En los últimos años, el campo del estrés laboral se ha ampliado y, concretamente, en el caso de los profesionales de la salud su presencia se ha hecho más patente e insistente. Vinculados al ámbito laboral sanitario y a los estresores laborales, se han señalado tres grupos principales de transformaciones socio-laborales como especialmente relevantes para la salud médica (1): a) un mayor número de pacientes a tratar b) mayores exigencias de tipo económico y c) un empeoramiento de las condiciones laborales actuales. Entre otras, las variables citadas anteriormente, han favorecido un aumento en el número de profesionales que presentan síndrome de "burnout". Efectivamente, Los profesionales relacionados con el ámbito de la salud no están exentos de padecer trastornos físicos y psicológicos. En general, los datos parecen estimar que entre un 10?12 % de los médicos en ejercicio pueden sufrir a lo largo de su vida profesional trastornos psicológicos y conductas relacionadas con el consumo de alcohol, psicofármacos u otras drogas (2).
Existen un gran número de situaciones estresantes relacionadas con la profesión médica que favorecen el desarrollo de síntomas físicos y psíquicos en estos profesionales, repercutiendo entre otras cosas, en la satisfacción laboral y calidad asistencial (3)(4)(5)(6)(7)(8)(9)(10)(11(12)(13). Estas situaciones estresantes están relacionadas con aspectos tales como las relaciones que se establecen entre el profesional, paciente y familiares, el ser mediador de noticias tristes y dramáticas, la turnicidad laboral, la carga de trabajo, la inequidad entre el trabajo realizado y las recompensas obtenidas y la inadecuada gestión. Todas estas situaciones y obstáculos para el correcto desempeño de la profesión puede desencadenar en un estado crónico de estrés y llevar al desgaste profesional, síndrome que alcanza una alta extensión en la profesión médica (14) (15) (16).
El síndrome de “burnout" y su influencia en los problemas físicos y psicológicos.
Fernández García, Rubén; Muyor Rodríguez, José María, García Montes, José Manuel; Fornieles Ortiz, Israel; *Fidalgo Aliste, Ángel Manuel*.
Universidad de Almería. Departamento de Enfermería y Fisioterapia.
PALABRAS CLAVE: Salud, Calidad de vida, Fisioterapia, Psicosomática, Rehabilitación
Resumen
En los últimos años, el campo del estrés laboral se ha ampliado y, concretamente, en el caso de los profesionales de la salud su presencia se ha hecho más patente e insistente. Vinculados al ámbito laboral sanitario y a los estresores laborales, se han señalado tres grupos principales de transformaciones socio-laborales como especialmente relevantes para la salud médica (1): a) un mayor número de pacientes a tratar b) mayores exigencias de tipo económico y c) un empeoramiento de las condiciones laborales actuales. Entre otras, las variables citadas anteriormente, han favorecido un aumento en el número de profesionales que presentan síndrome de “burnout”. Efectivamente, Los profesionales relacionados con el ámbito de la salud no están exentos de padecer trastornos físicos y psicológicos. En general, los datos parecen estimar que entre un 10–12 % de los médicos en ejercicio pueden sufrir a lo largo de su vida profesional trastornos psicológicos y conductas relacionadas con el consumo de alcohol, psicofármacos u otras drogas (2). Existen un gran número de situaciones estresantes relacionadas con la profesión médica que favorecen el desarrollo de síntomas físicos y psíquicos en estos profesionales, repercutiendo entre otras cosas, en la satisfacción laboral y calidad asistencial (3)(4)(5)(6)(7)(8)(9)(10)(11(12)(13). Estas situaciones estresantes están relacionadas con aspectos tales como las relaciones que se establecen entre el profesional, paciente y familiares, el ser mediador de noticias tristes y dramáticas, la turnicidad laboral, la carga de trabajo, la inequidad entre el trabajo realizado y las recompensas obtenidas y la inadecuada gestión. Todas estas situaciones y obstáculos para el correcto desempeño de la profesión puede desencadenar en un estado crónico de estrés y llevar al desgaste profesional, síndrome que alcanza una alta extensión en la profesión médica (14) (15) (16).
Manifestaciones clínicas del síndrode “BurnOut”
El síndrome puede manifestarse en el ámbito clínico de formas diferentes: con problemas de salud mental, conductas ansiosas y/o depresivas, conductas relacionadas con el consumo de alcohol, sustancias tóxicas, etc. , alteraciones cardiovasculares, estilos de vida nocivos, absentismo, mal desarrollo profesional praxis, etc. ) (17).
Más concretamente, en relación a la influencia del desgaste profesional en la salud mental de los profesionales cabe citar dificultades en la capacidad de concentración, ansiedad, depresión, insomnio y disfunción social (18).
Desgaste profesional en enfermaría
Dentro del ámbito de la salud, cabe prestar especial atención al contexto de la enfermería, entre otros motivos, por la labor fundamental que estos profesionales desempeñan en el mantenimiento y mejora de la salud y calidad de vida social.
Para el correcto y óptimo cuidado de un paciente resulta evidente que el enfermero/a también goce de un adecuado equilibrio en su actividad, condición a través de la cual las acciones, actitudes, comportamientos y obligaciones pueden desarrollarse sin tensiones y estrés.
