Una de las manifestaciones de la dependencia de la actividad física y/o deporte que más tempranamente se informó, fue el fenómeno de los corredores compulsivos (obligatory runner). Desde la década de los años 80 del siglo XX, se han estudiado a estos sujetos y sus características psicológicas.
En este artículo se revisan 10 investigaciones internacionales realizadas sobre el fenómeno y se sintetiza las aportaciones realizadas al respecto. Se propone una definición del posible trastorno, a partir de los hallazgos de investigación, se comentan las propuestas para su evaluación psicológica y cuáles son los rasgos psicopatológicos que se asocian a estos sujetos.
Corredores compulsivos: Definición, evaluación y características psicopatológicas. Una revisión.
José I. Baile; Nuria Martín; Marta Román.
Facultad de psicología, Universidad Autónoma de Madrid.
PALABRAS CLAVE: Corredores compulsivos, obsesión, Trastornos conducta alimentaria, adicción.
Una de las manifestaciones de la dependencia de la actividad física y/o deporte que más tempranamente se informó, fue el fenómeno de los corredores compulsivos (obligatory runner). Desde la década de los años 80 del siglo XX, se han estudiado a estos sujetos y sus características psicológicas. En este artículo se revisan 10 investigaciones internacionales realizadas sobre el fenómeno y se sintetiza las aportaciones realizadas al respecto. Se propone una definición del posible trastorno, a partir de los hallazgos de investigación, se comentan las propuestas para su evaluación psicológica y cuáles son los rasgos psicopatológicos que se asocian a estos sujetos.
¿Qué es un corredor compulsivo?
La práctica habitual y moderada de actividad física o de un deporte es sin duda un hábito sano, y se convierte en un factor protector de muchos problemas de salud física y psicológica.
Sin embargo desde hace unas décadas se conoce que hay ciertas personas que se relacionan con la actividad física o con un deporte de una forma alterada, patológica. Su relación con dicha actividad, en cuanto a la forma o intensidad, se excede en lo que es sano y genera más problemas que beneficios. Ejemplos paradigmáticos de esta relación insana es la hiperactividad de las adolescentes que sufren anorexia nerviosa, ellas realizan una gran actividad física pero el objetivo no es estar más sano, sino más delgadas por razones estéticas; o la práctica desmesurada y en el fondo insatisfactoria de ciertos usuarios de gimnasio, que por mucho que se entrenan se ven enclenques1.
Una de las manifestaciones de esa relación insana con la actividad física o deporte, es la adicción a correr. Se postula que existen corredores compulsivos que practican dicha actividad más allá de lo que se espera que sea una actividad saludable. Se han utilizados diferentes términos para denominar a esta conducta o a dichos sujetos, así hay autores que hablan de jogging compulsivo (compulsive jogging) o de corredores auto-obligados (obligatory runners). Las primeras noticias sobre este comportamiento alterado se publicaron a finales de los años 70 y durante los 80 del siglo XX. Lyons y Cromey2 por ejemplo, publicaron en 1989 un caso de un corredor compulsivo de 42 años, que terminó por alterar toda su vida personal y laboral, sacrificándolas por su dependencia de correr.
Con respecto a la definición del concepto “corredor compulsivo” no existe una unanimidad entre los investigadores de este campo, en parte puede ser debido a la falta de su consideración como trastorno específico por alguna entidad de salud pública mundial como la APA o la OMS.
Tal y como exponen Thornton y Scott3, la dificultad de la definición se puede encontrar en que cada investigador ha focalizado el problema desde una perspectiva diferente. Para algunos estamos ante un comportamiento compulsivo, para otros sin embargo se parece más a un comportamiento adictivo (estos corredores presentan un síndrome de abstinencia por ejemplo). Con estas dificultades, algunos autores definen a estos sujetos de esta forma:
- Corredores que continúan corriendo incluso cuando tienen una clara lesión o contraindicaciones para correr4.
