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La salud desde Gilles Deleuze.

Autor/autores: Stella Maris Angel Villegas
Fecha Publicación: 01/03/2006
Área temática: Psiquiatría general .
Tipo de trabajo:  Conferencia

RESUMEN

La máquina híbrida de la cartografía enmarca la ausencia, produce líneas de representación sin intermediarios. muestra, presenta, y no representa. Por lo tanto la afección se potencia o se disminuye según su obrar en directo. De ahí que el cuidado de sí cobra un valor capital en relación a la salud, ya que no plantea una salud que remita a una parte del cuerpo en particular sino a la salud como régimen de vida. Estaríamos hablando de un sujeto fractal, fragmentado según los matices que le dicta el deseo. Corren los flujos en el cuidado de sí y también los bloqueos. Para Gilles Deleuze, la enfermedad es la detención del proceso y no los bloqueos.

Si estamos constituidos por múltiples líneas, en todo caso, una línea estaría disminuida en relación a la salud pero no todas. Este querer implica un posicionarse ante sí y ante el otro desde otro lugar, con otro punto de vista. Con posibilidad de desplegar otros recursos que no sean únicamente los esperables por el mercado del consumo sino por los sistemas que ofrece la imaginación. Entendiendo por imaginación aquello que no estaría separado de lo real sino que lo real es imaginación. La salud en esta fórmula ofrece salidas diferentes al recorrido de su historia familiar, institucional. Dentro de la institución, el cuidado de sí, opera como resistencia a la standarización. Una política de salud que no ofrezca lo mismo para todos sino que singularice según el caso los modos de abordar este cuidado de sí.

Palabras clave: Gilles Deleuze, salud


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La salud desde Gilles Deleuze.

Stella Maris Angel Villegas.

Centro de Estudios e Investigación de Medicina y Arte.

Resumen

La máquina híbrida de la cartografía enmarca la ausencia, produce líneas de representación sin intermediarios. muestra, presenta, y no representa. Por lo tanto la afección se potencia o se disminuye según su obrar en directo. De ahí que el cuidado de sí cobra un valor capital en relación a la salud, ya que no plantea una salud que remita a una parte del cuerpo en particular sino a la salud como régimen de vida. Estaríamos hablando de un sujeto fractal, fragmentado según los matices que le dicta el deseo. Corren los flujos en el cuidado de sí y también los bloqueos. Para Gilles Deleuze, la enfermedad es la detención del proceso y no los bloqueos. Si estamos constituidos por múltiples líneas, en todo caso, una línea estaría disminuida en relación a la salud pero no todas. Este querer implica un posicionarse ante sí y ante el otro desde otro lugar, con otro punto de vista. Con posibilidad de desplegar otros recursos que no sean únicamente los esperables por el mercado del consumo sino por los sistemas que ofrece la imaginación. Entendiendo por imaginación aquello que no estaría separado de lo real sino que lo real es imaginación. La salud en esta fórmula ofrece salidas diferentes al recorrido de su historia familiar, institucional. Dentro de la institución, el cuidado de sí, opera como resistencia a la standarización. Una política de salud que no ofrezca lo mismo para todos sino que singularice según el caso los modos de abordar este cuidado de sí.



Pensar y poetizar la salud en nuestro siglo

El concepto de salud en el positivismo está ligado a la noción de sujeto con sus atributos cartesianos y sus principios que se soportan teniendo en cuenta: el concepto de extensión mensurable, la condición de certeza, la noción de oposición. Entendiendo por oposición aquello que no se deja desplegar

El cuerpo del siglo XIX como extensión se presenta ordenado espacialmente, sostenido en una verdad hegemónica como destino, no evita el error de una dialéctica entre cuerpo y mente, es decir un cuerpo que responde a la figura del buey nietzscheano, espacio tiempo de recuerdos y privaciones.

Actualmente la revolución copernicana consiste en plegar la imagen de la representación.

