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Temblor
Definición: Movimiento muscular, involuntario, rítmico, de poca amplitud.Podemos considerar a varios tipos:
1) Parkinsoniano. Propio de la enfermedad de Parkinson y del parkinsonismo yatrógeno. Se trata de un temblor de reposo del tipo de contar monedas o hacer píldoras. Suele aumentar con la emoción.
2) Cerebelar. Temblor propio de las enfermedades cerebelosas. Se presenta durante el movimiento. Es intencional. Aumenta de amplitud a medida que se acerca al objeto que quiere coger.
3) Esencial. Temblor de carácter hereditario. Puede afectar a las extremidades y cabeza. La amplitud es diversa y suele aumentar con la intención y con las emociones.
4) Fisiológico. Temblor que aparece con la ansiedad, la falta del sueño, el cansancio, los tóxicos.
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Se desarrolla horas o días después del cese o de la reducción del alcohol en una persona que venía consumiendo esta sustancia durante mucho tiempo y en dosis altas. Cursa con temblores, nauseas, vómitos, ansiedad, sudoración, crisis epilépticas, ilusiones o alucinaciones visuales, táctiles o auditivas.
Se desarrolla después del cese o reducción del consumo prolongado de estas sustancias. Cursa con taquicardia, temblor, sudoración, crisis epilépticas y alucinaciones visuales, táctiles y auditivas.
La palabra angustia está emparentada con el latín angustus que significa estrecho. El sentimiento de angustia patológico o neurótico puede manifestarse por síntomas somáticos, conductuales y subjetivos. Los síntomas somáticos pueden ser cardiovasculares (taquicardia, palpitaciones, dolor precordial, palidez, accesos de calor), respiratorios (disnea, hiperventilación, suspiros, sensación de ahogo, opresión torácica), digestivos (bolo esofágico, náuseas, vómitos, diarreas, aerofagia, dispepsia), genitourinarios (polaquiuria, eyaculación precoz, frigidez, incontinencia), neuromusculares (tensiones musculares, temblor, cefalea tensional). La angustia se puede exteriorizar a nivel conductual en forma de inhibición o inquietud psicomotriz, incapacidad para estar sentado, restregamiento de
las manos, movimientos continuos, etc. A nivel subjetivo la ansiedad se manifiesta por el temor a volverse loco o morir, la sensación de espera de lo peor, de que algo malo le pueda sobrevivir a él o a un familiar, la dificultad de concentración, los sobresaltos a los ruidos, etc. La angustia patológica no sólo se manifiesta en las enfermedades neuróticas. Toda enfermedad psiquiátrica puede presentar angustia y en algunas de ellas, como en los trastornos depresivos, puede ser un síntoma dominante. La ansiedad que aparece en la psicosis ha recibido el nombre de psicótica, aunque en nada se diferencia de la que aparece en los trastornos no psicóticos.
Angustia y ansiedad son aspectos del mismo fenómeno. Mientras que la angustia es más precordial, más epigástrica, más profunda, la ansiedad es más respiratoria. Esta distinción entre angustia y ansiedad fue realizada por primera vez por E. Brissaud (1853-1909). J.J.López Ibor consideró que en la angustia hay sobrecogimiento, inmovilización y en la ansiedad movilización, sobresalto. A veces, como en el ejemplo que sigue, se mezclan las vivencias de angustia y ansiedad.
Tengo una sensación muy grande aquí (señala el esternón), es una sensación de ahogo
y también noto dolor, es ahogo y dolor, como sí esto (señala el esternón) se me fuera a cerrar.
Angustia (trastorno de)
La distinción entre síntomas somáticos (tensiones musculares, inquietud, temblor, etc.) y síntomas psíquicos de la ansiedad, fue realizada en el año
2003 por el psiquiatra Conrad M. Swartz (1946--). Este autor consideró que la ansiedad somática respondía a los betabloqueantes y la psíquica a los inhibidores selectivos de la serotonina.
Síndrome dependiente de la cultura. Se presenta en países iberoamericanos y en algunos otros de la cuenca mediterránea, sobre todo en la cultura gitana. Como precipitante de este síndrome suele presentarse un estrés de tipo familiar (fallecimiento de un familiar, discusión con el cónyuge, conflicto con los hijos, etc.). Se caracteriza por un episodio
de agitación psicomotriz, con gritos, llantos, temblor, agresiones verbales o físicas, episodios seudoconvulsivos, gestos suicidas, etc. Una vez cedido el episodio puede quedar una amnesia de él.
Sinónimo: bloqueante ß, antagonista de los receptores beta adrenérgicos. Sustancias bloqueadoras de los receptores betaadrenérgicos. Entre ellos se encuentra el propanolol, el pindolol, el atenolol, el nadolol y el metoprolol. En psiquiatría se han utilizado para tratar las manifestaciones somáticas de la ansiedad (temblor), para tratar en el temblor provocado por el litio y la akatisia inducida por los neurolépticos.
