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Una actualización de las efectos indeseados de estos medicamentos de uso frecuente en la población general y de las alternativas de manejo para tratar la dependencia, que se presenta en la mitad de los pacientes luego de un mes de tratamiento.
New England Journal of Medicine, 23 de marzo de 2017
Las benzodiacepinas (BZD) pueden dividirse en agentes ansiolíticos e hipnóticos en base a sus efectos clínicos. En principio, sin embargo, todas las BZD tienen efectos ansiolíticos, hipnóticos, relajantes musculares, anticonvulsivos y amnésicos. Se utilizan como sedantes y para tratar los síntomas de abstinencia, incluyendo el delirio de la abstinencia del alcohol. Las BZD son relativamente seguras para el uso a corto plazo (2 a 4 semanas), pero su seguridad no se ha establecido más allá de ese período, y la dependencia se desarrolla en aproximadamente la mitad de los pacientes que usan BZD por más de 1 mes. El riesgo de intoxicación mortal es bajo.
Efectos secundarios
Las principales desventajas y los efectos secundarios dependientes de la dosis de las BZD son la somnolencia, el letargo, la fatiga, la sedación excesiva, el estupor, los "efectos de resaca" al día siguiente, los trastornos de concentración y atención, el desarrollo de la dependencia, el rebote de síntomas (más comúnmente un trastorno del sueño) después de la interrupción, e hipotonía y ataxia. Las BZD pueden perjudicar seriamente la capacidad de conducción y están asociadas con un mayor riesgo de accidentes de tráfico, así como de caídas y fracturas.
Los pacientes con miastenia gravis, ataxia, síndrome de apnea del sueño, insuficiencia respiratoria crónica, ataxia espinal y cerebelosa, glaucoma de ángulo cerrado o intoxicación aguda por depresor del SNC no deben recibir tratamiento con esta clase de fármacos. Las reacciones paradójicas no son infrecuentes en pacientes mayores (> 65 años de edad). Retraso psicomotor y disfunción cognitiva (pérdida de memoria, falta de concentración y déficit de atención). Estos fármacos no se recomiendan para el tratamiento del insomnio, la agitación o el delirio en los ancianos y, si se prescriben en esta población, deben restringirse al uso a corto plazo. Sus efectos amnésicos pueden resultar en lagunas de memoria, especialmente en dosis más altas. Una asociación de uso a largo plazo de BZD con atrofia cerebral y demencia es controvertida.
Existen normas de tratamiento claras y basadas en la evidencia para el retiro de medicación en pacientes dependientes de BZD, si bien se trata de un grupo heterogéneo. Hay buena evidencia para utilizar un enfoque de retirada gradual a lo largo de varias semanas o meses y, en caso de estar utilizando varias BZD diferentes, pasar a usar una sola, de vida media media prolongada, como el diazepam. Hay moderada evidencia para el uso de carbamazepina durante la detoxificación, así como para el manejo alternativo de los trastornos del sueño con técnicas no farmacológicas o con antihistamínicos, antidepresivos o melatonina. Otros enfoque farmacológicos tiene baja evidencia. .
Dentro de la psicoterapia, existe una buena evidencia para la terapia cognitivo-conductual y los enfoques motivacionales y para proporcionar información y psicoeducación. El pronóstico con tratamiento estándar es a menudo bastante bueno. Al mismo tiempo, desde una perspectiva clínica, uno no tiene que intentar la retirada de la benzodiacepina en todos los casos. Para los pacientes sin ninguna motivación para el retiro y aquellos con un episodio depresivo severo u otro trastorno mental importante, la estabilización puede justificarse antes de iniciar el tratamiento de abstinencia. Si los pacientes tienen síntomas psicopatológicos severos, uno puede abstenerse de intentar el retiro, dado que el proceso dura a menudo varias semanas y a veces es angustiante para el paciente y el médico. Además, la retirada puede ser difícil de lograr en algunas personas mayores con dependencia a largo plazo y baja dosis de agentes hipnóticos. Si la discontinuación completa de las BZD es improbable, se puede intentar reducir la dosis como una estrategia de reducción del daño. Se requieren estudios adicionales sobre farmacoterapia adecuada durante y después de la retirada de BZD y más estrategias basadas en evidencia.
El artículo original:
Soyka M. Treatment of Benzodiazepine Dependence. New England Journal of Medicine. 23 de marzo de 2017; 376(12):1147-57.
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Xavier Conesa Lapena . psicólogo MOLLET
Xavier Conesa Lapena. (ISES)
Javier Nelson Maza Pezantes
Psiquiatría - Perú
Fecha: 28/10/2023