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Influencia de la labor educativa sobre hábito de fumar en un consultorio médico rural. 2005-2006.

Autor/autores: Mairelys González Bosch
Fecha Publicación: 01/03/2008
Área temática: Adictivos, Trastornos relacionados con sustancias y trastornos adictivos .
Tipo de trabajo:  Conferencia

RESUMEN

Se realizó un estudio de intervención en el Consultorio Médico de la Familia # 48 del municipio Guane de la provincia de Pinar del Río en el período de septiembre 2005 a enero 2006, con el propósito de determinar la influencia de la labor educativa en la población sobre hábito de Fumar. El universo de la investigación estuvo formado por la totalidad de pacientes fumadores mayores de 15 años pertenecientes a dicho consultorio, se aplicó una encuesta y test de conocimiento diseñándose un programa educativo que respondiera a las necesidades de aprendizaje del mismo, posteriormente se llevó a cabo la aplicación del mismo.

Al finalizar el mismo en el mes de enero 2006 se aplicó de nuevo la encuesta y test de conocimiento para apreciar los resultados obtenidos . Los datos se procesaron en cuadros aplicándose la prueba de MC-Nemar determinando significación estadística y relación de éstas variables con un nivel de significación de un 95% de certeza. Se elevó ampliamente el conocimiento sobre los riesgos y daños del hábito de Fumar en la población estudiada, además de disminuir este indicador en el área, siendo positivo el impacto del programa, lográndose de esta forma el propósito del estudio.

Palabras clave: tabaco


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Influencia de la labor educativa sobre hábito de fumar en un consultorio médico rural. 2005-2006.

Dr. Rodolfo Pedro Crespo Fernández. (*) Dra. Consuelo Maria Bosch Pérez. (**) Dra. Mairelys González Bosch. (***) Rodolfo Crespo Díaz. (****)

Resumen

Se realizó un estudio de intervención en el Consultorio Médico de la Familia # 48 del municipio Guane de la provincia de Pinar del Río en el período de septiembre 2005 a enero 2006, con el propósito de determinar la influencia de la labor educativa en la población sobre hábito de Fumar. El universo de la investigación estuvo formado por la totalidad de pacientes fumadores mayores de 15 años pertenecientes a dicho consultorio, se aplicó una encuesta y test de conocimiento diseñándose un programa educativo que respondiera a las necesidades de aprendizaje del mismo, posteriormente se llevó a cabo la aplicación del mismo . Al finalizar el mismo en el mes de enero 2006 se aplicó de nuevo la encuesta y test de conocimiento para apreciar los resultados obtenidos . Los datos se procesaron en cuadros aplicándose la prueba de MC-Nemar determinando significación estadística y relación de éstas variables con un nivel de significación de un 95% de certeza. Se elevó ampliamente el conocimiento sobre los riesgos y daños del hábito de Fumar en la población estudiada, además de disminuir este indicador en el área, siendo positivo el impacto del programa, lográndose de esta forma el propósito del estudio.

Introducción

Esta demostrada la necesidad del establecimiento de hábitos y costumbres beneficiosos para la salud desde los primeros momentos de vida (1).

La necesidad de desarrollar un movimiento sanitarista que abordara los problemas de salud del siglo XX, encontró su expresión en la estrategia de la Organización Mundial de la Salud de “Salud para Todos en el año 2000”, que fue aceptada en 1978 en Alma Atá (2).

En la Primera Conferencia Internacional de Promoción de Salud (Ottawa, Nov. 21, 1986), se revisó las implicaciones de la promoción en la consecución y apoyo a la declaración de Alma Atá. Como fruto de todos los análisis realizados se define la Promoción de Salud con un perfil amplio: “Medio de conseguir Salud para Todos, en un proceso encaminado a capacitar a la población para controlar y mejorar su salud” (3).

La salud se percibe como fuente de riqueza de la vida cotidiana, alcanzable si el individuo o grupo es capaz de identificar sus aspiraciones, satisfacer sus necesidades y cambiar o adaptarse al medio ambiente y darle impulso, promoviendo su logro en bienestar físico, mental y social (3).

La Educación para la Salud es uno de los recursos con que cuenta la Promoción para intervenir en determinados procesos, pero esta última es más amplia. (1)

De ahí que la Promoción de Salud sea la estrategia y la Educación para la Salud el proceso que cambia o refuerza un pensamiento, actitud, valor o comportamiento para proporcionar y mantener un estado de salud individual, grupo o comunidad (4).