Si partimos de la noción de identidad que es básicamente la sustancia metafísica nos daría por resultado la siguiente fórmula: A = A.

La salud que responde a esta fórmula se basa en un apriori que resta o en otros casos anula a la subjetividad la condición de ser el elemento fundamental en la construcción de la salud.

En el A = A, el estado de ánimo no es tenido en cuenta como factor gestante de una subjetividad disminuida o alterada desde un punto de vista funcional.

En la fórmula A = A la línea de intersección estaría tachada y por lo tanto el discurso del analizante se encontraría amputado, descontextualizado.

“Cualquier verdad es verdad de un elemento, de una hora y de un lugar” . Singularidad en la salud según cada caso.

El pensador alemán Heidegger caracteriza esta posición de identidad en términos de indiferencia, de homogeneidad, de igualdad, de equilibrio.

Para la Metafísica, una cosa es, en la medida en que permanezca siempre idéntica a sí misma, que sea fiel a su sustancia. Responder a la fórmula de salud válida para todos. Homogenización de situaciones sin tener en cuenta la problemática anímica e histórica del sujeto que siente afecciones tristes.

“El médico acumulaba primeramente datos y antecedentes biográficos del enfermo, y la función del interrogatorio no consistía en buscar nuevos datos sino en lograr que el enfermo reconociera o "confesara" que tal era su identidad y relatara su biografía según el modelo canónico. ”

“Técnica de existencia, la dietética lo es finalmente en ese sentido de que no se contenta con transmitir los consejos de un médico a un individuo que habrá de aplicarlos pasivamente. Sin entrar aquí en la historia del debate en el que se opusieron medicina y gimnasia acerca de su competencia respectiva para la determinación del régimen, es necesario escuchar a los que saben; pero esta relación debe tomar la forma de la persuasión. La dieta del cuerpo, para ser razonable, para ajustarse como es debido a las circunstancias y al momento, también debe ser motivo de pensamiento, de reflexión y de prudencia. Mientras que los medicamentos o las operaciones actúan sobre el cuerpo que los sufre, el régimen se dirige al alma y le inculca principios. ”

La condición de imposibilidad de la verdad en esta filosofía sería válida para todos COMO DEBER, como NORMA que encorseta.

Por lo tanto se trataría de tener en cuenta la subjetividad, las valoraciones de la subjetividad que hace que la salud no se deje englobar en las categorías de homogeneidad, igualdad y de equilibrio.

Podríamos decir entonces que la salud como identidad de lo mismo sería una salud congelada, una subjetividad disminuida.

Frente al término identidad, Heidegger propone Mismidad. Por eso pensar la noción de mismidad en términos de salud implica tener en cuenta la noción de subjetividad: la singularidad somática, el inconciente, el deseo, la historia.

La mismidad sería la individuación, pero la misma no estaría posibilitada por una homogeneidad o una indiferencia sino por una diferencia en tanto que soportaría la desaparición de la presencia originaria.

La desconexión tiene que ver con un pensamiento racional, la diferencia en cambio posibilita la heterogeneidad como principio de inclusión.

Entendemos que pensar y poetizar la salud van juntos como una mirada del mundo. En este sentido lo mismo no coincide nunca con lo igual, tampoco con la vacía indiferencia de lo meramente idéntico, lo igual se está trasladando continuamente a lo indiferenciado para que allí concuerde todo.

“En cambio, lo mismo es la co-pertenencia de lo diferente, desde la co-ligación que tiene lugar por la diferencia. Lo mismo solo se deja decir cuando se piensa la diferencia en aportar al término decisivo lo diferenciado, a la luz, la esencia coligante de lo mismo. Lo mismo aleja todo afán de limitarse solo a equilibrar lo diferente con lo igual. Lo mismo coliga lo diferente en una unión originaria. Lo igual, en cambio, dispersa en la insulsa unidad de lo que es uno solo por ser uniforme. ”


La diferencia en la salud

La diferencia en la salud exige derechos: el derecho a conservar el nombre y no ser llamado según la disfuncionalidad de su órgano enfermo, cuando esto acontece, el paciente pierde su nombre; el paciente de la sala 3, o el hígado de la sala A, las glándulas de la sala B.

