Este artículo ha sido realizado a partir de un análisis ocupacional, mediante el modelo de la Ocupación Humana da Gary Kielhofner (1995), de la población de Cataluña con problemas de salud mental. A través de este estudio hemos detectado las necesidades de ocio por parte de las personas afectadas, que como consecuencia de la enfermedad, tienen dificultad para accedar a actividades lúdicas de forma normalizada.
Actualmente la administración pública dirige sus esfuerzos a crear espacios protagidos, los llamados Clubes Sociales o de Ocio. La mayoría de estos espacios permiten a los enfermos disponer de un lugar protecido donde relacionarse con otros enfermos y dar acceso a actividades de ocio en el mismo espacio. Es aquí donde da inicio nuestra propuesta de facilitar y fomentar las habilidades adquiridas y/o entrenadas para que sirvan en la obtención de una serie de racursos personales necesarios en la sociedad. Para lograr este objetivo debe haber un soporte inicial así como un seguimiento da la persona potenciando que sea capaz de conocer, escoger, mantener y finalizar una actividad lúdica de forma individual y según los valores, intereses y grado de satisfacción que esta le produce. Por este motivo se hace necesaria la figura de un profesional con conocimientos psicopatológicos y del análisis de la actividad, al igual que debería tener las herramientas necesarias para llevar a cabo una evaluación, un seguimiento y una valoración exhaustiva de una manera eficaz. El perfil ideal de profesional para cubrir esta vacante es la del terapeuta ocupacional.
Fuera de juego.
Neus Vila Mumbrú; Ivette Griera Raurell; Susanna Prat Vila; Rubén Del Río Sáez; Sandra Sadurní Gili.
Resumen
Este artículo ha sido realizado a partir de un análisis ocupacional, mediante el modelo de la Ocupación Humana da Gary Kielhofner (1995), de la población de Cataluña con problemas de salud mental. A través de este estudio hemos detectado las necesidades de ocio por parte de las personas afectadas, que como consecuencia de la enfermedad, tienen dificultad para accedar a actividades lúdicas de forma normalizada. Actualmente la administración pública dirige sus esfuerzos a crear espacios protagidos, los llamados Clubes Sociales o de Ocio. La mayoría de estos espacios permiten a los enfermos disponer de un lugar protecido donde relacionarse con otros enfermos y dar acceso a actividades de ocio en el mismo espacio. Es aquí donde da inicio nuestra propuesta de facilitar y fomentar las habilidades adquiridas y/o entrenadas para que sirvan en la obtención de una serie de racursos personales necesarios en la sociedad. Para lograr este objetivo debe haber un soporte inicial así como un seguimiento da la persona potenciando que sea capaz de conocer, escoger, mantener y finalizar una actividad lúdica de forma individual y según los valores, intereses y grado de satisfacción que esta le produce. Por este motivo se hace necesaria la figura de un profesional con conocimientos psicopatológicos y del análisis de la actividad, al igual que debería tener las herramientas necesarias para llevar a cabo una evaluación, un seguimiento y una valoración exhaustiva de una manera eficaz. El perfil ideal de profesional para cubrir esta vacante es la del terapeuta ocupacional.
El equilibrio entre las áreas ocupacionales de una persona favorece el hecho de tener una buena calidad de vida. El área que en general nos cuesta más equilibrar con las demás, en los adultos, es el ocio. Todos damos mucha importancia al trabajo o al cuidado de uno mismo (higiene, descanso, alimentación, …) e incluso algunos confunden el hecho de estar descansando o el placer que les da su trabajo con actividades de ocio.
El concepto del ocio
Para poder realizar nuestro estudio y llevar a cabo un proyecto que cubra las necesidades detectadas, es importante poder definir y dar una perspectiva histórica del ocio, el área de la ocupación humana abordada en nuestro trabajo.
En 1996, Argyle define ocio como: “aquellas actividades que la gente hace en su tiempo libre porque quiere, en su interés propio, por diversión, entretenimiento, mejora personal o cualquier otro propósito voluntariamente elegido que sea distinto de un beneficio material”.