- Corredores que continúan corriendo incluso cuando están lesionados, sufren dolor y ello interfiere en sus responsabilidades laborales, sociales y famliares, sintiendo depresión, ansiedad, irritabilidad y culpa, cuando no les es posible correr5 .
- Corredores que requieren correr todos los días para estar bien y así evitar una especie de síndrome de abstinencia, que se manifiesta por irritabilidad, ansiedad, depresión, fatiga, etc6.
Dado que las investigaciones que se han realizado en este campo son de origen anglosajón, en ellas se hacen referencia continuamente a “obligatory runners”, expresión que tiene difícil traducción al castellano. Como se ha generalizado la expresión “corredor compulsivo”, y aun sabiendo que no es la mejor adaptación del concepto inglés ni psicológica ni lingüísticamente hablando, en este artículo se utilizará preferentemente esta expresión en castellano, pero que el lector debe interpretar que en las investigaciones se utilizaba “obligatory runners”.
¿Cómo se evalúa la dependencia de la actividad de correr?
Con objeto de determinar si realmente existe una dependencia del correr, si existen corredores compulsivos, y cuáles son sus características psicológicas, se han propuesto diversas estrategias de evaluación de este comportamiento. En la tabla 1 se incluyen algunas de estas técnicas de evaluación.
Tabla 1. Algunas propuestas para evaluar para evaluar la adicción/compulsión a correr
Como puede verse la mayoría de las técnicas de evaluación propuestas son escalas tipo likert, a excepción de una entrevista semi-estructurada. Los autores que utilizaron esta técnica de entrevista, luego reconocían que había sido difícil establecer con dicha técnica la línea que separara al grupo de corredores compulsivos de los que no.
En algunos casos, se ha recurrido a que los propios sujetos de investigación se auto definan como “adictos o no” a correr.
A modo de ejemplo, en la tabla 2 ser recoge una propuesta de evaluación de la adicción a correr, propuesta por Chapman y Castro10. La misma incluye 11 ítems en formato de escala tipo likert. Cada ítem se contesta entre 5 opciones de respuesta que van de estar totalmente de acuerdo con el ítem a totalmente en desacuerdo. En el trabajo de diseño de la escala, la misma obtuvo un buen nivel de fiabilidad, coeficiente alfa de . 82, y según los autores tiene una buena validez, dado que correlacionaba adecuadamente con auto evaluaciones de adicción y otras variables estudiadas.
Tabla 2. adaptación experimental al castellano (sin validación) de la escala de adicción a Correr de Chapman y Castro 10
Otras opciones de evaluación que se han utilizado es la adaptación de escalas diseñadas para evaluar la adicción/dependencia del ejercicio físico en general, modificando los ítems para dirigir la atención específicamente a la actividad de correr.
Con respecto a la evaluación no se puede decir que exista un consenso sobre cuál es la técnica mejor, la escala de Blumental et al. 7, o adaptaciones de la misma, es una de las más utilizadas. En España no se ha comunicado la existencia de algún trabajo de diseño y validación extensa de alguna escala específica para este tema.
¿Qué características psicológicas tienen los corredores compulsivos?
¿Existen diferencias psicológicas entre los corredores habituales sanos y los corredores “adictos o compulsivos”? ¿Entre estos últimos, existen diferencias entre hombres y mujeres? ¿La adicción a correr se parece a otras psicopatologías? Éstas son algunas de las preguntas que se han hecho los investigadores, y sobre las que existen diversas aportaciones en la literatura científica. La mayoría de los trabajos se refieren a diferencias en cuanto a las motivaciones para la práctica deportiva o a rasgos de personalidad.
A continuación se exponen algunos de los hallazgos. - Sobre las motivaciones para correr, algunos autores3 han hallado que en los sujetos moderadamente o altamente adictos a correr, sus incentivos para correr están asociados a poder/dominancia, competitividad, regulación de su peso, salud o querer un buen estado físico.
