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Si el caballo blanco habla ...

Autor/autores: Jaime Fuster Pérez
Fecha Publicación: 01/01/2002
Área temática: Psiquiatría general .
Tipo de trabajo:  Comunicación

RESUMEN

Cuando en una entrevista nuestro paciente nos cuenta que: . . . . entonces el caballo blanco me dijo. . . . . suponemos que está psicótico. En primera instancia el Rorschach es una especie de conversación, más bien monólogo, del paciente ante las láminas, con la libertad de que solo sea una descripción, sin moraleja alguna que le pueda comprometer, en respuesta a la consigna que le hemos formulado.

El tono, los modos y los contenidos de las respuestas siempre son muy importantes a considerar en el Rorschach y debemos extrañarnos e investigar ante frases o palabras que se salgan de lo normal. La codificación y la valoración de la prueba permitirá encontrar variables que por otro lado señalen con sus valores la posibilidad de una psicosis. Será la interacción del conjunto la que dará la máxima información. Es tanto lo que se puede hablar de todo esto que en lo que sigue solo vamos a presentar algunas respuestas quizás sorprendentes y considerar las más destacadas de las variables que se refieren a ese ser o estar.

Palabras clave: Psicosis, Rorschach, Verbalizaciones


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Si el caballo blanco habla . . .

Jaime Fuster Pérez.

Psicólogo
Profesor de Rorschach de la Sociedad Española del Rorschach y Métodos Proyectivos.

PALABRAS CLAVE: Rorschach, psicosis, Verbalizaciones, Variables.

(KEYWORDS: Rorschach, Psychosis. )

[otros artículos] [24/2/2002]


Resumen

Cuando en una entrevista nuestro paciente nos cuenta que: . . . . entonces el caballo blanco me dijo. . . . . suponemos que está psicótico.

En primera instancia el Rorschach es una especie de conversación, más bien monólogo, del paciente ante las láminas, con la libertad de que solo sea una descripción, sin moraleja alguna que le pueda comprometer, en respuesta a la consigna que le hemos formulado.

El tono, los modos y los contenidos de las respuestas siempre son muy importantes a considerar en el Rorschach y debemos extrañarnos e investigar ante frases o palabras que se salgan de lo normal.

La codificación y la valoración de la prueba permitirá encontrar variables que por otro lado señalen con sus valores la posibilidad de una psicosis.

Será la interacción del conjunto la que dará la máxima información. Es tanto lo que se puede hablar de todo esto que en lo que sigue solo vamos a presentar algunas respuestas quizás sorprendentes y considerar las más destacadas de las variables que se refieren a ese ser o estar.

Abstract

While we are doing an interview to a patient and his answer is: . . . then the white horse told me… we could think he is a psychotic. It could be said, that any commentary he does, is a free monologue without giving us any conclusion which could compromise himself. The tone, the contents and the way of his answers to the R. T. plates, are very important to us to consider. We must pay attention to those sentences which are not usual answers. Then, Could we use the R. T. to detect a psychotic patient? Does R. T. give us enough information to know that?



La diferencia entre contar una historia y describir lo que se percibe está en que la descripción suele estar carente de influencia moral, no necesita ni de buenos ni de malos, quien describe simplemente dice lo que ve y por lo tanto al hacerlo no ha de cuidarse en evitar nombrar sentimientos o intereses que pudieran reflejar sus propios sentimientos e intereses. En la descripción no hay emociones, la descripción es aséptica y puede hacerse con la serenidad de que es más bien un algo científico que ni muestra ni compromete a su autor. Quien describe no usa censura sobre sus palabras porque cree que no la necesita.

Es esta idea una de las más importantes en el Rorschach.

Cuando al entregar la lámina se pregunta la consigna: ¿Qué podría ser esto?, el probando es consciente de que tan solo se le pide que explique lo que percibe, por lo tanto no siente temor de estar revelando importantes aspectos de su intimidad.

La genialidad de Rorschach estuvo en darse cuenta de algo que se expresa claramente en un refrán castellano, que quizás tuviera parangón en alguno de su propio idioma: genio y figura hasta la sepultura.

