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Trastornos de memoria de tipo funcional en la población anciana.

Autor/autores: Raimundo Mateos Álvarez
Fecha Publicación: 01/01/2004
Área temática: Neurocognitivos, Trastornos neurocognitivos .
Tipo de trabajo:  Comunicación

RESUMEN

Las quejas de memoria son muy frecuentes en el adulto y en el anciano. No en todos los casos de quejas de memoria se puede objetivar un déficit cognitivo claro. Los pacientes somatizadores a menudo refieren estas quejas de memoria, pero la investigación neuropsicológica en este campo de la clínica es escasa.

Este artículo revisa los problemas funcionales de memoria en el anciano y describe dos posibles perfiles clínicos: hipocondría mnésica y desorganización cognitiva funcional.

Palabras clave: Anciano, Funcional, Quejas de memoria


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Trastornos de memoria de tipo funcional en la población anciana.

(Functional memory impairment in older people. )

María A. Ariza*; Rafael Fernández Martínez**; Raimundo Mateos Álvarez***.

* psiquiatra. Servicio de psiquiatría, complejo Hospitalario de Pontevedra (CHOP). Area de psiquiatría, Universidad de Santiago de Compostela (USC).

** psicólogo Clínico. Servicio de psiquiatría, complejo Hospitalario de Pontevedra (CHOP).

*** psiquiatra. Unidad de Psicogeriatría, complejo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS, hospital Psiquiátrico de Conxo). Area de psiquiatría, Universidad de Santiago de Compostela (USC).

PALABRAS CLAVE: Quejas de memoria, Anciano, funcional.

(KEYWORDS: Memory complaints, Older people, Functional. )

[6/2/2004]


Resumen

Las quejas de memoria son muy frecuentes en el adulto y en el anciano. No en todos los casos de quejas de memoria se puede objetivar un déficit cognitivo claro. Los pacientes somatizadores a menudo refieren estas quejas de memoria, pero la investigación neuropsicológica en este campo de la clínica es escasa. Este artículo revisa los problemas funcionales de memoria en el anciano y describe dos posibles perfiles clínicos: hipocondría mnésica y desorganización cognitiva funcional.

Abstract

Memory complaints are very common among middle-aged and older adults. An objective memory deficit in cases with memory complaints not always can be demonstrated. Somatizing patients often report cognitive complaints but neuropsychological research on somatization is scarce. This paper reviews the field and problems of functional memory complaints in the elderly and the two clinical profiles: Mnestic hypochondria and functional cognitive disorganization.



La memoria y sus trastornos suscitan un creciente interés en los últimos años. En nuestra práctica clínica nos encontramos pacientes con quejas de mala memoria, sin embargo, no se encuentra déficit objetivo de memoria en todos los pacientes con quejas mnésicas: en algunos casos quedan dudas sobre la existencia o gravedad del problema, mientras en otros se puede considerar que no existe realmente un déficit. Se sabe poco sobre la prevalencia e incidencia de este grupo de pacientes preocupados por su memoria en la población general.

Durante el siglo XIX este tipo de quejas fueron consideradas verdaderas alteraciones de la memoria, siendo incluidas junto a las disnomias, el deja vu y otras paramnesias dentro de los trastornos de memoria. Sin embargo, estos estados clínicos fueron escindidos de este grupo por el acotamiento que sufrió el concepto de memoria a finales del siglo XIX. Es probable que estos cambios hayan beneficiado el estudio de las alteraciones mnésicas de origen orgánico, pero no cabe duda de que perjudicaron a los pacientes cuyas quejas de memoria no fueron corroboradas por las exploraciones subsiguiente.

Hay indicios de que el interés por los trastornos clínicos de memoria no se desarrolló hasta el siglo XIX. Sin embargo, no estaría justificado inferir de este hecho la existencia de un incremento en la incidencia de pacientes con quejas de memoria. Cada período histórico tiene sus propias quejas de salud y la que marcó el final del siglo XIX (al menos entre las clases altas) fue la neurastenia.

 

Epidemiología en el anciano

Las quejas de memoria son muy frecuentes entre los adultos y ancianos. Un estudio realizado entre más de 15. 000 participantes mayores de 55 años encontró que más del 15 % refirieron que durante el pasado año con frecuencia habían tenido problemas para recordar cosas y más del 40 % refirieron que alguna vez tenían problemas para recordar cosas (Cutler & Grams, 1988).

Ponds et al señalaron en 1996 que las quejas de memoria en el anciano reflejan más las creencias propias sobre su pérdida de capacidades y en especial sobre la memoria, que el posible trastorno cognitivo que presenten. Con respecto a la comorbilidad de trastornos afectivos en los pacientes con quejas de memoria, McGlone et al (1990) y O`Connor et al (1990) señalaron que los ancianos deprimidos presentaban con más frecuencia problemas de memoria que los controles normales. Chandler y Gerndt (1988), por su parte, consideraron las quejas de memoria como un marcador significativo de depresión en el anciano, pero no en pacientes más jóvenes (definidos como menores de 60 años), y Plotkin et al. (1985) encontraron que la frecuencia de las quejas disminuía tras tratar a los pacientes de su depresión.

Grut el al (1993), por su parte, no hacen referencia a los preocupados sanos, pero señalan que, en su muestra de 354 ancianos, los pacientes deprimidos tienden a subestimar su propia memoria. La existencia de una posible asociación entre depresión y queja mnésica subjetiva ha sido también señalada en pacientes pertenecientes a otras poblaciones clínicas, como por ejemplo en diabéticos, especialmente mayores de 64 años (Tun et al. , 1987).