 


Imagen 1. Angel Villegas Stella Maris. Imagen de instalaciones realizadas en la Facultad de Medicina, Rosario. 2001


Para Heidegger solo en el cambio se descansa

Dice un texto taoísta que “la quietud en la quietud no es la verdadera quietud. Solo cuando hay quietud en el movimiento puede aparecer el ritmo espiritual que se extiende por el cielo y la tierra. ” Provocar situaciones de movimientos en el paciente a través de preguntas que afirman o vigorizan su cuerpo de-caído. Por que no motivar situaciones de festejo previo a una operación quirúrgica.

Desplegar lo que puede y no solamente los no. De lo que es capaz un cuerpo, de revertir, de cambiar de dirección una historia obligada a repetirse igual que mamá y papá.

Atravesar fantasmas construyendo lo real.

Lentificar o acelerar las marchas según la demanda del cuerpo. Volver fuerte las líneas dóciles con personajes conceptuales: la música, la pintura, la literatura.
Filosofía de cruces y paradojas. Kurosawa decía en Sueños: “llueve y brilla el sol, en días así se casan los zorros”.

Haecceidad. Atmósferas de salud, ¿qué elemento quedaría afuera en la noción de haecceidad?

¿Por qué no intentar otros nombres para denominar a la persona que está siendo enferma? ¿Podría ser narradores de deseo?


El dar

Escanciar es un término que aparece frecuentemente en el texto de la cosa. Mallarmé utiliza este escanciar en el sentido de un dar que no deja una ausencia detrás, sino que es el dar que fundamenta la propia plenitud. Escanciar es dar lo que tiene adentro y en ese dar lo que tiene dentro está afirmándose en su esencia. Ahí también está este doble juego de cómo en el dar, en el divergir, se afirman en el estar, en su esencia entendida como iniquidad, y no como esencia metafísica.

Una psicoanalista brasilera me decía que “mirarse así es seguir produciendo metamorfosis, otras formas de vida, cruzando umbrales de intensidad. O sea es producir la buena vida, los buenos encuentros, las redes calientes. Pero, ¿hasta donde puede el cuerpo? ¿Cómo sostener el movimiento o la salud? ¿Cómo enfrentar el desafío de no forjarse una forma de vida de conservación? A veces me siento un extraño en una floresta de iguales. . . . ”

Intentar conjurar las formas de vida que promueven la standarización afectiva.


El silencio del cuerpo

El ritmo es el sonido y el silencio. No hay una continuidad, no hay una sustancia, como un sonido que esté siempre deviniendo, sino que ese sonido, está siempre naciendo del silencio, no del sonido inmediatamente anterior. No es una causalidad empírica.

El ente nunca puede provenir de otro ente, el ente solo puede encontrar su proveniencia en el ser, cada síncopa proviene del silencio y no del sonido. Es el eterno retorno de lo mismo. El eterno retorno de lo mismo es la repetición, la repetición de lo mismo. La repetición de lo mismo es rítmico. Es el eterno retorno de lo singular, de la diferencia, de lo divergente, ¿de dónde está viniendo siempre lo que viene? , nunca está viniendo de lo anterior, siempre está viniendo de lo originario, de lo inicial, del ser.

Cuerpos sociales, cuerpos políticos que fluyen en el lenguaje del silencio.

Deleuze lo llamó cuerpo pentagrama, no sobrecodificado. Cuerpos blancos. Simiente agujereada. Tiempo cristal.
El silencio nutre sujetos fractales, saludables, conectados de modo interno y externo en un Afuera fatal.
Orbitas de salud encadenadas en el ritual que se inicia cada vez.

