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Daño cerebral y habilidades comunicativas.

Autor/autores: Judith Ejarque i Grau
Fecha Publicación: 01/03/2005
Área temática: Psicología general .
Tipo de trabajo:  Conferencia

RESUMEN

El entrenamiento en habilidades sociales se considera una de las terapias psicosociales más efectivas en el tratamiento de las disfunciones en la interacción interpersonal. Y las habilidades comunicativas constituyen una parte importante de las habilidades sociales. La comunicación es el resultado de la acción coordinada de habilidades cognitivas, lingüísticas y psicosociales.

Por esta razón, la disfunción en alguna/s de estas áreas conlleva una dishabilidad comunicativa. La intervención en la dishabilidad comunicativa debe realizarse en el contexto de una atención multidisciplinar, previa evaluación e identificación de las dificultades en relación a sus necesidades comunicativas. Se centrará en el entreno de habilidades de comunicación para proporcionar estrategias y así aumentar las competencias comunicativas; ya que la integración social depende, en gran medida, de las habilidades comunicativas y lingüísticas necesarias para la relación con los demás.

Palabras clave: Daño cerebral


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Daño cerebral y habilidades comunicativas.

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Judith Ejarque i Grau.

Logopeda en el hospital de Neurorehabilitación Instituto Guttmann
Miembro fundador de GRESMAC

 

Resumen

El entrenamiento en habilidades sociales se considera una de las terapias psicosociales más efectivas en el tratamiento de las disfunciones en la interacción interpersonal. Y las habilidades comunicativas constituyen una parte importante de las habilidades sociales.

La comunicación es el resultado de la acción coordinada de habilidades cognitivas, lingüísticas y psicosociales. Por esta razón, la disfunción en alguna/s de estas áreas conlleva una dishabilidad comunicativa.

La intervención en la dishabilidad comunicativa debe realizarse en el contexto de una atención multidisciplinar, previa evaluación e identificación de las dificultades en relación a sus necesidades comunicativas. Se centrará en el entreno de habilidades de comunicación para proporcionar estrategias y así aumentar las competencias comunicativas; ya que la integración social depende, en gran medida, de las habilidades comunicativas y lingüísticas necesarias para la relación con los demás.

Abstract

The training on the social abilities is considerate one of the more effective psychosocial therapies on the treatment of dysfunctions in the interpersonal interaction. And the communicative abilities constitute an important part of these social abilities.

The communication is the result of the coordinated action of cognitive, linguistic and psychosocial abilities. For this reason, a dysfunction in some of these areas can develop a lack of communicative ability.

The intervention in the lack of communicative ability must be done in the context of a multidisciplinary attention with a previous evaluation and identification of the difficulties related to his communicative needs. It will centre in the training of communication skills to provide strategies and, in this way, increase the communication competence since the social integration depends, in big part, on the communicative and linguistic abilities that are necessary to the relation with the other people.



Introducción

Hoy nadie cuestiona la función comunicativa del lenguaje. Si bien algunos lingüistas como Chomsky no la tuvieron en cuenta en sus definiciones, por no considerarla esencial, o como Sausure, por simplemente obviarla en la construcción de sus teorías, Sapir, en cambio, no sólo reconoce la función comunicativa del lenguaje, sino que además se centra en su carácter social. Incluso a partir de la aplicación de modelos cognitivos, se constata la necesidad de tener en cuenta el aspecto social del lenguaje y los sistemas semióticos implicados en la comunicación (Laguna, 1992).

Comunicar consiste en algo que trasciende al simple uso formal del lenguaje, se comunica en interacción social. Por un lado, la del sujeto hablante que construye una representación de la realidad subjetiva y por otro la de la representación/ construcción de imágenes, identidades, acciones de los receptores que interaccionan en el proceso comunicativo.

La Pragmática se define como el uso apropiado que el hablante hace del lenguaje verbal y no verbal para comunicarse en diferentes contextos.

