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Valoración neonatal y prevención primaria: Indicadores de riesgo en atención temprana.

Autor/autores: Margarita Vidal
Fecha Publicación: 01/01/2003
Área temática: Infantiles y de la adolescencia, Trastornos infantiles y de la adolescencia .
Tipo de trabajo:  Conferencia

RESUMEN

Destacar la necesidad de valoración neonatal del niños sano, conjunta pediatra-psicólogo como modelo de asistencia compartida. Planteando la necesidad de que la prevención primaria se lleve a cabo en todos los aspectos del desarrollo infantil: biopsicosocial, siendo imperante en estos momentos la prevención primaria biológica y social y prácticamente nula la prevención primaria psicológica, prevención oficialmente inexistente.

El debate que queremos abrir con esta comunicación es el de la necesidad del psicólogo, del profesional de psicología en los servicios sanitarios de atención primaria y en los servicios de neonatología en niños sanos, sin riesgo o riesgo cero. Apuntar la dificultad de establecer indicadores de riesgo en atención Temprana útiles, sin un seguimiento del desarrollo del niño sano que permita diferenciar los indicadores de sospecha frente a los indicadores de riesgo en las diferentes etapas del desarrollo infantil. La necesidad de trabajar con factores de! protección para promocionar el desarrollo.

Palabras clave: atención temprana


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Valoración neonatal y prevención primaria: Indicadores de riesgo en atención Temprana.

Tomás Alonso; Margarita Vidal.

*Servicio Neonatología. hospital Clínico San Carlos, Madrid (España)

**Unidad de Investigación Fundación síndrome de Down de Madrid

[4/2/2003]


Resumen

Destacar la necesidad de valoración neonatal del niños sano, conjunta pediatra-psicólogo como modelo de asistencia compartida. Planteando la necesidad de que la prevención primaria se lleve a cabo en todos los aspectos del desarrollo infantil: biopsicosocial, siendo imperante en estos momentos la prevención primaria biológica y social y prácticamente nula la prevención primaria psicológica, prevención oficialmente inexistente. El debate que queremos abrir con esta comunicación es el de la necesidad del psicólogo, del profesional de psicología en los servicios sanitarios de atención primaria y en los servicios de neonatología en niños sanos, sin riesgo o riesgo cero. Apuntar la dificultad de establecer indicadores de riesgo en atención Temprana útiles, sin un seguimiento del desarrollo del niño sano que permita diferenciar los indicadores de sospecha frente a los indicadores de riesgo en las diferentes etapas del desarrollo infantil. La necesidad de trabajar con factores de! protección para promocionar el desarrollo.

 



Introducción

El concepto de atención Temprana es un concepto relativamente reciente, es un término que ha reemplazado oficialmente al de Estimulación Temprana que en su momento reemplazó el de Estimulación Precoz. La atención Temprana , oficialmente, es un conjunto de actuaciones planificadas con carácter global e interdisciplina, para dar respuesta a las necesidades transitorias o permanentes, originadas por alteraciones en el desarrollo o por deficiencias en la primera infancia.

Por lo tanto, nos situamos a un nivel de prevención secundaria, cuando hablamos de atención Temprana o a un nivel preferentemente de prevención secundaria. Nosotros partimos de una definición distinta de atención Temprana y entendemos por atención Temprana la educación sistemática de la primera infancia, incluyendo al recién nacido, tenga o no necesidades educativas especiales. El término atención Temprana es muy general y debe englobar a toda la población infantil con riesgo o sin riesgo presente, con discapacidad o sin ella, pretendemos con esta definición dar sentido a los derechos de la infancia, todos necesitan ser atendidos tempranamente independientemente de sus necesidades específicas. Todos los niños necesitan cubrir sus necesidades biopsicosociales y no todos las van a tener suficientemente cubiertas, es la labor de los profesionales que trabajan en prevención primaria y los posibles profesionales que deben trabajan en prevención primaria, los que deben ayudar a la familia a prevenir situaciones que puedan llevarles a desarrollar discapacidades. Situamos la atención Temprana en prevención, y la situamos preferentemente en prevención primaria, evitar la posibilidad, o amortiguar o limitar la gravedad de trastornos en niños sanos. Creemos que la labor fundamental de la atención infantil es vigilar y promocionar estrategias de prevención primaria, y que estas estrategias deben situarse en los inicios del desarrollo, esto es, atender tempranamente a los niños que no presentan situaciones de riesgo detectables, considerados sanos, para que intentar evitarlas. Realmente este es el concepto originario de la prevención, evitar la aparición de la enfermedad.