Cada vez, es todas las veces. Podríamos decir cada vez es infinito. Infinitas veces que nos repetimos diferentes, tal vez similares al color gris. Gris que nunca aparece igual, ¿cómo hacer que este gris, sea igual al gris que lo precede?

La constitución del color gris, en su pasaje del blanco al negro y viceversa remite a la composición de subjetividad fractal.

Si el conciente es fractal, se multiplica en capas de conciente en la cual cada vez trae su propia conciencia. Su propia conciencia devenida rítmica. Única o singular.


La extrañeza aumenta la potencia de obrar.

La inmanencia rompe con lo uno y abre.

Deleuze en el concepto de línea crea y conserva la noción de extrañeza. Desconocimiento que nutre el ser de la diferencia, diferencia que alude a lo musical en un devenir imperceptible. Tal vez la última forma del devenir.

En el mapa de la inmanencia interesa el caso, el donde, el cuando, el como. . . líneas posibilitantes de la aparición excesiva de un acontecimiento.

Mapa de individuaciones, de haecceidades. ¿Cómo estoy hoy? ¿cuándo me desconozco? ¿dónde me desconozco?
Pensamientos-preguntas a través de las cuales se oye la voz del ser. Desbordamientos, puntos de apertura de lo cerrado. Hilo tenue que vincula un objeto al resto del universo. Hilo de Ariadna. pensamiento que ilumina el laberinto, pórtico fracturado, en estado de disyunción, verdad rota en dos.


Cartografías

Es cartógrafo el que se hace cartógrafo, lector de líneas experimentales acerca de prácticas minoritarias, lingüísticas reticulares.

Partir del acontecimiento y no del origen. El ser blanco del papel. Vacío de lo indeterminado, de lo a-representativo y a-significante.

El ser es el vacío papel que su blancura protege a partir del trazo. Trazo que permite pensar el ser-blanco del papel y no la blancura o la blanquidad.

El diccionario dice que el concepto de cartografía deviene de la palabra charta que significa papel. Hoja de papiro aún no escrita que hizo su aparición en Grecia hacia el siglo VII a. c. y que fue utilizado hasta finales del siglo III d. c. , cuando comenzó a ser sustituido por hojas de piel, pergamino o palimpsesto.
Escuchemos a Borges cuando dice:

“Fang, digamos, tiene un secreto; un desconocido llama a su puerta; Fang resuelve matarlo. Naturalmente, hay varios desenlaces posibles: Fang puede matar al intruso, el intruso puede matar a Fang, ambos pueden salvarse, ambos pueden morir, etc. , todos los desenlaces ocurren; cada uno es el punto de partida de otras bifurcaciones. ”

Prigogine aporta a cartografías el concepto de termodinámica a partir del concepto de zonas de bifurcación.

Lo que se bifurca no es el espacio sino el tiempo, esa trama de tiempos que se aproximan, se cortan o se ignoran.
Cada tiempo es punto de partida de nuevas cartografías de acontecimientos que mutan por conexión.

Por lo tanto el complejo navío de las líneas sería una cartografía que al modo de la navegación, se orientan afectándose unas con otras según coordenadas internas y/o externas sin exclusión en un afuera ilimitado.

El estado de no equilibrio, la orientación, la multiplicidad de líneas diversas, la disparidad de funciones, la noción de escalas, los movimientos de desterritorialización, los caminos zigzagueantes, conforman el dispositivo cartografías y esquizoanalisis sería entonces el análisis de estas líneas, de estos espacios geográficos, de sus saltos y sus mutaciones.
Navegar es un nombre propio. Los nombres propios como efectos escapan tanto a las coordenadas del lenguaje como a las de la existencia.

Los efectos de nombres propios como presignificantes o ritornelos serían vectores de fuerzas asubjetivas, continuums de intensidades, “acontecimientos, vientos, tifones, enfermedades, lugares y momentos, mucho antes de designar personas”

Máquina cartográfica de vientos, diagrama de fuerzas activas. Pura inscripción del afuera. Palabra ciega.

