La somatización se definió por Steckel, a principios del siglo XX para referirse al proceso en que una neurosis ?profundamente asentada? producía trastornos corporales y no será hasta principios de los años 80 cuando aparecen los conceptos actuales de somatización ya desprovistos de reminiscencias psicoanalíticas. Actualmente una definición aceptada de somatización como proceso es la que lo describe como: un idioma de malestar en que los pacientes con problemas psicológicos y emocionales articulan sus quejas mediante síntomas físicos. Caso clínico: Mujer de 56 años enviada a USM por ánimo triste.
La paciente presenta desde hace unos 15 años una serie de quejas inespecíficas en diversas zonas, como algias, dificultad repiratoria, problemas digestivos y quejas sexuales entre otras e inicia una demanda itinetrante de atención medica y exploraciones diagnósticas repetidas, pasando por múltiples especialistas, sin resultados que justifiquen la sintomatología referida por la misma. En los tres últimos meses aparecen una ataxia de la marcha y distonía del habla muy invalidantes, siendo estudiadas y pendientes de filiar al ser todas las pruebas diagnósticas normales. En la evolución de la paciente se aprecia un estado de negación, no aceptando la contribución de los aspectos emocionales en sus síntomas somáticos. Finalmente la paciente es diagnoticada de un trastorno de somatización.
TRASTORNO SOMATOMORFO. CASO CLÍNICO: TODOS ME ENGAÑAN, ESTOY MUERTA POR
DENTRO
Castillo Alarcón MP, Ziadi Trives M, García Bouza R, Dani R, García Núes C, Fenollar Ibáñez F, Martí
Martínez A.
MIR de psiquiatría del hospital General Universitario de Elche.
Trabajo supervisado por: Martínez Herrera MJ. psiquiatra adjunta de USM del Raval, Elche.
pazcastillo7@gmail. com
RESUMEN:
La somatización se definió por Steckel, a principios del siglo XX para referirse al proceso en que una
neurosis "profundamente asentada" producía trastornos corporales y no será hasta principios de los
años 80 cuando aparecen los conceptos actuales de somatización ya desprovistos de reminiscencias
psicoanalíticas. Actualmente una definición aceptada de somatización como proceso es la que lo
describe como: un idioma de malestar en que los pacientes con problemas psicológicos y
emocionales articulan sus quejas mediante síntomas físicos. Caso clínico: Mujer de 56 años enviada
a USM por ánimo triste. La paciente presenta desde hace unos 15 años una serie de quejas
inespecíficas en diversas zonas, como algias, dificultad repiratoria, problemas digestivos y quejas
sexuales entre otras e inicia una demanda itinetrante de atención medica y exploraciones
diagnósticas repetidas, pasando por múltiples especialistas, sin resultados que justifiquen la
sintomatología referida por la misma. En los tres últimos meses aparecen una ataxia de la marcha y
distonía del habla muy invalidantes, siendo estudiadas y pendientes de filiar al ser todas las pruebas
diagnósticas normales. En la evolución de la paciente se aprecia un estado de negación, no
aceptando la contribución de los aspectos emocionales en sus síntomas somáticos. Finalmente la
paciente es diagnoticada de un trastorno de somatización.
Introducción
La somatización se definió por Steckel, a principios del siglo XX para referirse al proceso en que una
neurosis "profundamente asentada" producía trastornos corporales y no será hasta principios de los
años 80 cuando aparecen los conceptos actuales de somatización ya desprovistos de reminiscencias
psicoanalíticas. Actualmente existen dos definiciones aceptadas de somatización como proceso:
- La de Katon y cols. , quienes la describen como "un idioma de malestar en que
los pacientes con problemas psicológicos y emocionales articulan sus quejas
mediante síntomas físicos", y
- La de Kleinman y Kleinman para quien somatización es "la expresión del
malestar personal y social en un idioma de quejas corporales con búsqueda de ayuda
médica".
CASO CLÍNICO
Anamnesis
Mujer de 56 años de edad enviada por su médico de cabecera por ánimo triste. La paciente refiere
decaimiento, apatía, pesimismo y labilidad emocional relacionados con su cuadro orgánico de base.
Patobiografia
La paciente es la cuarta de 5 hermanos. Parto y desarrollo psicomotriz normal, infancia y
adolescencia normales, escolarizada hasta los 14 años. Aún con corta edad, fallece su padre, la
familia sufre problemas económicos y cambia de domicilio, entonces la paciente comienza a trabajar
en una fábrica de calzado. A los 20 años sufre fiebre reumática. A los 22 años se casa y se dedica a
las tareas de la casa y a sus tres hijos. Cuatro años después comienza a trabajar en un
supermercado familiar como dependienta. Tras una situación económica difícil el supermercado se
cerró y ella dejo de trabajar fuera de casa. En todos estos años tan difíciles la paciente de define
como una persona perseverante, luchadora y emprendedora. Actualmente vive con su marido.
Desde hace unos 15 años, coincidiendo con su desempleo, la paciente presenta quejas inespecíficos
como algias en diversas zonas, molestias visuales, sensación de plenitud abdominal, dificultad
respitaroria, dolor torácico y quejas sexuales. Hace 9 años es diagnosticada de síndrome de
Sjogren.