“ El ocio no es sólo un componente de la calidad de vida, sino la esencia de ella”
( John Neulinger).
A lo largo de la historia nos encontramos en cada civilización, desde la griega hasta nuestros tiempos, diferentes visiones y formas de entender el ocio, dándonos cuenta de la importancia de éste, de su valor y necesidad durante siglos, en el funcionamiento de cada cultura: como una necesidad para alcanzar la serenidad interior, la elevación del espíritu y su perfección humana (civilización griega); un tiempo de descanso del cuerpo y recreación del espíritu necesario para volver a dedicarse al trabajo (imperio romano), el “ocio caballeresco” de la Edad media ( Munné, 1995), la explotación laboral de la revolución industrial, . . . hasta llegar a la democratización del tiempo de ocio y su disfrute por casi todos los estamentos sociales de la sociedad Occidental actual.
Desde el Instituto de Estudios de Ocio y la Cátedra ONCE y discapacidad de la Universidad de Deusto “ Se considera el ocio como un derecho humano fundamental que favorece el desarrollo de las personas y del que nadie debiera ser privado por razones de discapacidad, género, orientación sexual, edad, raza, religión, creencia, salud, condición económica o cualquier otra circunstancia personal o social. El ejercicio de este derecho, recogido en un repertorio amplio de leyes y normas, debiera recoger de forma explícita el espíritu del ocio inclusivo y además garantizarse en la práctica”. ( Manifiesto por un ocio inclusivo, Congreso Ocio, Inclusión y discapacidad, Bilbao 2003).
Entendiendo el ocio como parte de la ocupación diaria de la persona, hemos considerado importante mencionar algunas citas que indican los beneficios de la ocupación y por tanto del ocio:
“Los beneficios de la ocupación incluyen el mantenimiento de la salud física y a nivel psicológico (carácter), y una adaptación satisfactoria o desarrollo. El involucrarse en las ocupaciones de la vida diaria es un mecanismo para satisfacer las necesidades intrínsecas, las cuales, una vez satisfechas incrementan la felicidad, la satisfacción en la vida y el bienestar que la persona percibe”. ( Christiansen & Baum 1997).
También ha sido reconocido el efecto nocivo de la falta de ocupación en el ser humano: “la inactividad, el aburrimiento por un largo periodo perjudica el estado físico y emocional”. (James, Jongward 1978).
Esta problemática está muy relacionada con el enfermo mental. Anthony y Blanch (1987), afirman que “algunos de los síntomas causados por el desempleo a largo plazo, como son el aislamiento social, pasividad, letargia y aislamiento, reflejan parte de su sintomatología”. “En aquellos diagnosticados de esquizofrenia la inactividad parece ser uno de los mayores peligros a su bienestar mental”. ( Oxley 1995).
De todo ello se deduce la importancia vital a acceder a ocupaciones significativas de las personas con una problemática mental severa. Este acceso y participación forma parte de la esencia de la terapia ocupacional.
“ La actividad de ser una persona es una actividad de creación de significado”. (Kegan 1982).
Análisis de la población
Subsistema volitivo:
* Intereses
Los intereses pueden verse alterados por los siguientes síntomas:
- Déficits de habilidades sociales (comunicación verbal y no verbal).
- sintomatología (positiva y negativa).
- Falta de motivación.
- Apatía
* Valores
- Posible cambio en los valores de la persona.