Sinónimo: Rabbit (síndrome de). Efecto secundario parkinsoniano producido por los neurolépticos. Se caracteriza por la presencia de temblor de los labios superiores en ausencia de movimientos linguales. Algunos psicofarmacologos lo incluyen dentro de la disquinesia tardía, pero para otros constituye un síndrome aparte.
Lo que hoy conocemos como trastorno de conversión en el DSM-IV-TR, en otra época, junto con el trastorno de somatización, se denominaba histeria. Este trastorno es una alteración somática que no se ajusta a los conceptos anatómicos y fisiológicos del SNC y periférico.
Se puede manifestar por los siguientes síntomas:
1) Sensitivos como la anestesias, las parestesias, la sordera, la ceguera, la visión en túnel, etc. Las anestesias no siguen las leyes de la distribución anatómica.
2) Motores como las parálisis, las convulsiones, las contracturas, los temblores, etc. Las parálisis histéricas fueron clasificadas por Pierre Janet en funcionales y localizadas. Las funcionales son parálisis de un movimiento o grupo de movimientos con una significación funcional, dentro de estas la más frecuente es la astasia-abasia, en la que el paciente es incapaz de permanecer de pie y por tanto andar, sin embargo puede realizar todo tipo de movimientos activos estando sentado o tendido. Las parálisis localizadas son parálisis de un miembro. Las parálisis histéricas no siguen las leyes de distribución anatómica, pueden afectar a una mano (parálisis en guante), el antebrazo y mano, etc. Estas parálisis no se acompañan de los trastornos del tono y de los reflejos que caracterizan a las parálisis orgánicas. Las contracturas histéricas pueden afectar al cuello (tortícolis), al tronco o a los miembros. Para J.J. López Ibor los temblores histéricos, síntomas equivalentes a la tempestad de movimientos, predominan en la mitad derecha del cuerpo, mientras que las parálisis histéricas, síntomas equivalentes a la inmovilidad cadavérica, predominan en el lado izquierdo.3) Convulsiones o crisis de conversión.La bella indiferencia suele acompañar a esta enfermedad. El trastorno de conversión se suele asociar a un trastorno depresivo o de ansiedad y a una personalidad histriónica, dependiente o límite.
Sinónimo: ataque de angustia. Crisis de presentación brusca que alcanza su máxima expresión con rapidez. La crisis cursa con sensación de muerte o temor a volverse loco y una serie de síntomas somáticos: palpitaciones, sudoración, temblores, opresión en el pecho, sensación de ahogo, parestesias, mareos, despersonalización, etc. El DSM-IV-TR distingue entre: crisis inesperadas, no relacionadas con estímulos internos o externos; crisis situacionales, desencadenadas por estímulos desencadenantes internos (p. Ej., cogniciones catastróficas sobre una molestia precordial) o externos (p. Ej., cuando el individuo con agorafobia sufre una crisis al cruzar un puente) y crisis predispuestas por una situación determinada en las que no siempre existe la asociación entre el estímulo ambiental y la crisis.
Los ataques paroxísticos de angustia fueron descritos por primera vez en 1873 por Maurice Krishaber (1836-1883) un psiquiatra húngaro que llamó a esta enfermedad neuropatía cerebro cardíaca (la néuropathie cérebro-cardiaque).
Sinónimo: Delirio onírico, estado confusional agudo, delirio agudo (A.J. Brierre de Boismon), estado confuso-onírico, onirismo, oneirismo. Con el hacemos referencia a la obnubilación de la conciencia acompañada de onirismo. Se ha distinguido tres grados: subdelirium, estado oniroide y delirium acutum o agudo. Se caracteriza por la presencia de una obnubilación de la conciencia acompañada de alucinaciones visuales e ilusiones, con menos frecuencia pueden aparecer alucinaciones táctiles, olfativas o cinestésicas. El estado de ánimo puede variar desde la ansiedad, el terror, la ira o con menos frecuencia la euforia. Hay un lenguaje incoherente, una desorientación temporo-espacial, un deterioro de la atención y de la memoria. El delirio onírico puede acompañarse de signos neurológicos, como los temblores, de activación del sistema nervioso autónomo (taquicardia, sudoración, elevación de la tensión arterial, etc.) y alteraciones somáticas propias de la enfermedad subyacente. El delirio onírico suele tener una duración breve, generalmente dura una semana. Puede evolucionar hacia la curación, hacia un síndrome amnésico, un trastorno orgánico de la personalidad o hacia la muerte. Su curso es fluctuante a lo largo del día. Es más frecuente en personas mayores de 60 años.
El delirium se produce por enfermedades orgánicas. El DSM-IV TR distingue los siguientes tipos de delirium: 1) Por intoxicación con sustancias (alcohol, alucinógenos, inhalantes, opiáceos, anfetaminas, etc.), 2) por abstinencia de sustancias (alcohol, benzodiazepinas, etc.), 3) por múltiples etiologías (más de una enfermedad médica, más de una sustancia tóxica, etc.).
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