¿Soy navegante separado del barco?

- ¿Qué miras? ¿ El cielo?
- No. La vida a esta hora


Máquinas abstractas, turbulencias, escala.

El mapa puede tener contorno o no por acumulación de entornos a escala. Esta noción de escala determina lo fractal. Según la opinión de Mandelbrot habría similitud entre si por la noción de escala.

Máquinas abstractas a escala, funciones diagramáticas y agenciamientos maquínicos más allá de toda gramática. Al nivel diagramático ni siquiera hay regímenes de signos propiamente dichos. El diagrama solo conoce rasgos, ráfagas, frente a los programas todavía significantes y subjetivos.

Los agenciamientos son complejos de líneas figurativas y no figurativas, o sea, moleculares

Una turbulencia nunca se produce sola, su espiral sigue un modo de constitución fractal según el cual nuevas turbulencias se intercalan siempre entre las primeras. Se borra el sujeto, se borra el objeto. Nace el punto de vista de un sujeto borrado. El acontecimiento remite a una transformación del objeto y del sujeto.

Relámpagos. Ráfagas.

La cartografía como objeto fractal adquiere a veces la forma de un relámpago/ráfaga. Constituida por líneas lumínicas, desordenadas trae la noción de la construcción del Polvo de Cantor en un devenir blanco.

Según Cantor se retira el pedazo central de la recta y quedan los dos pedazos terminales sueltos configurando nuevas constelaciones de grupos o ráfagas. El puro “ser ahí” del ser humano, el abismo. Deleuze asegura un desfondamiento general, pero como acontecimiento positivo y alegre, como desfundamento.

Dice Henry Miller: “mi cuerpo entero debe devenir un rayo perpetuo de luz cada vez más intenso”

Entonces cartografía fractal implica entrar en un cierto tipo de espacio geográfico marítimo que es preciso inventarlo, poblarlo de singularidades de fuerzas que se conservan y se arrastran unas a otras, pedazos de batalla a escala, complicados, irregulares en tiempo-cristal, tiempo no secuencial: de pasado, presente y futuro.

Dice un poema

La discursividad médica
congela los cuerpos,
los anestesia,
los vuelve asépticos.

Les quita el nombre

 


Imagen 2. Angel Villegas Stella Maris. Imagen de instalaciones realizadas en la Facultad de Medicina, Rosario. 2001


El deseo que busca el placer, en la medida que no lo tiene, está basado en un sentimiento de carencia. Ese deseo no quiere el placer, o no quiere un fin exterior a sí mismo.

“Deshacer el vínculo del deseo con el placer. El placer interrumpe el deseo, de tal modo que la constitución del deseo como proceso debe conjurar el placer y posponerlo al infinito. proceso ininterrumpido del deseo. Lo esencial se convierte en la espera o el suspenso, como plenitud, como intensidad física o espiritual”

He aquí un plus, que el deseo que quiere algo está siempre preso de la posibilidad de interrumpirse, en la medida en que obtenga ese algo.

La crítica al deseo que busca el placer. Lo critica por un lado porque constituye al deseo como una estructura de carencia y por el otro lado que el deseo que quiere algo estaría bajo la posibilidad de interrumpirse como deseo, en la medida en que obtenga ese algo.

De ahí que se trataría de deshacer el vínculo del deseo con el placer en tanto que el placer interrumpe el deseo.

El placer obtura el flujo del deseo.

 


Imagen 3. Angel Villegas Stella Maris. Imagen de instalaciones realizadas en la Facultad de Medicina, Rosario. 2001


Las capas de la verdad

Las capas de la verdad crean campos de consistencia. Consistencia dada por fuerzas en estado de tensión.

La modelización de la subjetividad responde a paradigmas dialécticos y no a paradigmas trans-estéticos.

- Acérquense al borde!
- No podemos, tenemos miedo.
- Acérquense al borde!
- No podemos, nos caemos.
- Acérquense al borde.
Y se acercaron.
Y él los empujó.
Y volaron.

