El objetivo de esta investigación es analizar cuestiones vinculadas con la situación de la Práctica Basada en la Evidencia en psicología (Evidence-Based Practice in Psychology, EBPP) cuyo propósito es promover la práctica psicológica efectiva, mejorando con ello la salud pública. Existe un amplio consenso acerca de la necesidad de que la práctica psicológica se base en la evidencia empírica, integrando la investigación en la práctica diaria. Los psicólogos clínicos expertos determinan la aplicabilidad de las conclusiones de la investigación para un determinado paciente y poseen una serie de competencias que promueven la obtención de resultados terapéuticos positivos.
Entre esas competencias se incluye la evaluación y uso de la evidencia de investigación. La Práctica Basada en la Evidencia requiere que los psicológicos reflexionen sobre la calidad y las limitaciones de la evidencia obtenida con diferentes tipos de investigación. En general, la evidencia se obtiene de investigaciones relevantes y de revisiones sistemáticas sustentadas en la estimación de tamaños del efecto y la significación estadística. Investigadores y profesionales deben trabajar juntos para lograr que la investigación disponible tenga validez interna y además sea clínicamente relevante. En muchas ocasiones, la calidad de la investigación es un precursor de la calidad de la evidencia. El diseño del estudio, las hipótesis de investigación, los métodos, la coherencia y consistencia de los hallazgos influyen sobre el tipo y calidad de la evidencia obtenida.