A menudo, los enfermeros/ras se enfrente a continuas demandas físicas y emocionales por parte de sus pacientes. Por otro lado, su profesión les hace mantener una relación constante con pacientes que tiene dolor y sufren y no es extraño que se vean envueltos en situaciones difíciles, donde deben tomar decisiones de gran responsabilidad en situaciones críticas. Estas situaciones y variables pueden determinar que, con el tiempo, el enfermero/a comience a padecer síntomas de estrés crónico y problemas psíquicos derivados del contexto enfermero al que pertenece (19) (20).
Las principales fuentes de estrés y de desgaste profesional o “burnout” dentro de la profesión de enfermería puede englobarse en dos categorías:
1. La relación y el contacto directo con los pacientes (demandas solicitadas, capacidad de empatía, paciencia, educación, etc. )
2. Los factores administrativos y organizacionales (sobrecarga laboral y problemas de tiempo, escaso apoyo social y falta de comunicación, disputas entre compañeros, disminución del compromiso en la toma de decisiones, cambios en el entorno laboral, excesiva responsabilidad en el trabajo, los conflictos con los médicos, etc. (21) (22)
También existen un conjunto de variables moduladoras que pueden interferir en las dos categorías anteriores: (a) Sociodemográficas (antigüedad profesional sexo, edad, turno, puesto que ocupa, estado civil, etc. ), (b) apoyo social, (c) personalidad resistente y (d) estrés percibido (23)
Respectos a las consecuencias derivadas del síndrome de desgaste profesional, pueden señalarse repercusiones a nivel personal y organizacional (4) (15), a las que se deben sumar otras repercusiones de tipo macrosocial relacionadas con los financieros, sociales y humanos asociados al síndrome. Se ha encontrado una relación entre el “burnout” y ciertas alteraciones de tipo cardiaco (taquicardia, palpitaciones, etc. ). También un empeoramiento en la vida social y familiar del individuo. A nivel organizacional se han encontrado problemas de absentismo, aumento de solicitudes traslado, incremento en el número de rotaciones, baja productividad y disminución de la eficacia en el trabajo, pérdida del compromiso e implicación con la organización, etc.
BurnOut en enfermeros oncólogos
Los cuidados enfermeros dentro del contexto de la enfermería oncológica requieren de un despliegue de actividades donde se hace indispensable un equilibrio psicológico y emocional más importante que en otras disciplinas. Efectivamente, el enfermero/a se haya inmerso en su labor asistencial a múltiples agresiones, al trato de pacientes con pronóstico sombrío y ante la necesidad de brindar cuidados no solamente intensivos, sino también prolongados. Es importante por lo tanto, ante esta situación, mantener una adecuada concentración y atención, donde se hace indispensable no solo un alto nivel de eficacia profesional, sino también un compromiso personal importante que puede terminar afectando al enfermero/a a nivel personal. A este respecto, diversos estudios han comprobado el desarrollo de estados de ansiedad, depresión e ira en el personal asistencial, entre ellos enfermeros, que trabajan dentro de este ámbito de la salud (24)
Evaluación del “BurnOut” en enfermería(25)
Como instrumento característico y concreto para evaluar el desgaste profesional en profesionales enfermeros/as citamos el cuestionario de desgaste profesional de enfermería (CDPE)
El CDPE intenta evaluar las variables que influyen en el proceso de desgaste profesional “burnout” en la profesión de enfermería. Concretamente, se incluyen determinadas variables antecedentes propias del ámbito organizacional hospitalario. Estas se refieren tanto a cuestiones referentes a las características intrínsecas del trabajo, como a aspectos relativos a la estructura y cultura organizacional.
La medida del síndrome se realiza teniendo en cuenta las tres dimensiones clásicas propuestas por Maslach y Jackson (agotamiento emocional, despersonalización y realización personal), habiendo sustituido la variable “realización personal por “falta de realización personal”.
Finalmente se recoge información sobre las diversas consecuencias del síndrome de desgaste profesional a nivel organizacional e individual. El instrumento incluye medidas de variables moduladoras en la génesis y desarrollo del desgaste profesional. Concretamente se incluye la variable de personalidad denominada personalidad resistente o “hardiness” y la medida de tres tipos básicos de estrategias de afrontamiento
El CDPE puede ser conceptualizado como un instrumento flexible de evaluación, de forma que es posible utilizar todas las escalas para obtener una visión amplia del proceso de desgaste, o bien seleccionar las relativas a aquellos aspectos que se consideran útiles de acuerdo con los objetivos de la evaluación.
Los 174 items que componen el cuestionario se componen de una escala Likert, con un rango de 1 a 4, donde 1 es totalmente en desacuerdo y 4 totalmente de acuerdo. Además, el instrumento permite recoger información sobre variables de tipo sociodemográfico y profesional (sexo, edad, relaciones personales, número de hijos, estudios realizados, años de experiencia, años de experiencia en el mismo puesto, situación laboral, centro en el que trabaja, tiempo que lleva en el mismo centro, turno, servicio/área, sección, número de pacientes que se atiende al día, función de supervisión, número de horas que trabaja semanalmente y porcentaje de jornada que pasa en interacción con los pacientes)
Referencias bibliográficas
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