Apollinaire, Guillaume

Deleuze usa el término de transversalidad. O sea ¿en qué consiste la noción de consistencia, qué es consistencia? Es el plano de inmanencia por el cual todo es uno, en tanto que anula toda métrica extensa. Sin embargo el dice que en ese ser uno hay que mantener un principio de discernibilidad por el cual no se anule todo y se disuelva en una unidad amorfa y homogénea. A eso es lo que llama consistencia: la posibilidad de consolidar heterogéneos. Por eso se trata de unir heterogéneos y el proceso de unión sería de consolidación y no por lo tanto de disolución.

Paul Klee dice que el aumento de consistencia de la obra es la capacidad conciente que tiene la obra de soportar nuevas dimensiones.

LA SALUD consistiría en esta estética de pensamiento, en soportar nuevas dimensiones que se consolidan y no se disuelven. Por eso, para mantener en movimiento la salud sin interrupciones se trataría de impedir que esas nuevas dimensiones constituyan trascendencia, es decir sobrecodificaciones.

Entendemos las líneas transversales como condición de posibilidad de consistencia, por lo tanto la condición de posibilidad de consistencia son las líneas transversales, las líneas de fuga, el afuera.

De ahí que la importancia de la creación de subjetivación en tanto que sujeto activo de la singularidad de su cura no sería universal, ni válida para todos y en todas las épocas sino contextual y diferenciada.

 


Imagen 4. Angel Villegas Stella Maris. Imagen de instalaciones realizadas en la Facultad de Medicina, Rosario. 2001


Lo plano de las dimensiones

Lo plano de las dimensiones tiene que ver con la multiplicidad, el proceso de proliferación del número de dimensiones pero siempre aplanándose. Un ejemplo de las multiplicidades planas de las dimensiones sería el cubismo que es un aplanamiento de las dimensiones y que al posibilitar esa consistencia en un mismo plano de dimensiones heterogéneas posibilita las conexiones rizomáticas.

En la medida en que hay inmanencia, en que todo está cohabitando en un mismo plano permite que los operadores rizomáticos actúen efectuando conexiones.

Es interesante para la salud que la consistencia la otorgue el afuera, para la metafísica la otorga la identidad, aquello que hace que algo sea uno es justamente su identidad, su sustancia.

En la salud de la inmanencia aquello que permite la consistencia, la consolidación de heterogéneos sería el afuera, el intersticio, el espacio de la pregunta, el flujo en la estructura. Líneas de aire que transmutan la estructura en andamiaje del deseo.

Transparencia del deseo en la producción en tanto que el deseo conjura su satisfacción.


Carne abstracta

La colonia penitenciaria de Kafka tiene que ver con la escritura como desgarro en la carne. La escritura como materialidad y no como sobrecodificación o taxonomía.

En la colonia, la escritura opera como una experimentación, un operador de divergencia actuando en lo real desde y con su cuerpo.

La aguja produce un desgarro en la carne.

“…el acontecimiento, en la medida en que se expresa en el alma, le faltará algo siempre si no se realiza también en el cuerpo, y que es necesario que vaya hasta allá. Es necesario que se inscriba en la carne, es necesario que se realice en un cuerpo, es necesario que se marque en una materia. ”

 


Imagen 5. Angel Villegas Stella Maris. Imagen de instalaciones realizadas en la Facultad de Medicina, Rosario. 2001


La techne tou biou o el arte de vivir

La techne tou biou no remite a la ley en tanto que trascendencia, por lo tanto no tiene necesidad de representantes, nadie debe interponerse entre él y su deseo.

Encuentra la salud en el mismo movimiento del deseo. Siguiendo la marcha del deseo como el Sr. K del Castillo . La salud se presentaría como aquello que no cesa de fluir. Fluye como el sonido. No hay nada que juzgar en el deseo. Existe como proceso continuo de contigüidades. Plena construcción local.

