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Rehabilitación laboral y enfermedad mental.

Autor/autores: M. A. Martín
Fecha Publicación: 01/01/2004
Área temática: Tratamientos .
Tipo de trabajo:  Conferencia

RESUMEN

La experiencia diaria con la población con trastorno mental severo pone de manifiesto la necesidad, para algunas personas, de un proceso estructurado de Rehabilitación Laboral. Se pone en marcha en 2002 el Programa de Rehabilitación Laboral (PRL), gestionado por APAFENES (Asociación de Padres y Familiares de Enfermos Mentales de Cáceres) y cofinanciado por la Consejería de Sanidad y Consumo de la Junta de Extremadura, la Fundación "La Caixa", la Fundación Santa María y la Obra Social de Caja Madrid. Tiene como objetivo recuperar, adquirir y/o potenciar conocimientos y habilidades necesarias para acceder y manejarse en el mundo laboral.

Está destinado a personas con trastorno mental severo, en edad laboral, con motivación para trabajar, situación psicopatológica compensada y atendidas por los servicios de salud mental de referencia, sin impedimento legal, con un nivel de autonomía mínimo, necesidad de apoyo en esta área y residentes en Extremadura. La atención está prestada por un equipo interdisciplinar: Psicóloga, Técnico en Inserción Laboral, Terapeuta Ocupacional, Monitor y Aux. Administrativo. Nuestra forma de enfocar la intervención: contando con el compromiso del equipo profesional y del usuario. Las áreas de intervención: orientación vocacional, habilidades para la búsqueda de empleo, seguimiento y apoyo a la formación y en el puesto de trabajo, apoyo a las familias y ajuste laboral: hábitos y habilidades comunes a cualquier trabajo (puntualidad, relaciones, manejo de material. ) reproducidos en un contexto real mediante talleres rehabilitadores donde el Terapeuta Ocupacional cobra gran importancia evaluando las aptitudes y destrezas mediante métodos específicos de terapia Ocupacional.

Palabras clave: Equipo interdisciplinar, Rehabilitación laboral, Terapia ocupacional


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Rehabilitación laboral y enfermedad mental.

Blanco, F. *; Lamy, N. **; Martínez, F. ***; Martín, M. A. ****

* Terapeuta Ocupacional. APAFENES.

** Psicóloga APAFENES.

*** Monitor Ocupacional. APAFENES.

**** Coordinador y Técnico en Inserción Laboral del Programa de Rehabilitación Laboral. APAFENES.

PALABRAS CLAVE: terapia Ocupacional, Rehabilitación Laboral, Equipo Interdisciplinar.

(KEYWORDS: "Occupational Therapy", "Rehabilitation for work", "Interdisciplinary team")

[9/2/2004]


Resumen

La experiencia diaria con la población con trastorno mental severo pone de manifiesto la necesidad, para algunas personas, de un proceso estructurado de Rehabilitación Laboral. Se pone en marcha en 2002 el Programa de Rehabilitación Laboral (PRL), gestionado por APAFENES (Asociación de Padres y Familiares de Enfermos Mentales de Cáceres) y cofinanciado por la Consejería de Sanidad y Consumo de la Junta de Extremadura, la Fundación "La Caixa", la Fundación Santa María y la Obra Social de Caja Madrid.

Tiene como objetivo recuperar, adquirir y/o potenciar conocimientos y habilidades necesarias para acceder y manejarse en el mundo laboral. Está destinado a personas con trastorno mental severo, en edad laboral, con motivación para trabajar, situación psicopatológica compensada y atendidas por los servicios de salud mental de referencia, sin impedimento legal, con un nivel de autonomía mínimo, necesidad de apoyo en esta área y residentes en Extremadura.

La atención está prestada por un equipo interdisciplinar: Psicóloga, Técnico en Inserción Laboral, Terapeuta Ocupacional, Monitor y Aux. Administrativo.

Nuestra forma de enfocar la intervención: contando con el compromiso del equipo profesional y del usuario.

Las áreas de intervención: orientación vocacional, habilidades para la búsqueda de empleo, seguimiento y apoyo a la formación y en el puesto de trabajo, apoyo a las familias y ajuste laboral: hábitos y habilidades comunes a cualquier trabajo (puntualidad, relaciones, manejo de material. ) reproducidos en un contexto real mediante talleres rehabilitadores donde el Terapeuta Ocupacional cobra gran importancia evaluando las aptitudes y destrezas mediante métodos específicos de terapia Ocupacional.

