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Propiciando un recorrido: Del acto a la palabra.

Autor/autores: Marcelo Sitnisky
Fecha Publicación: 01/03/2008
Área temática: Psiquiatría general .
Tipo de trabajo:  Conferencia

RESUMEN

Cuántos delitos no habrían existido si las personas que los cometieron hubieran podido tener el andamiaje psicológico necesario a tiempo? Es posible detectar claramente la falta o dificultad, en las personas internadas en una institución carcelaria, de sus recursos internos para conceptualizar su necesidad.

Vemos entonces que el impulso no está mediado por un instrumento posible: la palabra. La experiencia relatada en una Unidad Penitenciaria del Serivio Penitenciario Bonaerense se propuso como objetivo la prevención o reparación de los factores de riesgo emocionales que impactan en la subjetividad del individuo.

Palabras clave: prevención


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Propiciando un recorrido: Del acto a la palabra.

Sitnisky, Marcelo; Apice Vidal, Alejandra; Naddeo, Carolina.

Universidad Maimónides. Ciudad Autónoma de Buenos Aires

Cuántos delitos no habrían existido si las personas que los cometieron hubieran podido tener el andamiaje psicológico necesario a tiempo? Es posible detectar claramente la falta o dificultad, en las personas internadas en una institución carcelaria, de sus recursos internos para conceptualizar su necesidad. Vemos entonces que el impulso no está mediado por un instrumento posible: la palabra. La experiencia relatada en una Unidad Penitenciaria del Serivio Penitenciario Bonaerense se propuso como objetivo la prevención o reparación de los factores de riesgo emocionales que impactan en la subjetividad del individuo.

Propiciando un recorrido: Del acto a la palabra

. Encontrando nuestro espacio. El espacio grupal

Nuestra participación en esta Pasantía de Clínica con Jóvenes y Adultos privados de la libertad- tiene su origen en un Convenio que firmó la Universidad Maimónides, a la cual pertenecemos, a través de la cátedra de psicología Legal y Forense, con el Servicio Penitenciario Bonaerense. Como cursantes próximos a egresar elegimos esta experiencia, la primera en su género para ambas Instituciones, como corolario de nuestra carrera. Nuestra formación psicológica es de orientación sistémica. Las raíces de dicho enfoque penetran en el interjuego vincular, dando lugar a nuevos relatos que resignifiquen situaciones disfuncionales que han provocado malestar y sufrimiento.  
Rápida e inusualmente logramos una afinidad de valores, emociones e intereses personales, que luego encontraron su expresión en la unificación de criterios de aprendizaje y trabajo. Tienen una participación ineludible en esta emoción experimentada, la generosidad que, desde lo humano y lo profesional, han tenido nuestros tutores para con nosotros en esta travesía.
Aunamos nuestros mejores esfuerzos comenzando a transitar la experiencia como oyentes en el grupo de Admisión y Seguimiento de la Unidad Penitenciaria Nº 32. Luego tuvimos participación en algunas entrevistas familiares según requerimientos específicos. Y finalmente encontramos nuestro espacio en la asistencia psicológica del grupo. Al mismo tiempo fuimos encontrando respuestas a nuestras más inquietantes preguntas tanto por parte de los profesionales que trabajan allí en el Departamento Técnico-Criminológico, así como en las autoridades de dicha institución.
En relación a las Instituciones Penitenciarias es interesante el aporte de Goffman, I. quien las define como Instituciones Totales: “es un lugar de residencia y trabajo, donde un gran número de individuos en igual situación, aislados de la sociedad por un periodo apreciable de tiempo, comparten en su encierro una rutina diaria administrada burocrática y formalmente”.  
Las características centrales de estas instituciones: “Todos los aspectos de la vida se desarrollan en el mismo lugar, bajo la misma autoridad y en la compañía inmediata de un gran numero de otros, a quienes se da el mismo trato y de quienes se requiere que hagan juntos las mismas cosas. Por otro lado, todas las etapas de las actividades diarias están estrictamente programadas, de modo que una actividad conduce a la siguiente, y se impone desde arriba, mediante un sistema de normas formales y explícitas y por un cuerpo de funcionarios. ”
Cuando un sujeto ingresa a una institución con las características antes mencionadas, es despojado de su mundo habitual y otra modalidad de vida cotidiana es construida por la institución: anulación del rol social, agresiones psicológicas, obediencia, humillaciones, despojo de posesiones personales, alimentación reglada, confesar la vida privada en público, control de movimientos (inmovilización, celdas especiales), violaciones de la intimidad, castigos y amenazas, la internalización de nuevas reglas, la pérdida de autonomía, de singularidad como individuo y la masificación, etc. Se potencia la indiscriminación, alzándose como un obstáculo para la subjetivación.  
En efecto, la institucionalización provoca en el sujeto una fragmentación, un estigma y deterioro en la construcción de la identidad por la etiqueta institucional y la marginación social y la identidad subjetiva es sustituida por la identidad institucional. Así son evidentes los efectos que todos estos rituales tienen sobre el interno.  
En relación a los efectos de la institucionalización, es conocida la situación adquirida por aquellos internos que permanecen en las instituciones de encierro.  
Su nueva realidad, no responde a las características propias de lo que constituyó su ser inicial, sino cronificación, agravamiento, desvinculación de los lazos familiares y sociales, pérdida de su identidad, de autonomía. La misma es caracterizada por apatía, falta de iniciativa, perdida de interés, sumisión, aplanamiento afectivo, deterioro de los hábitos personales, pérdida de la individualidad, aceptación resignada de la realidad y fragmentación de la estructura familiar.
La encrucijada está presente entre la exigencia de cumplir con un programa de progresividad y donde los internos no tienen los recursos individuales para cumplir con dicha exigencia. Según nuestra visión, dicha progresividad no debería ser una carrera de obstáculos sino un camino hacia la subjetivación, que posibilitará la reconstrucción de partes de su historia que lo llevaron a la trasgresión