- En otro estudio11 se hallaron diferencias entre hombres y mujeres corredoras. A ellas les motivan más que a los hombres los aspectos relacionados con el correr como el peso corporal, la auto estima, los aspectos sociales de la actividad de correr o los aspectos vitales/naturales de correr. En este mismo estudio se estudio a hombres corredores compulsivos, observando que éstos se caracterizaban, frente a los no compulsivos, por motivaciones más competitivas, de consecución de objetivos personales y de consecución de logros de reconocimiento frente a los demás.
- Otro estudio4 que exploró las diferencias entre corredores compulsivos y los que no lo eran, y encontró también algunas diferencias. Los primeros estaban más preocupados por controlar (y eran más rígidos) con respecto a al peso y sus cuerpos, preferían estar solos, informaban de mayores cambios en el autoconcepto, y sentían que desde que empezaron a correr tenían mayor control de su vida.
- Con respecto al comportamiento alimentario, se ha encontrado12 que corredores y levantadores de pesas tienen mayores alteraciones de hábitos alimentarios que sujetos control.
- Una de las ideas que se planteó en los primeros estudios sobre corredores compulsivos era si en el caso de mujeres era un cuadro psicopatológico similar a la anorexia nerviosa, dado que en este trastorno de la conducta alimentaria puede haber una tendencia compulsiva a realizar actividad física. Aunque inicialmente algunos autores proponían la existencia de cierta similitud, posteriormente otros autores13 encuentran que comparando mujeres corredoras compulsivas con sujetos con anorexia, existe poca psicopatología común, o rasgos psicológicos parecidos.
Aunque en general parecen haberse encontrado aspectos psicológicos “negativos” en los corredores compulsivos frente a los no compulsivos, hay estudios en los que no se ha descubierto ese patrón. Por ejemplo Chapman y Castro10 encuentran que entre hombres y mujeres corredores sí que existen diferencias en cuanto a cuáles son las razones para correr y cuáles los beneficios que obtienen, pero no pueden considerarse como negativas. El hombre adicto a correr se caracteriza por:
- Correr frecuentemente y largas distancias.
- Tener bajos niveles de sensibilidad interpersonal y psicoticismo
- Tener bajos niveles de ansiedad fóbica.
El hallazgo de este último estudio supone que sujetos bien ajustados psicológicamente pueden ser perfectamente sujetos adictos a correr.
La mayoría de los trabajos analizados, han realizado estudios de tipo correlacional. El protocolo básico de investigación ha sido el siguiente. Primero seleccionar una muestra de sujetos que corran habitualmente (por ejemplo acudiendo a clubs de atletismo, carreras, etc).
Después aplicar dos tipos de técnicas de evaluación, una que clasifique a los sujetos como “adictos/compulsivos” o no, y otra técnica (o batería de técnicas) que evalúen los aspectos psicológicos que se quieren contrastar, por ejemplo test multifactoriales de personalidad. Se termina realizando el oportuno análisis estadístico. Estos estudios nos proporcionan posibles relaciones entre variables, pero en modo alguno nos indican causalidad, no podemos saber si las características singulares de los corredores compulsivos son las que les llevaron a correr, o son consecuencia de correr o no están vinculadas a la tendencia a correr, sino a otra variable más importante, pero oculta a la investigación.