La Educación para la Salud como estrategia en la promoción de salud se ha constituido en una forma de enseñanza que pretende conducir al individuo y a la colectividad a un proceso de cambio de actitud y de conducta, que parte de la detección de sus necesidades que intenta redundar en el mejoramiento de las condiciones de salud del individuo y de su comunidad y está definida por la OMS como la encargada de promover, organizar los procesos educativos tendientes a influir en los conocimientos, actitudes y prácticas relacionadas con la salud del individuo y la comunidad. (5)

De cada 1. 000 muertes evitables 1 se debe a drogas ilegales, 2 al SIDA, 20 a accidentes de tráfico y 150 al tabaco. De todos los fumadores que existen en el mundo, la mitad aproximadamente morirá de forma precoz a causa del tabaco. (6)

La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que el tabaco —el único producto legal que mata a casi la mitad de sus consumidores habituales, que en la actualidad suman 1. 300 millones—, se cobra cada año la vida de 5 millones de personas. De no tomar medidas drásticas, en el año 2020 serán el doble. (7)

El tabaquismo se inicia como una epidemia entre los jóvenes. Cuando los niños empiezan a fumar, pueden quedar "enganchados" en forma permanente. Las personas rara vez inician el tabaquismo en la edad adulta. Más de 80% de ellos han fumado su primer cigarrillo antes de los 18 años y en el momento en que alcanzan esta edad se unen al grupo de los fumadores regulares. (8)

Los factores más importantes en la iniciación del hábito son el ejemplo de compañeros, padres y hermanos. Los hijos de fumadores tienen más probabilidades de fumar y los fumadores adolescentes tienen amigos íntimos que fuman. Otros factores que pueden influir, es el deseo de parecer adulto y la curiosidad por los parientes o conocidos que fuman. La rebelión también puede ser importante en algunos sujetos jóvenes. Por último, la disponibilidad de acceder fácilmente a los cigarrillos en la sociedad permite la experimentación. (9)

¿Y qué contiene para resultar tan letal? Pues alrededor de 600 ingredientes y aditivos secretos -tal afirmó Alan Milburn cuando era ministro de Salud británico- aunque otros estudios hablaban recientemente de ¡1. 200! Entre ellos, la sucrosa, el ácido cítrico, el polonio 210 (muy nocivo para los pulmones), el plomo, el amoniaco y más de 4. 700 compuestos tóxicos de los que al menos 53 pueden provocar cáncer, según denuncia la Asociación vida sin tabaco. Además, según la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica cada bocanada de humo de un cigarrillo contiene dos millones de radicales libres, moléculas responsables del proceso de oxidación y envejecimiento prematuro de las células lo que debilita los pulmones y los hace más vulnerables a los microorganismos causantes de infecciones. (10) 

La nicotina es una sustancia extremadamente tóxica. Dos o tres gotas serian suficientes para matara una persona adulta. La dosis mortal es de 30 miligramos. Un cigarrillo suele contener de 15 a 20 rngr. de nicotina se calcula que, al fumar, pasan a la sangre 1, 2 mgr. La nicotina es la responsable de la mayoría de los efectos a corto plazo del tabaco y, además, de crear dependencia, haciendo que el tabaco sea considerado como una droga más. El alquitrán es el responsable de la mayoría de los cánceres producidos por el tabaco, así corno problemas bronquiales y vasculares. El monóxido de carbono (co), conocido como "gas de los braseros", es un producto resultante de la combustión del tabaco. Parece ser el componente que provoca enfermedades cardíacas. Contribuye, además, a crear dependencia en el consumidor. (11)

Hay que recordar que el peligro del tabaco alcanza también a los llamados fumadores pasivos ya que éstos, al inhalar el humo, se intoxican con el óxido de cadmio que contiene. (11)