. Clínica de las ilusiones. Habilitando la palabra 

Así, fueron naciendo nuestras primeras hipótesis de trabajo, algunas de las cuales aún se mantienen. Nos hemos preguntado: 
¿Qué instancia de asistencia psicológica podría ser generadora de espacio de autocrítica y reflexión en las personas que se encuentran privadas de la libertad? 
¿Podremos a partir de nuestra intervención habilitar una nueva posibilidad a estos sujetos de reflexionar, de ver el mundo de otra manera, y construirse, de cambiar la significación de su propia historia? 
¿Podremos perforar la defensa estructurada y rigidizada por tantos avatares de años de dolor y de encierro, en función de poder trabajar con el sujeto más allá del interno, en función de que se encuentre con su subjetividad dado que el encarcelamiento le produjo una restricción, no solo en lo ambulatorio, sino también en lo laboral, social, familiar, vocacional, sexual, etc. ?
Desde el comienzo de nuestro trabajo, la intención de este equipo fue la de intentar un acercamiento desde lo humano, logrando un buen vínculo desde fuera de la institución A partir de lo referido por los internos evaluados en el grupo de Admisión y Seguimiento respecto a los derechos que les asisten, tuvimos entrevistas familiares de los sujetos para chequear el grado de cohesión familiar y la viabilidad de la información suministrada por las personas evaluadas.
En el marco de la pasantía, comenzamos a pensar otra dimensión del trabajo que estábamos encarando en una institución como esta. Al reflexionar respecto de las prácticas terapéuticas allí implementadas surgió la necesidad de la apertura de un nuevo espacio, un espacio grupal habilitador de la palabra, desobturador de las emociones.
Empezamos a trabajar.
La labor consiste en desinvestir al interno e investir al sujeto, crear espacios de reflexión para permitirles recuperar la subjetividad perdida en los laberintos del encierro. Generar una dimensión en la que el sujeto no esté solamente atravesado por la disciplina de la institución, sino y fundamentalmente por su propio devenir humano, mas allá del marco jurídico que lo condiciona y lo atraviesa, para acceder o recuperar su capacidad de simbolización sustituyendo el acto por la palabra.
Desde lo formal, estamos coordinando un grupo de internos con tareas extramuros, una vez por semana. Allí intentamos la actividad conjunta de explorar las distintas representaciones que cada sujeto tiene acerca de sí, de los demás, del atravesamiento por la situación jurídica en que se encuentran, a partir de lo cual se van abriendo nuevas alternativas que habilitan la posibilidad de una co construcción distinta.
A través de nuestras intervenciones en la instancia grupal creemos posible generar un espacio de reflexión que les permita crear o recrear la capacidad simbolizadora sobre sus historias y los actos presentes en ellas, para que el sujeto pueda historizarse, para que en ese andar recupere su esencia humana, su subjetividad, su identidad, algo que alguna vez tuvo.  
Las resistencias que cada uno de los sujetos evidenciaba, al comenzar nuestra intervención, eran tantas y tan intensas que parecía imposible establecer un buen rapport. Fuimos desentrañando, desmenuzando cada uno de dichos escollos, que fueron apareciendo hasta conseguir un buen vínculo, que posibilitara el surgimiento de la calidez humana en nuestro contacto con los internos. A partir de ese momento, significativamente, algunos de ellos fueron participando de otra manera.