Abstract

Daily experience with the population with severe mental disorders makes clear the necessity, for some people, for a structured process of Rehabilitation for Work. In 2002 the Programme of Rehabilitation for Work (PRL) started, which is run by APAFENES (the Association of Parents and Relations of the Mentally ill in Cáceres) and co-financed by the department of Health and Consumption of the Junta de Extremadura, the Foundation of "La Caixa" savings bank, the Santa María Foundation and the Social Foundation of Caja Madrid.

Its objective is to recuperate, acquire and/or promote the knowledge and skills necessary to gain access to and manage in the world of work. It is designed for people with severe mental disorders, of a working age, with the motivation to work, in a compensated psychopathological situation and who are assisted by the relevant mental health services, with no legal impediment, with a minimum level of autonomy, in need of support in this area and resident in Estremadura.

The assistance is carried out by an interdisciplinary team: A Psychologist, a Specialist in access to the world of work, an Occupational Therapist , a Monitor and an Administrative Assistant.

Our approach to the intervention: counting on the commitment of both the professional team and the user.

Areas of intervention: vocational guidance, skills for looking for work, follow-up and support in training and in the work place, support for the families and adjustment to work: habits and skills common to any job (punctuality, work relations, handling of material. . . ) reproduced in a real context via rehabilitation workshops in which the Occupational Therapist takes on an important role evaluating the aptitudes and skills via specific methods of Occupational Therapy.

 



El Programa de Rehabilitación Laboral (PRL) constituye un recurso gestionado por APAFENES (Asociación de Familiares de Enfermos Mentales de Cáceres), con el apoyo y la financiación de la Consejería de Sanidad y Consumo de la Junta de Extremadura, la Fundación Santa María y Obra Social de Caja Madrid.

Este recurso pretende lograr la recuperación, adquisición, y/o potenciación de aquellos conocimientos, hábitos y habilidades necesarias para favorecer la integración sociolaboral de un grupo de 20 personas con trastorno mental severo (TMS), a través del desarrollo de actividades de orientación vocacional, entrenamiento en ajuste laboral, asertividad laboral y en técnicas de búsqueda de empleo.

Tiene un modelo de actuación ajustado al de los Centros de Rehabilitación Psicosocial, con una evaluación y un plan individualizado de intervención favoreciendo la rehabilitación en el ámbito laboral, de modo que propicia su integración en fórmulas de empleo protegido, en la empresa ordinaria o en el sistema de autoempleo.

Este programa está inserto en las acciones marcadas por el Plan de Salud Mental de la Comunidad Autónoma de Extremadura, que justifica la necesidad de la creación de programas de Rehabilitación e Integración Laboral que atiendan la problemática de la población con TMS en la búsqueda de su integración en el ámbito laboral y ocupacional, como último paso en el proceso de rehabilitación, siendo pieza clave para su mantenimiento e integración social.

Los objetivos del PRL son los siguientes:

1. Favorecer la recuperación o adquisición del conjunto de conocimientos, hábitos básicos de trabajo y habilidades sociolaborales necesarias para acceder y manejarse adecuadamente en el mundo laboral.

Teniendo en cuenta sus intereses vocacionales, sus preferencias, habilidades y conocimientos.
Despertando intereses vocacionales.
Modificando los intereses y expectativas laborales desajustadas.
Fomentando y consolidando intereses ajustados.
Aumentando el conocimiento sobre las propias destrezas y habilidades (concepto de autoempleable).
Dotando a los usuarios de las habilidades necesarias para desenvolverse eficazmente en un medio laboral normalizado.
Aumentando los conocimientos del mercado laboral.
Aumentando la motivación para trabajar.

2. Propiciar y apoyar su inserción en el mercado laboral ya sea protegido (Centros Especiales de Empleo), supervisado o normalizado (empresas ordinarias, autoempleo, etc. )

3. Ofrecer el seguimiento y apoyo que cada persona necesite para asegurar su mantenimiento en el mundo laboral, del modo más autónomo y normalizado que sea posible en cada caso.

4. Articular y organizar el contacto con los recursos de formación laboral y con el mercado laboral para facilitar los procesos de rehabilitación e inserción laboral.

5. Fomentar la colaboración de empresarios, asociaciones o instituciones en la tarea de aumentar las oportunidades de integración laboral de nuestro colectivo.
Los destinatarios del Programa de Rehabilitación Laboral son 20 personas con TMS con déficit en su integración laboral. Dentro de este colectivo podemos destacar en mayor número a personas diagnosticadas de esquizofrenia y otras psicosis, trastorno bipolar, etc. Estos usuarios son derivados por el Equipo de Salud Mental, el Centro de Rehabilitación Psicosocial o el Club de Ocio a través de un informe de derivación creado a tal efecto, que justifica la necesidad de un proceso estructurado de rehabilitación y apoyo a la inserción laboral.