En los últimos años, el estudio de la pragmática se ha aplicado al de la afasia, los trastornos comunicativos en lesiones del hemisferio derecho y al traumatismo craneoencefálico (TCE) (Peña y Pérez, 1991; Ponsford et al, 1995; Coelho et al 1996; Friedland et al, 1998; Galiski et al, 1998; Snow et al, 1998; Bruna et al 1999; Zaidel et al, 2000; Aubert et al, 2004; Muñoz-Céspedes y Medle, 2004)


Alteraciones de las habilidades pragmáticas en el traumatismo craneoencefálico

Las personas afectadas por un TCE pueden presentar alteraciones a nivel físico, cognitivo, conductual y emocional. Estas ocurren en diversas combinaciones y varían ampliamente en su naturaleza y severidad, dependiendo de su localización y de la gravedad del traumatismo, así como de las características premórbidas del individuo.

La alteración de las habilidades pragmáticas es común después un TCE, los componentes estructurales básicos pueden estar intactos, pero la habilidad social para usar el lenguaje está alterada.

Numerosos estudios han puesto de manifiesto la relación entre los cambios cognitivo-conductuales y la alteración de las habilidades pragmáticas. Los trastornos de conducta-emoción más frecuentes son: irritabilidad, agresividad y desinhibición o apatía y falta de iniciativa. Los procesos cognitivos más relevantes acerca de las alteraciones de la comunicación se relacionan con la atención, la percepción, la memoria, la organización de la información, la velocidad de procesamiento de la información y las funciones ejecutivas. Las dificultades de atención, percepción y memoria pueden conllevar a que el paciente extraiga conclusiones inadecuadas referidas al lenguaje. El enlentecimiento en la velocidad de procesamiento de la información y los problemas de fluencia verbal, pueden afectar los turnos de intervención en la conversación. Las dificultades perceptivas pueden dar lugar a problemas en la interpretación de la expresión facial, los gestos y en respetar el espacio interpersonal. Las dificultades en la capacidad de razonamiento causarán problemas para captar el doble sentido, el sarcasmo o el humor (Junqué et al, 1998).

Otras de las alteraciones pragmáticas en los TCE son (Snow y Ponsford, 1995; Junqué et al, 1998):

· Dificultad para identificar las necesidades comunicativas del interlocutor y adecuarse a ellas.
· Dificultad para iniciar y mantener una conversación.
· Dificultad para hablar de un tema concreto, pasan con facilidad de uno a otro.
· Dificultad para estructurar el discurso de forma lógica y secuencial.
· Dificultad para expresarse de manera concisa, aportan excesiva información o redundante.
· Escasa precisión léxica debido a la dificultad para encontrar la palabra.
· Dificultad para seguir una conversación en grupo o en lugares ruidosos; supone enfrentarse a estímulos múltiples.
· Alteraciones en el uso y comprensión de los elementos no verbales de la conversación (mirada, proximidad física al interlocutor, gestos inapropiados, dificultades en comprender y en usar expresiones faciales)
· Alteración de los elementos paralingüísticos (disprosodia, con un ritmo y tono inadecuados)

Como he comentado anteriormente, los cambios cognitivo-conductuales tienen un significativo impacto en la capacidad comunicativa y en la integración social. Con el tiempo, las personas que han sufrido un TCE se van quedando aisladas socialmente y aparecen sentimientos de frustración, ansiedad e incluso depresión. Galiski (1998) correlaciona algunas características pragmáticas del TCE con la integración social y la calidad de vida de estas personas.

Si bien la afasia es poco común tras un TCE, se dan con frecuencia alteraciones lingüísticas como la anomia o dificultad en la denominación. En el caso de que el paciente presente lesiones focales que afecten a áreas cerebrales implicadas en el lenguaje, afasia, pueden verse comprometidos uno o más de los siguientes aspectos: comprensión, expresión del lenguaje, capacidad de repetición, denominación, lectura o escritura. También pueden aparecer alteraciones en la articulación del lenguaje, disartria, que se caracterizan por la lentitud, imprecisión e incoordinación de la musculatura implicada dicha función.

