La familia es uno de los factores más importantes para el desarrollo psicosocial en la vida del ser humano. El Consejo de Europa, consciente de la importancia del rol de los padres en el desarrollo de los hijos, promovió la Recomendación sobre Políticas de Apoyo al Ejercicio Positivo de la Parentalidad (2006), definiendo la parentalidad positiva como “comportamiento de los padres fundamentado en el interés superior del niño, que cuida, desarrolla sus capacidades, no es violento y ofrece reconocimiento y orientación que incluyen el establecimiento de límites que permitan el pleno desarrollo del niño”. En esta investigación se han revisado los programas de parentalidad positiva disponibles a nivel nacional e internacional, poniendo el foco de atención en aquellos que han sido evaluados, y por tanto hay constancia de su efectividad. Se han encontrado 13 artículos con programas y su correspondiente evaluación. La mayor parte de los estudios coinciden en que los programas de parentalidad positiva son eficaces para que los padres modifiquen sus estilos parentales de permisivos o negligentes a democráticos, mejorando la comunicación, asertividad y resolución de conflictos. Asimismo, los progenitores están más satisfechos con la crianza de sus hijos, mostrando mayor autoestima y autoeficacia, menos estrés parental y percibiendo mejor clima familiar. También se perciben menos problemas de conducta por parte de los hijos. Es de vital importancia seguir evaluando los programas de parentalidad positiva para conocer tanto sus puntos fuertes, como aquello que es posible mejorar para contribuir a un mejor desarrollo psicosocial de los hijos.
Consulta Dr. Carlos Chiclana
PARENTALIDAD POSITIVA: PROGRAMAS ACTUALES Y BENEFICIOS
Diana Licencín Robles, María Martín-Vivar, Daniel Rama Víctor.
d_licencin@hotmail. com
Parentalidad positiva, programas, resultados
Positive parenting, programs, results
RESUMEN
La familia es uno de los factores más importantes para el desarrollo psicosocial en la vida del
ser humano. El Consejo de Europa, consciente de la importancia del rol de los padres en el
desarrollo de los hijos, promovió la Recomendación sobre Políticas de Apoyo al Ejercicio Positivo
de la Parentalidad (2006), definiendo la parentalidad positiva como "comportamiento de los
padres fundamentado en el interés superior del niño, que cuida, desarrolla sus capacidades, no
es violento y ofrece reconocimiento y orientación que incluyen el establecimiento de límites que
permitan el pleno desarrollo del niño".
En esta investigación se han revisado los programas de parentalidad positiva disponibles a nivel
nacional e internacional, poniendo el foco de atención en aquellos que han sido evaluados, y por
tanto hay constancia de su efectividad. Se han encontrado 13 artículos con programas y su
correspondiente evaluación.
La mayor parte de los estudios coinciden en que los programas de parentalidad positiva son
eficaces para que los padres modifiquen sus estilos parentales de permisivos o negligentes a
democráticos, mejorando la comunicación, asertividad y resolución de conflictos. Asimismo, los
progenitores están más satisfechos con la crianza de sus hijos, mostrando mayor autoestima y
autoeficacia, menos estrés parental y percibiendo mejor clima familiar. También se perciben
menos problemas de conducta por parte de los hijos.
Es de vital importancia seguir evaluando los programas de parentalidad positiva para conocer
tanto sus puntos fuertes, como aquello que es posible mejorar para contribuir a un mejor
desarrollo psicosocial de los hijos.
ABSTRACT
Family constitutes one of the most important factors in psychosocial development across the life
spam. The Council of Europe, aware about the parental roles' influence in children development,
promoted the Recommendation on Policy to Support Positive Parenting (2006) , defining positive
parenting as '' parental behaviour based
on the best interest of the child that is nurturing,
empowering, non-violent and provides recognition and guidance which involves setting of
boundaries to enable the full development of the child".
In this investigation a review about the positive paterenting programs available at national and
international level is presented, focusing on those who have been assessed and therefore contain
evidence of its effectiveness. We have found 13 articles with programs and their evaluations.
The majority of these studies agree that positive parenting programs are efficient to promote
change in parental styles, from permissive or negligent to democratic, improving communication,
assertiveness and problem solving. Furthermore, parents present higher rates of satisfaction
regarding their upbringing capacities, showing a higher self-steem and self-efficacy, less parental
stress and sensing a better familiar environment. Besides, they report less behavioural problems
in their infants.