Son susceptibles de participar en este programa aquellas personas anteriormente descritas que se encuentren entre los 18 y 45 años, con un nivel de autonomía personal y social suficiente que permita su participación en el Programa de Rehabilitación Laboral, con motivación para trabajar, situación psicopatológica compensada y sin impedimento legal que le imposibilite desarrollar un trabajo.

 

 

La estructura de atención del Programa de Rehabilitación Laboral se articula en cuatro pasos:

- Paso 0

Comprende los aspectos previos a la incorporación efectiva del usuario al PRL: información a potenciales usuarios y familias de la filosofía de la rehabilitación laboral y las características del Programa, recepción de informes de derivación, coordinación y contacto con las entidades derivadoras, evaluación funcional vocacional-laboral inicial de usuarios, evaluación y contrastación de datos con las familias, elaboración de un informe de evaluación inicial y presentación del caso al Equipo Técnico, diseño y programación del Plan Individualizado de Rehabilitación Laboral (PIR-L), entrevista devolutiva y firma de contrato de entrada al PRL con usuario y familias.

Implicamos y hacemos partícipe al usuario de su proceso rehabilitador laboral desde el primer momento con la firma del informe de derivación y más adelante a la hora de consensuar el PIR-L y la consiguiente firma del contrato de entrada al PRL.

El peso del Paso 0 recae fundamentalmente en la figura de la Psicóloga quien se encarga de las entrevistas (informativas, evaluativas y devolutivas), recepción de informes de derivación por parte de las entidades derivadoras y coordinación con éstas, elaboración de informes iniciales, consensuar el PIR-L con usuario y familia y firma del contrato de entrada. Es el momento de hacer entrega al usuario y a la familia de una pequeña guía de apoyo del PRL. El Equipo Técnico al completo (Psicóloga, Técnico de Inserción Laboral, Terapeuta Ocupacional y Monitor) elabora conjuntamente una propuesta de PIR-L que se consensuará posteriormente con usuario y familia.

 

- Paso 1. Entrenamiento de hábitos y habilidades laborales en Talleres Rehabilitadores.

Los talleres rehabilitadores son el marco en el que, por un lado, se refuerzan y generalizan al contexto laboral los hábitos y habilidades entrenados inicialmente en el CRPS y, por otro lado, se entrenan habilidades específicas de ajuste laboral. Para una generalización ajustada al área laboral y motivada de estas habilidades inicialmente entrenadas es fundamental conocer la orientación vocacional del usuario y trabajar en función de ésta. En el caso de que esta orientación no esté clara en un primer momento será necesario explorar en este sentido para poder encontrar, ajustar y definir una línea sobre la que trabajar. Resulta igualmente imprescindible una fluida y eficaz coordinación técnica con el CRPS de referencia con vista a complementar el trabajo que se lleva a cabo o que se llevó en su momento, evitando duplicidades.

Estos talleres son un ámbito de trabajo simulado donde el usuario adquiere o recupera los hábitos y habilidades laborales que son comunes a cualquier tipo de empleo (relación con compañeros y supervisores, resolución de problemas laborales, manejo y cuidado de herramientas…). Concebidos de una forma muy diferente a los tradicionales talleres ocupacionales, los talleres rehabilitadores son espacios de trabajo abiertos y dinámicos, donde el principal objetivo es el entrenamiento laboral del usuario y su preparación para una posterior inserción en el mercado de trabajo (Paso 3).

El taller rehabilitador tiene carácter polivalente y multidisciplinar: los trabajos que en él se realizan no se circunscriben a un área laboral determinada (electricidad, jardinería, etc. ) sino que abarcan un espectro amplio de tareas. Las tareas se supeditan siempre a las necesidades individuales de cada uno de sus usuarios (trabajadores), a su particular proceso rehabilitador. No existe una tarea fija a la que el trabajador deba adaptarse, sino que es la tarea la que se diseña en función de su capacidad, aptitudes y déficit laborales. El taller rehabilitador no tiene carácter productivo ni depende de la exigencia de la obtención de un rendimiento económico. Esa dependencia subordinaría su principal objetivo, que es la rehabilitación individualizada de sus miembros.

La trayectoria del PRL desde febrero de 2003 en cuanto a talleres rehabilitadores nos devuelve que los mismos que se iban creando en función de las necesidades del usuario y por tanto muy individualizados, a medida que se incorporan nuevas personas a estos mismos talleres, se van naturalmente transformando en talleres troncales y grupales.

El grueso del trabajo de intervención en el Paso 1 lo llevan tanto la figura del Terapeuta Ocupacional que es quien diseña y planifica los talleres, ejecutando algunos de ellos como los monitores que son básicamente ejecutores. Este trabajo está complementado por las intervenciones profesionales de la Psicóloga (atenciones individuales y familiares) en función de las necesidades de cada caso.

