Teniendo como punto de partida la teoría Biocognitiva postulada por Mario E. Martinez elaboramos un modelo comunicativo de coemergencia contextual entre la cognición y la biología a nivel de las membranas celulares y del genoma el cual presenta implicancias en las ciencias de la vida no solamente para comprender como la cultura se incorpora y coemerge con la biología desde la concepción, sino también para encontrar aplicaciones terapéuticas. Proponemos la existencia de biocogniciones simbólicas las cuales se contextualizan a nivel molecular y se expresan en actividad física por activación del genoma y movilización de los receptores de membrana, asimismo sugerimos que los procesos de biocognición genómica influyen en la regulación de la expresión de los genes durante la embriogénesis y durante toda la vida del individuo de acuerdo al "valor contextual evolutivo". Postulamos que los procesos en el horizonte espaciotiempo prelineal-lineal implican un cuerpo de actividad genómica y sus correlatos en la comunicación citocultural. La expresión en portales de manifiesto responde al estado ADN biocultural adquirido desde la concepción y en el tránsito de la vida.
Argumentamos que el ser humano es más evolutivamente biocognitivo en tanto adquiere y desarrolla su cultura la cual modifica contextualmente su biología desde la concepción. Esta coemergencia biología-cognición explica el porque lo simbólico puede traducirse a nivel molecular en salud y también en enfermedad. Proponemos principios cuánticos de sin localidad y caóticos de sin linealidad para explicar la biocognición endógena, así como la existencia de estados de predisposición bioinformacional de empoderamiento relacionados a la salud y predisposición bioinformacional de indefensión relacionado a enfermedad. Por tanto, la biocognición define la predisposición contextual del organismo a un nivel total y la biología lo ejecuta a un nivel local, en el ser humano no existe la biología sin cognición, ni la cognición sin biología. En la teoría biocognitiva (TB) argumentamos que todos los antígenos tienen influencias bioculturales y por tanto debe existir un proceso que inicia la respuesta inmune desde lo menos cultural (antígeno físico) hacia lo más cultural (antígeno simbólico). Es decir, el antígeno responde a un espectro con cargas físicas o simbólicas que se expresan en proporciones determinadas por el estímulo y el contexto biocultural que lo gatillan. El estímulo simbólico inicia respuesta que se contextualiza en biocogniciones endógenas y el estimulo físico inicia respuesta que se contextualiza en biocogniciones exógenas (Martínez, 2003a). Podemos especular que la memoria inmune contiene archivos endógenos y exógenos con diferentes cargas bioculturales. Por ejemplo, dermatitis gatillada por un contexto fóbico representa una biocogniciòn endógena con carga simbólica alta, mientras que una inflamación gatillada por microbios representa una biocognición exógena con carga física alta. Mas que una simple división cartesiana entre self y no self, la respuesta inmune se contextualiza en un espectro biocultural. Ader y Cohen (1975) entrenaron ratas a suprimir respuestas autoinmunes empleando condicionamiento clásico. Algo similar ocurre en los eventos simbólicos que amenazan la seguridad del organismo. Es decir, no solo existe el estado de ?fight or flight? causado por eventos estresantes externos, sino también existen respuestas autoinmunes causadas por biocogniciones endógenas que gatillan as if responses ? respuestas como si fueran en defensa contra antigenos exógenos. Debemos aclarar que las biocogniciones endógenas no son errores inmunes sino reacciones que compensan deficiencias de empoderamiento psicosocial ? si el organismo no se defiende psicosocialmente, los conductos inmunes lo defienden fisiológicamente. Esa compensación es evidente en la indefensión psicosocial que se nota en pacientes con trastornos autoinmunes (Solomon et al, 1991; Martínez, 2003a)
Un salto paradigmático: de la red psiconeuroinmunoendocrina al modelo biocognitivo de la salud.
Jorge L. Santiago
Fecha Publicación: 01/01/2001