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Introducción al razonamiento clínico o profesional en Terapia Ocupacional

Fecha Publicación:
Autor/autores: Ana Isabel Souto Gómez , Miguel Ángel Talavera Valverde, Pedro Moruno Miralles, Adriana Reyes Torres

RESUMEN

El razonamiento clínico es la médula de la práctica de las ciencias médicas, paramédicas y sociales. En él confluyen el saber que las ciencias ostentan y aplican en un momento dado, el saber hacer que configura la actividad profesional, la capacidad de observación y reflexión del profesional, su juicio integrativo y el o los problemas que conducen a una persona a recurrir a un experto.

El terapeuta ocupacional, al igual que el resto de disciplinas coetáneas, utiliza este proceso para entender los problemas del desempeño de las personas con las que trabaja, tomar decisiones en torno a ellas y poder gestionar una intervención lo más ajustada a ésta, con ella y para ella. No faltan los autores que se admiran de que un buen porcentaje de los diagnósticos ocupacionales se establecen antes de haber obtenido de una persona la totalidad de los datos, generando intervenciones que no se ajustan a las necesidades reales de estos individuos, haciendo caso omiso a lo pragmático de la decisión o a la ética de la misma. Nos enfrentamos con el hecho de que el razonamiento clínico ha sido y sigue siendo la base de toma de decisiones que afectan a la vida y a la calidad de vida futura. Con esta ponencia, queremos acercarnos al vínculo entre el razonamiento clínico y la terapia Ocupacional, por medio de un recorrido por los niveles de la teoría sobre este concepto y su relación con la ciencia.


Palabras clave: Razonamiento clínico, Razonamiento Profesional, Terapia Ocupacional.
Tipo de trabajo: Conferencia
Área temática: Nuevas tecnologías en psiquiatría/psicología .

AUTORES: Dña. Ana Isabel Souto Gómez. Diplomada en Trabajo Social y Graduada en Terapia Ocupacional. MSc Investigación, Ordenación e Avaliación de Servizos Sociosanitarios. Miembro de la Secretaria y comité redactor de Revista TOG www.revista

INTRODUCCIÓN AL RAZONAMIENTO CLÍNICO O PROFESIONAL EN terapia OCUPACIONAL
Ana Isabel Souto Gómez1, Miguel Angel Talavera Valverde2, Pedro Moruno Miralles3, Adriana Reyes
Torres4
1. Diplomada en Trabajo Social y Graduada en terapia Ocupacional. MSc Investigación, Ordenación
e Avaliación de Servizos Sociosanitarios.
2. MSc. Terapeuta Ocupacional. Xerencia Xestión Integrada Ferrol Complexo Hospitalario
Universitario Ferrol. Estudiante doctorado Ciencias de la Salud.
3. Phd en psicología. Terapeuta Ocupacional. Profesor Asociado, Departamento de Terapia
Ocupacional de la Universidad de Castilla-La Mancha-Talavera de la Reina
4. Adriana Reyes Torres. Terapeuta Ocupacional. Profesor Adjunto de la escuela de Rehabilitación
Humana, Facultad de Salud, Universidad del Valle, Cali, Colombia.
anasogo@hotmail. es
miguelrevistatog@yahoo. es
pedro. Moruno@uclm. es
adriana. reyes@correounivalle. edu. co
Razonamiento clínico. Razonamiento Profesional. terapia Ocupacional.
Clinical reasoning. Professional reasoning. Occupational Therapy.

RESUMEN
El razonamiento clínico es la médula de la práctica de las ciencias médicas, paramédicas y
sociales. En él confluyen el saber que las ciencias ostentan y que aplican en un momento dado, el
saber hacer que configura la actividad profesional, la capacidad de observación y reflexión del
profesional, su juicio integrativo y el o los problemas que conducen a una persona a recurrir a un
experto.
El terapeuta ocupacional, al igual que el resto de disciplinas coetáneas, utiliza este proceso
para entender los problemas del desempeño de las personas con las que trabaja, tomar decisiones en
torno a ellas y poder gestionar una intervención lo más ajustada a ésta, con ella y para ella. No faltan
los autores que se admiran de que un buen porcentaje de los diagnósticos ocupacionales se establecen
antes de haber obtenido de una persona la totalidad de los datos, generando intervenciones que no
se ajustan a las necesidades reales de estos individuos, haciendo caso omiso a lo pragmático de la
decisión o a la ética de la misma.
Nos enfrentamos con el hecho de que el razonamiento clínico ha sido y sigue siendo la base de
toma de decisiones que afectan a la vida y a la calidad de vida futura.
Con esta ponencia, queremos acercarnos al vínculo entre el razonamiento clínico y la Terapia
Ocupacional, por medio de un recorrido por los niveles de la teoría sobre este concepto y su relación
con la ciencia.