Debido a la pérdida del lenguaje, la relación de una persona afásica con otras personas y consigo misma puede estar profundamente alterada. Habitualmente, el paciente con afasia presenta signos de enfado y de frustración, no sólo por la pérdida del lenguaje sino también por la reacción de la sociedad; familiares y amigos se sienten incómodos cuando tratan de comunicarse con ellos y, con el tiempo, tienden a distanciarse.


Otras personas pueden presentar, de forma transitoria o permanente, graves dificultades para expresarse en lenguaje oral, como consecuencia de la propia lesión. Es el caso del mutismo postraumático, la apraxia o la disartria severa, que suelen tener una comprensión parcial o totalmente conservada. Por lo que, independientemente de otras medidas terapéuticas, intentaremos crear un canal de comunicación a través de la vista, de algún movimiento, los gestos, la escritura o utilizando los sistemas aumentativos-alternativos de comunicación (SAC) para facilitar la comunicación y, si es posible, desarrollar habilidades comunicativas:

· Iniciar interacciones comunicativas.
· Introducir temas de conversación.
· Mantener el tema de conversación.
· Terminar las interacciones cuando sea pertinente.
· Pedir lo que necesita.
· Proporcionar y compartir información.
· Expresar deseos y opiniones.

El objetivo es mejorar la calidad de vida de las personas que presentan dificultades graves de comunicación, ya que los SAC permiten un incremento en su autoestima, autonomía, relaciones interpersonales y ocupación (educación, vida familiar, actividades ocupacionales y empleo).

Los terapeutas debemos considerar al paciente globalmente, en su contexto. En vez de centrarnos de un modo restrictivo en el déficit lingüístico, la recuperación de la comunicación debe estar dirigida al uso funcional del lenguaje (comunicar necesidades, pensamientos o sentimientos), de manera que sea lo más autónomo posible.

Durante todo el proceso de rehabilitación, tendremos presente la atención a los familiares del paciente para informar a cerca de los cambios que le ha ocasionado el traumatismo y orientarles en cómo abordarlos, ya que los familiares de la persona afectada también sufren las consecuencias. En este sentido, es necesario obtener su colaboración en la rehabilitación e incluso hacerles partícipes de algunas sesiones, ya que con ellos el paciente tendrá que utilizar sus habilidades comunicativas en contextos funcionales y, dicha interacción contribuirá a mejorar su competencia comunicativa.

Otro de los recursos para estrechar el área comunicativa y la social será la conversación provocada por el terapeuta, donde el paciente tendrá que utilizar estrategias pragmáticas (verbales y no verbales) para mejorar su competencia comunicativa.

La terapia en grupo también puede tener un gran efecto en el tratamiento del déficit pragmático porque obliga al paciente a identificar y adaptarse a las necesidades comunicativas de los otros interlocutores, valorar la efectividad de su comunicación en contextos funcionales, reforzar o evitar conductas y actuar como elemento motivador individual y grupal.


Conclusiones

· comunicación y lenguaje son dos conceptos diferentes, puede haber comunicación sin lenguaje oral y puede haber lenguaje sin comunicación. Para que se dé la comunicación tiene que haber interacción social, el lenguaje es un medio.

· Las dificultades en la comunicación junto con los déficit cognitivo-conductuales son un serio handicap para muchas personas con un TCE y una de las principales barreras para reintegrarse en la sociedad.

· La evaluación de la comunicación basada en test formales de lenguaje no es sensible con las dificultades para interactuar en situaciones reales (Friedland, 1998; Snow y Ponsford, 1995). La evaluación de la comunicación deberá ser llevada a cabo por profesionales especializados, el neuropsicólogo y el logopeda, y debe incluir la evaluación de las alteraciones cognitivas, conductuales, emocionales, del lenguaje y del habla, en relación con sus necesidades comunicativas.

· La intervención se debe realizar en el contexto de una atención multidisciplinar debido a que las dificultades de comunicación no se presentan de forma aislada.

· A veces, tendremos que priorizar la intervención a favor de las competencias comunicativas para promover estrategias de comunicación expresiva, funcional y generalizable, usando como vehículo de esa comunicación el soporte más adecuado.

· El principal objetivo de la intervención es facilitar la integración social para incrementar la calidad de vida de esta población.


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