An ongoing assessment on positive parenting programs is paramount to gain a deeper
understanding about the strenghts and possibilities offered by these procedures, as well as to
identify limitations in order to advance knowledge that contributes to better children
development.
INTRODUCCIÓN
La importancia de la familia en el desarrollo psicosocial
La influencia del contexto social y familiar en el desarrollo socioemocional y cognitivo del niño
es innegable (Rubilar y Filippetti, 2014). Según Bronfenbrenner (1986), aunque existen factores
interpersonales que influyen en el desarrollo psicosocial, la mayor parte de ellos están sujetos a
las interacciones con los cuidadores, especialmente en los primeros años de vida. Así la familia
es considerada por diversos estudios como uno de los factores más importantes del contexto
social a lo largo de todo el ciclo del ser humano (Sanders y Morawska, 2010).
En una investigación realizada por Martínez, Pérez y Álvarez (2007) sobre la crianza en España,
se encontró que el 43, 6% de los padres de una muestra de 124 participantes afirman tener
dificultades para entender la conducta de sus hijos, sobre todo de los adolescentes. Esto provoca
culpabilidad en los padres ya que sufren la presión de las expectativas sociales de criar hijos con
éxito.
El bienestar del menor
Respecto a los elementos clave para la salud y bienestar del menor desataca la propuesta
realizada por el Departamento de Salud del Reino Unido (2000) que aporta 3 elementos que
considera claves para el bienestar infantil: familia y factores ambientales, capacidades
parentales y necesidades del menor. Como limitación se encuentra la falta de consideración de
las relaciones jerárquicas y las interacciones entre los determinantes familiares y ambientales.
Figura 1. modelo de bienestar infantil
Nota. Fuente: Department of Health (2000). Assessing Children in Need and their familiesPractic Guidance (1º Ed. ). London. The Stationary Office.
Este modelo se ha empleado a nivel internacional para evaluar en bienestar infantil y ser una
herramienta de diagnóstico, evaluación e intervención (Milani, Servati, Ius, Damasi y Zanon,
2013). Los elementos que se encuentran en las aristas del triángulo se consideran condicionantes
a la hora de construir una parentalidad positiva (Rodrigo, Máiquez, Martín y Byrne, 2010).
Esta propuesta se encuentra acorde con la realizada por la European Union Community Health
Monitoring Programme desarrollado por Rigby y Köhler (2002). Desde este enfoque se sitúa la
interacción entre la salud y desarrollo infantil y parentalidad positiva como elementos centrales
que son afectados por diversos factores contextuales que modifican dicha interacción. Este
modelo pretende ser una herramienta para conocer los factores psicológicos, fisiológicos,
sociales, domésticos y familiares que influyen en el bienestar de los niños y niñas, aunque de
nuevo no tiene en cuenta las relaciones y su posición entre los determinantes.
Parentalidad positiva
La Recomendación del Consejo de Europa (Rec2006/19) sobre Políticas de Apoyo a la
Parentalidad Positiva ha impulsado la utilización de programas de parentalidad positiva para
capacitar y fortalecer tanto a las familias como a la comunidad (Rodrigo, 2016).
Según Bornstein (1995) la parentalidad se refiere a las actividades que llevan a cabo el padre y
la madre en el proceso de cuidado, socialización, atención y cuidado de los hijos; es un proceso
biológico y psicosocial. El ejercicio de parentalidad implica satisfacer las necesidades en relación
al desarrollo de los hijos, así como las demandas variables del ciclo vital familiar y contexto
social (Cebotarev, 2003).
Por su parte, la parentalidad positiva es definida como "comportamiento de los padres
fundamentado en el interés superior del niño, que cuida, desarrolla sus capacidades, no es
violento y ofrece reconocimiento y orientación que incluyen el establecimiento de límites que
permitan el pleno desarrollo del niño" (Comité de Ministros del Consejo de Europa, 2006).
En España se ha adoptado también un enfoque de prevención y apoyo familiar basado en el
Consejo de Europa. La colaboración entre el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad
y la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) y un consorcio de seis universidades
(Universidad Autónoma de Madrid, Universidad de Barcelona, Universidad de la laguna,
Universidad de las Palmas de Gran Canaria, Universidad del País Vasco y Universidad de Oviedo)
han permitido diseminar el concepto y la práctica de la parentalidad positiva entre los distintos
profesionales que trabajan en servicios de la familia y la infancia. Asimismo, hacen llegar este
enfoque también a la red de servicios sociales, educativos, sanitarios y comunitarios (Rodrigo,
Chaves y Quintana, 2011). Este grupo de entidades ha elaborado una Guía de Buenas Prácticas
en Parentalidad Positiva. Esta guía incluye un protocolo de 25 buenas prácticas y sus indicadores
para evaluar si se encuentran en los diferentes programas.