Para llevar a cabo la prevención primaria en su aceptación completa conceptual, es necesario la intervención valorativa o evaluativa en los diferentes aspectos que definen la calidad o bienestar de vida. Aspectos biológicos, psicológicos y sociales, una valoración desde los primeros momentos de la vida que aúne los esfuerzos de los profesionales de la salud para llevar acciones preventivas primarias. Los profesionales del campo de la salud son por excelencia el pediatra y el psicólogo, apoyados por los distintos técnicos o auxiliares sanitarios. En la actualidad no existe una acción asistencial psicológica del niño sano, existe el Programa de atención al Niño Sano que incluye aspectos psicológicos evaluables por profesionales de enfermería u otros técnicos sanitarios. No existe un programa asistencial psicológico al niño sano en neonatología, pero sí existen programas de atención al niño de alto riesgo. ¿Es necesario esperar a que surjan los problemas, las alteraciones en el desarrollo para que puedan ser atendidos tempranamente y psicológicamente los niños?. Esta es una pregunta que nos hicimos hace tiempo y a la que por lógica y derecho contestamos la atención psicológica del niño sano es un derecho infantil básico pues intenta evitar problemas en el desarrollo y darle oportunidades para que pueda evolucionar y crecer sanamente, defenderle frente a las adversidades cuando todavía no puede hacerlo e ir creando recursos mentales para enfrentarse a ellas, al igual que se crean defensas frente a las enfermedades biológicas. La atención Psicológica Infantil es un derecho básico olvidado.

Todos los esfuerzos planteados por las administraciones y por las políticas sanitarias del sistema moderno y tradicional sustentan programas de prevención básicamente secundaria y acciones y programas psicoeducativos informativos para promocionar la salud y el bienestar infato-juvenil. Todos los esfuerzos se han centrado en la detección precoz de trastornos infantiles, esfuerzos en detección pero no en intervención o recursos que faciliten el tratamiento.

Los programas de promoción del desarrollo, son programas de formación en conocimiento y prácticas de crianza y educación. Son programas para enseñar a detectar y algunas pautas de crianza e interacción positiva dirigidos a familias y profesionales de la salud y de la educación. Una formación que implícitamente les hace asumir el rol de profesionales de la psicología que no deben ni tienen porque asumir. El papel del psicólogo debe ser ejercido por el psicólogo. El coste de una evaluación constante del desarrollo infantil es alto, estresante e ineficaz, como se puede comprobar en las investigaciones relacionadas con la salud mental infantil y la falta de detección precoz después de décadas de formación.

El psicólogo debe entrar en los servicios de Asistencia Primaria, y en los Hospitales para compartir la atención infantil con el profesional de pediatría. Siguiendo el enfoque del modelo de Asistencia Compartida, más eficaz que el de Formación continua.

La valoración conjunta pediatra-psicólogo aumenta la eficacia de la prevención temprana permite la intervención mínima y disminuye el riesgo de las tensiones familiares y sociales presentes en los casos de niños problemáticos no detectados tempranamente. Permite la derivación a tratamientos especializados y la derivación temprana a Centros de Estimulación Temprana.

 

 

Proponemos una valoraciónconjunta y complementaria pediatra-psicólogo, llevada a cabo por los profesionales de estas disciplinas, pediatra y psicólogo con el apoyo de los profesionales de la salud.

Proponemos una valoración apoyada en protocolos de valoración, seguimiento e intervención primaria que permite una prevención preventiva desde el mismo momento del nacimiento ( o incluso antes) tal y como la desarrollamos en el hospital Clínico San Carlos de Madrid en el servicio de Neonatología del recién nacido sano, (1998).

