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TRASTORNOS DE ALIMENTACIÓN Y VIOLENCIA DE GÉNERO

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Autor/autores: PILAR VILARIÑO BESTEIRO , BELÉN UNZETA CONDE, CÉSAR PÉREZ FRANCO, BELÉN LÓPEZ MOYA, IRENE BAÑOS MARTÍN, ENRIQUE GUERRA GÓMEZ
Fecha Publicación: 01/04/2019
Área temática: Alimentarios, Trastornos alimentarios y de la ingestión de alimentos .
Tipo de trabajo:  Comunicación

Hospital Universitario Santa Cristina.Unidad de Trastornos de la Conducta Alimentaria. Madrid

RESUMEN

INTRODUCCIÓN La violencia de género (VG) hace referencia a actos de violencia física, sexual, o abuso emocional, y comportamientos coercitivos o de control, perpetrados por un compañero actual o anterior y constituye un problema de salud pública asociado con una morbilidad física y psicológica sustancial (Campbell, 2002; Golding, 1999; Howard et al. , 2010).

MÉTODO Realizamos una búsqueda bibliográfica a través de PudMed. Se solicita consentimiento informado y se formula la pregunta: “¿Has sufrido en alguna de tus relaciones de pareja maltrato físico o psicológico?” a 27 pacientes con anorexia Nerviosa que se encuentran en tratamiento en la Unidad de TCA del hospital Universitario Santa Cristina de Madrid .

RESULTADOS La bibliografía sobre violencia de género y Trastornos alimentarios (TCA) es escasa. Hemos encontrado 10 trabajos. Describimos las aportaciones de los mismos. Resultados de la encuesta: un 26% ha sufrido maltrato físico y psicológico y otro 26 % maltrato psicológico. Es decir, el 52% de la muestra ha experienciado algún tipo de VG. Un 14% denunciaron los hechos.

CONCLUSIONES La bibliografía apunta una prevalencia importante de la VG en TCA. Algunos consideran la VG un factor precipitante de TCA, otros plantean el TCA como consecuencia de la misma, y otros consideran que la presión hacia la delgadez y la importancia de la apariencia más focalizada en las mujeres podría entenderse como un modo de VG. Los datos de nuestra encuesta apuntan a la necesidad de investigar en profundidad la presencia de VG en nuestros pacientes.

Palabras clave: TRASTORNOS DE ALIMENTACIÓN, VIOLENCIA DE GÉNERO, MALTRATO


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TRASTORNOS DE ALIMENTACIÓN Y VIOLENCIA DE GÉNERO
Pilar Vilariño Besteiro
Belén Unzeta Conde
César Pérez Franco
Belén López Moya
Irene Baños Martín
Enrique Guerra Gómez
pvilarinob@yahoo. es
Trastornos de alimentación, violencia de género, maltrato

RESUMEN
La violencia de género (VG) hace referencia a actos de violencia física, sexual, o abuso
emocional, y comportamientos coercitivos o de control, perpetrados por un compañero
actual o anterior y constituye un problema de salud pública asociado con una morbilidad
física y psicológica sustancial (Campbell, 2002; Golding, 1999; Howard et al. , 2010).

Método
Realizamos una búsqueda bibliográfica a través de PudMed.
Se solicita consentimiento informado y se formula la pregunta: "¿Has sufrido en alguna
de tus relaciones de pareja maltrato físico o psicológico?" a 27 pacientes con Anorexia
Nerviosa que se encuentran en tratamiento en la Unidad de TCA del hospital Universitario
Santa Cristina de Madrid .

Resultados
La bibliografía sobre violencia de género y Trastornos alimentarios (TCA)es escasa.
Hemos encontrado 10 trabajos. Describimos las aportaciones de los mismos.
Resultados de la encuesta: un 26% ha sufrido maltrato físico y psicológico y otro 26 %
maltrato psicológico. Es decir, el 52% de la muestra ha experienciado algún tipo de VG.
Un 14% denunciaron los hechos.

Conclusiones
La bibliografía apunta una prevalencia importante de la VG en TCA. Algunos consideran
la VG un factor precipitante de TCA, otros plantean el TCA como consecuencia de la misma,
y otros consideran que la presión hacia la delgadez y la importancia de la apariencia más
focalizada en las mujeres podría entenderse como un modo de VG.
Los datos de nuestra encuesta apuntan a la necesidad de investigar en profundidad la
presencia de VG en nuestros pacientes.

