La influencia del ritmo musical en la recuperación del movimiento ha sido mi campo de investigación durante 10 años. Como resultado, he desarrollado un método musicoterapéutico de recuperación del movimiento en lesiones y enfermedades neurológicas centrales. Parkinson, accidentes cerebro-vasculares y traumatismos craneoencefálicos constituyen su principal indicación. El punto de partida en la investigación y desarrollo de este método fue conocer que personas con Parkinson descubren por ellas mismas que con música se mueven mejor. Y así es. En esta enfermedad el control del movimiento puede mejorar practicando esquemas rítmicos con un soporte musical adecuado. Puede ocurrir al instante, y con un mayor dominio tras un entrenamiento.
La investigación de este proceso tiene una importancia práctica y teórica. Práctica, porque la música produce una inducción psicomotora que utilizada de forma adecuada favorece la rehabilitación. Y teórica, porque teóricamente los trastornos motores son el reflejo de lesiones neuronales, y si la música es capaz de influir sobre esos trastornos significa que en el cerebro se producen fenómenos de plasticidad funcional compensatoria: otras áreas sanas del cerebro hacen la función de áreas lesionadas que la han perdido. El Parkinson conlleva tal variedad de trastornos del movimiento, y el tratamiento farmacológico tales efectos secundarios, que se hace necesaria la búsqueda de terapias alternativas capaces de integrar de forma natural (sin intervención bioquímica) y equilibrada (sin efectos secundarios) sistemas neuronales desorganizados. La música y el movimiento rítmico están dando muestras de que lo son. Por neurofisiología conocemos, que el normal funcionamiento del sistema de circuitos corteza-ganglios basales-tálamo-corteza, requiere un equilibrio entre las actividades excitadora e inhibidora de los neurotransmisores. Cualquier ruptura de este equilibrio, como es la deficiencia de dopamina (también hay alteraciones en el equilibrio de otros neurotransmisores) origina un trastorno motor. Pero a pesar de estos hechos ocurre que: - Determinada música puede proporcionar una facilidad de movimientos que de otro modo sería imposible. - La práctica dirigida de movimientos rítmicos mejora la movilidad. - Algunas personas son capaces de detener efectos secundarios de la medicación, como son las diskinesias, mediante movimientos danzados con música, simplemente sintonizándose con ésta. El movimiento natural está muy dificultado. Sin embargo, el movimiento danzado está favorecido. Se tratará entonces de que, a través del entrenamiento, la persona aprenda a generar por ella misma y en silencio lo que es capaz de hacer con música.
El Ritmo musical en la recuperación del movimiento en el Parkinson. Método Tubía.
Maite Tubía.
Investigadora de la recuperación del movimiento, Musicoterapeuta y Doctora en Veterinaria.
Introducción
La influencia del ritmo musical en la recuperación del movimiento ha sido mi campo de investigación durante 10 años. Como resultado, he desarrollado un método musicoterapéutico de recuperación del movimiento en lesiones y enfermedades neurológicas centrales. Parkinson, accidentes cerebro-vasculares y traumatismos craneoencefálicos constituyen su principal indicación.
El punto de partida en la investigación y desarrollo de este método fue conocer que personas con Parkinson descubren por ellas mismas que con música se mueven mejor. Y así es. En esta enfermedad el control del movimiento puede mejorar practicando esquemas rítmicos con un soporte musical adecuado. Puede ocurrir al instante, y con un mayor dominio tras un entrenamiento. La investigación de este proceso tiene una importancia práctica y teórica. Práctica, porque la música produce una inducción psicomotora que utilizada de forma adecuada favorece la rehabilitación. Y teórica, porque teóricamente los trastornos motores son el reflejo de lesiones neuronales, y si la música es capaz de influir sobre esos trastornos significa que en el cerebro se producen fenómenos de plasticidad funcional compensatoria: otras áreas sanas del cerebro hacen la función de áreas lesionadas que la han perdido.
El Parkinson conlleva tal variedad de trastornos del movimiento, y el tratamiento farmacológico tales efectos secundarios, que se hace necesaria la búsqueda de terapias alternativas capaces de integrar de forma natural (sin intervención bioquímica) y equilibrada (sin efectos secundarios) sistemas neuronales desorganizados. La música y el movimiento rítmico están dando muestras de que lo son.
Por neurofisiología conocemos, que el normal funcionamiento del sistema de circuitos corteza-ganglios basales-tálamo-corteza, requiere un equilibrio entre las actividades excitadora e inhibidora de los neurotransmisores. Cualquier ruptura de este equilibrio, como es la deficiencia de dopamina (también hay alteraciones en el equilibrio de otros neurotransmisores) origina un trastorno motor. Pero a pesar de estos hechos ocurre que:
- Determinada música puede proporcionar una facilidad de movimientos que de otro modo sería imposible.
- La práctica dirigida de movimientos rítmicos mejora la movilidad.
- Algunas personas son capaces de detener efectos secundarios de la medicación, como son las diskinesias, mediante movimientos danzados con música, simplemente sintonizándose con ésta.
El movimiento natural está muy dificultado. Sin embargo, el movimiento danzado está favorecido. Se tratará entonces de que, a través del entrenamiento, la persona aprenda a generar por ella misma y en silencio lo que es capaz de hacer con música.