. Desobturando las emociones a modo de conclusión

De las distintas opciones de intervención propuestas o manejadas en un principio, quedó delineado el espacio de asistencia psicológica a nivel grupal con los internos que hacen tareas extra muros
En el andar del grupo, algunos de los participantes lograron avances importantes en lo referido al trabajo sobre ellos mismos, a revisar los mecanismos internos que se activaban en algunas instancias de su vida que los llevaron a situaciones de trasgresión, pérdida, dolor, y castigo social.  
En las sucesivas sesiones, se nos fueron instalando temas en los que subyacen importantes puntos que van configurando un complejo entramado que implica de profundas corazas caracterológicas. Se nos plantearon nuevas hipótesis como la de trabajar profundamente temas tales como:

- impulsividad, “tener todo ya”
- vulnerabilidad, muchas veces oculta bajo un discurso reactivo.
- un sentido desmesurado de omnipotencia para con el grupo familiar 
- baja tolerancia a la frustración.
- poder responsabilizarse
- discriminación y auto discriminación
Amerita un párrafo aparte el concepto de fragilidad emocional del sujeto, por la historia y sobre todo por el ámbito de su convivencia institucional que en muchas oportunidades potencia dicha fragilidad. Entonces nos surge el interrogante ¿el sistema rehabilita o amplifica dicha fragilidad?
Parte de nuestro quehacer en la asistencia psicológica tiene como objetivo la prevención o la reparación de estos factores de riesgo emocionales que impactan en la subjetividad del individuo.
Es nuestro parecer, que sin esta capacidad de simbolización acerca de sus vidas y de sus actos, no hay posibilidad alguna de modificar la subjetividad.

Queremos destacar nuestro profundo agradecimiento a nuestros tutores, el Lic. Fabio Frontelli y el Lic. Jorge Hartmann, que nos guiaron generosamente en este camino y a la Universidad Maimónides por habernos dado esta oportunidad. A la Unidad Penitenciaria Nº 32 del Servicio Penitenciario Bonaerense y a todo su personal por la colaboración que nos han brindado y por la cordialidad con la que nos abrieron las puertas.


Bibliografía

- Foucault, Michel, Vigilar y Castigar, Siglo XXI, Madrid, 1998
- Goffman, Irving, Internados, Amorrortu, Buenos Aires, 1998
- Wacquant, LoÏc, Las cárceles de la miseria, Manatial, Buenos Aires, 2000
- Salina Raúl, El problema carcelario. Límites del castigo, Capital Intelectual, Buenos Aires, 2006
- Basaglia, Franco, La Institución Negada. Barral Editores, 1972.  

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