Se pretende movilizar un cambio en el modo en el que los profesionales llevan a cabo el trabajo
con las familias, dejando atrás el modelo del déficit y apostando por un modelo basado en la
promoción y prevención (Rodrigo, Byrne y Álvarez, 2012). De acuerdo a este modelo se
identifican las habilidades que poseen los padres y desde ahí se promocionan o potencian
aquellas que son necesarias.
La diferencia entre los programas de salud habitual y los programas de parentalidad positiva es
que los primeros se limitan a trasmitir la información relacionada con la salud infanto-juvenil,
promocionar hábitos saludables y valorar los cuidados generales del niño. Sin embargo los
segundos, además de trabajar en hábitos de vida saludable, también lo hacen en resolución de
problemas, habilidades parentales, estilos educativos o desarrollo infantil y juvenil. En los
programas habituales de salud se destacan las recomendaciones de prevención y en los
programas de parentalidad positiva además de ello se posee una visión más integral de la familia,
desarrollo personal parental, desarrollo infantil y adolescente, detección y actuación ante
situaciones de riesgo, promoción de roles igualitarios y sensibilidad ante la diversidad familiar
(Palacios et al. , 2014).
Modelos de parentalidad positiva
Según Smith (2011) las primeras teorías sobre parentalidad sitúan en el centro el
comportamiento de los padres. De esta manera, se concibe el desarrollo de los hijos como una
tarea que depende de sus padres y sus madres de manera unidireccional.
Entre las teorías unidireccionales podemos encontrar:
teoría del apego: se centra en los factores de protección y seguridad ofrecida por los
padres durante los primeros años de vida (Ainsworth, Blehar, Waters y Wall, 1978;
Bowlby, 1982).
teoría del aprendizaje social (Bandura y Walters, 1977): se centra en las experiencias
sociales y procesos cognitivos y los comportamientos de los padres que reforzarán y
condicionarán las de sus hijos. Esta perspectiva ha sido relacionada con el rol parental en
niños y niñas a partir de los 3 años (Scott y Gardner, 2008), y las relaciones positivas
cuidador-niños han sido relacionadas con menor problemas de conducta en hijos
(Gardner, 1987).
Desde las teorías de bidireccionalidad parental se deja atrás el supuesto centrado en el
protagonismo únicamente parental y plantean la influencia también de los hijos sobre los padres.
Los niños deben ser vistos no sólo como beneficiarios o perjudicados del estilo parental, sino
como un determinante de este estilo y un sujeto activo en la relación paterno-filial. Rodrigo,
Máiquez, Martín y Rodríguez (2015) apoyan que los hijos tienen un papel activo planteando como
padres y madres con ciertas habilidades parentales actúan de modo diferente con un hijo que
con otro, pues la interacción con cada uno de ellos hace que las estrategias sean modificadas.
Finalmente, las teorías multifactoriales explican la parentalidad positiva no sólo desde el
protagonismo y la interacción paterno-filial, sino añadiendo también el importante papel del
contexto liderado por Belsky (1984) y posteriormente por otros autores como Bloomfield y
Kendall (2012) y Smith (2010) planteando que la parentalidad depende de: recursos personales
y psicológicos paternos, características del niño o niña, las fuentes estresoras y/o de apoyo del
contexto dónde se dan las relaciones paterno-filiales.
En España, cercanos al modelo de Belsky encontramos a Rodrigo et al. (2010) en el que el
desarrollo de la parentalidad positiva se encuentra sujeto a múltiples condiciones: contexto
psicosocial, necesidades del menor y capacidades parentales. El contexto psicosocial hace
referencia a aquellos aspectos del entorno familiar que pueden actuar como factores de riesgo
que implican estresores que dificultan la tarea de los progenitores, o bien factores protectores
que posibilitan que las familias dispongan de capacidades y recursos para superar los estresores.
Las necesidades del menor comprenden aquellos factores que caracterizan al niño o niña
dependiendo de la etapa evolutiva y de los problemas de salud que pueden modificar su
vulnerabilidad. Por último, las capacidades parentales son aquellas habilidades y capacidades
del adulto que permiten desarrollar el rol parental (autoestima, comunicación, capacidad para
solucionar conflictos, diferentes recursos o apoyos entre otros).