1. INTRODUCCIÓN
El razonamiento clínico, es el paso indispensable que las ciencias de la salud y de lo social, entre
otras, utilizan para la gestión de los datos en la relación profesional-usuario. Esta gestión, se realiza
con el ánimo de lograr entender lo que sucede y por qué sucede de la interacción entre el usuario,
con su contexto, con sus problemas en el desempeño y como el profesional lo entiende, categoriza y
propone una conclusión (1).
Esta conclusión no es más que un proceso cognitivo que el profesional realiza, basado en su
teoría, sus experiencias, su normas éticas, su habilidades y destrezas, sus niveles de gestión y
procesamiento de datos, así como de la capacidad de para manejar todos los datos en un tiempo y un
espacio. Este razonamiento recibe la herencia de clínico, debido a su historia vinculada al de la
medicina. Esa herencia, que las ciencias paramédicas y sociales, incorporan a su cuerpo teórico ha
sido el engranaje para la toma de decisiones o la resolución de problemas que las personas nos
plantean a lo largo de nuestro trabajo. En el fondo toda persona que utiliza nuestros servicios, intenta
tener una respuesta de lo que podemos ofrecer, de lo que creemos que sucede, ahí, reside la
importancia del razonamiento clínico.
Una cosa es razonar, aspecto que los humanos realizamos diariamente, para tomar decisiones
sobre que ponerme por la mañana, que desayunar, que comer, que hacer en el día o incluso como
interaccionar con una persona que me desagrada pero que no tengo más alternativa que llevar a cabo
la interacción. Otra cosa es razonar clínicamente, en este proceso de razonamiento clínico, nuestra
visión del mundo, se construye por medio de las teorías y experiencias que hemos aprendido durante
nuestros estudios de pre y postgrado, además este proceso cognitivo también se construye de
experiencias, de decisiones previas o de gestión de nuestras habilidades (2).
La importancia de su gestión, de la habilidad del profesional para gestionar este proceso,
redundará positivamente en las personas con las que trabajamos, ya que de nuestras decisiones ellos
se beneficiaran o por el contrario, tendrán secuelas. Es así, porque nuestro trabajo, no es automático
y mecánico, trabajamos con personas, con sus individualidades y su necesidades, procedente de un
contexto y con sus convencionalismos. Es así y así será siempre, en este proceso el terapeuta
ocupacional utilizará el razonamiento clínico en todas sus vertientes más o menos entrenadas para
obtener la información suficiente, determinar lo que sucede y por qué, valorar la posible intervención
y llevarla a término, entre los límites de sus posibilidades y de las condiciones éticas y morales de la
persona (3).
Por todo ello, nuestro objetivo en esta ponencia, es realizar una introducción al razonamiento
clínico o profesional en terapia ocupacional, despejando las incógnitas de cuál es su utilidad, cómo se
gestiona, cuál será la relación de éste con el terapeuta ocupacional y cómo este profesional puede
beneficiarse de su comprensión y manejo.

2. RAZONAMIENTO CLÍNICO Y SU UTILIDAD
A lo largo de los años, en los que el razonamiento clínico emergió en terapia Ocupacional (años
80), el razonamiento clínico fue generando diversas definiciones y propósitos en esta disciplina. Para
esta ponencia vamos a adoptar la definición propuesta por Schell

(4): "el razonamiento clínico es el proceso utilizado por los profesionales para planificar, dirigir, ejecutar y reflexionar sobre la persona
con la trabajamos".
Entender el pensamiento que guía la práctica del terapeuta ocupacional resulta en ocasiones
harto complicado. Al igual que cualquier otra actividad humana, el razonamiento clínico es el resultado
de la interacción entre la persona, el contexto en el que la persona está actuando, y las tareas
específicas que el terapeuta ocupacional debe realizar en su práctica cotidiana.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que aunque las teorías de terapia Ocupacional están
diseñadas para ayudarnos a entender a las personas con las que trabajamos, las teorías sobre el
razonamiento clínico o profesional se centran en el terapeuta y cómo éste va haciendo terapia.
Como señaló Schön

