delirium tremens son típicas las alucinaciones visuales microzoopsicas. En esos delirios las alucinaciones visuales suelen ser favorecidas por la oscuridad. En las psicosis esquizofrénicas son raras las alucinaciones visuales complejas, siendo más frecuentes las elementales. En el ejemplo que sigue las alucinaciones visuales aparecen al comienzo de la esquizofrenia: Me caí al suelo llorando, vi como una serpiente que se machacaba la cabeza con el rabo, yo pienso que era el símbolo del yo mismo. Vi también el principio y el fin del mundo, veía a la serpiente, a Adán y Eva, estaban haciendo cosas que no le mandaba Díos, se comían la manzana. Estas últimas serían lo que Eugen Bleuler llama alucinaciones fantásticas, que son raras en la esquizofrenia y más frecuentes en los trastornos disociativos.
El fetichismo es una de las parafilias o perversiones más frecuentes. Los sujetos fetichistas para conseguir la excitación sexual necesitan algún objeto, el fetiche. Este puede ser una ropa interior femenina, un zapato, una media, un rizo de pelo, etc. Para el psicoanálisis los fetiches típicos son símbolos del pene y protegen al individuo del temor a la castración. Los casos de mujeres fetichistas son muy raros y hay quien duda de la existencia de esta parafilia en la mujer. Las fantasías fetichistas son muy frecuentes en los masoquistas.
Para Sigmund Freud en el contenido manifiesto del sueño aparecen signos que obligan, para su interpretación, a emplear las asociaciones del analizado y el conocimiento que tiene el propio analista de este simbolismo. La mayoría de los símbolos son de tipo sexual. Los símbolos más característicos son: el emperador y la emperatriz (símbolo de los padres); persona con autoridad (símbolo paterno); objetos alargados, armas (símbolo fálico); cajas, cajones (símbolo de los genitales femeninos); acto de subir y bajar escaleras (símbolo del acto sexual); boca, oído, ojos (símbolos de los genitales femeninos); número tres (símbolo de los genitales masculinos).
Antipsiquiatra. Nació en Hungría y emigró a los Estados Unidos. Autor de los libros Esquizofrenia. El símbolo sagrado de la psiquiatría y El mito de la enfermedad mental. Consideraba que la enfermedad mental era una metáfora y el diagnóstico psiquiátrico una etiqueta estigmatizadora. Llegó a formar parte de la Iglesia de la Cienciología.
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