Desde la introducción del elemento positiva al concepto de parentalidad nos encontramos ante
un proceso de modificación de la concepción de parentalidad como autoridad a otro de
responsabilidad por asegurar el bienestar y protección del menor. Según ésta, la socialización
deja de ser una tarea exclusiva de los padres que modelan la conducta de sus hijos transmitiendo
creencias, normas y valores que los menores deben interiorizar e imitar. Desde la Recomendación
tanto padres como hijos son protagonistas en el proceso de adquisición y construcción de normas
y valores mediante la acomodación y negociación llevadas a cabo en sus interacciones diarias
(Kuczynsky y Parkin, 2007).
OBJETIVOS
El objetivo de esta investigación es conocer cuáles son los programas de parentalidad positiva
con evaluación disponible, tanto a nivel nacional como internacional. Asimismo, se pretende
mostrar en qué aspectos son eficaces.
MÉTODO
Para la realización de esta revisión se han utilizado un total de 45 artículos científicos, 13 de
ellos referidos a programas de parentalidad positiva con su correspondiente evaluación. Los
programas con evaluación disponible son del año 2002 al 2016, con el fin de abarcar programas
actuales. Las palabras clave utilizadas han sido "parentalidad positiva", "programas" "resultados"
"evaluados. La búsqueda bibliográfica se ha llevado a cabo en Psyinfo, Scopus y Wos.
RESULTADOS
Autores
Martínez-González,
Rodríguez-Luis,
Álvarez-Blanco y
Becedóniz-Blanco
Año
2016
Programa
Guía
Programa de
desarrollo de
competencias
emocionales
Triple PPositive
Parenting
Program
Cuestionarios
escala de competencias
parentales emocionales y
sociales.
Bodenmann, Cina,
Ledermann y Sanders
2008
Leijten, Overbeek y
Janseens
Letarte,
Normandeauy Allard
Resultados
Padres:
Mayor autoeficacia
Comunicación
Solución de conflictos
Normas y límites
Padres:
Mayor autoeficacia y
satisfacción con la crianza
Menos estrés
Perciben menos problemas
de conductas en sus hijos.
País
España
2012
Parents and
Children Talking
Together
Strengths & Difficulties Q
(SDQ)
Parenting Scale
International Dimensions
Coding System
Padres:
Aumento del estilo educativo
democrático
Países
Bajos
2010
Incredible Years
Parenting practice interview
Parentig self-agency
measure
Eyberg
Parent satisfaction
Questionnaire
Aumento del estilo educativo
democrático
percepción de menos
problemas de conducta en
sus hijos.
Países
Bajos
Parenting Scale
Parentig Sense Of
Competence
Parent Problem CheckList
Eyberg
Dyadic Adjustment Scale
Li, Chan, Mak y Lam
2013
HAPA
Self reported parent-child
relationship
Chinesse version of
perceived
Parental stress scale
Aumento del estilo educativo
democrático
Menos estrés
Hong
Kong
Hutchings et al.
