Los factores de riesgo y de protección frente a las enfermedades y trastornos en el entorno sociocultural y económico de llamado mundo occidental, desarrollado, primer mundo, etc; y, de modo y manera especial, los correspondientes a los trastornos específicamente humanos como son los mentales y del comportamiento, han ido cambiando, complejizando y transformándose durante el último siglo. Desde una perspectiva evolutiva y del desarrollo siguen siendo importantes en tanto en cuanto tienen una relación causal, directa y estrecha con la supervivencia del individuo y de la especie, aún cuando su interés clínico parece haberse desplazado de las ?cadenas de contagio? de los modelos médicos de las enfermedades infecto-contagiosas a los ?modelos integrados bio-psico-sociales?. Todo ello es sabido, tanto para los factores de riesgo como de protección: quizás la disminución de la mortalidad infantil y el incremento de la esperanza de vida estén más relacionadas con las mejoras nutritivas y de cuidados higiénico sanitarios que con ningún otro factor explicativo puramente biomédico; al mismo tiempo que se desarrollan ?nuevas epidemias? o ?enfermedades de la civilización? moderna o postmoderna. Términos con más de medio siglo a sus espaldas, que incrementan la mortalidad de este ?primer mundo?. Tras las enfermedades cardiovasculares, oncológicas, metabólicas y degenerativas, se encuentran, como primeras causas de muerte, las enfermedades mentales y del comportamiento, adicciones y accidentes de tráfico, en los que intervienen con gran frecuencia las autolesiones.
Además, se consideran como factores de riesgo de importancia progresiva otros nuevos, como: los estilos y hábitos de vida, los modelos sociales, alcohol, tabaco, drogas, medicamentos, escasez o inadecuación de redes sociales y asistenciales, contaminación medioambiental, incluidos los medios de comunicación, nivel de educación y de riqueza. Desde una perspectiva psicosocial los factores de protección y de riesgo forman un conjunto de relaciones, influencias y causalidades que rechazan ampliamente la limitada mirada clínica y que se escapan de las manos de los métodos estrictamente científico-naturales, donde el médico se siente más cómodo, pero donde el paciente suele estar ya en un estado de enfermedad. Como en tantos otros campos de la psiquiatría cuando el paciente, como microcosmo, llega a la atención especializada se encuentra en un estado de enfermedad con demasiada frecuencia crónico e incluso de difícil recuperación, que expresa el desorden y fracaso del macrocosmos en el que se desarrolla, vive y vivencia. Al abordar temas como factores de riesgo, estado de salud, autoconcepto, autoestima, sentimiento de calidad de vida y tantos otros, es preciso abordarlos con los métodos psicopatológicos, epidemiológicos y psicosociales. Sin olvidar que es más sencillo cambiar hábitos de vida a grupos que a individuos integrados en aquellos y que la medicina preventiva, y por ende social, debe infiltrarse como una dimensión fundamental de todo acto médico. Dentro de los factores de riesgo y/o de protección se tratará de: factores sociales y ambientales, ciertas conductas de riesgo, ciertos factores individuales, la autovaloración, la imagen corporal, los acontecimientos vitales. Existe un cierto acuerdo acerca de los factores de protección y riesgo en los Trastornos del Comportamiento Alimentario (TCA) tipo anorexia Nervios (AN) y bulimia Nerviosa (BN). Desde la perspectiva de la psicopatología evolutiva y del desarrollo. En esquema, se diferencian factores positivos y/o negativos.
Trastornos de la conducta alimentaria
angie Villegas Urresti
Fecha Publicación: 01/07/2020