Objetivo. Correlacionar las medias de los datos obtenidos de la aplicación de la escala Escolar de Conner´s Revisada (EECR) realizada por padres y maestros de niños con déficit de atención, hiperactividad y trastornos de conducta.
Material y métodos. Se obtiene una muestra de 31 alumnos de tercer grado de preescolar, de 6 a 7 años de edad, de siete escuelas de este nivel, a quienes se aplicó según criterios de los maestros, la EECR, en su versión abreviada a maestros y padres de familia.
Resultados. El análisis mediante correlación bivariada, muestra que existe correlación significativa al nivel de 0. 05 entre los puntajes obtenidos de ambos aplicadores (maestros y padres de familia) tanto en los puntajes totales de la prueba (0. 399), la dimensión de hiperactividad (0. 428) y trastorno de conducta (0. 470), no así en el déficit atencional. Asimismo, se señala que los maestros otorgan puntajes más altos respecto a los padres de familia.
Conclusiones. El estudio reporta porcentajes estadísticos más altos en docentes que en padres de familia en todas las áreas, y se expresa correlación en los puntajes totales, hiperactividad y trastornos de conducta.
Estudio correlacional entre padres y maestros de niños con trastorno por déficit de atención e hiperactividad.
Germán Alejandro García Lara; Dulce María García Rodríguez.
Escuela de psicología de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (UNICACH). México
Resumen
Objetivo. Correlacionar las medias de los datos obtenidos de la aplicación de la escala Escolar de Conner´s Revisada (EECR) realizada por padres y maestros de niños con déficit de atención, hiperactividad y trastornos de conducta.
Material y métodos. Se obtiene una muestra de 31 alumnos de tercer grado de preescolar, de 6 a 7 años de edad, de siete escuelas de este nivel, a quienes se aplicó según criterios de los maestros, la EECR, en su versión abreviada a maestros y padres de familia.
Resultados. El análisis mediante correlación bivariada, muestra que existe correlación significativa al nivel de 0. 05 entre los puntajes obtenidos de ambos aplicadores (maestros y padres de familia) tanto en los puntajes totales de la prueba (0. 399), la dimensión de hiperactividad (0. 428) y trastorno de conducta (0. 470), no así en el déficit atencional. Asimismo, se señala que los maestros otorgan puntajes más altos respecto a los padres de familia.
Conclusiones. El estudio reporta porcentajes estadísticos más altos en docentes que en padres de familia en todas las áreas, y se expresa correlación en los puntajes totales, hiperactividad y trastornos de conducta.
Introducción
El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (tdah) es uno de los problemas más significativos en la población infantil. Aunque se tienen datos poco precisos acerca de su prevalencia, se estima que entre el 1% y el 18% de esta población la padece [1], incluso este rango se amplía hasta un 20 % [2]. La relación según el sexo, muestra mayor prevalencia en varones que en niñas, de 1:2 a 1:6 (niñas:niños) [1], y de hasta 1:9 [2]. Estas diferencias están muy condicionadas por el tipo de estudio y las características sintomáticas de las niñas, cuya hiperactividad e impulsividad es habitualmente menor. Las diferencias más significativas se encuentran en el subtipo impulsivo-hiperactivo (1:4), reduciéndose en el subtipo disatencional (1:2). Debemos señalar que hasta el 40-50% de los varones son etiquetados por profesores y padres como inquietos o "hiperactivos" [1].
Las cifras tan dispares obtenidas para la prevalencia de este trastorno, se deben a la diferencia entre los criterios diagnósticos empleados (DSM-III; DSM-IV; CIE-9; CIE-10), los métodos y las fuentes de información [2]. De acuerdo a Narbona [3] el entorno poblacional o clínico del que se extraigan las muestras, las referencias socioculturales de cada entorno y la existencia de peculiares factores de riesgo neurobiológico y psicosocial constituyen aspectos que pueden contribuir a la variabilidad en la prevalencia de casos, además de que se reconoce que su recurrencia varía con la edad [4].
