El presente trabajo describe el proceso de análisis de las propiedades psicométricas del cuestionario de Autoevaluación de la Ansiedad (Ostrosky-Solís, 2001), que se diseñó para evaluar la ansiedad, aplicado a una muestra de 860 adolescentes.
La versión analizada del cuestionario de Autoevaluación de la ansiedad integró a la totalidad de los reactivos de la escala original, agrupados en tres factores: Factor 1, Manifestaciones Fìsicas, Factor 2, Manifestaciones Cognoscitivas y Factor 3, Quejas Somáticas, que explican 48. 31 % de la varianza total. Los coeficientes de consistencia interna Alpha de Cronbach oscilaron entre 0. 648 y 0. 772, demostrándose propiedades psicométricas adecuadas a este instrumento en esta muestra de jóvenes mexicanos.
Estructura factorial de una escala para evaluar ansiedad en una muestra de adolescentes.
Martha Patricia Bonilla Muñoz; Patricia Balcázar Nava; Julieta Concepción Garay López; José Antonio Vírseda Heras; Gloria Margarita Gurrola Peña; Claudia Rocío Bueno Castro.
Universidad Autónoma del Estado de México. Facultad de Ciencias de la Conducta
PALABRAS CLAVE: ansiedad, Adolescentes, Estructura factorial.
(KEYWORDS: Anxiety, Adolescents, Factorial structure. )
Resumen
El presente trabajo describe el proceso de análisis de las propiedades psicométricas del cuestionario de Autoevaluación de la ansiedad (Ostrosky-Solís, 2001), que se diseñó para evaluar la ansiedad, aplicado a una muestra de 860 adolescentes. La versión analizada del cuestionario de Autoevaluación de la ansiedad integró a la totalidad de los reactivos de la escala original, agrupados en tres factores: Factor 1, Manifestaciones Fìsicas, Factor 2, Manifestaciones Cognoscitivas y Factor 3, Quejas Somáticas, que explican 48. 31 % de la varianza total. Los coeficientes de consistencia interna Alpha de Cronbach oscilaron entre 0. 648 y 0. 772, demostrándose propiedades psicométricas adecuadas a este instrumento en esta muestra de jóvenes mexicanos.
La adolescencia se considera por la mayoría de los autores como un período que va de los 10 a los 20 años, periodo en el que entre otras cosas de acuerdo con Morales-Calatayud (2001), en su mayoría los jóvenes pueden enfrentar dificultades frecuentes que les someten a un estrés constante. Estas dificultades se han conceptualizado como sucesos o acontecimientos vitales estresantes que producen sensaciones de estrés (Sánchez-Moreno, 2002), en los que tanto su reacción, como su intensidad dependen de un conjunto de características personales. En el caso de la descripción sobre ansiedad, se encontró que la hacer un recuento de los niveles de ansiedad que presentan los participantes, más del 50% presentaron algún tipo de ansiedad que puede ir desde moderada hasta más alta, lo cual constituye una alerta, sobre todo considerando que gran parte de las respuestas que se dan cuando la persona experimenta ansiedad están relacionadas con trastornos de tipo físico y somático, pudiendo confundirse con enfermedades. Por otra parte, los hallazgos al respecto (Fernández-Castro y Blasco-Blasco, 2003), indican que pueden tener una interpretación cognoscitiva, ya que esta interpretación personal de sentirse agobiado o con malestar puede convertirse en trastornos que de no atenderse, desencadenen en condiciones que generen por ejemplo, trastornos asociados con la depresión (roza, Hofstra, Van Der Ende y Verhulst, 2003), de los que ya se ha discutido anteriormente.
La literatura (Fernández-Castro y Blasco-Blasco, 2003), indica también que las respuestas de ansiedad pueden valorarse a partir de aspectos fisiológicos, estudiando el incremento en el nivel de corticosteroides y de sus manifestaciones psicológicas, que pueden impedir a la persona cuando se prolonga, llevar a cabo una acción, por ejemplo, mantener la concentración durante tiempos prolongados, que puede explicar en el caso de los adolescentes, el bajo rendimiento académico asociado a periodos prolongados de ansiedad, como los encontrados en esta investigación.