Un tema de interés creciente es el de las enfermedades relacionadas con la inhalación del "humo" ambiente o tabaquismo pasivo. No sólo problemas de mortalidad sino de morbilidad, la tendencia a desarrollar ciertas enfermedades, acecha a los fumadores. El número de días de trabajo perdidos anualmente por enfermedades atribuibles directamente al cigarrillo es 20 veces superior a las ausencias imputables a otras causas. Los hombres que fuman pierden 33 por ciento más días de trabajo que los no fumadores; las fumadoras pierden el 45 por ciento más. (9)
Las enfermedades asociadas con el tabaco, en más de 30. 000 estudios de investigación, constituyen una lista pavorosa. (9)El vicio de fumar tiene, además, importantes efectos negativos sobre la vida de las personas, en los aspectos psíquico, laboral y social. La dependencia física y psíquica de una sustancia, que no siempre se tiene disponible, se ve agravada por la creciente extensión de las prohibiciones de fumar en lugares públicos, en los medios de transporte, salas de espectáculos, y lugares de trabajo. Eso genera creciente tensión que facilita la producción de accidentes. El uso de cigarrillos, asimismo, es una de las principales causas de incendios, porque el fumador pierde atención hacia el hecho de que el cigarrillo contiene fuego, y frecuentemente lo arroja en cualquier lugar sin preocuparse de apagarlo. El hábito de fumar genera dificultades de convivencia con otras personas que no fuman y no están dispuestas a ser fumadores pasivos. (12)

Un 2 por ciento de los fumadores dejan de fumar cada año por propio convencimiento. Cuando se produce la intervención de los profesionales de la salud este número se triplica. El médico de cabecera debe desempeñar un papel fundamental en el control de este problema sanitario de primer orden. Desde la consulta de atención Primaria se pueden identificar estos pacientes fumadores, aconsejar el abandono del tabaco, ayudando a los que deseen dejar de fumar y realizando un posterior seguimiento de estos enfermos. (13)Téngase en cuenta que la atención primaria de salud es el enfoque más eficiente para poner en práctica medidas sanitarias en virtud de la disminución sensible de la prevalencia del tabaquismo. (14) 

Se sabe que médicos, enfermeras u otro profesional cualquiera del sector, si intervienen de manera activa contra el mal hábito de fumar, pueden reducir significativamente la prevalencia del tabaquismo. El simple apoyo del médico provoca mejores resultados que cualquier tratamiento de cesación. (14)El 70 % de los fumadores asiste a la consulta de algún medico y en mucho de los casos se desaprovecha esta oportunidad para indagar con el paciente si fuma o no y si desea ser ayudado a dejar ese habito. Existen numerosos planes en los que el facultativo ayuda a su paciente a dejar de fumar. Como siempre la individualización de cada caso es lo principal, pues lo bueno para uno puede ser desastroso para otros. Cualquier plan es bueno si se cuenta con la voluntad del que desea cesar de fumar. Por lo general la cesación brusca es la más difícil de llevar a cabo, pero la que reporta mejores resultados. (15)

Para iniciar el abandono del tabaco y ofrecer unas recomendaciones prácticas y eficaces sobre el cese del tabaquismo, los médicos deben profundizar en los hábitos del paciente. De los pacientes que lo dejan, el 90% lo hacen por sí mismos. Pero en un año determinado, sólo unos 1, 7 millones de fumadores (3, 6%) lo consiguen dejar. Los estudios han demostrado que el consejo de un médico para dejar de fumar, que precisa sólo de 3 a 5 min. , puede conseguir una tasa de abandono del tabaco del 3 al 5%. Sin embargo, cuando el consejo del médico se acompaña de visitas de seguimiento y de tratamiento farmacológico, las tasas de éxito alcanzan el 20 al 25%. (16) 

Nos motivamos a la realización de esta investigación debido al auge vertiginoso que tiene este perjudicial hábito en nuestro país y en particular en la población que atiende el consultorio, con un incremento en los jóvenes menores de 18 años, siendo uno de los principales problemas que afecta a la comunidad en este momento, en detrimento de la salud de la misma, con el objetivo de determinar la influencia de la labor educativa a la población fumadora de esta zona rural , proponiéndonos elevar el nivel de conocimiento sobre el tabaquismo, sus efectos nocivos, su papel como factor de riesgo para la aparición de enfermedades y para la descompensación de las ya existentes, no solo en fumadores sino también en aquellos que nunca han tomado un cigarrillo en sus manos y para los que ya lo han hecho educarlos para que abandonen este hábito que indudablemente al único camino certero que los lleva es a la muerte temprana.


Objetivo General

Determinar la influencia de un Programa de Intervención en la población sobre hábito de Fumar en un consultorio Médico Rural.


