Describe el recurso PRISEMI: Pisos Supervisados y Programas de Apoyo a la reinserción social de Personas con enfermedad mental grave y crónica en Situación de Exclusión. El perfil de la población atendida (personas que viven en la calle y padecen enfermedad mental grave)La situación de marginalidad y falta de cuidado sanitarios en la que viven.
La muy frecuente comorbilidad con consumo. Las características de los pisos supervisados que los acogen con objetivos de normalización en integración social. La intervención detallada sobre el consumo de drogas realizada en ellos.
INTERVENCIÓN SOBRE LA DUALIDAD CONSUMO Y ENFERMEDAD
MENTAL GRAVE Y DURADERA, DESDE LOS PISOS SUPERVISADOS DE
PRISEMI
AUTORA: Rosario Domingo Guerra. Psicóloga en PRISEMI.
¿QUÉ ES PRISEMI?
PRISEMI (Pisos Supervisados y Programas de Apoyo a la reinserción social de
Personas con enfermedad mental grave y crónica en Situación de Exclusión)
perteneciente a la Consejería de Asuntos Sociales de la Comunidad de Madrid y
gestionado por la empresa grupo Exter S. A.
PRISEMI está formado por tres equipos. Un Equipo de Calle integrado por una
psicóloga, una trabajadora social y cinco educadores. Un equipo en el Centro de
Acogida de San Isidro de Madrid integrado por una psicóloga y cuatro educadores. Y un
equipo de Pisos Supervisados integrado por una psicóloga y cinco educadores.
La población con la que trabajamos son personas con enfermedad mental grave y
crónica, sin hogar o en grave situación de exclusión social, en la ciudad de Madrid. El
objetivo es facilitar su rehabilitación y reinserción social.
Los Objetivos Generales de la intervención desde PRISEMI son los siguientes:
Evitar procesos de deterioro, abandono y/o marginación social.
Acercarse al colectivo de personas con enfermedad mental grave y duradera que
viven en situación de exclusión social y mejorar el conocimiento sobre su
problemática y necesidades.
Garantizar la continuidad de cuidados y la cobertura de sus necesidades.
Promover la mejora de su situación y calidad de vida, sirviendo de puente para
el acceso y vinculación a los servicios sociosanitarios existentes, especialmente
los servicios de salud mental para atender sus necesidades de tratamiento
psiquiátrico.
Vincularles con los servicios sociales generales y otros recursos sociales
específicos para enfermos mentales crónicos. Además de con otros recursos
residenciales y sociocomunitarios que favorezcan su integración social.
Proporcionar un recurso inicial de alojamiento, convivencia y soporte lo más
normalizado posible. Que facilite el mantenimiento de la persona en la
comunidad, en las mejores condiciones de integración y calidad de vida.
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Favorecer la recuperación del conjunto de capacidades y habilidades necesarias
para que adquieran un mayor grado de autonomía personal y social.
Promover y posibilitar el proceso de reinserción social e integración comunitaria
de cada usuario, guiándole de forma progresiva hacia un funcionamiento más
integrado e independiente a través del desempeño de roles sociales, valiosos y
normalizados.
Afianzar su reinserción social y el mantenimiento normalizado en la comunidad.
Dentro del servicio PRISEMI nos encontramos con personas que se encuentran en
diferentes fases dentro del proceso de rehabilitación y por tanto, la intervención puede
variar mucho dependiendo del momento en el que se encuentre la persona. En el caso
del Equipo de Calle, la intervención en patología dual es escasa debido a la situación en
la que se encuentra el usuario en el momento que es atendido por nosotros. En estos
casos, se trabaja fundamentalmente la reducción del daño y la conciencia de problema
de consumo.
En cuanto a la intervención en patología dual que se realiza desde el equipo del Centro
de Acogida si que se trabaja con el usuario el problema del consumo y se trata de
conseguir la abstinencia y el control del consumo. Los usuarios, normalmente, son
derivados a los recursos de la red de drogas y se establecen coordinaciones con ellos
para establecer objetivos consensuados.
Por último, dentro del proceso de rehabilitación psicosocial del usuario en los Pisos
Supervisados de PRISEMI se interviene en patología dual para conseguir la
deshabituación a la sustancia así como el mantenimiento de la abstinencia a la misma
como objetivo prioritario a perseguir, y si es muy exigente para el usuario, al menos la
reducción de consumo para que no afecte a la convivencia de pisos y permita un buen
funcionamiento psicosocial en el usuario.
Objetivos Específicos y procedimientos que se llevan a cabo desde Pisos
Supervisados PRISEMI.