En México, la Dirección de los Servicios Comunitarios de Salud Mental (CECOSAM) [5], plantea que uno de cada tres niños que solicitan atención lo hacen por el trastorno identificado como déficit de atención. En el hospital Psiquiátrico Infantil “Dr. Juan N. Navarro” constituye la primera causa de solicitud en consulta externa [6]. En Chiapas, se carece de información respecto a la prevalencia de este problema y su atención en centros de salud o educativos, aunque se reporta este diagnóstico en el 2. 65 % de los casos atendidos de pacientes de consulta externa del Instituto de Salud del Estado de Chiapas [7]. Por ello, resulta necesario desarrollar trabajos que subrayen la relevancia de este trastorno en población escolar, señalar los índices del mismo y ampliar las fuentes de información que señalen la necesidad de establecer políticas de salud y educativas que consideren la detección y atención de estos casos.
En diversos estudios dirigidos a población escolar [8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15, 16, 17, 18] se han empleado escalas de valoración para padres y maestros como instrumentos de evaluación, ya que estas han sido una de las mejores formas de diagnosticar niños con déficit de atención [19] . De estos estudios, solamente en cuatro [8, 12, 13, 18] se incluyen grupos evaluados con un rango de edad de los 3 a los 6 años. En los estudios de Newcorn [11], Rowland [13] y Gómez [20], se observaron diferencias entre la valoración hecha por padres y maestros, siendo esta menor cuando la valoración es realizada por los padres, aunque los índices de prevalencia no difieran significativamente de otros estudios en que la fuente de información fue única. No obstante, las diferencias en cuanto a los criterios diagnósticos utilizados y la procedencia de los grupos evaluados, es de hacer notar el hecho de que los padres valoren las conductas de sus hijos en índices ligeramente menores a los maestros. Asimismo, la tasa de prevalencia fundamentada únicamente en la valoración de los padres mantiene el mismo perfil en los grupos estudiados.
Se reconoce que la información proporcionada por maestros y padres puede ser un excelente apoyo para el diagnóstico de alteraciones en los niños [21, 22], ya que provee de referentes importantes en el contexto escolar; en el caso de los maestros permite además contar con información acerca de la conducta de los niños con sus pares, por ello, tal vez obtienen mayor sensibilidad de la situación real que viven este tipo de niños.
La rápida aplicación y formato de las escalas utilizadas resulta económica y abrevia costos y tiempo, aunque en el afán de obtener mayores niveles de confiabilidad y validez de la información obtenida, es necesario combinar múltiples instrumentos de valoración.
El objetivo de este estudio es correlacionar las medias de los datos obtenidos de la aplicación de la escala Escolar de Conner´s Revisada (EECR) realizada por padres y maestros de niños con déficit de atención, hiperactividad y trastornos de conducta, que cursan el segundo y tercer grado de preescolar.
Sujetos y método
Sujetos
La población utilizada para este estudio son escolares de segundo y tercer grado de preescolar de siete Jardines de Niños, de nivel socioeconómico medio bajo de la Supervisión Escolar no. 7 de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, México, todos ellos correspondientes al sector público. El total de niños inscritos en estos centros escolares es de 510. De estos se realizó el estudio en un total de 31 alumnos, aquellos que inicialmente las maestras consideraron se caracterizaban con los criterios del trastorno por déficit de atención e hiperactividad. La tabla I presenta la distribución de la población según el sexo, escuela y grado escolar. La población de hombres representa el 52. 5 % del total de la población, en tanto que el de mujeres el 47. 5, lo que señala una diferencia mínima entre ambos grupos.
Instrumentos
Escala Escolar de Conners Revisada para padres y maestros. Se tomó la versión corta que consta de 20 reactivos y valora aspectos de hiperactividad (ha), déficit de atención (da) y trastorno de conducta (tc) [23]. Las subescalas son las mismas para ambas versiones, el formato es autoadministrado. Se califica en una escala de tipo Lickert, cuyas opciones de respuesta son de 0 a 3, donde 0 se corresponde con “nada”, 1 “poco”, 2 “bastante” y 3 “mucho”.
Tabla I. Escolaridad y distribución por sexo de la población
Procedimiento
Para realizar la investigación, se obtuvo la autorización de la supervisión escolar, correspondiente a los jardines de niños de la zona # 7, posteriormente se explicó a las directoras de cada escuela en qué consistía el estudio, las actividades a realizar e información relacionada al trastorno por déficit de atención e hiperactividad.