Método Tubía
El método que he desarrollado comprende un programa de ejercicios rítmicos de complejidad progresiva, practicados sobre la base de un repertorio musical seleccionado por su inducción psicomotora. La música utilizada comprende todos los géneros y ritmos musicales. Los ejercicios, clasificados por tema de movimiento, son los siguientes:
1. Ejercicios de marcha:
-Ejercicios de marcha natural
-Ejercicios complementarios de la marcha
-Ejercicios para el buen apoyo del pie y el aplomo del peso
2. Desplazamientos naturales y giro del cuerpo
3. Balanceo
4. Rotación
5. Pronación-supinación
6. Ejercicios con los brazos que contribuyen:
-a su propio movimiento
-a la movilidad torácica
-a la coordinación brazos-piernas
7. Gestos que facilitan y orientan la planificación del movimiento
8. Percusiones:
-con los pies
-con las manos
-con instrumentos
9. Ejercicios con las manos y dedos
10. Ejercicios de control del movimiento:
-para iniciarlo y mantenerlo, para detenerlo, para cambiar de sentido
-para darle la adecuada mesura en el espacio y en el tiempo
11. Ejercicios que favorecen el control del equilibrio
Ejercicios de dominio del peso y del aplomo
12. Ejercicios que favorecen el control de la orientación espacial y corporal
13. Ejercicios que favorecen la movilización de los hombros y de la musculatura axial
Ejercicios que favorecen la movilización de las caderas
14. Ejercicios de coordinación viso-motora: referencias espaciales y dinámica del ritmo en el espacio
15. Secuencias rítmicas de movimiento y bailes de salón
16. Ejercicios cognitivos que trabajan:
-la atención, observación, concentración,
-la planificación motora: percepción, comprensión, aprendizaje y ejecución de movimientos
-el mantenimiento en mente, memoria cinestésica, capacidad de secuenciación, capacidad de cambio
-la orientación espacial y corporal
-la orientación temporal
-la intención
En cualquier caso, la persona tendrá que hacer un trabajo corporal y mental activo. Tendrá que poner en marcha conjuntamente: funciones motoras, funciones sensoriales, funciones cognitivas y procesos motivacionales.
Resultados
Vamos a ver sobre la base de estos fundamentos de trabajo qué ocurre, y nos centraremos en los aspectos prácticos, que son en definitiva las mejorías y ventajas observadas.
El fin que se persigue es mejorar el control del movimiento natural, es decir: la lentitud pobreza y bloqueo del movimiento, el arrastre de pies, la festinación, las dificultades para detenerse con aplomo, para volverse, la orientación espacial y corporal, el equilibrio, la coordinación y el tono muscular.
¿Cómo mejora el control del movimiento? En primer lugar durante las sesiones de musicoterapia y rítmica corporal. Así que habrá que prolongar este efecto:
- haciendo continuar a la persona el movimiento sin música
- haciendo generar a la persona con su propio tarareo el movimiento que ha hecho con música
- haciendo generar a la persona en silencio ese movimiento pero sintiendo previamente en su consciencia el ritmo y la velocidad que ella misma calcula antes de iniciarlo.
Se observan mejorías en la esfera cognitiva, como son : la atención, observación, concentración, percepción y comprensión, orientación corporal y espacial y aprendizaje, porque es lo que les exige el seguimiento de una sesión.
Después de las sesiones perdura el efecto en una duración variable, y en este instante como el tono muscular ha perdido rigidez y la persona ha hecho un esfuerzo de trabajo no sólo físico sino cognitivo, el descanso y la conversación son reconfortantes. Paralelamente mejoran otros aspectos. La persona se muestra más participativa y comunicativa, pone mayor voluntad y tiene mejor estado de ánimo y predisposición para superar sus dificultades, algo fundamental en todo proceso rehabilitador.
El método de recuperación del movimiento que he desarrollado y con el cual trabajo, resulta útil para disminuir las dosis de l-dopa o agonistas dopaminérgicos y como terapia alternativa cuando a la persona los fármacos le producen alucinaciones y trastornos de conducta y poco efecto sobre el movimiento. Esto es un hecho importante. En esta enfermedad y en los parkinsonismos, el tratamiento que se aplica es restituir farmacológicamente el neurotransmisor en deficiencia. En ocasiones bloquear la actividad de un segundo neurotransmisor que se ha vuelto hiperactivo por la ausencia del primero, con el que mantenía un equilibrio. En determinadas circunstancias se destruye todo un núcleo porque la modulación de su actividad está alterada anterógradamente. La restitución farmacológica de un neurotransmisor de forma crónica conlleva complicaciones motoras y psíquicas secundarias. Estas complicaciones aparecen a los 3-5 años de iniciado el tratamiento, y son: diskinesias, falta de efecto o menor duración, alucinaciones, trastornos de conducta, síntomas orgánicos. Estos efectos secundarios hacen que la medicación tenga que ser reajustada, cambiada y equilibrada a intervalos de tiempo.
Con la musicoterapia del movimiento y el desarrollo de la rítmica corporal (motora, sensitiva, cognitiva y emocional) no hay efectos secundarios indeseables, y en todos los estadíos de la enfermedad se logran beneficios, aunque hay casos (aislados) que no responden y lo más difícil de tratar o contrarrestar es la inclinación de postura hacia un lado.
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