(5) en la práctica profesional, los terapeutas ocupacionales, tienen que
atravesar problemas y guiarse por sus propias decisiones para solventarlos, en ocasiones con más
información que en otras, pero siempre con el mismo nivel de corresponsabilidad con la persona a la
que prestamos servicios. Hay momentos, en los que la escasez de información o los datos a los que
podemos acceder nos hacen tomar decisiones de intervenciones o planteamientos de futuro, que
apoyados en nuestra reflexión profesional, deben ser las piedras angulares de nuestro trabajo.
En la dificultad de tomar una decisión, sin miedo a estar equivocados, reside el razonamiento
clínico, máxime cuando nuestra decisión incumbe a otras personas y no solo a nosotros mismos

(6)Es en ese caso, cuando podemos concretar que las investigaciones sobre razonamiento clínico o
profesional, son escasas, cuando apreciamos como la investigación sobre la forma de pensar del
profesional no es tan relevante para la ciencia, como lo son las intervenciones.
Pero ¿qué sucede si nos equivocamos a la hora de seleccionar una u otra intervención?, ¿estamos
midiendo realmente el resultado de nuestro trabajo, o el resultante de nuestra equivocación?

(7)Con ellos queremos, comentar que el razonamiento clínico, es un proceso complejo del
pensamiento que requiere de destrezas por parte del profesional al igual que requiere otro tipo de
acción que desarrollamos en nuestra vida, ya sea laboral o personal.
En este nivel, el profesional tiene que hilvanar, procesos cognitivos internos y externos para
poder tomar decisiones, y en esa operación está el resultante de nuestro trabajo. Por tanto, si ese
hilvanado se gestiona de forma adecuada, podremos apreciar una intervención y resultados de calidad
con una satisfacción por parte de la persona y de la sociedad. Sin embargo, si el caso es el contrario,
lo que tendremos será el efecto secundario de nuestra labor, la frustración profesional, el
estancamiento de la persona y la escasa repercusión de nuestra labor en la sociedad que no entenderá
nuestra labor. Cuando una cosa funciona, es mucho más fácil identificarlo y reconocerlo, mientras que
si es al contrario, se pasa al ostracismo de nuestro recuerdo, y se convierte en una acción poco
representativa. Esa es la respuesta que en su mayoría nos estamos encontrando, una disciplina que
ejecuta intervenciones en su mayoría por mimetismo o aprendizaje sin plantearse la realidad que vive
en el contexto donde se encuentra

(8)Es ahí, donde el razonamiento clínico, va a tener la responsabilidad de dotar a los profesionales,
de una suficiente base para poder narrar y describir sus acciones, para poder documentar lo que
sucede, por qué sucede y cuáles pueden ser sus consecuencias, y sobre todo para que tanto
profesionales y personas entiendan nuestra labor, ya que cuanto más sepamos lo que sucede, cuanto
más podamos definirlo, cuanto más sepamos por qué sucede y podamos identificarlo, más entenderán
nuestro trabajo. En palabras de Trombly(9), estaremos generando un lenguaje común de Terapia
Ocupacional, que nos generará la identidad suficiente para imbuirnos en la cultura de nuestra sociedad.

3. GESTIÓN DEL pensamiento EN EL RAZONAMIENTO CLÍNICO
Para entender el razonamiento clínico, utilizaremos la metáfora de la programación de un ordenador como una forma de comprender este proceso cognitivo. Los estudios de Atkinson y Shiffrin
(10) propusieron que el procesamiento de la información en una persona implica dos sistemas, la
memoria de trabajo y memoria a largo plazo, que trabajan juntos para permitir que aprendamos,
comprendamos y podamos responder a nuestras experiencias.
El primer tipo de memoria, la memoria de trabajo, también llamada memoria a corto plazo, hace
de puente entre nuestras percepciones del mundo y nuestra memoria o conocimiento del mundo. El
propósito principal de la memoria de trabajo es procesar, pero no almacenar la información. Se
considera una memoria ya que la información se almacena y esto nos permite dar sentido a la
información entrante y parar a reflexionar sobre lo que experimentamos.
El segundo sistema involucrado en el procesamiento de la información es la memoria a largo
plazo, que se considera un sistema de almacenamiento tanto para el conocimiento descriptivo y
conocimiento procedimental