La atención en el Paso 1 se llevaría a cabo en los siguientes contextos:
- Taller de Oficios en el que se desarrollan trabajos de jardinería (elaboración de un cuaderno técnico, mantenimiento general, plantación, abono…); trabajos de carpintería, ebanistería y bricolaje; trabajos de pintura y restauración; trabajos de mantenimiento de las instalaciones…
- Taller de Ofimática en el que se desarrollan tareas administrativas (redacción, fotocopiado, recepción, archivo, documentación, correspondencia…); tareas en el área de la informática (redacción, mecanografía, grabación de datos, elaboración de bases de datos…); elaboración, redacción, maquetación e impresión de la gaceta; organización, funcionamiento y mantenimiento de la Biblioteca. . .
- Actividades complementarias de carácter social y cultural tanto en el PRL (lecto-escritura) como en la comunidad (asistencia al Club de Ocio para potenciar las relaciones sociales). Son aquéllas que contribuyen a la consecución de los objetivos planteados en el PIR-L, aunque algunas de ellas se desarrollen fuera del contexto y del horario del PRL.
- Atenciones profesionales por parte de la Terapeuta Ocupacional (atenciones individuales) o la Psicóloga (atenciones individuales o familiares).

 

 

- Paso 2. orientación y acompañamiento a la formación.

Una vez adquiridos determinados hábitos y habilidades de ajuste laboral en los talleres rehabilitadores (manejo y cuidado de herramientas, puntualidad, asistencia…) (Paso 1), procedemos a abordar el aspecto formativo de los usuarios. Éste siempre irá determinado por la orientación vocacional del usuario y en función de las exigencias del puesto de trabajo al que pretenda optar. En esta línea, una persona que quiera dedicarse a la pastelería podrá seguir una formación en esta dirección (elaboración de tartas) pero no una formación en que se desvíe de su orientación (jardinería). De esta forma se mantiene alta la motivación del usuario, por percibirse de forma clara que la formación es un paso más que se da en la consecución de la meta laboral y no un mero entretenimiento.

El entrenamiento previo en hábitos y habilidades de ajuste laboral está dirigido a la adquisición de herramientas por parte los usuarios para favorecer su asistencia de forma provechosa a cursos de formación.

En el momento de la integración laboral de las personas con trastorno mental suelen surgir problemas relativos a la falta de conocimientos o a la escasa cualificación profesional. Con la orientación y acompañamiento a la formación (Paso 2) contribuimos al aumento y reciclaje de la escasa u obsoleta formación de los usuarios del Programa.

Entendemos que el paso 2 tiene dos momentos: un primer momento de formación teórica y un segundo momento de formación práctica, al igual que puede suceder con una formación universitaria o con un módulo de formación profesional.

La exploración de los intereses formativos del usuario para orientar la formación teórica se llevan a cabo con él desde el paso 0 y a lo largo del paso 1, siempre coherentemente con su orientación vocacional. El Técnico de Inserción Laboral es el encargado de contactar con los recursos formativos que existen en la comunidad, preferentemente en la zona del usuario para que éste pueda beneficiarse de una formación normalizada, ajustada a sus intereses y cercana.

La formación práctica es la que tendría lugar en un segundo momento. El Técnico de Inserción es la figura encargada del contacto con empresas e instituciones para el establecimiento de convenios que permitan a usuarios del Programa la realización de prácticas laborales no remuneradas.

En ambos momentos se contempla la posibilidad de un acompañamiento inicial siempre que el usuario lo precise y un seguimiento por parte de los profesionales en función de las necesidades.

- Paso 3. orientación e inserción laboral.

Previo a este paso el usuario debe haber adquirido un buen ajuste laboral y social y tener una orientación vocacional definida y ajustada a su posibilidades reales y a las demandas del mercado de trabajo.

Las acciones de búsqueda de empleo se concretan en el acompañamiento para la definición de qué trabajo quiere buscar el usuario, dónde lo debe solicitar, qué medios tiene a su alcance para lograrlo… Fundamental para el buen desarrollo del Paso 3 es la coordinación del Técnico de Inserción con los diferentes recursos laborales de la comunidad, siempre en función de la orientación vocacional de los usuarios y su zona de residencia.

El apoyo que se ofrece al usuario una vez que se ha insertado laboralmente dependerá de su situación personal, consensuándose la forma y frecuencia. El apoyo y seguimiento pretende garantizar el mantenimiento del usuario en el nuevo puesto de trabajo de la manera más satisfactoria posible.