INTRODUCCIÓN
La violencia de género hace referencia a actos de violencia física, sexual, o abuso
emocional, y comportamientos coercitivos o de control, perpetrados por un compañero
actual o anterior y constituye un problema de salud pública asociado con una morbilidad
física y psicológica sustancial (Bundock et al, 2013).
Rust, (2013) conceptualiza la violencia de género como un patrón de comportamiento
abusivo utilizado por una pareja para obtener o mantener el poder y el control sobre otra
pareja íntima. El abuso puede ser físico, sexual, emocional, económico o psicológico e
incluye cualquier comportamiento o amenaza de comportamiento que intimide, manipule,
humille, aísle, atemorice, aterrorice, coaccione, culpe o hiera a alguien.

OBJETIVOS
Revisar la bibliografía acerca de la violencia de género (VG) y los trastornos de la conducta
alimentaria (TCA).
Hacer una breve encuesta a las pacientes atendidas en este momento en nuestro servicio,
acerca de si han sufrido violencia física o psicológica por sus parejas.

MÉTODO
Para la primera parte de nuestro trabajo, realizamos una búsqueda bibliográfica a través
de PudMed. Se incluyen además otros trabajos encontrados en internet.
De cara al segundo objetivo, se solicita consentimiento informado y se les formula la
pregunta: "¿Has sufrido, en alguna de tus relaciones de pareja, maltrato físico o
psicológico?" a 27 pacientes con anorexia Nerviosa (AN) tratadas en la Unidad de TCA
del hospital Universitario Santa Cristina de Madrid en el momento actual, tanto en régimen
de hospital de día como en consulta externa.


RESULTADOS
La bibliografía sobre VG y TCA es escasa. En la búsqueda realizada hemos encontrado
10 artículos que abordan el tema de la violencia de pareja (VP) o de género (VG) y TCA,
uno de ellos es una revisión bibliográfica.
En la Guía titulada Investigación sobre la Violencia contra las Mujeres con Enfermedad
Mental (2017) editada por la Federación de Euskadi de Asociaciones de Familiares y
Personas con enfermedad Mental (FEDEAFES) subrayan la elevada prevalencia de VG en
personas con enfermedad mental grave (80%). Tener un trastorno mental grave
incrementa entre un 2-4 la probabilidad de sufrir VG.
En el trabajo realizado por MacMillan (2017) citan
Kimber, McTavish, Couturier, Bowen, Dimitropoulos y como un factor de riesgo para TCA entre otros,
el haber presenciado VG entre los padres. Wong y Chan, (2016) realizan un estudio cualitativo acerca de las alteraciones
alimentarias en personas que han sufrido VG mediante grupos focales y entrevistas con
una muestra de 25 personas, de las cuales el 80% había sufrido violencia física, 84%
violencia verbal/psicológica y el 76% tenían experiencias de abuso sexual infantil. Los
autores plantean las siguientes preguntas: ¿Qué papel juegan la comida y la dieta en tu
vida?, ¿Cómo puede la violencia de pareja afectar sus hábitos alimenticios?, ¿Hay
diferencias en hábitos alimenticios antes y durante el abuso? y ¿Qué papel jugó la comida
y la dieta en su experiencia con VP? En el análisis de resultados observan que todas las
entrevistadas mostraban alteraciones del comportamiento alimentario y plantean diversas
opciones explicativas. Refieren que estas alteraciones pueden ser:

-Un modo de somatización: muchas víctimas experimentan síntomas gastrointestinales que pueden afectar a la ingesta y al peso.

-Un modo de evitar la violencia: La pareja puede controlar la alimentación o el gasto económico, la víctima termina modificando los hábitos alimentarios para evitarse
problemas.

- Pueden haber sido forzadas a comer de forma violenta o se ha ridiculizado la forma saludable de comer.

- Un modo de afrontamiento para manejar los efectos psicológicos del abuso (comida como consuelo).

-Como forma de daño autoinfligido o autocastigo: por sentirse merecedoras del maltrato o bien como un modo de autosabotaje o de no ser atractiva.