2007
Incredible Years
Eyberg
Parenting stress index
Observational measures
Gales
Suárez, Rodríguez y
Rodrigo
2016
Educar en
positivo - online
Internet Questionnaire
Online Social Support
Questionnaire
Module Satisfaction
Questionnaire
Padres:
Menos estrés
Menos depresión
Aumento del estilo educativo
democrático
Hijos:
Menos conductas
antisociales
Menos conductas de
hiperactividad
Mayor autocontrol
Padres:
Mayor autoeficacia
Aumenta el estilo educativo
democrático
Mejora en la resolución de
conflictos
Mayor bienestar y menos
sentimiento de soledad por
el apoyo de otros padres
Martín, Máiquez,
Rodríguez, Correa y
Rodríguez
2004
Apoyo personal
y familiar
cuestionario de ideas sobre
el desarrollo y educación
hijos
cuestionario sobre agencia
personal de los padres
cuestionario situacional
sobre prácticas educativas
de riesgo
reducción de creencia en
teorías nurturisras e
innatistas
Mayor autoeficacia
Aumenta el estilo educativo
democrático
España
Rodrigo, Máiquez,
Martín, Byrne
2002
Educar en
Familia
Padres:
reducción teorías
nurturistas e innatistas
Aumenta el estilo educativo
democrático
Mayor autoeficacia
percepción de menos
problemas de conducta en
los hijos
Mayor apoyo social y
recursos municipales
España
Bartau y Etxeberría
2008
COFAMI
(Corresponsabili
dad Familiar)
protocolos de evaluación del
riesgo para familias
monoparentales y
biparentales
cuestionario de teorías 39
implícitas sobre el desarrollo
y la educación de los hijos y
las hijas
cuestionario situacional
sobre pautas educativas de
riesgo
cuestionario sobre la
agencia parental de los
padres y de las madres
escala de apoyo social para
los sistemas informales y
formales adaptada
cuestionario de apoyo social
(SSQ)
escala de participación de
los hijos e hijas en las
tareas familiares
la escala de Clima Social en
la Familia (FES)
escala de Socialización
Familiar
escala de Igualdad ante el
rol Sexual
Padres
Aumenta el estilo educativo
democrático
Mejora del clima familiar
Hijos:
Mayor colaboración y
responsabilidad en tareas de
la casa
percepción de aumento del
estilo educativo democrático
España
XVIII Congreso Virtual Internacional de Psiquiatría
www. interpsiquis. com - febrero 2017. Psiquiatria. com
España
PARENTALIDAD POSITIVA: PROGRAMAS ACTUALES Y BENEFICIOS
Roskam
2015
Lou & Us
Evaluation des Pratiques
Educatives Parentales
(EPEP-PPSF)
Parental Perception
Inventory (PEPPE)
Echelle globale du sentiment
de compe´tence parentale
(EGSCP)
Profil Socio-Affectif (PSA)
Padres
Aumento del estilo educativo
democrático
Mayor autoeficacia
Bélgica
Salari, Ralph y
Sanders
2014
Triple P
Padres:
percepción de menos
problemas de conducta en
sus hijos.
Aumento del estilo educativo
democrático
Australia
Rodrigo et al.
2008
Crecer Felices
en Familia
Strengths and Difficulties
Questionnaire
Conflict Behavior
Questionnaire
Parenting Scale
The Parent Problem
Checklist
Conocimiento sobre el
Calendario Evolutivo e
Influencia Percibida
Sub-escala de Necesidades
Infantiles
cuestionario de Sentido de
Competencia Parental
Índice de estrés Parental
inventario de Parentalidad
Adulto-Adolescente
Aumento de la satisfacción
parental
Aumento del estilo educativo
democrático
Menos estrés
Mejor conocimiento
calendario evolutivo
Correcta detección de
necesidades evolutivas
España
CONCLUSIONES
Los programas de parentalidad positiva recogidos en esta revisión han demostrado su eficacia
en diferentes ámbitos. El objetivo de cada uno de ellos es potenciar habilidades parentales para
un desarrollo óptimo del niño o adolescente y una mejor relación padres e hijos, en los que se
consideran a ambos factores importantes, así como su contexto y apoyos disponibles en la
comunidad.
El mayor beneficio se ha encontrado en relación a los estilos educativos. Los padres que han
participado en los programas de parentalidad positiva perciben que su estilo educativo pasa de
ser menos permisivo o autoritario a más democrático. El estilo democrático se caracteriza por el
establecimiento de normas y límites de modo adecuado para que los hijos lo entiendan,
acompañándolo de afecto y sensibilidad. Este estilo se diferencia del permisivo y autoritario,
bajo en nivel de control y alto en afectividad en el primero, y alto en el control y bajo en el afecto
en el segundo (Steinberg, 2001). El estilo permisivo se ha asociado con falta de regulación
emocional, aumento de abuso de sustancias, agresividad y problemas escolares. Por su parte,
el autoritario se ha asociado a malas relaciones con los cuidadores que genera depresión infantil
y relaciones negativas con los pares en la adolescencia.
El segundo factor que se ve aumentado gracias a los programas mencionados anteriormente es
la autoeficacia. Se trata de uno de los elementos clave de cualquier proceso educativo para
adquirir conocimientos y habilidades es la percepción propia de poder llevar a cabo lo aprendido.
Las actitudes, creencias y percepciones que poseen los progenitores en su rol de padres
modifican el mismo (Smith, 2011). En los programas de parentalidad positiva se observa un
incremento del locus de control interno o autoeficacia que perciben los padres en su desempeño
en la crianza.