Eso que llamamos proyección, más allá de cuando nos referimos a un mecanismo de defensa, es que cada persona ve el mundo precisamente a su propio través, el mundo, todo el mundo y en cualquier momento de su vida. Todas sus acciones, visibles o internas son claramente suyas y tanto él, como los demás cuando las perciben, tiene n conciencia de ello

Ya dijimos (Fuster 1995, Conocer el Rorschach, página 33). . . el proceso completo de la percepción lo realizamos con toda nuestra personalidad, con nuestro estilo, nuestros temores, recuerdos, nuestra peculiar forma de acercarnos a los demás, de interesarnos por los objetos; con nuestro modo especial de ver la vida a través del particular prisma de cada uno.

Realizamos la percepción proyectándonos, tal y como somos, eligiendo, olvidando, clasificando los contenidos de nuestros perceptos e incluso la forma en que nos aproximamos al estímulo, de tal forma que, en el Rorschach, no es posible realizar una separación dicotómica entre la percepción y la proyección. Así pues las respuestas de cada sujeto, ante las situaciones de la vida y también ante las láminas del Rorschach, son exclusivamente suyas, distintas de las de otros, e incluso en un mismo individuo, distintas, según el momento de su vida que esté viviendo.

El sujeto, respondiendo a la consigna, explica con sus propias palabras y en lenguaje corriente que es lo que ha percibido, y eso lo hace con una gran naturalidad y tranquilidad ajeno a la información que sobre si mismo está dando.

Sigue la eficacia del Rorschach en como después se maneja esa información.

Cada respuesta va a ser analizada y desde ahí codificada , en función de que (1) es lo que el sujeto ha percibido, dónde (2) lo ha situado en la lámina y como se ha aproximado al estímulo, si con una respuesta global o de detalle y si ha interrelacionado (3) distintas partes de la respuesta. Si ha respetado la consigna (4). En qué elementos de la lámina (5) se ha apoyado para configurar la respuesta, forma, movimiento, color o claroscuro y cómo (6) modula sus respuestas desde su raciocinio. Hasta que punto esa respuesta es aceptable para la lámina (7), si esperable, o incluso popular, correcta pero peculiar o claramente inadecuada. Si menciona pares o reflejos (8). Si en ella existe algo que requiera ser codificado especialmente (9) como incongruencias, relaciones fabuladas, lógica inadecuada, contaminaciones, etc.
Aunque no hemos nombrado todas las posibilidades de codificación, se ve que el análisis mencionado es muy minucioso y variado.

El mínimo de códigos que se pueden obtener en una respuesta es 4 y una compleja bien podría tener 18. Como el mínimo de respuestas de un Rorschach es 14, el promedio 22 y hemos visto pruebas con 61 y más, afortunadamente pocas, queda claro que la información que se genera es muy grande.

 

Codificado el test se calculan los valores de las variables y comparándolos con los de la población normal, se encuentran múltiples aspectos de la personalidad del sujeto. Entre ellos y agrupados según diferentes clases, podemos encontrar:

-En el estilo con que el sujeto se enfrenta y resuelve sus problemas : Si es reflexivo o emotivo (1) y si poco o muy influenciable por los estímulos de su entorno (2). Si productivo o parco (3) y cual es su capacidad psicológica para resolver sus problemas (4). El tipo y magnitud de las tensiones interiores a que está sometido (5) y su capacidad de control con respecto al estrés, tanto actual (6) como habitualmente (7).

- Con respecto a como es su inteligencia: Si preferentemente inductiva (8) o deductiva (9), si con procesos ordenados o confusos (10). Si más teórica que practica (11), o viceversa. Si detallista (12), incluso en exceso (13). Si capaz de establecer relaciones entre elementos distintos (14) o si tiende a un menor esfuerzo resultando imprecisa y superficial (15). Como es su visión del mundo si como la mayoría (16) o peculiar, aunque correcta (17). Cuanto le preocupan las convenciones sociales si como a todos más o menos (18). Si tiende a distorsionar la realidad, y en que magnitud (19). Si da respuestas extravagantes, en las que se establezcan relaciones o propiedades imposibles, lógicas inadecuadas, etc. (20). El grado de rigidez (21) o flexibilidad en sus ideas y planteamientos. Si se dan en él demandas (22), o necesidades básicas que originen procesos de pensamiento no enteramente controlados que puedan interferir en su capacidad de concentración y atención.