(11) El conocimiento descriptivo es lo que sabemos. Por ejemplo, gran
parte de la información científica que utilizamos en el razonamiento clínico, tales como el conocimiento
de las secuelas de diagnóstico, lo que nos ayuda a entender el pronóstico médico de un cliente, se
consideraría el conocimiento declarativo. El conocimiento procedimental es la capacidad de hacer algo,
la realización de diversas técnicas de intervención o evaluación.
En el trabajo de campo, los profesionales deben utilizar el conocimiento descriptivo para definir
problemas, mientras utilizarán el conocimiento procedimental en la aplicación de las evaluaciones e
intervenciones. Tanto el conocimiento procedimental y descriptivo se almacenan en la memoria a largo
plazo. Además, también hay alguna evidencia de que almacenamos experiencias sensoriales en la
memoria a largo plazo, como los recuerdos de olores o sonidos

(10, 11) Nuestra capacidad de aprender y de responder a nuestras experiencias se determina en gran
medida por la forma en que los dos sistemas trabajan juntos para coordinar lo que estamos viviendo
con lo que sabemos.
La nueva información entra en la memoria de trabajo, e interpreta nuestras experiencias
mediante la activación de la información en la memoria a largo plazo que parece estar relacionado
con lo que estamos viviendo. Cuando entramos a una nueva situación, en que interpretamos lo que
estamos experimentando, se usa la información extraída de la memoria (sistema de almacenamiento
a largo plazo) a largo plazo y de la memoria de trabajo (sistema de procesamiento) (10, 11).
Las decisiones acerca de lo que ha sucedido y tiene que estar sucediendo ocurren en la memoria
de trabajo a medida que reflexionamos sobre lo que sabemos y lo que estamos viviendo. Así por tanto
nuestras respuestas a nuestras experiencias se construyen en la memoria de trabajo. Consultamos
también el conocimiento procedimental que se almacena en la memoria a largo plazo, lo que nos
permite responder mediante la realización de los procedimientos necesarios con base en nuestra
evaluación

(10, 11) Este proceso de gestión de datos, no es exclusivo de la labor profesional, ya que una persona lo
que automatiza para otro tipo de cuestiones personales. Así el mismo proceso, se lleva a cabo cuando
estamos a punto de cruzar un paso de cebra. El primer paso va incumbir mirar si hay algún tipo de
regulación ya sea semáforo o similar, y esto se realiza por medio del sentido de la vista, que remite
información a la memoria de trabajo que a su vez remite la información a la memoria a largo plazo
para rescatar de forma automática las posibilidades que conocemos y que tenemos almacenadas,
sobre las posibles regulaciones a la hora cruzar por un paso de cebra. La situación se complicaría, en
el caso de que una ambulancia entrase en escena, ya tenga las luces encendidas o el sonido de la
sirena activado, que implicaría caso de emergencia. En este caso, y aun sin estar regulado el paso de
cebra, nuestra memoria a largo plazo identifica esta situación como un nivel de alerta, facilitando la
toma de decisión de evitar pasar en ese momento, aunque la ambulancia esté aproximándose al lugar
donde estamos

(12)La respuesta automática de nuestras experiencias personales, facilita la toma decisiones, salvo,
que en este momento, es nuestra experiencia personal y nuestros conocimientos teóricos sobre
nuestra disciplina los que tendrán que estar en acción, en vez de las experiencias personales, que son
más propias de nuestra práctica personal y no profesional

4. RELACIÓN DEL RAZONAMIENTO CLÍNICO CON LA terapia OCUPACIONAL
Debido a que el razonamiento clínico está asociado por algunos en la profesión con un enfoque
basado en el punto de vista médico, también estamos usando el término razonamiento profesional 1
en este texto. Utilizando el término razonamiento profesional se amplía el debate para incluir el
razonamiento que se produce en entornos no médicos, tales como las escuelas y los entornos