El trabajo en el Paso 3 está complementado con un apoyo y seguimiento por parte de los profesionales en función de las necesidades individuales (atenciones profesionales individuales con el Técnico de Inserción o la Psicóloga; atenciones familiares con la Psicóloga para aceptar, asumir y manejar los cambios que se producen con la incorporación laboral; acompañamiento inicial del Monitor al puesto de trabajo. . . ).

La atención a los usuarios en el Paso 3 se lleva a cabo de la siguiente forma:
- Coloquios Laborales (atenciones grupales de información laboral sobre temas elegidos por los participantes).
- Taller de Búsqueda de Empleo (apoyo a la búsqueda activa de empleo).
- Utilización de recursos laborales comunitarios (Urban Calerizo, Vivernet. . . ).
- Atenciones profesionales.
- Acompañamiento inicial.
La labor de rehabilitación laboral con los usuarios permite que estos se encuentren en situación de poder acceder al mercado laboral. Pero la inserción laboral también depende de que las empresas o las instituciones quieran contratar a personas de sus características, lo que hace imprescindible un importante trabajo de concienciación y sensibilización con este sector. La participación del PRL en este sentido se materializa con su participación en el proyecto e-tradis en favor de la integración laboral de las personas con discapacidad, programa que se enmarca en la iniciativa europea Equal de lucha contra la discriminación. Las acciones del proyecto e-tradis se encaminan a la concienciación y sensibilización al empresariado de la contratabilidad de las personas con enfermedad mental.
La ejecución del Programa viene fundamentada por el modelo comunitario y el equipo interdisciplinar de trabajo.

Las herramientas y el modelo que utilizamos a la hora de interactuar con los beneficiarios del Proyecto tiene como base una metodología:

Real: desviada de toda utopía.
Adaptada: a las necesidades, inquietudes, carencias, limitaciones etc. de los usuarios.
Participativa: otorgándole el protagonismo a los actores fundamentales de nuestras acciones.
Integral: que persiga el equilibrio personal de los usuarios y familiares.
Integrada: en los objetivos de la Asociación y en los de las personas con trastorno mental y familiares.
Coherente: en la relación expectativas-realidades.
Dinámica y activa: que potencie la constante revisión, renovación y mejora. En definitiva que favorezca la movilidad.
Flexible: con las dificultades que puedan surgir, afrontándolas de la manera más óptima posible.
Unificadora: de las expectativas de los usuarios, las familias y los profesionales.

 

 

El trabajo con los usuarios se lleva a cabo en forma de talleres rehabilitadores (paso 1), atenciones profesionales (pasos 1, 2 y 3) y actividades complementarias de carácter social y cultural (paso 1). Para lograr los objetivos que tienen que ver con la recuperación o adquisición de habilidades se emplearán técnicas de modelado, ensayo conductual, instrucciones, auto-registros, registros y moldeamiento, tanto individual como grupalmente, según las necesidades de cada usuario.

El PIR-L de cada usuario va siendo revisado y ajustado periódicamente en función de su evolución y de los objetivos alcanzados, estableciéndose para ello momentos específicos de trabajo del Equipo Técnico de carácter semanal, mensual, trimestral y anual.

Se establecen dos tipos de coordinaciones: interna y externa. La interna, entre los miembros del equipo de trabajo, y tiene diferentes momentos:

Diaria: para revisar las actuaciones llevadas a cabo el día anterior y la organización de ese día.
Semanal: para realizar la planificación de actuaciones y las reorientaciones necesarias de funcionamiento.
Mensual: sirven de conocimiento generalizado de todo el equipo, de cada una de las actuaciones realizadas en el mes vencido y las propuestas de trabajo para el siguiente.
Semestral: para valorar las actuaciones realizadas en el semestre transcurrido, planificar actuaciones y reorientar las que fueran necesarias.
Anual: para valorar las actuaciones de los últimos 12 meses y planificar las del año siguiente en función de la evaluación realizada y reorientaciones pertinentes.

En cuanto a la coordinación externa, principalmente, la mantiene la figura de Dirección Técnica (coordinación técnica con el Servicio Extremeño de Salud (SES), Centro de Rehabilitación Psicosocial (CRPS), Equipo de Salud Mental, Club Social…) y el Técnico de Inserción Laboral (recursos sociocomunitarios formativos, laborales…). Para otras acciones puntuales, coordinación con Junta Directiva de APAFENES, coordinación en materia de gestión con el SES, coordinación con otras entidades financiadoras, es la figura del coordinador/gerente de APAFENES quien la mantiene.

La evaluación interna, continuada a lo largo de todo el proyecto, se divide en dos ámbitos: uno general del proyecto y otro más específico de cada uno de las actividades del mismo. Se realizan dichas evaluaciones por todos los miembros del equipo.