-En cuanto a su afectividad : Hasta que punto permite que sus emociones influyan en sus decisiones (23), y cual es su interés por el mundo emocional (24). Como muestra sus afectos, si con buen control en forma madura (25), con poco de modo más egocéntrico (26), o incluso descontroladamente y con explosiones (27). Si tiende a constreñir sus respuestas afectivas en un estilo de morderse la lengua y en que magnitud lo hace (28). Si es habitualmente disconforme y oposicionista (29).

-Su autopercepción: Como está de centrado en si mismo (30). Poco ( suele suponer baja autoestima); normal, o excesivamente, que puede señalar autoestima alta o gran preocupación por si mismo (frecuente en las depresiones). Si es una personalidad narcisista (31). Si es capaz de tomar distancia de sus problemas (32). Si se ve a si mismo y a su entorno desde un enfoque pesimista (33). Si le preocupan excesivamente su salud (34) o su sexualidad (35).

-Las relaciones interpersonales: Cual es su visión tanto de si mismo como de los demás, integral o parcial, basada en su propia experiencia o fruto de su fantasía (36). Como ve sus interrelaciones personales, si como de cooperación (37) o más bien como agresivas (38). Si se siente aislado (39). Si es dependiente (40) y consecuentemente exigente con los demás y tolerante consigo mismo.

Con todo lo señalado hasta aquí queremos insistir, en especial para los poco conocedores del test, que el Rorschach es el mejor y más amplio descriptor de la personalidad que conocemos.

La descripción que con él se puede hacer supera en mucho los 40 rasgos que hemos señalado, que no constituyen toda la información que se puede obtener de la parte estructural del test, y aunque muy destacados, ni siquiera podemos decir de ellos que sean los 40 principales.

No hemos nombrado el estudio de las verbalizaciones, lo que el sujeto ha dicho y en que forma lo ha dicho. De la misma forma que en la conversación normal nos llamaría la atención la frase con la que hemos titulado, también ocurre así en las respuestas del Rorschach. Es importante lo que dice, pero no solo lo es su contenido, sino la forma en que lo dice, el tono y los adjetivos que acompañan. Deberíamos siempre hacernos preguntas sobre la normalidad de lo expresado: ¿Se diría esto en una conversación normal? ¿Se diría de esta forma? ¿Es necesario ser tan explícito y tan duro?

 

Como un inciso queremos añadir que estas preguntas son oportunas incluso en los casos en los que haya una única respuesta sorprendente. Aquí que seguramente no estaremos ante un psicótico si que es probable que nos encontremos ante algo que angustia sobremanera al paciente. Lo psicotiza. En este caso buscaremos a posteriori información sobre el por qué de esta respuesta peculiar, que con relativa facilidad nos descubrirá algun problema importante para la persona a la que tratamos.

De las verbalizaciones se obtienen nuevas informaciones. Sin embargo estas han de coincidir con las conclusiones del estudio de la parte estructural. Una de las importantes características del Rorschach es que en él se ha de dar la confluencia de indicios, como ya dijimos, entre la historia del sujeto y los resultados de la prueba (Fuster 2001, El caballo blanco de Santiago es blanco. II Congreso Virtual de Psiquiatría), y esto último se refiere a todos los aspectos interpretativos de la misma, sean estructurales o verbalizaciones.

¿Qué podemos pensar ante una respuesta del tipo: El caballo blanco habla?

Es una respuesta psicótica, totalmente alejada de la realidad, sin embargo por si sola no es significativa. Todos podemos decir ocasionalmente frases psicóticas sin que suframos esa desviación.

Lo que ocurre con los que si la sufren es que usan esas frases con una habituidad que no permite usar el termino de ocasionalmente.

Por otra parte no podemos olvidar que las personas se suelen mostrar en el Rorschach igual a como son en su vida diaria. Los psicóticos aun más, ya que al tener poca o ninguna conciencia de su alejamiento de la realidad se expresan sin temor ni censura.