Proponemos el apoyo psicológico como estrategia de intervención mínima para vigilar el desarrollo sano y ayudar a cubrir las necesidades del entorno del niño, familiar, escolar y social. Un apoyo que promueve la autonomía del paciente sano y que permite el apoyo en situaciones de crisis, conflictos mínimos, desvinculaciones bruscas no deseadas, pérdidas de seres u objetos queridos, etapas difíciles del desarrollo infantil y del desarrollo familiar. Un servicio que tenga en cuenta los aspectos mentales de las personas, el crecimiento y el crecimiento mental y las posibles adaptaciones a esos cambios. Un servicio cuyo objetivo principal es prevenir, no curar.

Se calcula que cada año uno de cada diez niños presenta problemas graves, graves del desarrollo, alteraciones de conducta y trastornos emocionales. El 90 % de los problemas en la infancia se relacionan con trastornos de conducta y trastornos emocionales , y la mayoría de los niños que padecen trastornos mentales no reciben tratamiento.

Estos datos, deben hacernos reflexionar sobre la necesidad de introducir nuevos modelos de atención a la infancia, si queremos lograr el tan deseado y teorizado bienestar infantil.

 

 

Indicadores de riesgo en atención Temprana

Las enfermedades tienen origen multicausal, si exceptuamos alguna de ellas como son las infecciones, pero las enfermedades mentales son prácticamente todas originadas por diversos factores. La dificultad de promocionar el desarrollo aplicando sólo programas de educación es justamente la diversidad de factores que se interrelacionan con los trastornos y originan su inicio, y mantenimiento . Los programas psicoeducativos son un apoyo eficaz para ampliar la información de los pacientes, en algunos casos incluso para ampliar el conocimiento de las actitudes que deben asumir para mantener una alta probabilidad de desniveles saludables, la salud no es un estado y es fluctuante, pero un grado mínimo de salud si se mantiene con unos hábitos determinados. Pero os factores que interactúan constantemente en las relaciones y vivencias personales no son tan susceptibles de ser educados. En cuanto a los indicadores de riesgo en la infancia son numerosos, elásticos, pueden afectar en mayor o menor grado, algunos desempeñan un papel desencadenate de la enfermedad, otros la precipitan, otros la cronifican, otros la inician y otros parecen no actuar en individuos concretos. Además los indicadores de riesgo cambian con la edad, las circunstancias personales y las relaciones del entorno. La relación entre crecimiento, desarrollo y entorno social es estrecha, vinculante, dinámica, continua, progresiva e irreversible.

El desarrollo evolutivo tiene una secuencia fija conocida ampliamente, tiene distintas velocidades pero la misma secuencia . Los factores genéticos, ambientales, prenatales, el estilo de crianza, las relaciones afectivas, la variabilidad de la estimulación natural recibida y aceptada, los factores familiares, los socioeconómicos hacen necesario una evaluación continua del desarrollo, en periodos de tiempo determinados si realmente queremos emprender acciones preventivas primarias en edades tempranas. Además debemos añadir los factores de riesgo en áreas específicas. Sensoriales, físicas, cognitivas, de relación, vinculares, sociales, sexuales, afectivo emocionales. Es evidente que sólo un seguimiento cuidadoso y un análisis global permitirá puntualizar sobre la prioridad o no de un seguimiento especializado o una derivación determinada.

Los cambios rápidos que se producen en el recién nacido y su intensa relación con el entorno, durante el primer mes de vida, hacen imprescindible una valoración pediátrica y psicológica que valore la adaptabilidad física y psicológica durante el periodo neonatal. Solamente una valoración conjunta aportará una visión general y global del desarrollo y de los posibles riesgos a los que puede estar sometido y a los mecanismos de adaptación en curso y crecimiento. La adaptación psicológica y fisiológica en la etapa más vulnerable del ser humano. No debemos perder la oportunidad de prevenir tempranamente a todos los niños, a todos sin excepción y gratuitamente.

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