Los Pisos Supervisados de PRISEMI constituyen el recurso residencial destinado a
atender las necesidades de apoyo y alojamiento de personas con problemas psiquiátricos
crónicos que anteriormente vivían en situación de calle, promoviendo además su
autonomía e integración social.
El objetivo fundamental que se persigue desde este servicio es apoyar a estas personas
en situación de exclusión para que dispongan de las capacidades y habilidades que le
permitan recuperar la autonomía personal y social necesarias para, en un primer
momento, acceder a los recursos comunitarios normalizados (centros de salud, juntas
municipales, recursos de ocio, formativos y ocupacionales, servicios laborales, servicios
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residenciales, etc. ) y posteriormente, hacer un uso adecuado y competente de los
mismos.
En la población de personas sin hogar observamos que es muy común el uso, abuso y/o
dependencia a sustancias, en concreto, encontramos que prevalece el abuso/dependencia
a alcohol y cánnabis.
Dada la fuerte asociación entre consumo de drogas y estilo de vida marginal, es
necesario controlar la variable consumo de sustancia para poder conseguir que el
usuario avance dentro del proceso de rehabilitación psicosocial. Por tanto un objetivo
fundamental sería conseguir y mantener la abstinencia a tóxicos. Y una vez
instaurada la abstinencia por parte del usuario, nuestra labor es apoyarle en el
mantenimiento del cambio de su estilo de vida.
En caso de que la abstinencia sea inicialmente un objetivo muy exigente para la persona
usuaria del recurso se le propone, al menos, la reducción del consumo hasta un nivel en
el que no afecte a la convivencia en los pisos y además le permita un funcionamiento
psicosocial adaptado. Se mantendrá la intervención hasta el abandono del consumo.
La intervención para el abandono del consumo se estructura del siguiente modo:
1. - Motivación para el cambio, trabajamos la conciencia de problema (dualidad
consumo y patología psiquiátrica) y la motivación del usuario para el cambio a un
estilo de funcionamiento orientado al autocuidado.
Se plantea la estancia en el piso supervisado como recurso de estabilidad y
normalización (relaciones de apoyo, control estimular para evitar el consumo). Y se
incluye la necesidad de abstinencia o al menos reducción del consumo, previo a su
incorporación en el piso, para permitirle convivir y funcionar en él de manera menos
problemática y ajustada. Ese refuerzo positivo externo que es el alojamiento en el piso,
se acompaña de otras estrategias motivaciones que favorezcan el mantenimiento de su
conducta de abstinencia de modo que le usuario perciba que su decisión de mantenerse
sin consumo es la más adecuada.
Se pretende que la motivación externa para la reducción o abstinencia que se le induce
como condición para acceder al alojamiento en el piso supervisado, se convierta
progresivamente en motivación interna, no inducida, orientada al autocuidado. Para ello
informamos al usuario de los efectos nocivos que generan las sustancias tóxicas en sus
capacidades, su estilo de vida, en el agravamiento de su patología psiquiátrica y en su
salud en general.
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2. - Fomentar un estilo de vida saludable, alejado del estilo de vida marginal de calle y
consumo. Para ello trabajamos el entrenamiento en hábitos saludables (higiene,
alimentación, abstinencia a drogas/alcohol, ejercicio físico. . . ). Mediante intervenciones
individuales o grupales. También se le entrena en estrategias de prevención de recaídas
(PR) en ambas patologías, desde una perspectiva integradora de patología Dual.
3. - Mejorar su capacidad de autocontrol y la gestión equilibrada de sus emociones.
4. - Ampliar su red social con personas no consumidoras de su nuevo entorno (el piso
supervisado y en los recursos comunitarios que utilice).
5. - Facilitar la estructuración de rutinas y la adecuada planificación de su tiempo
mediante actividades de ocio, formativas y/o laborales que estén alejadas del consumo
y que resulten gratificantes para el usuario. A su vez se le entrena en la identificación de
Situaciones de Alto riesgo para el consumo y la desestabilización psicopatológica
(SAR) y en estrategias de afrontamiento o de evitación de las mismas.
6. - Mejorar su capacidad para gestionar su dinero, dependiendo del caso, se
comienza con un control de la administración económica para asegurar que tenga
cubierta su manutención en el piso. A su vez se trabaja el entrenamiento en la
planificación de gastos mensuales y se refuerza la capacidad de ahorro.
FASES DEL PROCEDIMIENTO
Se informa y explica a los candidatos para la incorporación en el piso, que el consumo
de cualquier sustancia es incompatible con el proceso de rehabilitación en un Piso
Supervisado. Aclarar que son normas del piso, que no se puede consumir nada en el
piso, que no se puede estar en posesión de ninguna droga y tampoco se puede llegar
bajo efectos de ninguna sustancia.