La ansiedad es un estado difuso de malestar que puede en la persona, convertirse en un círculo vicioso difícil de romper y que puede llevar a consecuencia inmediatas o a largo plazo que afectan la salud física y mental de quien padece ansiedad constante. Ejemplo de estas consecuencias nocivas, son trastornos psicofisiológicos, depresión (que puede confundirse y mezclarse con la ansiedad), insomnio, irritabilidad o bajo rendimiento (Fernández-Castro y Blasco-Blasco, 2003). Si esto además se suma a los niveles actuales de estrés que se experimenta producto de la vida con rutinas intensas y con actividades que sobrepasan el nivel de tolerancia a la frustración, se explicaría la presencia de ansiedad en la población en general y la de interés en este estudio, la juvenil.
Debido al incremento de la experimentación de ansiedad entre la población adolescente y considerando que muchos de los instrumentos diseñados para su detección han sido probados en adultos, el objetivo de esta investigación fue el de realizar la validación del cuestionario de Autoevaluación de la ansiedad (Ostrosky-Solís, 2001) con una muestra de adolescentes mexicanos.
Método
Sujetos
Considerando los criterios estadísticos para la elaboración o validación de instrumentos (Anastasi y Urbina, 2000; Nunnally, 2000) que determinarán el número de sujetos participantes y que marcan por lo menos cinco sujetos por reactivo, se trabajó con una muestra propositiva de 860 adolescentes de entre 15 y 20 años de edad, de ambos géneros, que al momento de la investigación cursaban diferentes semestres del nivel escolar medio superior, pertenecientes a una universidad pública y que aceptaron participar en el estudio.
Instrumento
Para medir ansiedad se utilizó el cuestionario de Autoevaluación de la ansiedad, creado por Ostrosky-Solís (2001), que consta de 16 reactivos con cuatro opciones de respuesta que van desde síntomas leves hasta severos. La estructura factorial que da cuenta de su validez de constructo y la confiabilidad se probaron en este estudio.
Procedimiento
El instrumento fue repartido a los sujetos de estudio previo consentimiento de las autoridades escolares en las que se aplicó y de los participantes, a quienes se les informó que su participación era voluntaria y que sus respuestas serían tratadas de forma confidencial; se les leyeron las instrucciones para su contestación y una vez resuelto el cuestionario, fue devuelto al investigador para su procesamiento estadístico.
Análisis Estadístico
Una vez aplicados y codificados los datos en una base electrónica de datos, se efectuaron los análisis estadísticos utilizándose el programa SPSS versión 12. 0. A efecto de obtener el análisis dimensional del cuestionario, se realizó el análisis factorial exploratorio por el método de componentes principales con rotación varimax, que determinara los valores eigen, el porcentaje de varianza explicada y los pesos factoriales para cada reactivo; el estudio de las propiedades psicométricas de la escala se completó con el análisis de reactivos y la consistencia interna de los factores y de la escala en su totalidad.
Resultados
La factorialización del cuestionario de Autoevaluación de la ansiedad, se llevó a cabo mediante el método de componentes principales y con rotación varimax. Con la finalidad de seleccionar e interpretar los factores integrantes, se tomó como criterio de elección a aquellos cuyos valores eigen fueran iguales o superiores a uno y que tuvieran al menos tres reactivos por factor. De igual forma, para poder elegir a un reactivo como perteneciente a un factor, se tomó como criterio de selección que su carga factorial (alpha), fuese de . 40 o más y que ésta fuese positiva y mayor en caso de que apareciera este reactivo en dos o más factores. Con base en los anteriores criterios, el instrumento arrojó tres factores que agruparon a los 16 reactivos originales y que en su conjunto explicaron el 48. 31 % de la varianza total (ver tabla 1).
Tabla 1. Valores eigen y porcentajes de varianza del cuestionario de Autoevaluación de la Ansiedad
La matriz factorial rotada resultado del análisis efectuado indica aquellos ítems que cumplían con el criterio de 0. 40 o más como peso factorial y con valores eigen iguales o mayores a uno y que cada factor tuviese al menos 3 reactivos, sumando un total de 16 ítems que cumplieron estas condiciones y que se aprecian en la tabla 2, ordenados por su tamaño.
Tabla 2. Solución factorial rotada del Cuestionario
Una vez obtenidos los factores finales del cuestionario de Autoevaluación de la ansiedad, se realizó un análisis de lo que en conjunto los reactivos evaluaban, con la finalidad de denominar a cada factor acorde con el contenido de los mismos; de acuerdo con este análisis, los factores se nombraron como se indica en la tabla 3.