Objetivo Específicos

1. Caracterizar a la población fumadora del consultorio atendiendo a edad, sexo, escolaridad e información sobre hábito de fumar,

2. Precisar los principales medios por los cuales reciben información sobre el tema del tabaquismo.

3. Identificar los motivos por los cuales practican este hábito perjudicial.

4. Señalar la presencia de conocimientos de los pacientes sobre el tabaquismo antes y después de la labor educativa.

5. Determinar la influencia (Impacto) de la labor educativa sobre la práctica del hábito de fumar.


Método

Se realizó un estudio de intervención en el Consultorio Médico Rural # 48 del Policlínico Manuel Fajardo del municipio de Guane en el período comprendido del 1ero de Septiembre 2005 a Enero del año 2006, con el propósito de determinar la influencia de la labor educativa a la población sobre hábito de Fumar.

El universo de la investigación estuvo formado por la totalidad de pacientes fumadores mayores de 15 años pertenecientes a dicho consultorio, tomando como muestra los incluidos en está categoría y que desearon participar en el estudio, desechando aquellos que abandonaron el mismo por su propia voluntad, así como los que causaron bajas del área, independientemente de la causa.

Inicialmente se aplicó una Encuesta (Anexo I) y Test de conocimiento (AnexoII) en el mes de septiembre del año 2005, la cual fue llenada por cada individuo en su domicilio o en el consultorio, posteriormente se realizó una capacitación por el médico de familia del consultorio sobre el hábito de fumar al personal de enfermería, brigadistas sanitarias y grupo de apoyo.

Teniendo como base las principales dificultades que presentaron los encuestados se diseñó un Programa Educativo Libres de Humo. (Anexo III) que fue aplicado durante toda la intervención apoyándonos en el uso de las técnicas educativas participativas.  

Se realizaron talleres con los facilitadores o decidores de salud dirigidos a la capacitación de este grupo, se impartió un curso de una duración de 8 horas semanales a tiempo parcial (2 frecuencias) durante 3 semanas, utilizando técnicas participativas (discusión de grupo, lluvia de ideas) en el consultorio médico, con el objetivo de su capacitación y posterior ayuda en la actividad educativa.  

Este personal una vez capacitado se encargó de divulgar e informar al resto de la comunidad, evaluando el trabajo realizado y sus resultados una vez por semana.  

Para incrementar la divulgación se elaboraron propagandas y carteles que se ubicaron en el consultorio y en diversos lugares de la comunidad para crear un ambiente favorable. Se prestó especial importancia en la participación en las reuniones de los CDR y rendición de cuentas para trasmitir mensajes educativos, apoyando toda nuestra acción en el grupo de facilitadores de la comunidad.  

Esta capacitación se llevó a cabo durante todo el periodo investigativo y al finalizar la misma en el mes de Enero 2006 se aplicó de nuevo la encuesta en iguales condiciones que la anterior y test de conocimiento. De esta forma los mismos individuos actuaron como grupo de estudio y grupo control.

Los datos se procesaron en una microcomputadora a través del sistema Epi-info, aplicando la prueba de Mac Nemar y Test de diferencia de proporciones para determinar relación de estas variables y significación estadística, con un nivel de significación de un 95 % de certeza.

Análisis y discusión de los resultados

El Cuadro I refleja los pacientes estudiados según edades y sexo. Del total de 92 fumadores detectados en el análisis de la Situación de Salud, que representaban el 15, 4% de la población general, concluyeron el estudio 76 que representan el 82, 6% de estos fumadores, el resto fueron excluidos por los criterios de inclusión y exclusión de la muestra explicados en el método. Al desglosarlos según grupos de edades se observa un predominio de este hábito en los pacientes mayores de 45 años de forma general pero es el grupo de 55 a 64 años el de mayor porcentaje (28, 9%). En cuanto al sexo es el masculino el que se destaca con mayor preponderancia (58 para un 76, 3%) y al distribuirlos según las variables edad y sexo son los pacientes del sexo femenino entre 55 y 64 años los de mayor índice (38, 9%) mientras que en el masculino es el grupo de ≥ 65 años (31, 0%).

Es de señalar que la prevalencia de tabaquismo en nuestro estudio fue baja si se compara con otros estudios realizados tanto dentro como fuera de nuestro país, así Carmen Conde y colaboradores (17) reportan un 52, 2% en un área de salud de Ciudad Habana y en la Encuesta Nacional de Salud del año 2001 (18) realizada en España se reportó una prevalencia del 34, 4%.  