- Como desafío o venganza hacia el abusador: la comida es lo único que escapa a su
control.
El estudio de Wong y Chan, (2016) plantea limitaciones por la naturaleza cualitativa y
por el alto porcentaje de abuso sexual infantil entre la población estudiada. En él se citan
otros estudios como el realizado por McCauley et al, (1995) que concluye que los atracones
y los vómitos autoinducidos son tres veces más prevalentes en personas que sufren VG
frente a las que no la padecen (15. 7% vs. 5. 4%. ). Danielson et al, (1998) observan que
las mujeres víctimas de VG, tienen cinco veces más probabilidades de desarrollar AN

bulimia (BN) . Ackard, (2002), Bonomi, (2013) y Romito, (2007 ) ponen de manifiesto
que los estudiantes que sufrieron VP tienen más posibilidades de comer
compulsivamente, vomitar , ayunar u omitir comidas, usar dieta, pastillas, o tomar
laxantes. Otras investigaciones destacan que el 45% de las mujeres con BN, el 19% con
AN y el 19% con TA reportaron violencia física o sexual a lo largo de la vida (Bundock,
2013; Kaner, 1993; Mitchell, 2012; Piran, 2006; Root, 1988).
Kothari, Easter, Lewis, Howard y Micali (2015) en un estudio de casos y controles acerca
la VG en mujeres con TCA durante el periodo perinatal,
observan un aumento de la prevalencia de la violencia durante y después del periodo perinatal en mujeres con TCA
a lo largo de la vida. La violencia física entre el 59. 6% - 14. 3% de los casos y la violencia
emocional entre el 24. 1% y el 28. 1%. Concluyen el estudio afirmando que el TCA a lo
largo de la vida incrementa el riesgo de sufrir violencia
física por parte de la pareja durante el periodo perinatal (odds ratio: 2. 34, 95% interv. Conf. 1. 11­4. 93, p5. 03), y
de sufrir abuso emocional en cualquier momento. Las asociaciones fueron moderadas por
la respuesta de la pareja al embarazo y la experiencia materna de abuso sexual infantil.
Muyan, Chang, Jilani y Yu (2015) realizan un estudio en Turquía con 149 mujeres sobre
los predictores de las alteraciones alimentarias y observan que tanto el perfeccionismo
como la VG son predictores importantes de TCA, (dieta excesiva y BN).
Jonas et al. (2014) observan que la VP se asoció significativamente con TCA en las
mujeres, pero no en los hombres, y Elal, Sabol y Slade (2004) encuentran relación entre
VG de carácter sexual y la BN en estudiantes universitarias turcas.
En dos trabajos sostienen que el germen de la violencia de género y la relación con el
TCA radica en los roles de género establecidos. Tanto desde el blog Crisálida , Salud

Desarrollo Personal y Transformación social como Aparicio (2015) plantean que la presión
estética especialmente ejercida sobre las mujeres sobre todo a través de los medios de
comunicación, y un paradigma de delgadez que atenta contra la salud bio-psico-social
pueden conceptualizarse como un modo de violencia de género. Esta presión puede
favorecer el desarrollo de un TCA en personas vulnerables.

En la página denominada Eatind Disorders Recovery Centers, Jeanne Rust (2013) establece
un paralelismo entre los TCA y la VG. En ambos casos la persona siente que no tiene
control sobre sus vidas o las cosas que les suceden, se sienten inadecuados, con baja
autoestima y pueden sufrir depresión severa, enojo, ansiedad o soledad. Difieren en que
en la violencia de pareja el control de un miembro sobre otro proviene de la necesidad
de sentirse superior, y en el TCA la comida se utiliza como un medio para recuperar el
control perdido en otros aspectos de la vida (NEDA, 2012). Rust (2013) considera que en
ambos casos son útiles las estrategias de regulación emocional. En este trabajo
también se citan las aportaciones de otros autores como el metaanálisis realizado por Paddock
(2012) que observa que sufrir VP aumenta el riesgo de padecer TCA y otros trastornos
mentales; Mitchell y Mazzeo (2005) ponen de manifiesto que la depresión explica
parcialmente los vínculos entre la victimización directa y la alimentación desordenada, y
Brady (2008) concluye que en los adolescentes tanto la victimización directa como la
observada en el hogar favorece el desarrollo de TCA.
Bundock, Howard, Trevillon, Malcolm, Feder y Oram, (2013) realizan un metaanálisis
respecto a la prevalencia y riesgo de violencia de pareja en TCA con una muestra de 6775
mujeres y 4857 hombres con TCA (edad entre 17. 7 y 44 años). Seleccionan 8 estudios, 4
realizados en contextos clínicos y el resto son estudios epidemiológicos. Los resultados
aparecen sintetizados en extremadamente limitada,  la tabla los TCA

1. Concluyen que,  aunque la pueden estar asociados con alta aumento del riesgo de por vida de sufrir
VP.  evidencia es prevalencia y