Una vez hecho esto, en reuniones de trabajo con las profesoras de cada centro escolar, se proporcionó información relacionada al tdah, incluyendo en esta los criterios que se toman en cuenta en los reactivos de los instrumentos de investigación para considerar la presentación de dicho trastorno en los alumnos. En la elección de los casos, se tomó en cuenta el criterio de los profesores sobre las conductas observadas en los niños, acordes a aquellos referidos en los instrumentos de valoración, previo consenso entre dos o más maestros, por ejemplo entre la maestra de grupo y el maestro de educación física o educación artística.
Los padres de los niños fueron contactados a través de la institución educativa y se solicitó su autorización para que su hijo y ellos mismos participaran en el estudio.
Posteriormente se realizó la aplicación de los instrumentos por parte de los maestros y de los padres de los niños seleccionados, esto se realizó en forma grupal, una vez explicado el procedimiento de llenado de los mismos. En todos los casos, las personas que respondieron por parte de los padres fueron las madres de los niños. El periodo de aplicación corresponde al mes de noviembre de 2003.
Resultados
Una vez obtenidos los registros, se calificaron y se ordenaron la versión del padre y del maestro para el mismo niño y se procedió a la captura y análisis estadístico de los datos, mediante el SPSS, versión 10. 0.
Los 31 casos registrados con las características del trastorno, representan el 6. 08 % del total de la población de estudio. De estos, tres casos son mujeres y 28 hombres, lo que corresponde al 9. 68 % y al 90. 32 % respectivamente de la muestra. La proporción entre ambos sexos es de 1:9 (mujeres-hombres).
Respecto al grado escolar, 12 casos correspondieron al segundo grado y 19 al tercero de preescolar, de una población total por grado de: 189 para el segundo grado y de 321 para el tercero. De estos, los casos registrados en el segundo grado constituyen el 6. 3 % de los casos para esta población, mientras que los de tercero el 5. 9 %, lo que indica un número de casos proporcional a cada grado escolar (Ver tabla II).
Tabla II. Escolaridad y distribución por sexo de la muestra, porcentajes obtenidos
Todos los casos de estudio puntúan en las áreas de análisis: déficit de atención, hiperactividad y trastorno de conducta, por encima del punto de corte establecido para considerar la presencia del trastorno en su conjunto (Tabla III). Así, se observan diferencias significativas entre las medias obtenidas en la población de estudio y las señaladas en población general, de tal modo que los puntajes se ubican en hasta dos desviaciones estándar por encima de esta, lo que ofrece una aproximación más realista al diagnóstico del trastorno. En los puntajes de la aplicación por parte de los padres, se obtuvo una media de la puntuación total de 43. 94; por áreas se obtuvieron las siguientes medias: 13. 87 para ha; 10. 65 para da y de 19. 74 para tc; en tanto que en la aplicación por parte de los maestros, la media de la puntuación total fue de 54. 19 y por áreas: 15. 65 para ha; 12. 97 para da y de 25. 58 para tc.
Las medias globales: 43. 94 para padres y 54. 19 para maestros, son muy superiores al punto de corte estimado para la población en general ubicado en 30.
La comparación entre las medias obtenidas en la aplicación por padres y maestros es ligeramente menor en todos los rubros analizados: ha, da y tc en los padres de familia.
El análisis mediante correlación bivariada, muestra que existe correlación significativa al nivel de 0. 05 entre los puntajes obtenidos por ambos aplicadores (maestros y padres de familia) tanto en los puntajes totales de la prueba (0. 399), la dimensión de ha (9. 428) y tc (0. 470), no así en el da (Tabla IV).
Tabla III. Comparación entre las medias y DE de la muestra y la población en general.
Tabla IV. correlación entre los puntajes obtenidos en las aplicaciones a padres y maestros.
Conclusiones
Aunque este estudio no explora el índice de prevalencia en la población de estudio, el número de casos que se registra coincide con los niveles de prevalencia señalados en otros estudios [1, 2, 18]. La proporción en la relación hombres-mujeres es alta, por encima de la que reportan otros trabajos, tal vez ello sea debido al entorno sociocultural y a las características psicosociales de la población, en que ciertas características de género como agresividad, iniciativa, rudeza, contacto físico son sumamente enfatizadas en los hombres desde edades tempranas de desarrollo.