* Causalidad personal
- Alteración locus de control interno
- Alteración locus de control externo
- Expectativas desajustadas
- Experiencias previas de fracaso
Subsistema de habituación:
* Roles
- Cambio, deterioro o pérdida de sus roles habituales
* Hábitos
- pérdida / abandono de los hábitos de ocio
- Posible deterioro en los hábitos de automantenimiento (aspecto personal)
- Alteración en los hábitos laborales
Subsistema de ejecución:
* Sociales
- Dificultades de integración comunitaria (uso de transportes, problemas de orientación temporo-espacial, dificultades en el manejo del dinero, dificultad en el manejo de las habilidades sociales, …)
* Cognitivas
- Déficits cognitivos
- Interferencias de los efectos secundarios de la medicación
* Emocionales
- Labilidad emocional
- Hipereactividad emocional
- Hipoestesia afectiva
* Motores
- Interferencias de los efectos secundarios de la medicación
- Posibles alteraciones motoras debidas a la patología ( temblor, tics, esteriotipias, manierismos, agitación, estupor, bradicinesia, convulsiones, …)
Medio ambiente
- afectación del medio físico, social, cultural, económico y familiar. En su entorno habitual los sujetos con problemas psiquiátricos severos encuentran una serie de barreras (añadidas a aquellas que encuentra como cualquier otro ciudadano), que dificultan su plena integración en los recursos comunitarios.
Fuera de juego
Nuestro proyecto tiene la finalidad principal de cubrir la necesidad detectada en el análisis ocupacional de las personas con trastorno mental en un área específica, que es el ocio. En el análisis, hemos detectado que todas las personas afectadas pueden realizar actividades de ocio en un Club Social o directamente las ofrecidas por su comunidad. Para realizar una actividad de ocio significativo la persona necesita una serie de habilidades: conciencia de la necesidad de realizar algo placentero, descubrir gustos, intereses, capacidades y dificultades, tener confianza en uno mismo, conocer los recursos que tiene a su alcance, capacidad de comunicación, iniciativa, motivación, capacidad de iniciar una actividad, de mantenerla, de terminarla, de valorar si le gusta, capacidad de relacionarse con el entorno social, físico y cultural, … Tenemos que tener en cuenta que habrá muchas personas que sin un entrenamiento, adaptación o soporte en el área del ocio pueden presentar dificultades a la hora de mantener, desarrollar, … ocupaciones significativas para ellas, tanto en su comunidad, como en su entorno más inmediato (familiar, institucional, etc).
Este proyecto se puede desarrollar en diferentes ámbitos: Club Social, Centro de Día, servicio de Rehabilitación Comunitaria, Centro de Salud Mental, área Básica de Salud, hospital de Día, Centro Ocupacional, Centro especial de Trabajo, residencia, centro cívico de la comunidad, . . . Nuestro programa es un “programa de Ocupación del tiempo libre” (Rodríguez, 1997), para el cual consideramos idónea la figura del terapeuta ocupacional ( TO) ya que el proceso de intervención que utiliza, basado en los procedimientos y actividades con propósito, permite desarrollar, en el caso que precise, una valoración y posterior tratamiento de aquellas alteraciones en el área del ocio en personas con trastorno mental.
Desde la TO estructuramos las categorías de función de la persona en:
- Áreas de desarrollo ocupacional: incluyen las AVD (Actividades Vida Diária), Actividades de trabajo, relaciones con el entorno i actividades de ocio.
- Componentes de desarrollo ocupacional: se refiere a las habilidades funcionales que se requieren para el desarrollo ocupacional, incluyendo componentes sensoriales, motores, cognitivos y psicosociales)
El programa consta de dos Módulos. A continuación vienen definidos cada uno de ellos:
MÓDULO PRIMERO
1. Coordinación con los profesionales y recursos que intervengan en el plan de tratamiento del usuario para facilitar la integridad del proceso de rehabilitación.
CRITERIOS DE INCLUSIÓN DEL PROGRAMA:
· Personas afectadas de una enfermedad mental.
· Personas que estén en tratamiento psiquiátrico.
2. Conocimiento y coordinación, si se precisa, con los servicios comunitarios para analizar y/o adaptar las actividades que ofrecen para visualizar de forma general todos aquellos recursos o actividades susceptibles de ser utilizados y posteriormente analizar, adaptar y/o entrenarlas.
MÓDULO SEGUNDO
El segundo módulo se hará con la participación activa del usuario.