Lo esperable pues en el Rorschach de un psicótico es una serie de respuestas del estilo de: El caballo blanco habla.
Percibiremos el psicoticismo al oir las respuestas que va dando el sujeto (verbalización), la primera nos alertará, luego iremos confirmando.

En nuestra respuesta: El caballo blanco habla, podríamos encontrar que el área elegida no se ajustara a la forma descrita, que no se pareciera a un caballo, eso supondría una mala calidad formal (en el apartado codificación (7) y en los rasgos, en inteligencia (19)), pero aunque no fuera así, el que un caballo hable, sea blanco o no, es una incongruencia y ello nos llevaría a usar un código especial (en codificación (9), en inteligencia (20)).

Los cálculos tras la codificación nos permitirían encontrar variables Rorschach cuyos valores señalarían el alejamiento de la realidad de los psicóticos.

El Rorschach es pues apto para detectar el psicoticismo, sin embargo usarlo tan solo con objeto de detectar esta desviación nos parece exagerado.

Al psicótico, como aldepresivo, lo detectaremos, a poco que conozcamos la psicopatología simplemente hablando con él.

Entonces ¿con el Rorschach que hacemos?.

Volvemos a repetir que el Rorschach es el mejor descriptor de la personalidad. Por lo tanto lo usaremos para conocer al máximo la de ese paciente en todos aquellos aspectos que al principio hemos mencionado. Con el objeto de ver como actuar con él, cuales son sus posibilidades, en que rasgos apoyarnos en la terapia y de que forma hacerlo, que carencias presenta, que demandas, que tipo de angustia está sufriendo y en que magnitud, como es el conocimiento que tiene de si mismo y de los demás y por tanto del propio terapeuta, como persona que es. Como planificar la terapia, que aspectos tratar primero y cuales después.

Además en principio nos confirmará de una forma más objetiva si nuestro diagnóstico había sido correcto.
En ese conocer a fondo la personalidad, también el Rorschach nos será muy util en los diagnósticos diferenciales, en los que son pequeños matices los que nos permiten establecer las diferencias en las patologías.

 

Nuestro criterio una vez más es que el Rorschach es una poderosísima herramienta que no debe ser usada en vano.

Al decir que no debe ser usada en vano queremos decir:

- De una parte, que no se use para cosas excesivamente simples, como diagnosticar una psicosis o una depresión, sino cuando sea necesario para conocer al máximo al paciente y/o las características más importantes de la incidencia de esa patología en él. También para los diagnósticos diferenciales.

El Rorschach es una prueba que supone un cierto tiempo, alrededor de una hora de promedio en su administración, y otro tanto, normalmente más, para su corrección; es por lo tanto una prueba cara, por otra parte el sujeto da en ella una gran cantidad de información de si mismo. Por todo ello no debería de trivializarse su uso.

- De otra parte, y la consideramos muy importante, el Rorschach no debe ser usado, como herramienta de trabajo, por quien no tenga una solida y continuada formación en él (lo mismo sostenemos para cualquier otra prueba o técnica).
Nuestra recomendación, si alguien lo estuviera usando sin haberlo estudiado en profundidad y adquirido muy sólidos conocimientos, preferentemente de profesores que le ofrezcan suficiente garantía, puesto que simplemente desde los libros nos parece inviable, es que en principio lo deje de usar profesionalmente hasta que consiga la formación precisa para no cometer errores graves. Como decíamos anteriormente (Fuster 2001) hemos visto sacar conclusiones que no tenían soporte suficiente, y en ocasiones algunas que ni era posible obtener de un Rorschach.

El Rorschach y en especial las personas a las que vayamos a aplicárselo deben merecer especial respeto que nos obligue a aplicarlo correctamente para lo que será preciso tanto el estudio previo en profundidad, como la insistencia en mantenernos preparados.

 

Bibliografía

EXNER, Jr. J. (1994). El Rorschach: Un Sistema Comprehensivo. Volumen 1: Fundamentos básicos. Madrid. Psimática.

FUSTER, J. (2001) El caballo blanco de Santiago es blanco. 2° Cogreso Virtual de Psiquiatria.

FUSTER, J. (1998) Practicar el Rorschach. Valencia. Promolibro.

FUSTER, J. (1995) Conocer el Rorschach. Valencia. Promolibro.

 

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