 

 

El trabajo del terapeuta ocupacional

El Equipo Técnico damos especial importancia al espacio de intervención, siendo para nosotros igual de importante tanto cómo se recibe la rehabilitación como donde se recibe (análisis del ambiente)

El T. O. utiliza el modelo de la Ocupación Humana, entendiendo la ocupación como “todo comportamiento motivado intrínsecamente, consciente de ser efectivo en el ambiente, encaminado a satisfacer roles individuales formados y aprendidos a través del proceso de socialización”

Entendemos el comportamiento ocupacional adecuado y adaptativo como la consecuencia del equilibrio entre los factores ambientales y personales.
Las características y demandas del ambiente condicionan la elección del usuario. Por ello es necesario proporcionar un ambiente adecuado tanto en los talleres rehabilitadores como en el resto de actividades para que el usuario pueda funcionar plenamente, maximizando las posibilidades de éxito.

Una vez hecho el análisis previo de las capacidades del usuario, sin olvidar los componentes volicionales y los componentes de habituación, el terapeuta selecciona las actividades, junto con el usuario, a desarrollar para favorecer la adquisión, mantenimiento, mejora o recuperación del desempeño laboral.

Para la realización de actividades seguimos unos pasos:

- Preparación del usuario dentro del taller rehabilitador:
Establecer una relación.
Conocimiento de las actividades y tareas.
Comprometer al usuario.
- Presentación de las actividades:
Directrices verbales y proceso de demostración.
Enseñar el proceso paso a paso.
Ensayo del desempeño funcional:
- Desempeño inmediato.
Correción de errores, intentanto evitarlos.
Explicación del procceso por el usuario.
Repetición para asegurar el desempeño correcto.
- Seguimiento y verificación de progresos.

En los talleres buscamos que los usuarios sean parte activa y emisora de su proceso, participando activamente en el desarrollo de las actividades. Para ello previamente se han indagado sus intereses y orientación vocacional, haciendo coincidir estos factores con las exigencias de la actividad, asegurándonos el compromiso y su implicación terapéutica.

La atención en los talleres rehabilitadores tiene una duración de tres horas diarias con un periodo de descanso de 15 minutos, siendo flexibles dependiendo de las capacidades y demandas de los usuarios.

El proceso de evaluación cobra gran importancia. El terapeuta evalúa diariamente en los talleres rehabilitadores los hábitos básicos de trabajo mediante un registro, con el fín de ir graduando la actividad, valorar los progresos, establecer reorientaciones y objetivos reales.

También dispone de una serie de instrumentos y técnicas que le permite dirigir un razonamiento clínico para la planificación de la intervención:

- Algunos de los instrumentos utilizados por el terapeuta son:

Registro diario de hábitos básicos de trabajo.
Auto-registro de hábitos básicos de trabajo (usuario)
Cuestionario volicional. (MOHO)
Evaluación de habilidades de comunicación e interacción –ACIS- (MOHO)

- Marcos de referencia utilizados:

Cognitivo conductual.

- Fases del proceso de terapia ocupacional

1º- Recopilación de datos de la entrevista global.
2º- Evaluación inicial.
3º- Interpretación de datos.
4º- Establecimiento de objetivos.
5º -Diseño de actividades.
6º-Intervención
7º- Reevaluación
8º- Seguimiento.

- Conclusiones:

Destacar la importancia de la ocupación como medio para el desarrollo, mantenimiento y recuperación de las capacidades, destrezas y aptitudes del usuario, mediante la realización de actividades propositivas y con significado.

La necesidad de aplicar un modelo propio de terapia ocupacional para dar un sentido a nuestro trabajo diario y ofrecer unos servicios de calidad, proporcionándonos unidad e identidad como disciplina.

 

 

Resultados de la experiencia profesional

Tras múltiples evaluaciones realizadas durante todo la vida del PRL, es en el mes de noviembre de 2003, después de un año de funcionamiento del Programa, cuando los profesionales del mismo llevamos a cabo una mayor y más exhaustiva evaluación interna en la que se analizaron tanto el funcionamiento del Programa en el primer periodo, su utilidad para el colectivo como la necesidad de especificidad del recurso. Fruto de la evaluación interna, de la experiencia diaria y de la revisión bibliográfica, estas son nuestras conclusiones:

La adquisición de hábitos y habilidades básicas en las personas con trastorno mental es una tarea ardua que exige de mucha dedicación, buena metodología y profesionales preparados. Pero las situaciones con las que nos encontramos a lo largo de la vida no son constantes sino variables, y la respuesta adecuada a estas variaciones son las que nos determinarán cuánto de adaptados, de insertos socialmente estamos.