Tabla 3. Nombre asignado a los factores del cuestionario de Autoevaluación de la Ansiedad
Como parte final de estos resultados, se presentan los reactivos que componen la escala una vez validada, presentándose entre paréntesis el número de reactivo en la versión original del cuestionario de Autoevaluación de la ansiedad (ver tabla 4).
Tabla 4. Reactivos del cuestionario de Autoevaluación de la Ansiedad
Discusión y conclusiones
La estructura factorial que integro la prueba de Autoevaluación de ansiedad, indica la presencia de tres factores que coinciden con lo marcado por la literatura al respecto de las manifestaciones físicas, cognoscitivas y las marcadas quejas de tipo somático que la persona que experimenta ansiedad puede presentar.
En el caso del primer factor, agrupó 6 reactivos y de acuerdo con el contenido de sus ítems, se denominó Manifestaciones Físicas, refiriéndose a síntomas físicos localizados que incluyen sensaciones de ahogo, dificultad para respirar, opresión en el pecho o latido acelerado, sensación de mareo, trastorno del sueño e indigestión o malestar estomacal. Los hallazgos al respecto de este factor indican que las respuestas de ansiedad pueden valorarse a partir de aspectos fisiológicos (que están relacionados con la presentación de diversos síntomas físicos). Estas reacciones afectivas de intensidad elevada y que se prolongan por cierto tiempo, pueden impedir al sujeto llevar a cabo acciones, por ejemplo, sentirse agobiado está correlacionado con una mayor propensión a accidentes por decrecer el nivel de alerta del individuo, puede incluirse también intensidad del estado afectivo irritable o deprimido o se ejemplifica por la propensión a enfermedades cardíacas, de las articulaciones, es un factor de riesgo para la presencia de hipertensión o de diabetes, entre otros (Fernández-Castro y Blasco-Blasco, 2003).
El segundo factor, bautizado como Manifestaciones Cognoscitivas, incluye 7 reactivos que versan sobre la interpretación a nivel mental que la persona hace de diferentes situaciones del medio exterior o de su condición personal, asociadas con fatalismo, con temores diversos y con una visión negativa de la condición personal y que incluye preguntas como sentir miedo de que pase lo peor, sentirse inseguro, tener miedo a morir, tener cambios constantes de humor o enojarse constantemente, sentirse nervioso o ansioso, tener miedo a perder el control y asustarse con facilidad. Fernández-Castro y Blasco-Blasco (2003), describen como parte de la ansiedad la apreciación personal de la situación en la que uno mismo se halla, por ejemplo sentirse angustiado por creer que no se podrá hacer frente a un contratiempo o por creer que el problema al que se enfrenta la persona, tendrá un desenlace fatal. La interpretación cognitiva de los estímulos y situaciones tiende a volverse negativa y a acrecentar la condición de la situación problemática.
El tercer factor, denominado Quejas Somáticas, incluye tres reactivos que aluden a condiciones de tipo corporal como despertar con sensación de cansancio, presentar tensión en hombros y cuello o sudar exageradamente; estas condiciones son en lo cotidiano experimentadas por las personas ante situaciones estresantes y se interpretan como un síntoma de ansiedad que de prolongarse, pueden traer complicaciones en la salud física y mental de quien la padece.
Como conclusión, se encontró que el cuestionario de Autoevaluación de la ansiedad en sus tres factores que agruparon a los 16 reactivos de la versión original, demostró tener una adecuada estructura factorial que coincide con lo que los trabajos antecedentes al respecto han discutido, además de que contó con un índice alpha alto, que da cuenta de su confiabilidad, pudiendo utilizarse como un instrumento con cualidades psicométricas que lo hacen confiable en la muestra de referencia.
Referencias
. Anastasi; A. y Urbina, S. (2000). tests psicológicos. España : Aguilar.
. Fernández-Castro, J. y Blasco-Blasco, T. Instrumentos para la valoración del estrés. En Gutiérrez, T. , Raich, R. M. , Sánchez, D. y Deus, J. (2003). Instrumentos de evaluación en psicología de la salud. España: Alianza Editorial psicología y Educación.
. Morales-Calatayud, S. (2001). Introducción a la psicología de la salud. México : Paidós.
. Nunnally, J. C. (2000). teoría psicométrica. México : Trillas.
. Sánchez-Moreno, E. (2002). Individuo, sociedad y depresión. México : Ediciones Aljibe.
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