También indican que pueden existir diferencias entre los diferentes tipos de TCA y la prevalencia de VP. Como limitaciones
encuentran la escasez de estudios, el no tener en cuenta factores mediadores como el
abuso infantil o la comorbilidad psiquiátrica, que tampoco existen evidencias acerca de
si las asociaciones entre las dos variables estudiadas varía según el tipo de violencia,  ni se determina la temporalidad de la asociación entre el TCA y violencia de pareja, ni existen
evidencias acerca de si mejorando el TCA disminuye el riesgo de sufrir VG. Concluyen
planteando la necesidad de realizar más investigaciones para precisar la fuerza y la
naturaleza de la asociación y la dirección de la causalidad entre ambas variables.

tabla 1
bulimia (BN)
-Kaner et al, 1993, Mitchell et al, 2010: Violencia física en mujeres BN :entre

34. 6-40%
-Root (1998): Violencia física en el 22. 7% de las pacientes.

-Waller (1991): Violencia sexual en 15. 4% de los casos.

-En hombres, Mitchell et al, (2012) prevalencia de la violencia física en 66. 7%

anorexia NERVIOSA (AN)
-Mitchell et al, (2012): 25% de los hombres y el 18. 8% de las mujeres han

sufrido violencia física a lo largo de su vida.
-Waller (1991) : N=28: ninguna víctima de violencia de pareja.

trastorno POR ATRACÓN (TA)
-Mitchell et al, (2012): 18. 8% mujeres y 12. 5% de los hombres : violencia de pareja trastorno ALIMENTACION NO ESPECIFICADO (TCANE)
-Un 60. 4% de las mujeres han sufrido abuso físico o emocional por sus
parejas. El riesgo de violencia de pareja aumenta en las personas con TCANE frente
a las que no lo sufren (OR 5. 4, IC 95% 3. 3 - 8) (Jonas et al, 2007).
-prevalencia de violencia física o emocional en hombres: 34. 3% pero el aumento del riesgo no es estadísticamente significativo (OR 2, 8, IC 95% 0. 9-8).
-

Leithner et al. , (2009): N=5: no encuentran casos de VG.

-Tres estudios evalúan la presencia de violencia de pareja en el último año:

o

TCANE aumenta el riesgo en hombres (16. 4%, O: 4. 8, IC del 95%: 1. 3-18)

y en mujeres (25. 1%, OR: 9. 2, IC del 95%: 5. 2-16) (Jonas et al. , 2007).
o

Alta prevalencia e incremento del riesgo de violencia física en mujeres con

TCA (63. 6%, OR: 7. 3, 95% CI 1. 8-35. 1) , no en hombres , (Danielson et al. , 1998)
o

Brown et al. , (2009) con N=9. No encuentran víctimas de violencia

En otro estudio de casos y controles (N=790) realizado por Lucea, Francis, Sabri, Campbell
y Campbell (2012) con mujeres afrodescendientes observan que la VG, la depresión y el

TEPT fueron factores de riesgo independientes para TCA. La relación entre VG y TCA fue
parcialmente mediada por la depresión, y la influencia del riesgo de letalidad por violencia
fue mediada completamente por la depresión. Concluyen que es importante indagar la
presencia de VG cuando existe TEPT, depresión o TCA y viceversa.
Respecto a los resultados de la encuesta que realizamos a los 27 pacientes atendidos en
el momento actual en la UTCA, un 26% admite haber sufrido tanto maltrato físico como
psicológico por su pareja y otro 26 % considera que ha recibido maltrato psicológico. Esto
supone que el 52% de la muestra ha experienciado algún tipo de violencia de género. Solo
un 14% de las personas denunciaron los hechos.

CONCLUSIONES
La bibliografía respecto a la presencia de VP en pacientes con TCA no es muy extensa pero
en general indica una prevalencia importante. Algunos artículos relacionan la violencia
más con el inicio de los TCA como factor precipitante, otros plantean las alteraciones
alimentarias como una consecuencia de la VG, y otros consideran que la presión hacia la
delgadez y la importancia de la apariencia sobre todo focalizada en las mujeres podría
entenderse como un modo de VG.
En nuestra experiencia clínica hemos observado una elevada prevalencia de la violencia de
género entre las pacientes tratadas en nuestro servicio. Algunas características que
presentan las personas con TCA de larga evolución como
dependencia, el aislamiento social, la falta de autonomía, la la falta de autoestima, la falta de habilidades de
afrontamiento y la dificultad para tomar decisiones entre otros, podrían ser un factor de
vulnerabilidad para embarcarse en relaciones desiguales o abusivas pero también podrían
ser consecuencias derivadas de haber sufrido una relación de maltrato.
En todo caso, consideramos importante explorar la presencia de VG en
tienen TCA, al igual que otras experiencias traumáticas.

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