La adquisición de un hábito o habilidad supone un proceso de entrenamiento largo que abarca aspectos como la definición de la misma, identificación de sus componentes, exposición a un modelo, ensayo, información reforzante y/o correctiva sobre la actuación, repetición del ensayo. . .

Pero un hábito o habilidad no se podrá considerar totalmente adquirido hasta que el usuario no generalice lo aprendido a otros contextos, adaptándose a las necesidades y requerimientos de éstos. Un hábito aprendido en un ambiente puede producir un comportamiento que no es relevante o efectivo en otro, de ahí la importancia de establecer para la rehabilitación laboral un contexto diferenciado en que el usuario, desde el mismo momento en que cruza la puerta adquiere el rol de trabajador y debe actuar en función de éste.

Entendemos el trabajo como una parte fundamental para que se produzca el equilibrio entre las distintas áreas ocupacionales de una persona (autocuidado, ocio y trabajo) en el proceso de rehabilitación y reinserción social. El trabajo suele generar conductas similares a las que la sociedad reconoce como propias y fomenta hábitos de conducta que identifican al sujeto como integrante de esa sociedad; del mismo modo, el trabajo genera conductas que el propio individuo reconoce como pertenecientes a un grupo (Galilea y Colís, 1997).

La rehabilitación laboral pretende desplazar al usuario de su arraigado rol de enfermo hacia un rol normalizado. El rol de enfermo es un rol incapacitante que convierte al individuo en un ser al margen del discurrir natural de los acontecimientos. El rol normalizado es dinámico, integrador, mira a los demás y a su entorno (Galilea y Colis, 2000). EI vehículo más eficaz para este paso hacia la normalización es el trabajo, elemento vertebrador de la vida de las personas. La rehabilitación laboral va a propiciar ese desplazamiento de rol mediante cuatro aspectos importantes:

1. EI usuario es protagonista de su proceso de rehabilitación laboral y es consciente de sus objetivos.

Es a la vez partícipe y responsable del mismo. Los principios de la rehabilitación implican aumentar al máximo las posibilidades de elección, apoyo flexible, mantenimiento de la individualidad y participación en el proceso global de rehabilitación (Farkas, 1996).

2. Favorecimiento de una adecuada autoimagen laboral.

El usuario debe sentirse inmerso en un ambiente “normalizado”. Debe relacionarse con figuras propiamente laborales muy bien definidas y de la forma adecuada. Hay que propiciar que el individuo pueda verse a sí mismo como perteneciente a un grupo cuyos objetivos coinciden con los suyos.

La autoeficacia percibida, según Albert Bandura, hace referencia a las creencias de las personas acerca de sus propias capacidades para el logro de determinados resultados, en el caso que nos ocupa, el desempeño laboral. Una persona que se percibe laboralmente eficaz tendrá un nivel de motivación y de ejecución mucho más alto y efectivo que el de una persona que no se considere eficaz en el desempeño de esta tarea. Se trata de un abordaje basado en la “expectativa del desempeño” más que en la “aptitud para el desempeño”. La experiencia de este año nos pone de manifiesto que a su entrada en el Programa un alto porcentaje de usuarios eran aptos para el desempeño correcto de tareas laborales con el adecuado apoyo para la generalización al contexto laboral de los hábitos y habilidades que habían adquirido previamente. Pero ellos no consideraban poseer las habilidades necesarias para el funcionamiento en este contexto, esto es, no se consideraban laboralmente eficaces.

El entrenamiento diario en un contexto que reproduce un marco laboral desde su entrada al mismo con la firma de un contrato, talleres en los que trabajar, supervisores y compañeros con los que relacionarse laboralmente, horarios establecidos de entrada, salida y descanso… pone al usuario en la situación de tener que poner en práctica los hábitos y habilidades previamente adquiridos en el CRPS, pero de forma adaptada a la nueva circunstancia. Los profesionales específicos del Programa, que deben estar diferenciados de los de otros recursos de rehabilitación (tal como se explica en el Aspecto 4. Favorecimiento de una distinción clara entre los espacios terapéuticos y los espacios de entrenamiento laboral así como de los profesionales que en ellos trabajan), ajustan y refuerzan diariamente esta ejecución, viendo día a día los usuarios cómo son capaces por sí mismos de manejarse cada día mejor en un contexto laboral, sintiéndose cada vez más eficaces laboralmente. La creencia de una persona de ser laboralmente competente puede adquirirse por diferentes vías: compararse con compañeros que sí lo son, la persuasión verbal por parte de profesionales y familiares… pero la primera y más efectiva es la experiencia directa, esto es, el sentirse capaz de desempeñar una tarea porque realmente se está desempeñando, el sentirse en posesión de determinados hábitos y habilidades porque están siendo utilizados correctamente en el contexto adecuado.