1. Se hará una valoración para detectar el nivel de disfunción ocupacional así como las habilidades en el área del ocio.
-Entrevista individual con el usuario. El Terapeuta debe recoger toda la información posible para realizar el análisis ocupacional individual de la persona. Teniendo en cuenta que en el estado español carecemos de instrumentos de evaluación específicos estandarizados para poder analizar este área del desempeño a excepción del “Cuestionario de Ocio y Tiempo Libre” de V. Larrínaga. Los instrumentos utilizados en la evaluación de terapia Ocupacional podrían ser:
- Listado de Intereses (Durante P. , 1996)
- Planilla de estructuración de la rutina ocupacional diaria.
- cuestionario Ocupacional (Riopel, 1981; Mundo, 1986)
- cuestionario de Ocio y Tiempo Libre (Larrínaga V. , 1993)
- entrevista Histórica del Funcionamiento Ocupacional (OPHI- II) (Kielhofner G, Mallison T, Crawford C, Novak M, Rigby M, Henry A y Walens D, 2000)
- Autoevaluación del Funcionamiento Ocupacional (AFO) (Baron & Curtin, 1990)
- Canadia Ocuppational Performance Measure (COPM) Mary Law, Sue Baptiste, Anne Carswell, Mary Ann McColl¸ Helen Polatajko, Nancy Pollock
- Pie de vida (Mc Dowell, 1976; Neville, 1980)
- Observación directa
2. Valorar la motivación en el ocio y si es necesario concienciar al usuario de la importancia de éste.
3. Se tendrá en cuenta la situación del usuario en relación a su entorno y sus condiciones socioculturales así como su entorno físico. La terapia Ocupacional tiene una visión Holística de la persona, y para garantizar un buen servicio a todos los niveles se le propone a l’usuario ésta coordinación. Con esto facilitaremos un refuerzo positivo para la persona y un trabajo conjunto con todos sus referentes.
4. Dar estrategias para que la persona busque distintas actividades significativas para él, donde a partir de sus capacidades y habilidades podamos trabajar el área del Ocio y sus componentes de ejecución afectados.
5. Explicar o dar estrategias al usuario para encontrar aquellas actividades significativas, protegidas o comunitarias que pueda llevar a cabo.
6. Dependiendo del grado de autonomía personal que tiene cada usuario, se adaptará de una forma u otra la actividad, se entrenarán algunas de las habilidades necesarias para conseguir un buen desempeño funcional o si se requiere se podrá ofrecer un acompañamiento terapéutico en el recurso escogido durante el período de tiempo necesario. Habiendo finalizado este punto, habremos conseguido que la persona haya escogido aquella ocupación significativa para ella con el soporte que requiere en cada momento de su proceso sea a nivel institucional o ya a nivel comunitario.
7. Una vez la persona se ha incorporado en el recurso escogido o bien ha empezado a realizar la actividad/es para realizar en su tiempo libre, el Terapeuta Ocupacional deberá hacer un seguimiento del plan terapéutico con el usuario. Es importante que en el seguimiento se valore la satisfacción del usuario realizando aquella actividad. Debemos tener en cuenta, más que el resultado, el grado de realización y satisfacción del usuario en el desempeño de la actividad.
- Analizar la finalización de cada actividad planteando acabar el proceso o continuando con más actividades. Si el motivo de finalización es el abandono, se puede plantear modificar la actividad, cambiar el plan de tratamiento o bien buscar otro recurso más adecuado a la persona, o por el contrario, plantear la finalización del proceso.
9. En todos los casos, de deberá realizar una valoración final del plan terapéutico. Ésta valoración se hará de forma conjunta con el usuario pudiendo realizar retests de las valoraciones iniciales. No debemos olvidar, que a parte de las valoraciones objetivas a través de tests o escalas. Tendremos que realizar otras de subjetivas. A partir de toda esta información, si es necesario, se realizará otro plan terapéutico adaptado al momento que se encuentra la persona y teniendo en cuenta sus disfunciones ocupacionales en el área del ocio. Éstas pueden ser las mismas que cuando empezó o bien se pueden haber modificado. De una u otra forma, la redefinición del plan terapéutico se tiene que hacer. El proyecto tendrá sentido para la persona hasta que ésta sea capaz de escoger las actividades que le motiven, empezarlas, mantenerlas y finalizarlas de una forma autónoma y satisfactoria en el lugar o recurso adecuado.