El hecho de que el 23, 7% de las mujeres sean fumadoras habla a favor de un aumento en los últimos tiempos de este hábito en la población femenina lo cual se corresponde con estudios realizados por Edith Ramos y colaboradores (19), Conde y col. (17) y reportes del Ministerio de Salud de España(18) quienes destacan que la mujer actual fuma más que hace 20 años y que de continuar así, es fácil prever en los próximos años un aumento de la morbimortalidad de la mujer producida por las enfermedades relacionadas con el tabaco.

Que un 10, 5% de nuestros fumadores estén comprendidos entre los 15 y 24 años nos confirma lo planteado por Brown y col. (20) de que la prevalencia de fumadores en los adolescentes está en aumento, reportando en su estudio un 28% de los jóvenes en torno a los 18 años de edad, con un 15, 5% de las féminas y un 11% de varones.

El Nivel de Escolaridad se ilustra en el Cuadro II. Se destaca que son los pacientes del nivel medio de enseñanza los de mayor proporción (67, 1%), claro está, esto coincide con que es este el nivel de enseñanza predominante en Cuba y en la población estudiada.  

Es de destacar que existe un bajo índice dentro de los fumadores con nivel universitario 9, 2%, lo que orienta que elevando el nivel cultural de la población y a la vez el nivel de conocimientos sobre el tema, se pudieran disminuir los indicadores de este mal hábito. Lo anterior parece corresponderse con los planteamientos de Martínez Bravo en México (21) y Becoña E. en España (22), quienes afirman que los fumadores tienden a ser de bajo nivel educacional por desconocimiento de efectos dañinos a la salud y por ser víctima fácil de la propaganda mercantilista. No obstante, existen reportes por parte de Edith Ramos (19) y del propio Ministerio de Salud de España (18) de un aumento de la prevalencia de tabaquismo en personas universitarias ligado según ellos al estrés y los problemas cotidianos.

Se quiso precisar la presencia de información previa sobre hábito de Fumar que tenían los pacientes (Cuadro III), sólo el 36, 8% de los pacientes estudiados habían recibido información sobre los riesgos del tabaquismo, siendo los pacientes masculinos (65, 5%) los que menos habían recibido información no obstante ser el nivel de desinformación en el femenino bastante elevado (55, 6%).

Al indagar sobre la principal vía por la que habían adquirido información previa los 28 pacientes que respondieron afirmativamente, se destaca que el mayor por ciento (14, 5%) lo tenían los medios de difusión masiva, seguidos del 9, 2% a través de amigos, 5, 3% a través del Médico y Enfermera de la Familia y solo el 3, 9 % a través de familiares cercanos y brigadistas sanitarias. El mayor porcentaje (63, 2%) no tenía información previa.

Bien es sabido que el consejo médico está considerado como una de las intervenciones esenciales y eficaces en la prevención del tabaquismo y para iniciar el abandono del consumo de tabaco, estimándose que con la utilización del mismo de manera sistemática, se podría conseguir que el 5% de los fumadores abandonaran este hábito al año (23), también se ha demostrado eficaz la intervención del personal sanitario aconsejando el abandono del consumo, aumentando así la prevalencia de abstinencia entre personas tratadas por médicos entrenados y también en la labor educativa en su área de acción. (24-25)

El análisis del cuadro IV nos permite dar una explicación más clara de los datos referidos en el Cuadro III, pues el papel del médico de familia así como de las brigadistas sanitarias con respecto a la promoción y prevención del tabaquismo en esa área había sido prácticamente nulo hasta ese momento, lo cual se refleja en el solo 9, 2% que abarcan ambas categorías, similar al de la información recibida de los amigos, considerando este aspecto como principal responsable de la pobre información de la población en esa zona.

Países como EEUU e Inglaterra han desarrollado programas comunitarios para dejar de fumar, demostrando su utilidad y el poder de los medios de comunicación para lograr los mismos (26). No obstante ser en nuestro estudio los medios de difusión masiva la vía por la que más información recibieron los fumadores encuestados, considero sea insuficiente y contrasta con la amplia divulgación que se hace en nuestro país por la prensa, radio y televisión del daño que proporciona el hábito de fumar. El hecho de ser una población rural influye, pero no justifica que la información haya llegado a tan pocas personas, siendo del criterio de que no fueron explotados en todo su potencial por el personal designado para ello.