La culpa es desplazada. El desplazamiento es positivo y activo.

Las formaciones moleculares tienen que ver con la catexis, es decir, con la descarga libidinal en tanto que fuerzas de fuerzas en relación.

Estallidos en la oposición molecular-molar.

Lo que se transforma es la mirada algo así como la mirada de Samsa en La metamorfosis : ¿has visto los ojos de Samsa?

El cuerpo no es forma sino inscripción. Hablar de formas sería hablar de moral. La salud desde una perspectiva pictórica, en el sentido expresionista, tiene que ver con el color versus forma. De ahí que la techne tou biou tiene que ver con huir de los modelos de vida, atender la singularidad del caso y la historia del mismo.

 


Imagen 4. Angel Villegas Stella Maris. Imagen de instalaciones realizadas en la Facultad de Medicina, Rosario. 2001


“Cómo y qué bloqueo, cómo y qué corto, cómo y qué anexo”

Anedonia. Las líneas que dibujan a uno y a su vida se van tejiendo (construyendo) a cada instante. La clínica como cualquier otra producción artística, responde a un estilo, a intensidades propias del artista, cambiantes, variables, temporales. Intensidades que se acentúan con un color y otro ese propio rasgo. Vibrátiles, caprichosas en el modo en el que aparecen, actúan y mueren…

El deseo para el esquizoanalisis esta íntimamente ligado con estas intensidades ya que el goce que produce el pensar-creativo no es reemplazado por otras sensaciones edípicas. Se abren caminos (cuando se llega a instancias límites, donde necesariamente se debe seguir y no está claro hacia donde, es necesario frenar, respirar, mirar, oler, sentir y decidir. Después de haberse abierto “plenamente” es cuando nacen y se construyen nuevos caminos, caminos de bosque. Muchas veces la elección parece obvia: por aquella por la que grita el deseo; pero otras veces no es sencillo. Tal vez por ciertos prejuicios el no no sale a brillar. Esta imposibilidad del grito del no abre un tajo en el alma, la desgarra, la hiere.

Ante la imposibilidad de enunciar no es el cuerpo quien se hace cargo y dice no, con un lenguaje un poco violento pero sin dudas muy intenso: ansiedad, desasosiego.

Sacar a relucir el no.

Desear querer desear.

Disolver las formas. No dar lugar a formación de fantasmas o de fantasmatizar aquello que solo es una atmósfera, una haecceidad. No hacer de estas haecceidades entes.

Partimos del miedo a la posibilidad de angustia. Permitir la posibilidad de sentir miedo es fantasmatizar, es decir, le estamos dando forma a algo que solo es un brillo en un ente y no un ente en sí. Esta pincelada llamada angustia apareció poniendo límites. Abrió una pregunta ¿Es bueno tener límites? Detrás de un límite siempre hay otro límite. Se trata de correr esos límites infinitamente en un mundo finito.

Hay una piedra atada que impide el desplegar de mis alas. No me deja volar más alto. Siento que no gozo con la fuerza e intensidad con que lo hacía. Estaba atado a la piedra “fue”. Sin embargo creo haberla cambiado por esa otra “así lo quise” (por cierto mucho más liviana), pero aún lo estriado. Esto es: las experiencias marcan, tocan, mueven, dejan tatuado en el alma una pincelada que cambia la mirada de todo para siempre. Ya no se vuelve a sentir como antes, sino con otro rasgo, con otro gesto en el rostro que hace mutar una y mil veces ese simple acontecimiento cotidiano.

La sensibilidad pertenece a la gama de los grises, desde la hipersensibilidad a la hiperinsensibilidad. No es dialéctica blanco-negro. Depresión-antidepresión. sensibilidad selectiva. En momentos límites es la producción quien debe prevalecer y la sensibilidad tomar un matiz que aporte a esta producción y que no impida el flujo. No encuadrar, congelar o enquistar a la sensibilidad.