Conclusiones
En este breve repaso por la investigación sobre corredores compulsivos, podemos llegar a algunas conclusiones, como las siguientes:
1. - Aunque ya se dispone de numerosa investigación al respecto, todavía no existe una definición clara del concepto de “adicción a correr” o “corredor compulsivo”. Las definiciones más claras, centran su atención en la consideración como alterada, la conducta de correr que se realiza más allá de las situaciones en las que estaría desaconsejada (por la presencia de una lesión por ejemplo) y que ante la imposibilidad de realizarla genera una especie de síndrome de abstinencia (ansiedad, irritabilidad, depresión…)
2. - Se han propuesto varias estrategias de evaluación de la “adicción a correr”, principalmente escalas de ítems formulados en estilo likert, entre ellas la más utilizada es la propuesta por Blumental et al. 7
3. - Los estudios para encontrar diferencias psicológicas entre los corredores compulsivos y los que no lo son, no son tampoco unánimes en sus resultados. Se han encontrado diferencias en cuanto a la motivación para correr, siendo más habitual hallar en los corredores compulsivos una preocupación mayor por la estética, el reconocimiento social o la competitividad, aunque hay algún estudio que encuentra en estos corredores características psicológicas más positivas, como menos psicoticismo o ansiedad. Los intentos de establecer una similitud entre la conducta compulsiva de correr y otros trastornos de la conducta alimentaria tampoco son concluyentes.
4. - Existe una gran disparidad en la metodología de investigación en este campo. Los sistemas de muestreo son muy diferentes (en algunos casos sujetos conocidos de los investigadores), las variables de investigación son pobremente operativizadas, se usan técnicas de evaluación sin gran sustento previo psicométrico y se abusa de los estudios correlacionales.
5. - Como ocurre en otros muchos campos de investigación, los datos que disponemos se deben a trabajos anglosajones, existiendo al respeto una gran deficiencia en España, que debería ser subsanada para conocer si este problema de salud existe también en muestras de nuestro país, y en con qué características se muestra. Aunque debemos resaltar que algunos autores españoles14, 15 ya han centrado su mirada en el concepto de dependencia del ejercicio desde una perspectiva general.
Referencias bibliográficas
1. Baile JI. Vigorexia: cómo reconocerla y evitarla. Madrid: Síntesis, 2005.
2. Lyons HA, Cromey R. Compulsive jogging: exercise dependence and associated disorder of eating. The Ulster Medical Journal 1989; 58: 100-102.
3. Thornton EW, Scott SE. Motivation in the committed runner: correlations between sefl-report scales and behaviour. Health Promotion International 1995; 10: 177- 184.
4. Yates A, Shisslak C, Allender J, Crago M, Leehey K. Comparing obligatory to nonobligatory runners. Psychosomatics 1992; 33: 180-189.
5. Slay HA, Hayaki J, Napolitano MA, Brownell KD. Motivations for running and eating attitudes in obligatory versus nonobligatory runners. Int J Eat Diosrd 1998; 23: 267-275.
6. Morgan WP. Negative addiction in runners. The Physician and Sports Medicine 1979; 7: 57-70.
7. Blumental JA, O´Toole LC, Chang JL. Is running an analogue of anorexia nervosa? Journal of the American Medical Association 1984; 252: 520-523.
8. Hailey B, Bailey LA. Negative addiction in runners a quantitative approach. Journal of Sport Behaviour 1982; 5: 150-154
9. Rudy E, Estok E. Measurement and significance of negative addiction in runners. Western Journal of Nursing Research 1989; 11: 548-558.
10. Chapman CL, Castro JM. Running addiction: measurement and associated psychological characteristics. J Sports Med Phys Fit 1990; 30: 283-290.
11. Ogles BM, Masters KS, Richardson SA. Obligatory running and gender: and analysis of participative motives and training habits. Int J Sport Psychol 1995; 26: 233-248.
12. Pasman L, Thompson JK. Body image and eating disturbance in obligatory runners, obligatory weightlifters, and sedentary individuals. Int J Eat Diosrd 1988; 7: 759-769.
13. Powers PS, Schocken DD, Boyd FR. Comparison of habitual runners and anorexia nervosa patients. Int J Eat Diosrd 1998; 23: 133-143.
14. Arbinaga F. Dependencia del ejercicio. medicina psicosomática y psiquiatría de Enlace 2004; 71/72: 24-32
15. Remor E. Dependencia (“adicción”) del ejercicio físico: ¿hecho o ficción? psicología Conductual 2005; 13: 395-404.
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