En tercer lugar, existe una percepción por parte de los padres, de que después de los programas
de parentalidad positiva sus hijos exhiben menos problemas de conducta, o en otros estudios
como el de Incredible Years de Hutchings et al. (2007) también se observa menos conductas
antisociales, menos hiperactividad y mayor autocontrol de los hijos mediante el inventario
Eyberg (1980).
Por otro lado, y seguramente con una relación muy estrecha con los factores anteriores, diversos
programas constatan una reducción del estrés parental tras la realización del programa de
parentalidad positiva, siendo resultado de cuatro de las investigaciones. El estrés vinculado al
rol parental se describe a través de dos dimensiones según Östberg y Hagekull (2013): el estrés
relacionado con la gestión de las necesidades y comportamientos de los hijos (cambios al nacer
un nuevo miembro, hospitalizaciones, entre otras), que generan determinadas demandas a los
padres y el estrés respecto a las creencias y percepciones negativas de los padres (baja
autoeficacia como padres o dificultades en la crianza con la pareja) que se pueden reflejar como
una falta de recursos para dar respuesta al rol parental (Liles et al. , 2012).
Según diversos estudios cuánto más seguros se sienten los progenitores en su rol parental, o lo
que es lo mismo, en cuanta más autoeficacia perciben en su rol de padres, más se reduce el
estrés y mejores son los comportamientos parentales, tendiendo hacia un estilo más
democrático (Bloomfield y Kendall, 2012) y mejores son las conductas de los hijos (Neece, Green
y Baker, 2012).
Otros factores que aparecen aunque con menos frecuencia en los resultados de los programas
evaluados son la solución de conflictos, la comunicación, la autoestima, la laxitud, o la creación
de normas y límites efectivos que se ven incrementados y que podrían encuadrarse dentro de
un estilo parental democrático. Como dato de interés, en la investigación llevada a cabo por
Leijten (2012), "Parents and Children Talking Together" encontraron que se habían incrementado
más las habilidades de solución de conflictos en el caso de tener hijas, y de habilidades de
comunicación con sus hijos.
Otros programas han sido partícipes de menos niveles de depresión en los padres, de mayor
sensación de apoyo por la comunidad u otros padres o conocer mejores las necesidades
evolutivas de los hijos. Asimismo se ha logrado disminuir las teorías implícitas sobre el desarrollo
y educación de los hijos. Éstas se encuadran en relación a la influencia que conciben los padres
que tienen sobre el desarrollo de sus hijos: nula o escasa en la teoría innatista y grande en la
ambientalista. También hace referencia a lo que se consideran necesidades y desarrollo de los
hijos, desde la visión más simple de la teoría nurturista basada en el desarrollo físico y de la
salud a la imagen compleja de la teoría constructivista basada en el desarrollo cognitivo,
emocional y social. En los programas en los que se han medido las teorías implícitas, "Programa
de Apoyo Personal y Familiar" y Educar en Familia se han reducido tanto las teorías innatas como
las nurturistas, ambas inadecuadas para fomentar un buen desarrollo.
Como puede observarse, los programas de parentalidad positiva están siendo efectivos a la hora
de mejorar las interacciones que se dan dentro del hogar. La adquisición de pautas para un estilo
parental más democrático, la reducción de estrés en el rol como padre, la percepción de
autoeficacia o habilidades para el desempeño del rol, sumado a la percepción de mayor apoyo
por parte de la comunidad y/o otros padres y menos problemas de conducta en los hijos, entre
otros beneficios, nos hace conscientes de un mejor clima familiar y la probabilidad de un menor
riesgo de patologías asociado a entornos familiares desestructurados.
Como limitaciones, podemos indicar la posibilidad de relación o correlación entre varios factores.
Por ejemplo, la autoeficacia y menor estrés parental pueden dar lugar a un estilo más
democrático; el estilo democrático puede dar lugar a menos problemas de conducta y menor
estrés, así como mayor autoeficacia. Es decir, sería interesante conocer cuál es el papel directo
que tienen los programas de parentalidad positiva sobre dichos elementos y cuáles son
consecuencia indirecta por la mejora de ciertos factores. Asimismo, sería de gran ayuda para
conceptualizar de forma más operativa, que todos los programas de parentalidad positiva
utilizaran los mismos cuestionarios para medir los mismos parámetros, de esta manera, se
tendría una visión más amplia de cómo funcionan los programas, así como para hacer una
comparación entre ellos con el fin de mejorar en aquellos aspectos que puedan potenciarse para
dar un servicio lo más completo a las familias.
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www. interpsiquis. com - febrero 2017. Psiquiatria. com
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