Para identificar los principales motivos que los llevaron a la práctica del hábito de fumar (Cuadro V) se brindaron diferentes alternativas. El mayor porcentaje (30, 3%) respondieron que era “por desconocimiento del daño”, seguidas de “para eliminar tensiones” y “por que le gusta” con 27, 6% y 23, 7% respectivamente, además hubo un 22, 4% que respondieron que era “para tranquilizarse”, el resto de las respuestas fueron con una frecuencia por debajo del 18%, aunque no por ello dejan de ser importantes.  

Estas observaciones demuestran el amplio desconocimiento que existía de los riesgos del tabaquismo en esta área y coinciden con estudios realizados en México por Martínez Bravo (21) y en España por Becoña (22), los cuales le dan una importancia primordial al “desconocimiento” como factor causal del consumo de tabaco.

Otros motivos de frecuencia significativa en nuestro trabajo coinciden con los reportados por Conde y col. (17) quienes encontraron como causa principal de fumar el placer o deseo, seguidos de la ansiedad y las tensiones o estrés, causa esta última referida como fundamental en los universitarios por Edith y col. (19).

Teniendo en cuenta lo anteriormente expuesto se decidió realizar una Intervención Comunitaria de Educación para la Salud sobre los riesgos y daños de este hábito tóxico para así elevar el conocimiento de estos pacientes afectados y se encontró (Cuadro VI) que había un 84, 2% de pacientes que tenían un conocimiento insuficiente antes de la labor educativa comprobado a través del test realizado, lográndose elevar el mismo a un 88, 2% después de la intervención. Es significativo el dato de que de los 76 estudiados, 55 pacientes (72, 4%) tenían un conocimiento insuficiente antes de la labor educativa y lograron superarlo después de ésta. (X2= 55 df= 1 p< 0, 01).

Nuestros resultados coinciden con estudios realizados por Conde y col. (17) y Casi Casanellas A. (27) los cuales reportan un aumento del nivel de conocimiento en la población como resultado de la labor del personal sanitario y a la vez ratifica el planteamiento bien fundamentado de que la incorporación del médico de familia en nuestra organización de salud que atiende el nivel primario en la comunidad, posibilita el trabajo directo con la población correspondiente a su área de salud, tanto en los esfuerzos para la cesación del hábito de fumar en la población fumadora, aconsejándole dejar el hábito, como en la prevención, evitando la iniciación del mismo.

Como sistema de Evaluación de esta Labor Educativa y a la vez para medir el impacto de la misma, se realizó una valoración del indicador hábito de Fumar en el área en el mes de Enero del 2006 y se encontró que de los 76 pacientes que concluyeron el estudio 22 (28, 9%) habían dejado de fumar, lo que representa una disminución de un 3, 6% del índice de fumadores del total de pacientes del consultorio, lográndose cumplir el propósito de este programa de intervención.

Es muy importante aclarar que el tratamiento de deshabituación del tabaquismo es complicado y puede requerir la realización de varios intentos antes de alcanzar el éxito deseado. Los estudios han demostrado que el consejo de un médico para dejar de fumar, que precisa sólo de 3 a 5 min. , puede conseguir una tasa de abandono del tabaco del 3 al 5%. Sin embargo, cuando el consejo del médico se acompaña de visitas de seguimiento y de tratamiento farmacológico, las tasas de éxito alcanzan el 20 al 25% (16). Al comparar nuestros resultados con lo antes expuesto podemos corroborar el impacto positivo de la labor educativa realizada, no obstante estar concientes de que el corto tiempo en que se hizo la evaluación no nos brinda una seguridad plena de que dichos fumadores abandonaran su hábito definitivamente, mas si se tiene en cuenta que todos los años alrededor del 40% de fumadores intentan abandonar el consumo de tabaco(28), de los cuales solo un 5% tiene éxito(29) y de ellos el 80% experimentará una recaída durante el primer año(30).


Conclusiones

- La mayor proporción de pacientes fumadores del consultorio corresponde al sexo masculino, no obstante ser las féminas entre 55 y 64 años la de mayor índice.

- El nivel medio de enseñanza, así como, la escasa información sobre los riesgos del tabaquismo fue lo que predominó en los pacientes estudiados.

- La principal vía por las que obtuvieron información los pacientes fue a través de los medios de difusión masiva, así como, que el principal motivo por el cual practican este hábito es por desconocimiento del daño.

- Se logró incrementar ampliamente el conocimiento sobre los riesgos y daños del hábito de Fumar en la población estudiada.

- Se logró el propósito del estudio al disminuir este indicador en el área, siendo positivo el impacto del programa.


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