Desde la intervención psicológica individual se realiza la evaluación del consumo del
usuario, la funcionalidad del mismo. Y se refuerza la prevención de recaídas y el
mantenimiento del cambio, tanto en citas individuales como en intervenciones en forma
grupal.
Citas individuales: Se cumplimenta la guía de evaluación de Patología
Dual. Se recoge la historia de consumo. Se identifican las situaciones de
alto riesgo (SAR), los antecedentes de consumo.
Se le enseña a planificar el manejo del dinero, del tiempo, de las
amistades. . . Identificando en ellos los elementos facilitadores de un
posible consumo presente o futuro.
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grupo de prevención de Recaídas (P. R): Se realizan sesiones semanales
de 45 minutos de duración.
En ellas se repasa la actividad del fin de semana y posibles Situaciones
de alto riesgo de consumo (SAR) analizándolas en cadena de conducta.
Se aportan alternativas sin riesgo.
Se complementa con psicoeducación relacionada con los efectos del
consumo, y los efectos de la relación entre enfermedad mental y
consumo de drogas.
Se aporta información de apoyo para la instauración de hábitos de
autocuidado que propician estabilidad, entre ellos adherencia a
tratamiento psiquiátrico para reducir la funcionalidad compensatoria del
consumo (por ejemplo el efecto ansiolítico o reductor de la
sintomatología productiva del consumo de algunos tipos de drogas).
Se negocia con el usuario la reducción según la evaluación del consumo, estableciendo
acuerdos de consumo en primera instancia hasta instaurar la abstinencia. Fomentando
paralelamente el carácter rehabilitador del recurso residencial.
Cuando el usuario entra a residir en el piso debe aceptar la confirmación de su
reducción o abstinencia utilizando instrumentos para la detección del consumo (tiras de
papel con reactivas a tóxicos y urinocontroles toxicológicos).
Se establece, mediante contrato conductual, las consecuencias del incumplir la
normativa de abstinencia, como por ejemplo: acudir a un recurso de atención a las
drogodependencias (CAID ó CAD). Pasar los efectos del consumo de la sustancia
tóxica fuera del piso (ejemplo la borrachera). Formar parte de los grupos de
intervención sobre la patología Dual que en ese momento estén funcionando e
incrementar la frecuencia de intervenciones psicológicas individuales orientadas a la
reinstauración de la abstinencia.
A los residentes con patología dual (Enfermedad mental grave + consumo de drogas) un
educador les realiza controles de consumo mediante tiras reactivas o recogida de
muestras de orina. Los controles suelen ser aleatorios pero también se realizan ante la
sospecha de que la persona haya consumido. Si en la tira reactiva saliera un resultado
confuso se puede enviar la muestra de orina a analizar a laboratorio y confirmarlo.
Si se confirmase que el usuario ha consumido, el educador se lo comunica a la psicóloga
para que se analice el consumo en cadena conductual, identificando los desencadenantes
y el repertorio de respuestas alternativas al consumo. Aplicando estrategias
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motivacionales para su reducción. Y reentrenando el manejo de conductas problemas
asociadas a la P. D. desde un paradigma cognitivo conductual. Con esta intervención se
pretende evitar que un consumo aislado se convierta en una sucesión de consumos y en
una recaída.
Además se le aplica una sanción contingente al consumo. La sanción dependerá de las
particularidades del caso, de la reincidencia en el consumo, de si ha sido dentro o fuera
del piso etc. . . La sanción se decide en el equipo de profesionales de pisos supervisados
de PRISEMI, teniendo en cuenta las características personales y funcionales de cada
residente.
También es el educador quien diariamente supervisa la toma de medicación psiquiátrica
o los sustitutivos (ej. metadona) o revulsivos (ej. Colme) si el usuario lo tuviera
pautado.
Para los usuarios con poco nivel de autocontrol y/o poco tiempo de abstinencia se
realiza un control en la administración diaria del dinero. El educador diariamente le da
una asignación económica para gastos de bolsillo (cafés, tabaco. . . ) así se evita que
maneje grandes cantidades de dinero y que aparezca el craving (ansiedad relacionada
con el deseo de consumo).
Se le recomienda planifique su tiempo libre y el modo de ocupación del ocio. Al
respecto se le motiva para que disminuya conductas de riesgo y elija conductas
saludables que favorezcan el cambio en el estilo de vida orientado a la normalización y
el autocuidado.
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