1Para los autores que firman esta ponencia, el uso de un término u otro es indiferente siempre que se tenga claro el uso que se
hace de él. A lo largo del texto, utilizaremos ambos como sinónimos.
comunitarios, así como el razonamiento realizado por los educadores y administradores de Terapia
Ocupacional, ya que también ellos conceptualizan la práctica de la disciplina.
Así por tanto, el enfoque de razonamiento clínico y profesional tiene que ver con la elaboración,
implementación y evaluación de los servicios de terapia, si el terapeuta está tratando de decidir la
forma de evaluar a una persona que está en un hospital de agudos, para coordinar las intervenciones
de terapia con el profesor para un niño con necesidades especiales, o para diseñar un programa de
bienestar para las personas con enfermedad mental persistente que viven en la comunidad.
El razonamiento clínico es un término que primero ganó prominencia en la terapia Ocupacional
en la década de 1980, cuando Joan Rogers (14) hizo del razonamiento clínico el tema de su American
Occupational Therapy Asociation Eleanor Clark Slagle Lecture. Rogers estaba al tanto de la
investigación en la medicina y la psicología cognitiva, y trató de explicar cómo las decisiones clínicas
se llevaban a término. Con base en esta investigación, ella y su colega Gladys Masagatani estudiaron
a un grupo de 10 terapeutas ocupacionales a la hora de realizar evaluaciones ocupacionales, con el
objetivo de para descubrir cómo se tomaban las decisiones clínicas en terapia Ocupacional

(15) Hallaron, entre otras cosas, que los terapeutas eran a menudo incapaces de explicar por qué
habían hecho lo que habían hecho. En nuestra propia experiencia, este hallazgo es la que comúnmente
se replica cuando los estudiantes de terapia Ocupacional piden a sus tutores de prácticas que les
expliquen por qué llegaron a la conclusión que les llevó a tomar una opción u otra en el momento de
la intervención sin errar en su decisión
Rogers declaró su preocupación de que si no podíamos describir los procesos de razonamiento
que subyacen a nuestras acciones de terapia, entonces sería difícil mejorar sistemáticamente o
enseñarla a otros. Este desafío de Rogers a la profesión estimuló una nueva línea de investigación en
terapia Ocupacional dirigida a la comprensión de cómo los terapeutas pensaban sobre lo que estaban
haciendo y no lo que se suponía que debían pensar.
El siguiente capítulo de esta historia se produjo a finales de 1980 como resultado de la
colaboración entre la Fundación Americana de terapia Ocupacional (AOTF) y la Asociación Americana
de terapia Ocupacional (AOTA). Un grupo de teóricos e investigadores se reunió con Donald Schön
para discutir cómo "investigar el conocimiento y la experiencia clínica dentro de la profesión"
Schön ya era bien conocido por sus investigaciones, en las que describía las prácticas comunes de
las personas en profesiones tan diversas como la psicoterapia, la arquitectura, la ingeniería, el
urbanismo y la gestión. Su tesis central es que la práctica profesional efectiva requiere una mezcla de
conocimientos técnicos, que se combina con la reflexión durante el proceso real de la práctica.
Además, tanto AOTF y AOTA estaban preocupados con la mejora de la práctica y la educación, las dos
organizaciones financiaron un proyecto de investigación que llegó a ser conocido como el Estudio de
Razonamiento Clínico

(16) Cheryl Mattingly, estudiante de posgrado de Schön, se asoció con Maureen
Fleming, un miembro de la facultad de terapia Ocupacional con experiencia de la Universidad de Tufts
(Massachusetts). Su amplio estudio con terapeutas ocupacionales en Boston, generó hallazgos en los
que sugieren no sólo un proceso de razonamiento clínico, sino varios

Este trabajo tuvo una tremenda influencia en el estudio del razonamiento clínico en Terapia
Ocupacional. Sus publicaciones posteriores en la Revista Americana de terapia Ocupacional,
posibilitaron un número especial sobre Razonamiento Clínico y más tarde las conclusiones, se
plasmaron en el libro Razonamiento Clínico: formas de investigación en una práctica terapéutica
Estas lecturas, junto con la Roger Slagle Conference se convirtieron y siguen siendo el núcleo
sobre el cual, cualquier persona seriamente interesada en el razonamiento clínico en terapia
ocupacional tiene que consultar.
A partir de ese momento, se han reportado más de 50 estudios en la literatura de Terapia
Ocupacional en el razonamiento clínico, y muchos más artículos y estudios que se han publicado a
construir en la teoría del razonamiento clínico con sugerencias sobre cómo mejorar la práctica y la
educación (en su mayoría EEUU, UK, Canadá y Australia)