El estudio reporta porcentajes estadísticos más altos en docentes que en padres de familia en todas las áreas de estudio, similar a lo señalado en otros trabajos [9, 15 y 17]. El por qué los padres tienden a otorgar puntajes menores a sus hijos respecto de los maestros, es un hecho que aún debe explorarse con mayor detalle, sin embargo, el manejo conductual de los alumnos es un factor altamente estresante para los maestros, por lo que la incidencia de casos en el grupo que atiende contribuye a evidenciar con mayor énfasis este tipo de situaciones. Por otra parte, los padres pueden tender a minimizar tales hechos como formas de protección de la conducta de sus hijos.
Respecto al análisis correlacional, se presenta correlación positiva en los puntajes totales, ha y tc, no así en el da. Este hecho puede expresar las diferencias de apreciación entre los aplicadores respecto al papel que tiene este proceso psicológico respecto a otros trastornos o problemas en los alumnos, o bien su importancia en la interacción cotidiana y convivencia social.
Si se plantea el déficit de atención como una función que forma parte de un conjunto sistémico e interdependiente de las funciones psicológicas (lenguaje, memoria, entre otras), entonces cuando se presenta alguna alteración o desarrollo insuficiente en alguna de ellas, se afectará tanto al desarrollo de la esfera cognoscitiva, como la afectivo-emocional y la personalidad en general. Este hecho ha sido ampliamente estudiado en diversos trabajos [6, 15, 19, 24, 25], por lo que la detección de este problema y su atención es un imperativo de salud, tal como se expresa en el Programa de Acción: Salud Mental [26].
La sintomatología central del TDAH dificulta la relación del niño con el entorno, su desarrollo personal y académico; por lo que resultan más vulnerables a sufrir maltrato infantil, rechazo escolar y aislamiento social. En la medida en que padres, profesores y profesionales nos unamos en la detección e intervención de este trastorno, con el propósito de moderar su efecto desadaptativo y su incidencia en trastornos asociados de tipo emocional, cognitivo y social, podremos contribuir a la mejora tanto de estos como de sus familiares.
Bibliografía
1. Fernández Jaen, A. “Trastorno de hiperactividad y déficit de atención. Epidemiología”, [Material electrónico]. 2002. [292 pp. ]. Disponible en:
2. Cordes, Matthew, T. F. McLaughlin. Attention deficit hyperactivity disorder and rating scales with a brief review of the Connors Teacher Rating Scale (1998). International Journal of Special Education 2004, Vol. 19, No. 2.
3. Narbona, J. Alta prevalencia del TDAH: ¿niños trastornados, o sociedad maltrecha? Revista neurología 2001; 32 (3):229-231.
4. Faraone, Stephen V. , Joseph Sergeant, Christopher Gillberg, Joseph Biederman. La prevalencia a nivel mundial del trastorno por déficit de atención/hiperactividad: ¿es éste un trastorno típico de Estados Unidos? World Psychiatry (Ed Esp) 2:1; 104-113. Octubre de 2003.
5. Centros de Integración Juvenil, A. C. Seminario Preventivo: trastorno por déficit de atención. Mecanograma. Octubre de 2002, México (Documento de circulación interna).
6. Vértiz Gargollo, José Ignacio. Déficit de atención: su relación con el estilo de respuesta de acuerdo con la prueba de igualamiento de figuras familiares y el coeficiente intelectual, en niños de seis a doce años. Salud Mental, V. 15, No. 2; junio, 1992. México.
7. Programa Sectorial de Salud Mental en el Estado de Chiapas 1999 (1999). Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, México.
8. Baumgaertel, A, Wolraich, ML, Dietrich M. Comparison of diagnostic criteria for attention deficit disorders in a German Elementary school sample. J Am Acad Child Adolesc Psychiatry 1995; 34:629-638.
9. Benjumea-Pino, P, Mojarro-Práxedes MA. Trastornos hipercinéticos: estudio epidemiológico en doble fase de una población sevillana. An psiquiatría 1993; 9: 306-311.
10. Leung PW, Luk SL, Ho TP, Taylor E, Lieh-Mak F, Bacon Shone J. The diagnosis and prevalence of hyperactivity en Chinese schoolboys. Br J Psychiatry 1996; 168: 469-486.