El usuario que se siente capaz de hacer algo genera la motivación necesaria para llevarlo a cabo, selecciona metas reales y de ejecución posible, se autoevalúa y genera satisfacción intrínseca por el logro de metas a corto plazo.

Como se recoge en el aspecto anterior (Aspecto 1. El usuario es protagonista de su proceso de rehabilitación), desde el PRL luchamos por que el usuario sea el motor de su rehabilitación y retome las riendas de su vida. Es consecuente, entonces, que situemos la eficacia percibida, la motivación, las metas, la evaluación de la ejecución y la satisfacción en el propio usuario.

3. Favorecimiento de una adecuada imagen laboral.

Las expectativas del usuario para el rol de trabajador y del contexto laboral le sirven como guías para aprender cómo comportarse, ateniéndose a las normas laborales y formativas de los entrenamientos y tareas; manejo de herramientas, relaciones laborales, responsabilidades laborales, etc. El desempeño de un rol, papel o función dentro de la sociedad, surge en principio de una concordancia entre la imagen de sÍ mismo que el usuario percibe (autoimagen) y la imagen de uno mismo que perciben los demás.

4. Favorecimiento de una distinción clara entre los espacios terapéuticos y los espacios de entrenamiento laboral así como de los profesionales que en ellos trabajan y participan.

Los comportamientos que requieren un contexto de rehabilitación psicosocial y un contexto laboral son diferentes. Los contextos específicos y diferenciados facilitan, demandan y organizan comportamientos ajustados de forma natural. Forman un contexto tanto el espacio físico como los profesionales que en él trabajan.

Es por esto que los talleres rehabilitadores y entrenamientos específicamente laborales deben estar bien diferenciados de los programas y entrenamientos psicosociales. Asimismo, esa diferenciación debe extenderse también a las figuras profesionales de cada uno de los ámbitos, reduciendo la ambigüedad y/o confusión que acarrearía solicitar diferentes comportamientos en un mismo espacio con los mismos profesionales compartidos en ambos recuros.

El individuo en el espacio de rehabilitación psicosocial se encuentra de forma objetiva enfrentado a su enfermedad y es un sujeto enfermo que establece una relación clínica y terapéutica enfocada a superar psicosocialmente su enfermedad, trabajando en este contexto su aspecto de “enfermo”.

El espacio de rehabilitación laboral representa un ambiente normalizado en el que el individuo es un sujeto trabajador que debe ser capaz de desarrollar una forma de ser y actuar acorde a su condición. Es un paso más en el proceso de rehabilitación en el que el usuario tendrá tendencia a desplegar ciertas habilidades de adaptación propias de quien se enfrenta a nuevas situaciones y nuevas figuras no marcadas por la enfermedad, generalizando al contexto laboral los hábitos y habilidades que adquirió inicialmente en el CRPS, entrenando en este nuevo contexto su aspecto de “trabajador”.

Si es importante establecer diferenciación entre espacios, lo es en igual medida entre profesionales. El perfil de los profesionales de un recurso de rehabilitación laboral debe ser diferente al de los profesionales de uno de rehabilitación psicosocial por las propias características del proceso. En el proceso de rehabilitación laboral el usuario se encuentra ya en posesión de determinada autonomía y se maneja de una forma eficaz en la comunidad. El hecho de que cada una de las personas participantes en el Programa tenga una orientación laboral diferente en función de la que intervenir requiere de una mayor individualización, participación y dinamismo. El perfil del profesional de rehabilitación laboral debe ser, por ello, más dinámico, más activo, más específico, conocedor de la metodología de la rehabilitación laboral y con un convencimiento profundo de los beneficios del trabajo en la vida de cualquier persona, de la rehabilitación laboral en el caso de las personas con trastorno mental y de su indudable contribución a la integración social plena. Es imprescindible que el profesional de rehabilitación laboral sea consciente del proceso de la misma, conozca y confíe en la potencialidad del usuario y sea realista en sus expectativas haciendo suyas las del usuario. Un profesional únicamente será capaz de motivar laboralmente a un usuario si él mismo se encuentra motivado.

 

 

“…el trabajo es la clave de la independencia y el autorespeto…”

 

 

Bibliografía

Aronson, E. (1995) El animal social. Introducción a la psicología social.

Kielhofner, G. (2002) modelo de la Ocupación Humana.

Galilea, V. y Colis, J. (2001) Rehabilitación laboral de personas con enfermedad mental crónica: programas básicos de intervención.

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