 La investigación de este campo fuera de esos países, es emergente según transcurre el tiempo. Las políticas de investigación y el desarrollo
de publicaciones al margen de las ya citadas, lo que hace es facilitar que otros investigadores, se
hayan propuesto replicar los estudios de los grandes pensadores del razonamiento clínico en otros
países, intentando ampliar de esa forma, el número de resultados que conduzcan al beneficio de la
disciplina en materia de razonamiento clínico o profesional

(18)Así, de esta forma tenemos, las experiencias de países de habla hispana Brasil, Colombia o
España, como puntas del iceberg de estudios multicentricos en este nivel. Por lo menos, este es
ejemplo de cómo los esfuerzos de unos pocos, apoyados por organizaciones profesionales, pueden
beneficiar a muchos de formas apenas previstas desde el principio

5. USO Y BENEFICIO DEL RAZONAMIENTO CLÍNICO EN terapia OCUPACIONAL
Si partimos de la base que el razonamiento clínico es un proceso lógico que busca cotejar la
investigación científica, éste se usa para entender la condición de salud de un individuo. Mediante los
diferentes tipos de razonamiento clínico o profesional, el terapeuta ocupacional, podrá determinar las
acciones a seguir en base a la percepción del problema en el desempeño que presente la persona, no
solo dando respuesta a lo que le sucede, sino también a por que le sucede. Intentando incluso entender
junto a la persona el resultante de su proyecto de vida, así como determinando el tipo de acciones en
función de sus beneficios, riesgos o necesidades personales.
Pudiendo dar respuestas a preguntas tales como

Razonamiento procesal: ¿cuál es la natural del problema en el desempeño?, ¿qué
repercusiones tiene la persona al presentar ese problema en el desempeño?, ¿qué factores
contextuales están afectando al desempeño?, ¿qué teorías o intervenciones podemos utilizar
para guiar la intervención?

Razonamiento narrativo: ¿cuál es la historia de vida de la persona con la que trabajamos
y como afecta esto a su desempeño ocupacional?, ¿cuál es la naturaleza de esta persona
como ser ocupacional y cuál es su necesidad?, ¿cómo afecta el problema en el desempeño
en la condición de salud para continuar con su proyecto de vida?, ¿qué actividades son las
más significativas para esta persona?
Razonamiento pragmático: ¿cuáles son las expectativas de la persona con su
recuperación?, ¿existen personas que se encarguen a posteriori de la persona tras nuestros
servicios?, ¿qué expectativas presenta el terapeuta ocupacional en la recuperación del
caso?, ¿cuáles son los recursos con los que cuenta el terapeuta ocupacional?
Razonamiento ético: ¿cuál es la manera más justa de priorizar por la intervención en
función del tiempo y recursos?, ¿cómo se puede buscar un equilibrio entre lo que propone
el profesional y lo que necesita la persona?
Así, el profesional de la terapia Ocupacional, determina, un rigor y sistematiza una gestión de
sus procedimientos, claramente marcados en la persona. Incluyendo en ellos, aspectos no solo teóricoformales de su disciplina, sino también los más interesantes y que mayor protagonismo deben tener,
que son las inquietudes de la persona y como este las muestra al profesional

La evolución del razonamiento clínico, es fase inequívoca de un desarrollo profesional, que otras
disciplinas emprendieron hace tiempo, desterrando los fantasmas de la magia o de la iluminación para
sus intervenciones. En este caso los terapeutas ocupacionales, no debemos tener miedo alguno a
plantearnos dudas o intentar resolverlas junto al usuario, máxime cuando de una relación entre
ambos, tienen que surgir un proyecto

(20, 21)En el caso del profesional que gestiona su trabajo con un razonamiento clínico en sus diferentes
versiones en función del momento de la intervención, podremos argumentar que sus resultados van
a ser más claros, no solo para el persona, sino también para la fundamentación y la experiencia del
terapeuta ocupacional. Mientras que los profesionales, que no sean conscientes de esta situación,
seguirán repitiendo acciones basadas en recortes de su recuerdo, sin entender el proceso que las llevó
a estar desarrollándose en su práctica. Es ahí cuando la levedad de sus acciones, generará una escasa
compresión de sus actos

