- Inicio | Glosario | Objeto transaccional
Objeto transaccional
Definición: Término acuñado por el psicoanalista Donald W. Winnicott para designar a ciertos objetos (chupete, peluche, etc.) que funcionan como sustitutos de la madre cuando el niño comienza a independizarse de esta. Representa la primera posesión no-yo del niño.
Términos relacionados:
La abstracción hace referencia al uso de conceptos o categorías abstractas. El concepto supone asociar una sola respuesta (palabra o acción) a diversos estímulos distinguibles (objetos o acontecimientos). Por ejemplo el concepto perro. El niño debe de ser capaz, cuando aprende éste concepto de utilizar esta palabra para referirse a muchos animales que varían en la forma, estatura, color del pelo, etc. Podemos utilizar otros conceptos de un nivel más elevado de abstracción, como verdad, belleza, amor, democracia, Dios.
Definida por Jean Delay y Pierre Pichot como aquellas respuestas simbólicas adquiridas asociadas a objetos, personas o situaciones. Habitualmente se distribuyen en una escala que va desde favorable a desfavorable. Las actitudes son moldeadas por el grupo social
al que se pertenece (familia, grupos políticos, grupos religiosos, etc.).
Sinónimo: afasia nominal, amnesia de evocación, afasia anómica, afasia verdadera (Pierre Marie). La expresión verbal es normal o casi normal. En ella sólo se afecta la capacidad para encontrar el nombre de los objetos. El paciente recurre a perífrasis, circunloquios, para hacer referencia al nombre de ese objeto.
Entendemos por agnosia a los trastornos del reconocimiento de objetos producido por lesiones del sistema nervioso central. Si falla este reconocimiento el objeto el objeto puede ser visto, oído, tocado, pero no ser reconocido.
Sinónimo: astereognosia. Es la incapacidad para reconocer los objetos sólo por el tacto.
Sinónimo: agnosia óptica. En ella el sujeto se muestra incapaz de conocer un objeto a pesar de verlo claramente. Se producen por lesiones en la zona parieto-occipital izquierda de los ambidextros. Dentro de ella distinguimos la agnosia para los objetos animados
y las imágenes, la agnosia para los símbolos gráficos, alexia óptica o dislexia que puede acompañarse de agrafia y la agnosia para los colores.
Una forma especial de agnosia visual es la prosopagnosia o agnosia para las fisonomías. En ella el paciente se muestra incapaz de reconocer rostros familiares. Hecaen y Angelerges la consideran, no un trastorno del reconocimiento del rostro como tal, sino de lo que le singulariza y permite distinguirlo de otro. También se ha descrito una prosopagnosia afectiva, comprendería a las dificultades ocasionales para encajar una cara con un nombre, dificultades que aumentarían cuanto más nos esforzamos en recordar y desaparecerían más tarde y sin esfuerzo.
En la simultagnosia la persona la totalidad de un dibujo aunque se reconozca las partes de este, es incapaz de ver dos objetos al mismo tiempo.
La agnosia asociativa, en la que el enfermo fracasa para nombrar objetos que ven e identificar los que se le nombran. La acalculia o discalculia o incapacidad para el cálculo. La agnosia visuoespacial unilateral, es la agnosia espacial más frecuente, en ella el enfermo presenta una ignorancia de la parte izquierda de un modelo que se le presenta para reproducirlo o de la parte izquierda del campo visual.
El Síndrome de Balint comprende: 1) Una ataxia óptica. En ella el sujeto se comporta como si tuviese los ojos vendados, la mano no es dirigida por la visión aunque la información visual está intacta. 2) Un trastorno de la atención con negligencia visuoespacial izquierda.3) Una parálisis de fijación de la mirada o simultagnosia.
Temor a los objetos puntiagudos.
Sexualidad cuyo objeto es el otro, en oposición al autoerotismo.
La definición clásica de la alucinación es la de Benjamín Ball (1833-1893) para él la alucinación es una percepción sin objeto a percibir, aunque no siempre las alucinaciones tienen las características de las percepciones. Para German Berrios la alucinación es una declaración perceptual, de grado variable de convicción, en la ausencia de un estímulo externo relevante.
Al padecer alucinaciones auditivas la mayoría de las veces el paciente escuchas voces.
También pueden tener un carácter elemental oyendo entonces el enfermo ruidos, pisadas, tiros, campanas, murmullos, etc., rara vez los pacientes escuchan música, son las alucinaciones musicales.
A las auditivas elementales también se les llama acoasmas.
Con Eugen Bleuler distinguimos dos características de las alucinaciones auditivas:
1) Intensidad. Las alucinaciones pueden tener una intensidad pequeña y llegar a ser casi inaudibles, o bien una gran intensidad hasta el punto de que el paciente no puede dormir o escuchar a otras personas cuando estas se presentan.
2) Claridad. Los pacientes pueden escuchar las voces y no estar seguros de lo que estas dicen, o bien las oye claramente.
En general, al mejorar el paciente con el tratamiento las voces disminuyen progresivamente de intensidad y pierden claridad. El paciente puede oír una sola persona o varias, siempre las mismas o cambiantes.
Raramente son unilaterales, afectando a un solo oído. En el caso de las seudoalucinaciones o alucinaciones verdaderas son voces interiores, que se oyen dentro de la cabeza.
En el caso de las alucinaciones propiamente dichas la localización de las voces puede ser imprecisa o bien proceden de los objetos (muebles, enchufes, televisores), de las personas que pasan por la calle, de las que viajan en coche, etc. Las voces frecuentemente insultan, critican o amenazan al paciente: Unas veces me llaman puta, otras me llaman solitaria, pero siempre me están insultando. Pueden también comentar las acciones del paciente: Me dicen lo que hago, si bebo me dicen que estoy bebiendo, si me peino, que me estoy peinando, si como me dicen que estoy comiendo, así siempre. Pueden dar ordenes al paciente o prohibirle lo que estaba pensando hacer, son las alucinaciones imperativas: Oí a las voces que me decían que me levantara de la cama y que me fuera a la calle. Ya era de noche, mi madre no me dejó salir, pero yo la empuje y salí a la calle.
A veces dan información sobre quienes son los dueños de esas voces y cuáles sus intenciones: Me dice que me tienen que matar a mí y a cuatro más de mi barrio [...] En ocasiones nos encontramos con lo que se llama pensamiento sonoro (K. Schneider) o doble pensamiento ( E. Bleuler), es decir que el paciente escucha sus propios pensamientos, con el eco de los pensamientos (E. Bleuler), o eco de las palabras(J.G.F Baillarger), es decir que cuando dejan de hablar escuchan en sus alucinaciones lo que acaba de decir, o el eco de la lectura( J.G. F. Baillarger), es decir que cuando dejan de leer oyen lo leído. Con Cabaleiro Goas, pensamos que, sin llegar al extremo de considerar a las voces como generadoras del delirio, si se pueden considerar como consolidadoras o cristalizadoras del sistema delirante, en el sentido de que por ellas el delirio adquiere más certeza para el paciente.
Artículos relacionados:
Contenidos relacionados: