La capacidad del ser humano de captar la cualidad de cada instante, y su correspondiente inserción en un orden dado por la competencia temporal (marco cronológico), y su correspondiente encuadre situativo (contexto), a través de la capacidad discriminativa le permite seleccionar información (comparando y contrastando) para crear respuestas nuevas, eficaces (adaptativas) y creativas.
El proceso de comparación se da entre la nueva información ingresante y la antigua de pasadas actuaciones, y el modo específico en como han sido afrontadas. De este modo la persona puede captar sutiles diferencias pasado/presente, las cuales le permiten efectuar “reajustes” sobre su estilo de afrontamiento y posibilita una cadena de nuevos aprendizajes.
Proyecto, orden del SELF y orden relacional.
Fernando Linares; Enrique De Rosa.
Fernando Linares, Prof. Adjunto, Departamento de neurociencias y Humanidades Médicas.
Profesor y Director de Postgrado. Facultad de Ciencias Médicas, UNCuyo, Mendoza. Argentina.
Enrique De Rosa Alabaster. Medico psiquiatra y Médico Neurólogo Doc. Dpto de Salud Mental Universidad de Buenos Aires Argentina.
Presidente del Capítulo de estrés y trauma de la Asociación Médica Argentina
[otros artículos] [6/2/2002]
Introducción
La capacidad del ser humano de captar la cualidad de cada instante, y su correspondiente inserción en un orden dado por la competencia temporal (marco cronológico), y su correspondiente encuadre situativo (contexto), a través de la capacidad discriminativa le permite seleccionar información (comparando y contrastando) para crear respuestas nuevas, eficaces (adaptativas) y creativas. El proceso de comparación se da entre la nueva información ingresante y la antigua de pasadas actuaciones, y el modo específico en como han sido afrontadas. De este modo la persona puede captar sutiles diferencias pasado/presente, las cuales le permiten efectuar “reajustes” sobre su estilo de afrontamiento y posibilita una cadena de nuevos aprendizajes.
Empero la persona debe mantener:
1) un mínimo funcionamiento de sus capacidades cognitivas, particularmente el juicio crítico.
2) superar a través de la capacidad reflexiva su impulsividad (autoregulación de la conducta);
3) poseer o buscar la información necesaria para la resolución del problema actual.
4) aplicar nuevas alternativas comportamentales frente a las situaciones problemáticas, como también seleccionar los aprendizajes anteriores que pudieran ser compatibles con la situación actual;
5) mantener una buena habilidad perceptiva sobre el campo situativo;
6) capacidad de proyectar una estrategia para alcanzar los fines propuestos;
7) capacidad de anticipar las posibles consecuencias de su conducta;
8) buena capacidad de notación para detectar cambios en la situación y re-ajustar el plan de acción estructurado,
9) capacidad para movilizar energías físicas, emocionales y mentales para cumplimentar la tarea proyectada (factor érgico);
10) posibilidad de evaluar la intensidad de la demanda que exige al sujeto y los recursos de éste para controlarla satisfactoriamente;
11) la posibilidad de estar abierto a la experiencia y a cambios eventuales del medio, para aprestar nuevas habilidades y estrategias de afrontamiento;
12) capacidad para relacionar diversos o distintos aspectos de la situación en la que el sujeto se ve envuelto y que debe enfrentar;
13) flexibilidad para planificar cambios de estrategia, estando ya en la situación que le exige un esfuerzo a la persona;
14) apertura para el cambio (tanto a nivel de estructuras cognitivas como de comportamientos)
Esquema 1
Quisiéramos retomar la noción de esquema mental, uno de cuyos tipos es el modelo. Los modelos integran información y procesos. Un modelo es un programa para la acción, es un esquema que unifique datos y relaciones entre estos datos. Hay 1) modelo de situaciones, 2) modelos de roles sonales, 3) modelo de solución de problemas.
Los modelos son los gérmenes de los proyectos, son aprendidos, dependiendo de la cultura donde vive el sujeto. Todo proyecto es la realización de un valor, nutrido por la esperanza. . Configurando la antítesis de la impotencia (inducida o aprendida). La realización del proyecto, depende de un rol aprendido a través del cual se canaliza la acción, sustentada en el deseo de actuar o crear. Para llegar a la meta el sujeto emplea sus funciones cognitivas ( sean estas inferenciales, extrapoladoras o imitativas). Se puede tomar como modelo un proyecto ajeno, pero nutriéndolo con el sello personal. Proyectar es salir de la mediocridad, para nutrir la anticipación y desarrollar nuevas habilidades.
El proyectar es sentido y significado para la trayectoria vital del sujeto. El humano es como una totalidad creativa en el propio acto del proyectar. Le da sentido como organización prospectiva a la existencia. El proyectar no es repetir o reproducir la realidad sino configurarla o reconfigurarla. A través del proyectar, planificar y actuar el sujeto aprende recursos y habilidades, a la vez que conoce el mundo. Este no es algo constituido por impresiones, sino una trama de unidades, formas y estructuras con los que ha interactuado en un proceso de descubrimiento y creación. Proyectar y planificar son manifestaciones de la intencionalidad, de la propositividad vital del hombre como ser en búsqueda de fines, estimulando por la curiosidad y el afán de conocer. No tanto vinculado al pasado, sino proyectando y construyendo su propio futuro.
En la indagación clínica como en la práctica psicoterapéutica los modelos deben ser vistos como síntesis de información y proceso en movimiento, es decir un continuo indagarse del hombre acerca de sí mismo y del mundo (función inquisitiva). Tengamos en cuenta, aunque sea repetir lo expresado los modelos:
1) modelo de situaciones
2) modelos de roles sociales
3) modelo de solución de problemas.
El proyectar como función cognitiva y la anticipación como capacidad neurofisiológica, se hallan posibilitadas por lo que actualmente se denomina orden del self. Esto es la capacidad de generar una autoorganización que asegura la interacción adecuada con el medio, a la vez que un orden y coherencia interna. Dentro de las características de este orden del self podemos mencionar:
1- capacidad discriminativa
2- Autoconocimiento como unidad autoafirmada (totalidad, congruencia y finalidad). Elementos constitutivos de la identidad personal, es decir su definición como organización. Todo ello en función de sus constituyentes articulados y sus límites, en interacción con el medio.
3- Capacidad evaluativa, es estimar, apreciar la realidad presente y vincularla con la experiencia pasada. De modo que lo ponderado se integra en el continuum experiencial del sujeto a través de su propia competencia temporal.
Este orden del self esta unido a un orden relacional que es traducir un código normativo-valorativo aplicado a las relaciones humanas. Habría que distinguir dos niveles: un orden personal y un orden vincular. Ambos son interactuantes, en modalidad recíproca, el orden personal asegura el orden relacional. Mientras que este último enriquece el orden personal. Dado que permite (a través de la convalidación y el complejo mundo de las relaciones humanas) la posibilidad de corrección de la visión de mundo del sujeto. Esta confluencia, esta interacción recíproca permite la configuración del mundo emocional (facilitado por la comunicación y el lenguaje) que se traduce en la imagen de inserción en el medio(eidotipos)
Autoorganización y sus órdenes
ORDEN PERSONAL (sapiente) ---------- competencia cognitivas.
COHERENCIA
Planificación. Resolución de problemas.
Dirección y propósito. Doping relacionales
Saber
Autoeficacia.
Sentido de la competencia personal.
Dominio personal
Realismo perceptivo.
Autoconocimiento y autoaceptación.
Identidad
Personal
ORDEN INTERPERSONAL ---- competencia relacional.
COLABORACIÓN
Empatía.
Cuidado.
Respeto muto.
Descubrimiento interpersonal.
Comunidad de intereses.
Honestidad y responsabilidad social.
Normas del medio
Motivación para complacer a otros
Creencias a cerca de la evaluación ajena
No se debe dar primacía a lo racional. El hombre, en su interacción con el mundo, construye estas imágenes que manifiestan como esta insertado y posicionado ante el medio. Este posicionamiento ante el medio sería una suerte de actitud dominante desde el punto de vista jerárquico, con la propiedad de predisponer-se a la acción de un modo determinado. Esta actitud tiene que ver con la imagen de mundo que la persona ha estructurado y tiene tres componentes: a) cognitivo (creencias, supuestos, oposiciones), b) afectivo-evaluativo dado por el sentimiento que matiza las creencias en relación con la meta-objeto de la disposición actitudinal y c) comportamental: la intención de llevar a caso la acción. De este modo se podría graficar lo expresado del modo siguiente.
Derivada del contexto sociocultural
El origen de las creencias acerca de la meta es diverso (experiencia directa, experiencia con metas y/o situaciones similares, información obtenida del medio). Esas creencias posibilitan o inhiben, la acción (conducta). De igual modo las normas subjetivas, es decir como el sujeto estima que otros evaluaran su conducta, o que expectativas tienen otros significativos con respecto a ella.
La acción surge de las creencias (elemento cognitivo) y las evaluaciones sobre esas creencias (componente afectivos).
Lo normativo esta formando parte del orden relacional (ver esquema), que se podría agrupar con el término compromiso que es la adhesión a persona/s, formas de vida, cosmovisiones, en suma lo que forma el posicionamiento frente a la vida (también llamado posición de vida o posición existencial). Al decir de Grieger “son generalizaciones y abstracciones, a menudo no conocidas e inarticuladas que guían y establecen los límites de nuestro pensar, hacer y sentir”. Una adecuada posición frente a la vida incluye: 1) elecciones basadas en criterios preferenciales y no de exigencias (“deberías”), 2) aceptación de la falibilidad, 3) aceptación de los compromisos, 4) verse como un ser en devenir y en proceso, 5) guiarse con los criterios de racionalidad, responsabilidad y rectitud y 6) verse como un ente proactivo y no como un sujeto pasivo ante las inclemencias de obstáculos de la existencia.
Al posicionamiento frente a la vida hay que agregar el crucial problema de los valores, tan abordado por la terapia cognitiva-conductual. Los valores como tutores de la conducta, aprendidos en el medio familiar y cultural que forman parte de la identidad personal y son un puente entre el OP (orden personal) y el OI (orden interpersonal o relacional). También hay que hacer mención a los estilos interpretativos, es decir la forma habitual y personal de procesar la información (general vs. específico, lógico vs. ilógico, realismo perceptivo vs. distorsión, locus de control interno vs. externo, expectativas de autoeficacia, expectativa de resultado).
Como muy especial mención hay que recordar la imagen de mundo que el paciente ha construido, verdadero telón de fondo, de elementos perceptuales o situaciones puntuales. La imagen de mundo constituida por modos generales y absolutos distorsiona la realidad percibida y dirige en forma unilateral y monocorde la acción.
No menos importante es la prolepsis (visión del futuro), la misma tiene un elemento psicológico (prospectiva) y otro neurofisiológico (anticipación). La anticipación junto a la experiencia previa, formalizará la organización de un plan que dirigirá la acción. Este plan debe prever restricciones y obstáculos del medio, esta acción preventiva es parte de la tarea prospectiva-anticipatoria.
El propósito o intuición le da a la acción humana las características de una acción prospectiva y teleológica. La acción supone un momento de expansión que parte de un proyecto sustentado por las funciones cognitivas y la creatividad (ver esquema). Las situaciones de diversa complejidad movilizan los recursos, sustentados en la resistencia, para que en una acción planificada se maneje el contexto situacional con la mejor estrategia de afrontamiento.
Bibliografía
1- Grieger, R. “De un modelo lineal a uno con textual de los ABC de la RET”. Publicación original del Journal of Rational Emotive Therapy, 1985, 3 (2).
2- Zlidner M. (ed) Handbock of copin, Wiley, 1995.
3- Witte K. “Theory based interventions and evaluation of outread efforts“ Publicación Universidad de Michigan, 1999.
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