Conclusiones
Las personas que tienen una enfermedad mental tienen unas dificultades causadas por ésta, por los efectos secundarios de la medicación que toman, por la cronicidad de su enfermedad, … que alteran su equilibrio ocupacional. Muchas de estas personas no tienen ninguna actividad productiva o ésta es reducida. Como consecuencia, estas personas tienen un incremento de tiempo libre. Cuantos de nosotros hemos estado unos días sin una rutina por causa por ejemplo de enfermedad, y al cabo de unos días no sabemos qué hacer con nuestro tiempo. Si a este hecho, que nos ha podido ocurrir a todos, le sumamos unas dificultades como son la apatía, la falta de iniciativa, la dificultad en mantener relaciones sociales, el miedo de salir de casa, …, el resultado es la inactividad o la desocupación, la cual, también se cree que es una posible causa de recaída de las personas que tienen este tipo de enfermedades.
Como todos sabemos, todos somos diferentes. También somos diferentes en el momento de sufrir una enfermedad, por ejemplo, mental, es decir, las personas con una enfermedad mental tienen unas dificultades diferentes y evidentemente, también tienen unas capacidades, que también son diferentes en cada una. Es por eso, que creemos que el abanico de servicios, programas y ayudas tiene que ser lo suficientemente extenso para cubrir las necesidades de estas personas. En las áreas de automantenimiento y productividad, una persona puede pasar: de una institución protegida, a la realización de esa actividad en su propia comunidad con un soporte, al final, si su autonomía lo permite, puede realizar esa actividad en su comunidad sin ningún tipo de ayuda. Por eso, es necesario que en el área del ocio también exista este soporte. En definitiva, el tratamiento de las personas con enfermedad mental tiene que englobar el área del ocio y considerar este tratamiento concreto como imprescindible en el proceso de rehabilitación. En los objetivos del “Pla de Salut. Salut Mental del Servei Català de la Salut” incluye la inserción comunitaria como parte del tratamiento. Esto puede reflectarse, por ejemplo, en el objetivo de los centros de día, de tener el PIRR de cada usuario. El PIRR es el Programa Individual de Rehabilitación y Reinserción.
Todos los profesionales de la salud mental sabemos que la enfermedad mental está estigmatizada por la sociedad. En el momento en que a estas personas solo se les da la opción, en su tiempo libre, de relacionarse y realizar actividades de ocio con personas con su misma enfermedad, estamos imposibilitando la integración de éstas , es decir, estigmatizándolas. Estas personas se acostumbran a realizar actividades de ocio protegidas, en grupo y dentro de unos horarios y espacios. Cuando estos están cerrados o no les gusta las actividades que se realizan o quieren conocer a gente con la que tengan en común afinidades y no un diagnóstico, estas personas no tienen las capacidades para resolver estas situaciones.
La terapia ocupacional forma parte de la rehabilitación de las personas que tienen alguna dificultad en sus componentes de ejecución y que afectan a una o varia áreas de ocupación. Siempre teniendo en cuento, y trabajando directamente en su entorno físico, social y cultural. El instrumento de trabajo del terapeuta ocupacional son las actividades significativas para la persona, y las utiliza para trabajar todos los componentes de ejecución (motores, sensoperceptuales, cognitivos y psicosociales), mejorar el desempeño en las áreas ocupacionales, y adaptar su entorno para aumentar la autonomía y la calidad de vida de la persona. Todo esto lo hace teniendo en cuenta sus capacidades, dificultades, sus intereses, su historia, … y adaptando todo a la situación actual de la persona.
Si el profesional que cubra esta necesidad tiene que tener en cuenta a la persona como ser holístico y utilizar esta información para el tratamiento, adaptando lo que necesite la persona a su situación, ese profesional es el terapeuta ocupacional. Además, puede cubrir esa necesidad trabajando en un servicio centrado íntegramente en el ocio, o en un servicio donde su función se base en trabajar otra área ocupacional o todas juntas.
Bibliografía
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