La sensibilidad como construcción. Hedonista. No anedónica.
¿Cómo se puede mover o cambiar lo que “fue”?

La salud es volar por todas las locuras y mesetas. Esto no se puede estando anclado a esa pesada piedra.

“¿Puede haber redención si existe un derecho eterno? ¡Ay irremovible es la piedra “fue”: eternos tienen que ser también todos los castigos!” Así predicó la demencia.
Ninguna acción puede ser aniquilada: ¡cómo podría ser aniquilado por el castigo!

Lo eterno en el castigo llamado “existencia” consiste en esto, ¡en que también la existencia tiene que volver a ser eternamente acción y culpa!”

No un eterno retorno de lo mismo sino un retorno de instantes deseados.

Empezar a girar una rueda.

Para que esta no se detenga no tendría que existir roce alguno o tendría que existir una fuerza que la moviese eternamente. Esas fuerzas son las afecciones. Las afecciones también pueden ser las que produzcan los chispazos para que luego ardan los desiertos. Nacen imágenes. Se crean sonidos. Sensaciones muy puras para a través de las palabras lograr reproducirlas. ¿Por qué esa necesidad de reproducción idéntica? No estaríamos copiando sino interpretando sensaciones y utilizando un lenguaje para transmitirlas. Estaríamos re-produciendo.

Las afecciones mueven, tiñen, fisuran, desdibujan, a-temporalizan lo cotidiano. Muestran otra visión de lo mismo que no sería lo mismo. Se repite… pero al modificar la mirada emerge el rasgo de diferencia. Por eso en la diferencia habita el enigma. La estética del enigma que responde a la noción de temporalidad a-secuencial. Temporalidad de los modos de transcurrir en el proceso sin principio ni final determinados de aquí para siempre
En la diferencia está lo enigmático y ahí la belleza. El bosque en una hoja, el mar en una lágrima, lo bello de lo simple.

“La cuestión no es quién soy, qué hago, qué quiero. En la totalidad no hay nadie. La cuestión es cómo componer: cómo y qué bloqueo, cómo y qué corto, cómo y qué anexo. ¿Cómo y qué máquina hago funcionar? ¿Cómo funcionar como pieza de una máquina que bloquee, corte, anexe el enunciado de tal modo que este permanezca en el terreno de su propia afirmación sin sujeto?

Una persona siempre es un corte de flujo, un punto de partida para una producción de flujos y un punto de llegada para una recepción de flujos. O bien una intersección de muchos flujos. Flujos de todo tipo. ”

 

La enfermedad para Gilles Deleuze es la detención del proceso, o sea del flujo.

Detención en este caso no sería corte ni bloqueo.


Conversaciones

¿Cómo se conjuran los generales que están en las espaldas?
con irreverencia, con brujaria, con vodus, con terrorismo poetico, sin fin. . . .

"cómo y qué bloqueo"
la pereza, el descanso, el cansacio, las pasiones tristes. . . .

"cómo y qué corto"
la injusticia, el miedo, la tranquilidad, la indiferencia. . . .

"cómo y qué anexo"
la amistad, el delirio, la luna y el sol, besos en la boca. . . .

"¿Cómo y qué máquina hago funcionar?"
la maquina de la inconformación, de la danza en torno de la hoguera, de los canticos viscerales. . . . .


Gestos de salud cotidianos

Enfermos del pensamiento positivista. La moral opera como enfermedad, con culpa, con miedos, con censuras.
En el pensamiento de la inmanencia también aparecen líneas arborescentes, sombrías, pero entendemos que lo posible aparece como alternativa de salida.

Infinitas salidas para problemas de salud inconclusos. Formas de vida que alteran los modelos de salud.
Hacer de la vida una obra de arte, una estética de la existencia, en eso consistiría la ética de la salud en el sentido griego.

Una ética de salud que implique cada uno de nuestros gestos cotidianos. Solo el cadáver no tiene gestos.









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