11. Newcorn JH, Halperin Jm, Shwartz S. Parent and teacher ratings of attention-deficit hyperactivity disorder symptoms: implications for case identification. J Dev Behav Pediatr 1994; 15:86-91.
12. Szatmari P, Offord DR, Boyle MH. Ontario Child Health Study: prevalence of attention deficit disorder with hyperactivity. J. Child Psychol Psychiatry 1985; 26:777-787
13. Bhatia MS, Nigam VR, Bohra N et. al. Attention deficit disorder with hyperactivity among paediatric outpatients. J Child Psicol. Psychiatry 1991; 32:297-306.
14. August GJ, Realmuto GM, MacDonald AW III, et. al. Prevalence of ADHD and comorbid disorders among elementary school children screened for disruptive behavior. J. Abnorm Child Psychol 1996; 24:571-595.
15. Breton JJ, Bergeron L. Valla Jp et. al. Québec child mental health survey prevalence of DSM-III-R mental health disorders. J Child Psychol Psychiatry 1999; 40:375-384.
16. Gomez-Beneyto M, Bonet A, Catala MA et. al. Prevalence of mental disorders among children in Valencia, Spain. Acta Psychiatr Scand 1994; 89:352-357.
17. Rowland AS, Umbach DM, Catoe KE et. al. Studying the epidemiology of attention-deficit hyperactivity disorder: screening method and pilot results. Can J. Psychiatry 2001; 46:931-940.
18. Pineda DA, Lopera F, Henao GC et. al. Confirmation of the high prevalence of attention déficit disorder in a Colombian communty. Rev Neurol 2001; 32: 217-222.
19. Barkley, R. A. (1998). Attention deficit hyperactivity disorder: A handbook for diagnosis and treatment. New York: Guilford
20. Gómez R, Harvey J. Quick C et. al. DSM-IV AD/HD: confirmatory factor models, prevalence, and gender and age differences based on parent and teacher rating of Australian primary school children. J Child Psychol Psychiatry 1999; 40:265-274.
21. Miller, M. S. , Koplewicz, H. S. , Klein, R. G. (1997). Teachers ratings of hyperactivity, inattention, and conduct problems in preschoolers. Journal of Abnormal Child Psychology, 25, 113-119.
22. Glascoe, F. P. & Dworkin, P. H. (1995). The role of partners in the detection of the developmental and behavioral problems. Pediatrics, 95:829-836.
23. Farré-Riba, A. y J. Narbona (1997). escala Conners. Nuevo estudio factorial con niños españoles, en Revista de neurología, 25 (138) 200-204.
24. Roselló, B. , L. Amado, R M Bo. Patrones de comorbilidad en los distintos subtipos de niños con trastorno por déficit de atención e hiperactividad. Rev Neurol Clin; 1: 181-192
25. Artigas Pallarés, J. comorbilidad en el trastorno por déficit de atención/hiperactividad. Rev. Neurol 2003; 36 (Supl 1); 68-78
26. Secretaría de Salud. Programa de Acción en Salud Mental. 1ª reimpresión, México, 2002.
IMPORTANTE: Algunos textos de esta ficha pueden haber sido generados partir de PDf original, puede sufrir variaciones de maquetación/interlineado, y omitir imágenes/tablas.
Revisión del tratamiento del trastorno por déficit de atención con hiperactividad
Maria Antonia González Fe
Fecha Publicación: 20/05/2024
Análisis de la validez concurrente del serious game Attention Robots® y NESPLORA en población infantil y adolescente
Nicolás Ruiz Robledillo et. al
Fecha Publicación: 20/05/2024
Analisis de la correlación entre el serious game Atenttion Slackline® y NESPLORA en niños y adolescentes
Rosario Ferrer Cascales et. al
Fecha Publicación: 20/05/2024
La importancia del ambiente en el Síndrome de Asperger
Maria Basteguieta Gardeazabal
Fecha Publicación: 18/05/2023
Relevancia del Omega 6 (GLA) agregado a los suplementos de Omega 3 para el TDAH: una revisión narrativa
Jelle D'Helft
Fecha Publicación: 17/10/2022
Depresión y TDAH en el adulto consumidor de tóxicos
María Dolores Sánchez García et. al
Fecha Publicación: 20/05/2022