Hanninen et al. (1994) evaluaron la relación entre funciones mnésicas medidas objetivamente y quejas subjetivas en una muestra de 403 individuos (edades entre 67-78 años), observando que la pérdida de memoria no se correlacionaba con el rendimiento mnésico real en los tests y que los individuos que hacían mayor hincapié en sus problemas de memoria tendían a presentar un mayor número de quejas somáticas, sentimientos de ansiedad con respecto a su salud física y más sentimientos negativos sobre su propia competencia. En esta línea Ponds & Jolles (1996) estudiaron dos grupos de 50 pacientes ancianos, comparando un grupo con quejas de memoria con un grupo control y concluyeron que aquellos con mayor nivel de quejas de memoria consiguieron mayores puntuaciones en neuroticismo y al igual que Hanninnen et al en 1994 sugirieron que las quejas de memoria en el anciano reflejaban más su propio creencia sobre el rendimiento cognitivo y capacidades a esta edad que el posible déficit cognitivo.

O`Brien et al(1992), basándose en el seguimiento de 64 pacientes sugirieron que las quejas mnésicas podían ser un signo prodrómico de demencia. En contra de esta opinión, se sitúan Flicker et al (1993), quienes encontraron que la insatisfacción subjetiva con el rendimiento mnésico no predice el desarrollo de deterioro congnitivo, basándose en un estudio de 3 años de seguimiento sobre 54 individuos sanos con quejas mnésicas, que en la primera consulta no presentaban alteración mnésica clínicamente aparente. En una muestra de 200 pacientes consecutivos en una clínica de memoria, Thomas et al. (1995) no encontraron nigún paciente preocupado sano, aunque alrededor del 30% presentaban algún tipo de trastorno psiquiátrico.

 

Los pacientes somatizadores a menudo refieren quejas de memoria. Se ha sugerido que la somatización podría estar asociada a algún tipo de disfunción cerebral, y con posible relación con el hipometabolismo cerebral observado en estos pacients. (Niemi et al, 2002).

Hanninen et al (1995) demostraron, tras un seguimiento de 3 años de una muestra de 229 individuos (edad media 71) con deterioro cognitivo asociado a la edad, que alrededor de 9 (5%) dejaban de presentar quejas de disminución del rendimiento mnesico. Se ha descrito además la existencia de un menor alargamiento de la cisura de Silvio y de la cisura anterior en individuos con quejas mnésicas subjetivas en comparación con pacientes con enfermedad de Alzheimer utilizados como controles (Spanó et al, 1992).

Por último Barker et al (1987) han destacado que los pacientes que acuden por iniciativa propia presentan un mayor número de quejas mnésicas y mayor grado de depresión. Según Berrios et al (2000) se podrían diferenciar dos perfiles clínicos de pacientes con quejas subjetivas de memoria en la práctica psiquiátrica: la hipocondría mnésica y la desorganización cognitiva funcional.

 

Hipocondría mnésica (HM)

Características clínicas: Los pacientes con este perfil son, predominante, individuos de sexo masculino, inteligentes, de alto nivel educativo, ambiciosos, y perfeccionistas. A la exploración presentan ansiedad encubierta y controlada, objetivándose también una atención normal, ocasionalmente hiperfocalizada.

La queja expresa la existencia de preocupaciones fijas y ansiosas sobre su eventual pérdida de memoria tanto semántica como autobiográfica, siendo sólo en algunos casos posible conseguir que precisasen al inicio del cuadro o que identificasen factores precipitantes o magnificadores. Entre éstos destacan por su frecuencia los siguientes: ascensos, miedo a envejecer, fallecimiento de los padres o historia no comprobada de ataque cardíaco.

 

Desorganización cognitiva-funcional (DCF)

Los individuos con DCF generalmente son acompañados a la consulta por sus familiares porque, tras un suceso identificable (pérdida de pareja, cambio de hogar, pérdida de trabajo, etc. . ) se han vuelto olvidadizos, distraídos, confusos, ausentes y eventualmente incapaces de organizar cognitiva y emocionalmente su propia vida y su entorno, siendo ya incapaces de vivir solos. Sus familiares están comprensiblemente convencidos de que su conducta es una manifestación inicial de demencia, lo cual en ocasiones coincide con la opinión del propio paciente, aunque en otros casos estos últimos minimicen los déficit. Una característica clínica fundamental es que estos pacientes obtienen un rendimiento normal en las pruebas neuropsicológicas y son también normales desde el punto de vista neurológico y psiquiátrico. En otras palabras, no puede encontrarse déficit alguno y no hay pruebas de depresión.  

 

Resultados iniciales de un estudio piloto

En nuestro centro (Centro de Salud mental ambulatorio, Area de Pontevedra Norte) donde trabajan 2 psiquiatras y 1 psicólogo clínico, se detectaron durante el año 2003 dieciocho pacientes con quejas mnésicas pero sin hallazgos neuropsicológicos, neurológicos ni psiquiátricos positivos. Por medio de análisis exploratorio factorial y de clusters se diferenciaron dos subgrupos clínicamente reconocibles que, siguiendo la citada clasificación de Berrios, se podrían clasificar en quince casos de Desorganización cognitiva funcional y dos casos de hipocondría mnésica.  

 

Bibliografía

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