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Harold I. Kaplan y Benjamín J. Sadock definen la prevención psiquiátrica como aquella parte de la psiquiatría pública que trata de disminuir la aparición (incidencia), duración (prevalencia) y discapacidad residual de los trastornos mentales.
La prevención en salud mental es un conjunto de estrategias y acciones que tienen como objetivo evitar la aparición de problemas de salud mental, así como promover el bienestar mental en la población.
Existen tres niveles de prevención en salud mental:
1. Prevención primaria: Se enfoca en evitar la aparición de problemas de salud mental en la población general. Las estrategias de prevención primaria incluyen:
- Promoción del bienestar mental: Crear un ambiente social y cultural que favorezca el bienestar mental, como programas de educación sobre salud mental, campañas de sensibilización y reducción del estigma asociado a los problemas de salud mental.
- Desarrollo de habilidades para la vida: Enseñar a las personas habilidades para afrontar el estrés, resolver conflictos, tomar decisiones y comunicarse de forma efectiva.
- Intervenciones tempranas: Identificar y abordar los factores de riesgo que pueden aumentar la probabilidad de desarrollar un problema de salud mental, como la pobreza, el abuso o la negligencia.
2. Prevención secundaria: Se enfoca en la detección temprana y el tratamiento oportuno de los problemas de salud mental para evitar que se agraven. Las estrategias de prevención secundaria incluyen:
- Programas de detección: Implementar programas de detección para identificar a las personas que están en riesgo de desarrollar un problema de salud mental o que ya lo tienen.
- Intervenciones breves: Ofrecer intervenciones breves y efectivas a las personas que tienen problemas de salud mental leves o moderados.
- Acceso a tratamiento: Asegurar que las personas que tienen problemas de salud mental tengan acceso a tratamiento de calidad.
3. Prevención terciaria: Se enfoca en la rehabilitación y la reinserción social de las personas que han tenido un problema de salud mental grave. Las estrategias de prevención terciaria incluyen:
- Programas de rehabilitación: Ofrecer programas de rehabilitación para ayudar a las personas que han tenido un problema de salud mental grave a recuperar sus habilidades y capacidades.
- Apoyo social: Brindar apoyo social a las personas que han tenido un problema de salud mental grave y a sus familias.
- Reducción del estigma: Combatir el estigma asociado a los problemas de salud mental para que las personas que los padecen puedan buscar ayuda y reintegrarse a la sociedad.
La prevención en salud mental es importante porque:
- Reduce la incidencia y la prevalencia de los problemas de salud mental.
- Mejora la calidad de vida de las personas que tienen problemas de salud mental y de sus familias.
- Reduce los costes económicos asociados a los problemas de salud mental.
Existen muchas formas de participar en la prevención en salud mental:
- Informarse sobre la salud mental.
- Hablar con amigos y familiares sobre la importancia de la salud mental.
- Apoyar a las organizaciones que trabajan en la promoción de la salud mental.
- Voluntariado en programas de prevención en salud mental.
La prevención en salud mental es una responsabilidad de todos. Al trabajar juntos, podemos crear una sociedad más saludable y resiliente.
Hace referencia a las medidas destinadas a evitar la aparición de la enfermedad, trata, por tanto, de reducir la morbilidad.
La prevención primaria: trata de evitar la adquisición de la enfermedad (vacunación, eliminación y control de riesgos ambientales, educación sanitaria, creación de hábitos saludables, etc. ). Suponen la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad. Su objetivo es intentar que disminuyan las enfermedades.
Dentro de las actividades de prevención primaria, distinguimos dos tipos:
Las de protección de la salud, que protegen la salud, actuando sobre el medio ambiente.
Procedimiento de la terapia de la conducta. Utilizado en el tratamiento de los rituales obsesivos. Consiste en impedir la realización de estos rituales.
El fenómeno descrito fue denominado el Efecto Papageno, en honor al personaje de la ópera de W.A. Mozart “La flauta mágica”. En esta obra, Papageno, un joven enamorado (al igual que el joven Werther), se plantea la idea del suicidio como respuesta a sus problemas de desamor, pero es detenido por tres personajes que le muestran otras alternativas ante esta situación.
El descubrimiento del efecto Papageno ha llevado a la confección de varias guías proponiendo directrices sobe la publicación de noticias en relación con el del suicidio.
Estas webs, en las cuales se trata el tema de la ideación suicida, así como de casos particulares de personas que han encontrado estrategias de afrontamiento alternativas, parecen ayudar a los usuarios a sentirse menos aislados y más confiados en su capacidad de hacer frente de forma constructiva a la ideación suicida. Estas publicaciones llevarían a una disminución de la ideación suicida en los sujetos expuestos a estas fuentes de información. El efecto descrito parece ser mayor en las personas con una especial vulnerabilidad, que están pasando por circunstancias adversas o presentan ideación suicida importante.
La Organización Mundial de la Salud, al igual que otras organizaciones oficiales, ha desarrollado tres guías con recomendaciones para la comunicación de los suicidios en medios de comunicación.
El más reciente de estos documentos, publicado en 2017, tiene en cuenta tanto el efecto Werther como el efecto Papageno, por lo que, al contrario que los documentos previos, no se limita a desaconsejar la publicación de datos sensacionalistas sobre los casos de suicidio, sino que también hace hincapié en la importancia de tratar la ideación suicida y las diferentes formas de hacerle frente.
Algunas de estas recomendaciones son: • Proporcionar información precisa sobre dónde buscar ayuda ante la ideación suicida, educando al público sobre el suicidio y su prevención sin extender mitos. • Publicar historias sobre cómo afrontar los estresores vitales o pensamientos suicidas y como obtener ayuda. • Tener especial precaución al comunicar suicidios de personas famosas y al entrevistar a familiares o amigos afligidos de las víctimas. • Reconocer que incluso los propios profesionales de la comunicación pueden estar afectados por historias relacionadas con el suicidio. • No situar las historias sobre suicidio en las páginas principales y no repetirlas de forma innecesaria. No usar titulares sensacionalistas. No usar lenguaje que sensacionalice o normalice el suicidio, o que lo presente como una solución constructiva a los problemas. • No describir de forma explícita el método usado por la víctima ni aportar detalles sobre el lugar del suicidio. No emplear fotografías, vídeos ni links a medios de comunicación.
Medidas como estas recomendaciones, insistiendo a los medios de comunicación en un cambio en la forma de mostrar datos sobre el suicidio han conseguido en algunos países reducir las noticias sensacionalistas, aunque aún no han sido eficaces en el objetivo de aumentar el número de publicaciones enfocadas activamente a la prevención.