6. CONCLUSIONES
Con los años, los terapeutas ocupacionales han expresado quejas de que los programas
académicos no preparan adecuadamente a los estudiantes para las incertidumbres inherentes a los
desafíos de la práctica. Los estudiantes, según ellos, están dispuestos a aplicar las teorías estándar
para situaciones sencillas; cuando surgen obstáculos, muchos estudiantes no están preparados para
examinar críticamente su práctica y desarrollar respuestas creativas.
Joan Rogers (17)dirige nuestra atención a este tema cuando identificó la falta de investigación
que de explicación del pensamiento que guía nuestra práctica y Schön (5) señaló que los profesionales
en muchos campos están llamados a realizar tareas para las que no han sido educados. Si esto es así,
¿cómo los terapeutas ocupacionales mantenemos un nivel de intervención de calidad con la persona
con la que trabajamos?, ¿cómo nos aseguramos que nuestro trabajo se ajusta a las necesidades de
estas personas y sus inquietudes vitales?
Para responder a estas preguntas, necesitamos, en primer lugar, describir la práctica
competente y, en segundo lugar, explicar la naturaleza del pensamiento que tiene lugar cuando los
terapeutas experimentados desarrollan respuestas creativas a los problemas con los que enfrentan.
Tendremos que poder dar respuesta a preguntas tales como, ¿podemos describir nuestro proceso de
razonamiento clínico? ¿podemos reconocerlo cuando lo vemos? ¿cómo se toman las decisiones clínicas
o profesionales? ¿por qué se toman las decisiones de esa manera?
Nuestro conocimiento como ciencia, en muchos momentos es tácito, es decir, sabemos más de
lo que podemos articular. Debido a que el razonamiento clínico es un proceso mental, solo se puede
ver y enseñar para aprender, preguntando a terapeutas ocupacionales, por qué tomaron una decisión
y no otra, como es su trabajo con las personas u observando su trabajo directo, entre otros. Lo que
sí es clave para la comprensión de esta relación, es que el razonamiento clínico requiere de
profesionales dispuestos a comprender sus acciones, a reflexionar sobre su práctica y sobre todo a
entender su trabajo y el de los otros, para encontrar los engranajes suficientes para sistematizar la
gestión de datos y la categorización de los mismos. Además, el razonamiento clínico, requiere de
terapeuta ocupacional, que estén abiertos al aprendizaje y a la comprensión de los fenómenos para
ajustar sus procesos cognitivos. Y todo porque el razonamiento clínico, ofrece la posibilidad de
responder a las demandas de la persona que sufre y busca de nuestra ayuda. Nuestra labor, nuestro
trabajo, debe comprenderse, poder explicarse y sobre todo ajustarse a las necesidades de las
personas. El peligro que el terapeuta ocupacional tiene, es que si el razonamiento clínico no está en
funcionamiento en su cotidianeidad, la caracterización de lo que somos se distorsionará para el resto
de profesionales, personas con las trabajamos y sobre todo y más perjudicial para nosotros mismos,
que nos veremos cómo los acompañantes ocupacionales que como terapeutas ocupacionales (19).
Por tanto uno de los mayores peligros de estas caracterizaciones, es que los terapeutas
ocupacionales pueden comenzar a verse a sí mismos de una manera reduccionista. Los terapeutas
pueden llegar a reducir su práctica a una manipulación del cuerpo físico, olvidando lo mucho que sus
intervenciones se dirigen a la vida de una persona. Tal vez la terapia ocupacional como profesión,
tiene que tomar sus tareas fenomenológicas más en serio

(9)La terapia Ocupacional tiene que ampliar y reelaborar su lenguaje profesional, introducir las
teorías que entre otras cosas hagan reflexionar sobre lo que sucede y por qué sucede, sobre lo que
podemos ofrecer y como lo ofrecemos, y sobre lo que la persona propone a largo plazo con nuestro
trabajo. Solo en ese momento los terapeutas ocupacionales dejarán de entrenarse sistemáticamente
en las ciencias relacionadas con la biomedicina que les proporcionan una forma de ver el cuerpo
biomecánico versus la relación entre el problema en el desempeño y la condición de salud

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