Tras recibir este diagnóstico, la paciente reinicia con más empeño una demanda itinerante de
atención médica y exploraciones diagnósticas repetidas en varios centros hospitalarios y pasando
por múltiples especialistas (traumatología, reumatología, neumología, digestivo, ginecología,
urología), sin resultados que justifiquen la sintomatología referida por la misma. Aunque los
resultados negativos de las pruebas y las explicaciones de los especialistas no consiguen aliviar su
preocupación, produciéndose en ocasiones deterioro de la relación médico-paciente.
A pesar de ello, fue recibiendo numerosos diagnósticos, como por ejemplo, pérdida de visión sin
especificar, dispepsia, fibromialgia, disnea sin filiar.
enfermedad actual
Durante los últimos 3 meses de seguimiento en salud mental aparece de forma brusca un cuadro de
ataxia de la marcha y de distonía del habla, con pérdida de sensibilidad en varias partes del cuerpo,
por este motivo es ingresada en dos ocasiones en el servicio de neurología para estudio siendo
diagnosticada de trastorno del habla pendiente de filiar. Absolutamente todas las pruebas son
normales: analítica con bioquímica, hemograma y coagulación, marcadores tumorales, ECG,
radiografía de tórax, TAC cervical y torácico, EMG y potenciales evocados, Angio RMN de TAS y
polígono de Willis, RMN encefálica.
Tras estudio por ORL se descarta toda patología de las cuerdas vocales o tic fonatorio, y la paciente
es enviada al logopeda sin ningún cambio durante este tiempo.
Hay que destacar la mejora de la distonía cuando la paciente es distraída.
La evolución de la paciente permite apreciar un aumento de la negación, no aceptando la
contribución de los aspectos emocionales en sus síntomas somáticos. Además, se evidenció gran
suspicacia, enfado e incluso cólera, cuando se le confrontaba con la normalidad de las pruebas
solicitadas, respondiendo "no me encuentran lo que tengo, se empeñan en que no tengo nada". A
pesar de las numerosas pruebas realizadas sin hallazgos y los numerosos tratamientos sin mejora
de su estado, la paciente insiste en realizarse nuevas pruebas y tratamientos "quiero que me
pongan células madre".
A pesar de ser un cuadro muy invalidante, la paciente prefiere ir sola a todas las consultas,
refiriendo que "esto no puede mejorar porque lo tengo todo muerto por dentro", contado sin
ninguna angustia e incluso jactándose a veces.
No impresiona de clínica afectiva mayor ni de gran angustia. Refiere insomnio y pérdida de apetito.
No manifiesta clínica psicótica. pensamiento lógico y coherente con ideas sobrevaloradas de
minusvalía e ideas perseverantes relacionadas con sus síntomas somáticos.
Tratamiento
duloxetina (1-0-0), mirtazapina 15mg (0-0-1), Bromazepan 1, 5mg (1-1-1), zolpidem 10mg (0-0-1)
Diagnóstico
trastorno de somatización (F45. 0 de la CIE10).
Discusión
Para este caso se propone el diagnóstico de trastorno por somatización, debido a que los aspectos
expuestos concuerdan significativamente con lo descrito por la literatura:
· La presencia de síntomas en distintos sistemas, así como su patrón fluctuante; siendo el más
llamativo la distonía psicógena del platisma; establecieron la sospecha inicial de un trastorno
somatomorfo.
· Antecedente de múltiples tratamientos previos y diagnósticos que es un ejemplo de cómo estos
pacientes inducen a diagnosticar y tratar entidades médicas sobre la base de hallazgos clínicos no
concluyentes.
· Los servicios de neurología, neumología, otorrinología, oftalmología y digestivo descartaron la
presencia de una enfermedad médica conocida que explique los síntomas de la paciente, lo cual
aumentó la sospecha de un trastorno somatomorfo.
· El deterioro social, laboral e interpersonal son evidentes en esta paciente.
· En la paciente se apreció una gran dificultad para aceptar la contribución de los aspectos
emocionales en sus síntomas somáticos, a pesar de ser confrontada con la normalidad de las
pruebas solicitadas.
· La prevalencia diagnóstica en el eje I de un trastorno somatomorfo debe resaltarse, debido a la
presencia de síntomas somáticos inespecíficos en varios sistemas y a la ausencia de criterios
diagnósticos de otras entidades.
Es precisa una adecuada comunicación entre las diferentes especialidades, y de éstas con el
paciente, para disminuir las dificultades de aceptar la contribución de los aspectos emocionales en
los síntomas somáticos y con ello mejorar el pronóstico.
La dificultad de explicar médicamente los síntomas somáticos, debido al gran número de entidades
orgánicas que puedan producirlos, hace que el diagnóstico de trastorno somatomorfo deba ser de
exclusión.
Se hace necesaria la búsqueda minuciosa de factores emocionales contribuyentes a la producción de
los síntomas y la identificación de rasgos de personalidad no sólo para fortalecer el proceso
diagnóstico, sino también para descartar otras entidades, como los trastornos facticios y la
simulación.
Bibliografía
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Nº, 2003.
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trastornos somatomorfos. Rev. Méx. Neuroci 2005; 6(6): 480-487
5. López Santiago J, Belloch A. LA somatización como síntoma y como síndrome: una revisión
del trastorno de somatización. Revista de psicopatología y psicología Clínica, Volumen 7,
Número 2, pp. 73-93 2002
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Escuchando al cuerpo
Jose Luis Marín López
Fecha Publicación: 20/05/2024